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Elecciones
El PSOE optimizó el voto de la izquierda en la mejor noche del bipartidismo desde 2011
Las elecciones generales del pasado 23 de julio han dado esperanza al Gobierno de coalición que, gracias a un resultado más favorable que el que predecían la mayoría de las encuestas, tiene posibilidades de poder mantenerse durante la legislatura entrante. Sin embargo, se han producido cambios sustantivos entre la representación de tanto los partidos que los apoyan como sus contrarios, por lo que es conveniente dar cuenta de ellos para tener una imagen realista de la realidad política estatal.
En este primer artículo veremos los cambios principales que se han producido en estos últimos cuatro años en clave territorial, centrándonos en las variaciones de apoyo al bloque de investidura —entendiendo como este aquellos partidos que han apoyado o puede que apoyen al Gobierno Sánchez-Díaz— así como el bloque opositor que contienen PP, Vox y otros partidos minoritarios. En el siguiente, trataremos de caracterizar demográficamente los apoyos de cada partido, así como si se han producido cambios relevantes desde las últimas elecciones.
En la mayor parte de los casos cuanto mayor es la pérdida de votos del proyecto de Díaz más crece el proyecto de Sánchez
Empezamos con un repaso de la participación: estas elecciones se encuentran en la línea de las últimas celebradas, excluyendo las repeticiones electorales de 2016 y 2019.
La principal diferencia de estas elecciones respecto a las anteriores se encuentra, sin embargo, en el regreso del bipartidismo. Este término, que refiere a la hegemonía política y cultural de PSOE y PP, generalizada especialmente desde 1993, fue popularizado antes y durante el 15M como crítica, pero cayó en desuso tras la pérdida de votos de ambos partidos tras las elecciones de 2015 y la aparición de Podemos y Ciudadanos. Sin embargo, la desaparición de este último y la caída del resto de partidos favorecen a los partidos dominantes de cada bloque, reduciendo el espacio alternativo a estos, aunque todavía lejos de los niveles previos a 2011, año de origen del 15M.
Pasando ya al mapa de provincias, vemos que los apoyos del gobierno se sostienen sobre muy pocas provincias: la cuestión es que estas provincias son las más altamente pobladas de todo el país. Si ajustamos la representación por cómo de poblada está la provincia, la imagen cambia.
Es conveniente tener en cuenta la densidad de población en España para realizar estas representaciones, ya que como comentábamos en otros artículos el reparto de población es muy desigual, con muchos habitantes concentrados en pocas ciudades a lo largo de las costas de la Península Ibérica y en Madrid y área metropolitana. Por otro lado, la concentración de apoyos a partidos progresistas en ciudades frente a las zonas rurales es común en la mayor parte de países industrializados, entre otras cosas, por la mayor concentración de población de clase trabajadora que se produce en estas.
Veamos más en detalle el resultado:
Si nos fijamos en el mapa presentado, vemos que se acentúa aún más la división entre ciudades, concentrándose los apoyos al Gobierno en las costas catalana y vasca, así como en puntos repartidos a lo largo de la Península por Andalucía, Galiza, País Valencià, Asturias o León, por citar algunos. Llaman la atención también las ciudades al Sur y Sureste de Madrid, que concentran población trabajadora y contrastan con el color azul de su entorno.
Si comparamos respecto a 2019, vemos un panorama bastante preocupante para las fuerzas progubernamentales.
Respecto a las últimas elecciones, muchos municipios muestran una pérdida de apoyos o un crecimiento de los apoyos al contrario en numerosos municipios, encontrándose solo crecimientos en Cantabria, donde el PSOE ha absorbido votos del PRC, que no se ha presentado en esas elecciones, y otros espacios puntuales.
Si nos centramos en cada partido por comunidades autónomas, vemos que el comportamiento de estos es desigual. Separemos primero los bloques a favor y en contra del Gobierno:
De este gráfico cabe destacar que si bien el bloque contrario sube en general, el bloque favorable al gobierno tiene un comportamiento totalmente irregular: gana en algunas comunidades autónomas, pero en las más pobladas, como Andalucía, Catalunya, Euskadi o Madrid se debilita.
Si desagregamos el bloque gubernamental por sus partidos, vemos las causas de esta caída: mientras que el PSOE sube en casi todas las comunidades autónomas, Sumar cae: da la impresión de que está siendo absorbido por el PSOE. En la mayor parte de los casos la diferencia entre caída o no del bloque pro-Sánchez depende de si el PSOE consigue absorber a Sumar, aunque en Catalunya y Euskadi gran parte del voto soberanista se pierde sin ser recogido por el PSOE. Por su parte, en la derecha el PP absorbe a Ciudadanos y Vox con diferencias entre regiones, y se aprovecha de la salida del PRC para reforzarse.
