En el margen
Safia ElAddaam: “Todo el racismo que sufren nuestros padres, lo sufrimos nosotros”

Nacida en Tarragona, de padres marroquíes de origen amazigh, Safia tiene 25 años y desde los 18 lleva solicitando la nacionalidad española sin haberla conseguido todavía por las numerosas trabas burocráticas a las que ha tenido que enfrentarse.

Estudió, no sin mucho esfuerzo por su parte, Filología Árabe en la Universidad de Barcelona y actualmente ejerce como educadora social con jóvenes migrantes, un trabajo “donde pensaba que iba a hacer más falta”.

Hace tiempo abrió una cuenta en Instagram, llamada “hijadeinmigrantes”, desde la que ha organizado iniciativas como “Te cedo mi voto”, “Te cedo una cita” o “Compra antirracista”, con la que se atendió a más de 3.000 personas en todo el Estado durante el confinamiento originado por la pandemia.

Hablamos con ella sobre el estigma que persigue a los hijos e hijas de personas migrantes, sobre el privilegio que supone estudiar para muchos de ellos y ellas y sobre la falta de humanidad de los servicios sociales.

Eres amazigh, ¿qué es el pueblo amazigh y por qué es tan desconocido?
El pueblo amazigh está compuesto por etnias que han habitado el Norte de África desde hace más de 6.000 años. Ha sido un pueblo históricamente colonizado por las sucesivas conquistas griegas, romanas, árabes, francesas o españolas, a través de las cuales se ha querido borrar nuestra cultura y nuestra identidad. Actualmente no hay un territorio amazigh propio, estamos dispersos por diferentes países del Norte de África, pero seguimos manteniendo nuestra lengua, nuestra cultura, nuestra escritura y nuestra bandera.

La historia del pueblo amazigh es tan desconocida porque, por ejemplo, en Marruecos, de donde son mis padres, no se enseñaba la escritura en el colegio y los nombres amazigh estaban prohibidos, la mayoría tenemos nombres árabes por la islamización.

Hablando de nombres, ¿por qué decidiste utilizar como nombre en Instagram “hijadeinmigrantes”?
Me creé una cuenta porque en mí día a día reivindicaba muchas cosas como hija de inmigrantes, porque la etiqueta de inmigrante me sigue persiguiendo, creí que ese era el nombre más adecuado para mí y se ha convertido en mi Instagram personal. Además, siempre me ha gustado mucho escribir.

¿Quieres decir con esto que la estigmatización que afecta a los migrantes se prolonga también a sus hijos e hijas?
Sí, absolutamente. Heredamos el status social de nuestros padres: si son irregulares, somos irregulares, si son regulares, somos regulares. Si no tienen la nacionalidad, no la tenemos, si la tienen, pues sí. Todo el racismo que sufren ellos, lo sufrimos nosotros. El hecho de no tener una nacionalidad también nos persigue, el no poder votar, el tener que hacer trámites con un NIE, etc.

Heredamos el status social de nuestros padres: si son irregulares, somos irregulares, si son regulares, somos regulares. Si no tienen la nacionalidad, no la tenemos, si la tienen, pues sí

Muchas personas creen que cualquiera que nace en España es español o española de forma directa, pero esto no es siempre así, como en tu caso. ¿Por qué?
No lo es ni en mi caso ni en el caso de 500.000 hijos e hijas de inmigrantes porque en España la nacionalidad se transmite por sangre, es “ius sanguis”, no por nacer en el territorio, “ius solis”. Por lo tanto, si ninguno de tus padres es español, tú no tienes la nacionalidad española de manera directa. Tienes que cumplir con una serie de requisitos y realizar una serie de trámites que a veces son rápidos y a veces son lentos, depende de los cambios de la ley y depende del interés que tenga la política del momento.

En mi caso, he nacido en España, no tengo todavía la nacionalidad y el obtenerla está siendo muy complicado. Tengo 25 años ahora, desde los 18 años estoy intentando conseguirla y todo han sido largas, que si ahora haces exámenes, que si ahora pide una dispensa, que si la dispensa tarda 2 años, que si le tienes que pedir al país de origen de tus padres los antecedentes penales sin haber vivido allí nunca, que si ahora es presencial, que si luego es telemático... En fin, un sinfín de cosas que producen muchísimo retraso.

¿Por qué una persona puede haber nacido en el país, como es tu caso, o llevar residiendo en él más de 10 años y aun así no tener derecho al voto?
Porque el derecho al voto está vinculado a la ciudadanía, es decir, a la nacionalidad española. Si tú no tienes la nacionalidad española, no puedes votar, por mucho que estés en España o que lleves 10 o 20 o 40 años residiendo aquí. A mí me parece fatal, me parece racismo puro y duro porque el derecho a voto es fundamental, es algo básico en una democracia. Creo que privar a millones de personas de este derecho es algo totalmente antidemocrático porque no estamos hablando de turistas sino de personas que residen en España y deberían tener ese derecho porque cumplen con todas sus obligaciones.

