Sindicalismo social
No hay atajos: organizar el poder sindical

Verso ha publicado en castellano el ensayo “No hay atajos: organizar el poder sindical” de la sindicalista e investigadora neoyorquina Jane Mcalevey
Libro No hay atajos
Abogado laboralista y profesor asociado de Derecho del Trabajo y Seguridad Social de la Universidad de Sevilla
13 ene 2025 09:47

La editorial Verso ha publicado en castellano el ensayo “No hay atajos: organizar el poder sindical” de la sindicalista e investigadora neoyorquina Jane Mcaleve.  El libro ofrece de un lado la posibilidad de conocer sus tesis sobre cómo aplicar la metodología de las ciencias sociales a las luchas sindicales y así mismo permite acercarse al pujante movimiento sindical norteamericano. Con el deseo de que se siga traduciendo el resto de su obra, os facilitamos el acceso al prólogo del libro.


¿Sindicalismo en los EE. UU.? Hasta hace poco tiempo, en cualquier ámbito sindical europeo, una expresión de sorpresa hubiera acompañado el gesto facial del oyente ante cualquier comentario al respecto El modelo yanqui no atraía miradas de interés desde Europa y solo unos pocos especialistas hacían seguimiento –más bien desde lejos- de la evolución de la correlación de fuerzas en el ámbito de las relaciones laborales. Se trataba, sin duda, de un anti-modelo. Ha sido durante décadas el espejo en el que no mirarse.

La huelga de PATCO (sindicato de los Controladores del Tráfico Aéreo), y la oposición feroz a cualquier lucha sindical desde la Administración Reagan condujeron al sindicalismo estadounidense a una travesía por el desierto que ha tocado a su fin. Se cierra así la fase del manido discurso neoliberal “There is no alternative”, impulsado por el propio Ronald Reagan y Margaret Thatcher, y cacareado posteriormente por tantos estadistas y políticos de los más amplios espectros políticos.

Hoy, la situación es radicalmente distinta. No solo hay alternativa, sino que las tenemos. Tenemos alternativas: varias y diversas. Para ilustrarlo, recurrimos a una imagen que bien puede valer más que mil palabras. Y es que en este caso hay un muy claro ejemplo de ello. Nos referimos a la imagen del Presidente de los EE. UU., Joe Biden, ataviado con la gorra negra de la central sindical “United Auto Workers” y megáfono en mano arengando desde la “línea de piquetes” en septiembre del 2023. Esto nos demuestra que, en cierto sentido, la situación ha cambiado. Y mucho. Tanto que el discurso pronunciado –apenas un saludo y algunos leves comentarios de apoyo- pueden incluso ser consultados en la web de la Casa Blanca. Desde Washington al mundo.

Y de otro lado, hay cosas que nunca cambian. Encontramos otro claro ejemplo: Donald Trump durante la precampaña de las presidenciales de 2024 ha exigido el despido inmediato del líder sindical de la UAW, Shawn Fain. Y todo ello ha tenido lugar durante su discurso en Milwaukee durante la Convención del Partido Republicano y tras el atentado sufrido. Máxima audiencia para una exigencia de máximos desde las filas conservadoras.

La conclusión es innegable. El sindicalismo USA está de plena actualidad. Que el movimiento sindical norteamericano se sitúe en el centro de la escena política revela su actual y renovada pujanza. No es casual que el Presidente de los Estados Unidos acuda a piquetes de huelga ni tampoco que el candidato republicano centre las ideas-fuerza de sus alocuciones electorales centrales en trasladar un mensaje de ataque -furibundo y desesperado- contra el destacado sindicalista. Este marco nos pone de manifiesto que la UAW ha bateado primero. Y parece que ha enviado la bola bastante lejos.

Muchas de las claves del cómo y el por qué esta situación las podemos encontrar en la obra de Jane Mcalevey. Estamos ante un itinerario completo de construcción de un marco teórico a partir del trabajo de campo. La publicación de sus cuatro libros en los últimos años ha supuesto la necesaria colección de manuales que todo activista sindical debe conocer. Reflexiona sobre lo que conoce con los estudios de caso. En concreto, la obra que nos ocupa se publicó en inglés en 2016 y es un texto elaborado a partir de su tesis doctoral. Mcalevey combina el estudio académico con la práctica sindical. Y lo más destacado es que consigue aplicar los conocimientos a la realidad de manera científica. Estamos ante un verdadero manual de derecho sindical práctico. De ahí que haya contribuido enormemente a configurar una novedosa técnica de trabajo: estudiar, escuchar, analizar, identificar, proponer, aplicar y evaluar. Propone un sistema de trabajo sindical secuencial, progresivo y de éxito. Es una enriquecedora aportación para el recetario sindical.