Hemos visto cómo Sumar pierde votos en diferentes regiones, pero podemos preguntarnos también dónde ha perdido más votos: si en las zonas en las que recibió más apoyos en noviembre de 2019 o en las que menos.
Para ello, vamos a ver cómo ha cambiado el voto en cada distrito entre las dos elecciones. Si tomamos todos los distritos del Estado y los ordenamos de menor a mayor voto sobre censo en las elecciones de 2019 a Sumar, nos queda la siguiente gráfica:
Podemos calcular el voto a Sumar en esas mismas secciones pero en 2023: si lo hacemos así, vemos que Sumar cae en general, aunque más en los distritos que entonces apoyaron a las fuerzas políticas que hoy lo integran.
El PSOE, por su parte, muestra el comportamiento opuesto, recogiendo votos en 2023 principalmente en aquellas secciones de las que recibió menos en 2019.
¿Es posible averiguar si el PSOE está absorbiendo los votos que los integrantes de Sumar recibieron en 2019? Lo que sí podemos es calcular es si ha aumentado el voto en los distritos donde Sumar lo ha perdido. Si hacemos esto con Sumar, la imagen resultante podría ser interpretada así, ya que en la mayor parte de los casos cuanto mayor es la pérdida de votos del proyecto de Díaz más crece el proyecto de Sánchez, y las variaciones de ambos partidos parecen coincidir en las mismas secciones, aunque con sentido contrario.
Hay que ser cuidadoso porque aquí no representa el voto exacto de cada individuo, pero sí se puede afirmar que en las regiones donde pierde voto Sumar lo recoge el PSOE, lo que puede indicar que se haya producido una transferencia del voto al PSOE de forma masiva, siguiendo la lógica del “voto útil”, pensamiento dominante durante la etapa bipartidista.
Para el caso catalán podemos hacer el mismo cálculo, aunque los cuantiles que tomamos sean diferentes.
En este caso, en comparación, el PSOE no parece ser capaz de absorber todo el voto perdido por los sectores independentistas.
De la información expuesta se pueden extraer diversas conclusiones por ahora: principalmente: que el PSOE consigue reforzar su postura electoral a costa de su izquierda, que la pérdida de apoyos ha sido generalizada entre regiones y que el bipartidismo se encuentra en su mejor posición desde hace más de una década. En el siguiente estudio trataremos de caracterizar a los votantes de izquierda y derecha, así como si la fuente de votos de cada partido ha cambiado desde 2019.
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¿Optimizó? El PSOE ha conseguido 1 escaño gracias a un millón de votos más a cambio de la pérdida de 6 escaños de ERC y 7 de Sumar por 400 mil y 700 mil votos menos respectivamente.
Muy bien optimizado sí.
El PP sin embargo ha conseguido 48 escaños más por 3 millones de votos, con la pérdida de 19 escaños por Vox, 10 por ciudadanos, 1 por UPN, 1 por PRC y 1 por CCa por 600 mil, 1 millón 600 mil, 50 mil, 60 mil y 50 mil respectivamente.
Teniendo claro que no todos esos partidos han cedido voto al PP y la diferencia aún así de medio millón de votos más para la derecha, está claro quién ha movilizado al electorado. La izquierda prácticamente sólo ha cambiado cromos entre ellos, perdiendo 12 escaños y la derecha ha movilizado a medio millón más de votantes, ganando 16 escaños.
Viva el bipartidismo y el voto útil.
Yo podemita desde el principio, y que jamás voté al psoe, en esta ocasión lo he votado y es que estando el original no tiene sentido votar a una burda copia llamada sumar.
Si se vota antes al partido que humilló a Montero modificando la ley del sólo sí es sí con el PP, que al que no le dio un 2º puesto en la lista de Madrid, es que la única ideología política que uno tiene es el pablismo ciego y fanático, por supuesto más pablista que pablo iglesias que pidió el voto para Sumar. Eres Podemita como podías haberte echo de la iglesia de los reencarnados de los últimos días.
Yolanda Díaz venía a ser la próxima presidenta del Gobierno ¿sorpassando al PXXE? y los resultados han sido al revés: sube el PXXE a costa de Sumar. Mucha autocrítica, por favor.
Conozco feministas que están muy enfadadas con Podemos. Votaron nulo en el 28M, y han votado PSOE con la nariz tapada el 23J por frenar a Vox. O sea, un trasvase de voto feminista de Podemos al PSOE (que no es para siempre). Si los partidos políticos quieren a la vez el voto feminista y el voto LGTBI+, deben aprender a gestionarlos por separado.
Pero, ¿por qué están enfadadas estas feministas con Podemos? Imagino que se refería usted a UP.