En relación con esto, ¿en qué consiste la iniciativa “Te cedo mi voto” que pusiste en marcha a través de redes sociales? ¿A cuántas personas se les ha cedido el voto en las últimas convocatorias electorales?
Esta iniciativa reclamaba esto que estamos hablando, las personas que no teníamos la nacionalidad española y que no podíamos votar, decidimos pedir a otras personas que sí tenían ese derecho que nos lo cediesen. La idea era hacer visible esta problemática y reivindicar el derecho al voto.

La iniciativa se puso en marcha en las elecciones de abril de 2019, tuvo una muy buena repercusión y se le cedió el voto a más de 2.000 personas.

Has compartido hace poco dos posts contando el esfuerzo de estudiar siendo hija de inmigrantes porque tus padres no podían pagarte los libros, ¿estudiar también es un privilegio?
Sí, compartí dos posts sobre la exclusión del sistema educativo en España en los que hablo de los niños pobres en general. Esta es una situación que hemos pasado la mayoría de los niños hijos e hijas de inmigrantes y también algunos españoles, aunque estos no son mayoría. En estos posts hablo un poco de la realidad que yo viví, pero también me llegaron muchísimos testimonios de personas que habían vivido lo mismo, gente que no podía pagar esa barbaridad que piden por los libros escolares y a la que tampoco se los podían traspasar sus amigos o sus hermanos mayores porque cambian cada año. De esta forma, estudiar pagando el material, que es un dineral, y pagando los libros, que es otro dineral, se convierte en un privilegio porque no estás en igualdad de condiciones con una persona que sí tiene el material y los libros y eso conlleva el sufrir cierto acoso y cierta discriminación por parte del profesorado.

¿Qué iniciativas se podrían llevar a cabo por parte de las instituciones para paliar esta situación?
Es muy fácil, hay muchos países o incluso colegios en España donde no se utilizan libros. Eso sería una solución, ya estamos en 2021, con un nivel digital bastante avanzado, por lo que no es necesario usar libros. Una pantalla en el colegio que puedan ver todos los niños es suficiente. Hubo gente que me escribió que me dijo que estaba dando clase en el Reino Unido y que no se utilizaban libros y que incluso las libretas que se usaban en clase eran proporcionadas por el colegio.

Con todas estas dificultades que tuviste en tu etapa escolar, ¿qué sentiste entonces cuando terminaste la Universidad? ¿Qué significó para ti ese momento?
Fue un sentimiento un poco agridulce porque recuerdas que no ha sido fácil, que todo eso te ha costado muchísimo. Piensas también en los niños y niñas que no pudieron aguantar, que no pudieron resistir y acabaron abandonando el colegio o el instituto, que no son pocos tampoco.

Los servicios sociales muchas veces atacan mucho al colectivo pobre y piensan que cuando los padres son pobres, no les importan sus hijos y aunque los padres sean pobres nunca falta su apoyo

También mencionabas en el post a tu madre y decías que tu carrera era también la carrera de tu madre, ¿cómo sería esa idea?
Sí, es un orgullo y la frase la digo también pensando en los servicios sociales porque muchas veces atacan mucho al colectivo pobre y piensan que cuando los padres son pobres, no les importan sus hijos y aunque los padres sean pobres nunca falta su apoyo y su fuerza para seguir adelante. Eso era un poco lo que quería expresar en el post: que a mí me han faltado los libros, pero nunca me ha faltado el apoyo de mis padres, ni su fuerza y su motivación.

Hablando de los servicios sociales, ¿qué tipo de trato tienen con las familias migrantes?
Es un trato muy despectivo. Los servicios sociales de este país no funcionan nada bien, sobre todo con las personas migrantes. Son muy racistas, no tengo una buena experiencia con ellos para nada.

¿Qué demandas o peticiones se les podrían realizar pensando en su mejora?
Básicamente, que si son trabajadores sociales o educadores sociales, deberían estar ahí por el interés de ayudar a las personas, no para hacerles la vida imposible porque son bienestar social, no malestar social. Cuando las personas acuden a ellos, van con miedo a que se les quiten los hijos y a que se les juzgue. No reciben apoyo de un servicio que está ahí en teoría para apoyarles. Carecen de la empatía que deberían tener para estar en ese puesto de trabajo. La demanda principal sería que hagan bien su trabajo y se dejen de juzgar a la gente.

¿Por qué decidiste dedicarte a la educación social con menores migrantes, qué pensabas que podías aportar tú en ese espacio? ¿Es tu trabajo vocacional?
Bueno, pensaba que podía aportar bastante conocimiento de las situaciones por las que atraviesan y empatía con ellos. Las personas de origen migrante creo que somos figuras muy importantes para esos chicos en el acompañamiento del proceso migratorio, en todas las carencias que viven o cuando tienen que realizar papeleo con la administración también. Son cosas que nosotras ya hemos vivido y podemos prepararles un poco más para que se enfrenten a todas estas situaciones. Creo que les puedo aportar muchísimo más que otra persona que a lo mejor no sabe de qué va la migración.

