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Elecciones
Seis claves de las elecciones del 28A
El PSOE basará su campaña en la lucha fratricida de la derecha. El PP esgrimirá su pretendida solvencia en la gestión. Pablo Iglesias tendrá que verse en el espejo que quiso romper: la fragmentación de la izquierda.
El PSOE apunta a una victoria clara por la división de la derecha
Pedro Sánchez convocó las elecciones cuando estaba seguro de que las podía ganar. Las encuestas le sitúan en los mejores resultados del PSOE desde 2011. Su campaña se basará en la reivindicación de su gobierno “de los mejores” y en la lucha fratricida de la derecha. La renuncia de Ciudadanos a pactar, a priori, con los socialistas, puede dificultar la investidura de Sánchez, sobre todo si Unidas Podemos car por debajo de los 40 escaños. Su tendencia es al alza en todo el territorio.
El PP se aferra a las Castillas
Después de limpiarse al sector tecnócrata dentro del partido, Pablo Casado debió de pensar “¿y ahora qué?” Y en esas sigue. Laminado por Vox y su estrategia de segmentación en algunos de los bastiones conservadores, la campaña del Partido Popular se basará en la solvencia en la gestión —precisamente aquello de lo que Casado prescindió tras su victoria— y en contener el impulso de Vox en las dos castillas y otros territorios renuentes a cualquier cambio y con población envejecida. El desfallecimiento de Ciudadanos es la mejor noticia para los de Casado.
Unidas Podemos no quiere ser un juguete roto
Sin el favor de los medios —perdida su complicidad con sectores dentro de Atresmedia—, Unidas Podemos se ha visto en el espejo que el proyecto de Pablo Iglesias quiso romper: la fragmentación de la izquierda, la difícil elección entre intentar ser un partido de masas o ser una máquina publicitaria de guerra electoral. Sin ser ni una cosa ni otra, Unidad Podemos competirá por la permanencia. Todo lo que sea mantenerse por encima de 40 diputados y optar a formar Gobierno le permitirá sobrevivir de cara a locales, europeas y autonómicas. Aspiran a recuperar aire en la campaña de las generales.
Ciudadanos, el partido del que todos pillan
El partido de Albert Rivera desfallece cuando llegan las generales, pero tiene una base sólida montada a lo largo de los últimos cuatro años, como prueban los fichajes anunciados para animar a su parroquia, algo alicaída desde el acto de la plaza de Colón y por la sensación de que todos los partidos se llevan votos de Ciudadanos. El órdago contra Sánchez puede lastrar las salidas de un partido que no encaja en el esquema propuesto por sus socios europeos (ALDE). Sus taras en territorios históricos y la división de voto en circunscripciones de tres a siete años pueden situarles en el mismo punto de partida que en 2015 en cuanto a representación y ante un dilema trascendental: asociarse con Casado y Vox o buscar una tercera vía para la derecha española.
ERC parte con ventaja en Catalunya
A la espera de acontecimientos, las elecciones generales son más propicias para Esquerra Republicana de Catalunya, que además ha sumado actores del espacio de los Comunes y mantiene una posición consistente en torno a los temas que mueven la agenda catalana: el juicio del 1-O, la inoperatividad del Gobierno Torra y la extravagante posición de Puigdemont. El espacio político de este último se ha reducido aún más tras la salida de Carles Campuzano, una referencia de la derecha nacionalista, del proyecto antes conocido como Convèrgencia.
PNV hace su camino
La estrella declinante de Podemos favorece al PNV, que volverá a ser primera fuerza en la Comunidad Autonómica Vasca si las encuestas se confirman. Su papel en el conflicto catalán y la circunstancia de que es el único partido antifascista dentro de la derecha juega a favor de un entendimiento rápido con el PSOE si se diera la ocasión. Pocos cambios también en el caso de EH Bildu, que no cambiará sustancialmente sus perspectivas en la próxima legislatura.