Y como su enfoque es transversal, permite que resulte útil no solo en el modelo anglosajón de relaciones laborales, sino que es de plena aplicación en otras latitudes. Se trata de una aportación universal. La investigadora del Berkeley Labor Center de la Universidad de California nos ofrece un repertorio probado de técnicas de negociación y organización, cuyo contraste y experimentación dotan al texto de un especial interés. Se nota que ha hecho los deberes. Y ha obtenido muy buena nota. Cuidadoras, profesores, enfermeras, trabajadores industriales, del sector servicios, de grandes almacenes o de cadenas multinacionales han sido algunos de los espacios en que la autora ha desarrollado sus investigaciones. Han sido el banco de pruebas –muchas de ellas irrefutables- para analizar cómo funciona los procedimientos y metodologías sindicales que aplica. Mcalevey es la arquitecta que sueña el proyecto y dibuja el plano, pero a la vez es la constructora que levanta la obra, la albañila que apila los ladrillos de forma ordenada y la peona que carga los materiales y prepara la mezcla.

El denominado “nuevo sindicalismo” integra además un nuevo punto de vista que conecta con inquietudes de las comunidades tradicionalmente alejadas del modelo sindical que supera. La incorporación de personas queer, activistas LGTBi, migrantes y militantes de movimientos tales como Black Lives Matter y otros, vienen no solo a ensanchar la base social sino a enriquecer con sus aportes los enfoques sobre cómo avanzar sindicalmente, cómo construir comunidad laboral. Y esto es decisivo en un modelo donde la decisión de sindicarse o no se adopta en el ámbito de los centros de trabajo. La pugna es “castillo a castillo”. Los referéndums sobre sindicatos sí o no, constituyen verdaderas batallas electorales “puerta a puerta” donde se decide el futuro colectivo de la comunidad que labora unida. Asistimos a un fenómeno que trasciende a la izquierda demócrata –encarnada en el incombustible Bernie Sanders- y proyecta su alcance mucho más allá de las tradicionales fronteras de los ámbitos militantes.

Estamos, pues, ante un escenario que viene a superar las prácticas del sindicalismo tradicional “made in USA” y que constituye una pieza útil para este cambio de tendencia. Nos encontramos ante la tensión dialéctica entre negociación colectiva y libertad individual, tan propia del neoliberalismo anglosajón. Y es aquí donde el análisis de Mcalevey introduce una serie de ideas que aportan luz inicial al análisis de los factores para terminar resolviendo algunas ecuaciones. Proyecta luces largas y cortas. Sus cuatro libros, multitud de artículos e intervenciones públicas nos permiten profundizar en la metodología científica que propone para el avance organizativo de la clase trabajadora en su ámbito laboral.

Además de sus aportaciones teóricas, es especialmente significativa la puesta en marcha del programa “Organizing for power”, que -no por casualidad- es el subtítulo original de esta obra. Este proyecto, auspiciado por la Fundación Rosa Luxemburgo cuenta con un impacto de cerca de 40000 personas, 1800 organizaciones, 115 países y una veintena de idiomas. La traducción que ahora presentamos contribuye a facilitar una herramienta para la red de activistas hispanohablantes que puede así iniciarse en el estudio y conocimiento de su obra. Podríamos indicar que se convertirá en un clásico del mundo sindical. Sin embargo, esto no es un futurible, sino algo que está ya ocurriendo y de lo que la propia Mcalevey se ha ocupado de propiciar su continuidad más allá de su reciente fallecimiento, el pasado 7 de julio de 2024, a los 59 años.

Para los activistas sindicales, conocer la obra de Mcalevey es un “must” si queremos confrontar con los -cada vez más frecuentes- consultores antisindicales. El prestar especial atención al análisis de los marcos institucionales es una enseñanza que recogemos necesaria para convertir a los sindicalistas en estrategas laborales. El método Mcalevey es, sin duda responsable de ofrecernos fórmulas para pasar de la autoculpabilidad a la lucha colectiva. ¡Adelante y a ganar!

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