¿En qué ha consistido la iniciativa “Compra antirracista” que pusiste en marcha durante el estado de alarma y que ahora ya ha finalizado? ¿Y a qué tipo de personas habéis atendido?
Hemos atendido a personas en situación irregular, a familias con niños, a ex tutelados por las instituciones, en general a personas desamparadas de los planes del momento.

“Compra antirracista” era una iniciativa que básicamente lo que hacía era llevar la compra a personas en situación irregular, en las que el Gobierno no había pensado y a las que había excluido de los planes de acción durante la pandemia y se encontraban abandonadas por todas las instituciones, sin ingresos. Lo que intentamos hacer desde “Compra antirracista” es reducir un poco este abandono.

Comparado con las personas que hay en situación irregular es muy poco, pero creo que hemos ayudado a bastante gente. Hemos enviado compras a más de 3.000 personas, se han registrado más de 1.700 voluntarios por toda España y hemos recibido muchísimas donaciones. Las compras han sido completas, con todo tipo de productos, y hemos protegido lo máximo posible a las personas en situación irregular, llevándoles la compra a casa para que no se expusieran al abuso policial tan duro que se produjo durante el confinamiento.

¿En qué consiste la iniciativa “Te cedo una cita”?
Esta iniciativa la puse en marcha en enero de 2020. Con el colapso que hay desde hace tiempo en Extranjería, se está haciendo un negocio con las citas y es imposible acceder a ellas, la página está colapsada 24 horas. Sin embargo, a esas citas sí acceden abogados, locutorios y personas particulares que quieren hacer negocio y las venden por Wallapop, por Mil anuncios, por Facebook… Los precios empiezan en 20€ pero pueden llegar hasta los 600€ dependiendo de la cita que necesites.

Con el colapso que hay desde hace tiempo en Extranjería, se está haciendo un negocio con las citas y es imposible acceder a ellas, la página está colapsada 24 horas. Sin embargo, a esas citas sí acceden abogados, locutorios y personas particulares que quieren hacer negocio

Este es un negocio que el Gobierno respalda diciendo que es un servicio que están prestando, pero no se está tratando el tema como se debería tratar, como algo ilegal de lo que hay personas que se están lucrando. No es un servicio, no se puede considerar así porque cuando no hay opción a pedirlo de manera gratuita por ti mismo y te están obligando a que lo compres, entonces se convierte en una venta de derechos fundamentales bastante flagrante.

Hay una cierta tendencia a que las mujeres musulmanas tengan que pronunciarse sobre el uso del hiyab, ¿por qué crees que es esto así?
Hay muchísima gente islamófoba que cuando ve a una mujer musulmana sin velo preguntan su visión para ver si alimentan un poco más su islamofobia. Nos vemos así dando explicaciones a gente no musulmana y a gente musulmana también. Depende de en qué parte estés, porque si estás en la comunidad musulmana, a lo mejor tienes más privilegios por no llevar el velo o piensan que no estás practicando bien el Islam, porque hay gente que se mete en todo. Y cuando estás en la comunidad no musulmana, es como: “Explícalo, a ver si tú eres de las nuestras” o “¡Qué moderna que eres!”. Un montón de comentarios que no tienen ni idea de tu decisión, del porqué de la misma o de la situación que hay detrás. Al final tienes que dar constantemente explicaciones a todo el mundo de por qué llevas o no llevas el hiyab.

¿Crees que las mujeres musulmanas que llevan el velo están aún más estigmatizadas?
Sí, sí lo creo. Mi madre lo lleva y yo lo he llevado y es súper complicado porque hay puestos de trabajo a los que no puedes acceder porque llevas una prenda con la que remarcas todavía más que eres musulmana y se te reconoce más fácilmente como musulmana. Sí creo que están estigmatizadas sobre todo porque las feministas blancas piensan que tienen que salvarte por llevarlo y no son capaces de aceptar un feminismo interseccional que incluya a todas las mujeres, se ríen en tu cara cuando dices que eres feminista porque llevas el velo.

Estás casada con un español, pero tras tu boda tuviste que superar un examen por parte de funcionarios. Creo que, incluso, se personaron en tu casa para comprobar que tu matrimonio no fuese concertado, ¿qué suponen estas situaciones para una persona, es degradante tener que demostrar tu amor?
Es racismo institucional. Yo me sentí indignada porque nací aquí. Con todas estas complicaciones que te hacen, imagino que son conscientes de que, si las personas se tienen que casar para regularizar su situación o para conseguir la nacionalidad española, es porque ellos lo ponen muy difícil, casi imposible.

Una situación como la que me comentas es vergonzosa, te causa impotencia que tengan que venir a investigar a tu propia casa y tengas que contestar preguntas que a lo mejor son personales entre tu pareja y tú. No se hace con dos españoles que se quieran casar por conveniencia, por dinero o por cualquier cosa y, en cambio, cuando es una persona inmigrante con una española, ya te hacen el examen.