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Pensar es una traición a las ideas!“ Esta frase en una ilustración de EL ROTO, me conmueve por la verdad que desvela abiertamente en los tiempos que corren, de alguna manera parece que ”el mundo“ ”la globalización“ intenta vender una verdad una idea enfrentándose a todos los individuos que están preocupados y advierten de los peligros que se avecinan por la crisis climática ignorando tanto sus denuncias como sus propuestas. El sistema, sus administradores y sus propietarios anónimos, no hacen nada concreto respecto a ello, no existe un plan de futuro, no quieren desarrollar y explicar lo que ocurrirá con las medidas que han tomado para algo que ya se preconizaba desde hace medio siglo.
Parece que están satisfechos, que el modelo ha estado progresando adecuadamente lo suficiente como para auto justificarse, pero la verdad es que tras cada avance en el progreso hacia una ”vida mejor“ ”mas cómoda“ se desdobla una amenaza a la vida por sus necesidades o por la materia prima que utiliza o la energía que consume o los residuos que produce o las consecuencias a largo plazo...
De alguna manera existe una diferencia entre futuro y porvenir, futuro es aquello lejano y por-venir forma parte de nuestra cotidianidad, de nuestro presente, sin un proyecto de por-venir claro y pensado es imposible esperar un futuro con las perspectivas climatológicas sociales actuales. Parece, en la encrucijada que nos encontramos históricamente, que hay un ”numeroso“ sector de la población que se cuestiona todo (desde el capitalismo, la democracia como se interpreta, el progreso, el sistema de vida...). La realidad es que las prioridades como especie se han diluido: nacer, crecer, alimentarse reproducirse para perpetuar la especie, dejar espacio a los que vienen detrás, y no existe una hoja de ruta política que evalúe estas necesidades naturales.
Nos encontramos con diferentes tipos de situaciones políticas en los diversos estados del planeta, pero el modelo de sociedad hegemónico es el capitalista basado en la inversión para rentabilizar en favor de un sector concreto y creyente de la población en tiempo presente o en el por-venir comercial, realizando unos ligeros retoques verdes para maquillar la situación denunciada por otro sector de la población e incluso pagando para controlar los movimientos incómodos migratorios, saltándose líneas éticas que recuerdan viejos tiempos supremacistas y autoritarios.
El modelo occidental asumido por todo el planeta ha vendido la modernización y con ella ha creado unas necesidades que amenazan el futuro. Es igual el sistema político, todos buscan ser mas rico que el vecino tener mas ”calidad de vida“ al coste que sea, disponer de mas energía que quemar hoy y reservas para el mañana.
Al sistema está claro que no le interesa hablar de futuro de la humanidad a según qué niveles de autoridad, poder y propiedad, no interesa ese tiempo ”lejano“, porque lo que realmente le importa es el futuro del sistema siempre respecto a su propio por-venir de hecho solo tiene que sobrevivir el tiempo que consigan hacerlo sus peones, lo que es una ignominia a la especie humana.
Pensar en contra del predicado de las autoridades es ir en contra de las ”ideas“, cuánto tiempo el sistema va a sobrevivir imponiendo un autoritarismo ”democrático“ cada vez mas evidente en las cotidianas situaciones sociales de los ciudadanos, cada día los movimientos en todos los sentidos están mas controlados, las vidas de alguna manera son predecibles, la información de las necesidades y los caprichos aparecen en las ventanas que observamos por arte de magia por arte del marketing de las estadísticas ocultas realizadas con las palabras que pronunciamos y hasta donde llega o puede utilizarse este seguimiento de palabras, necesidades, anhelos, pensamientos verbalizados...
Desde la prehistoria el dibujo de la vida en el planeta ha sido modificado por ”surgimientos“ inesperados en el tiempo, puede ser que el próximo surgimiento sea alguno provocado por el Homo sapiens en uno u otro sentido, cabe una rebelión frente a los límites sobrepasados, no olvidemos que en el siglo XX ya se saltaron esos límites dos veces como mínimo con el holocausto y con las bombas de Hiroshima y Nagasaki, dos claros ejemplos de que la modernización y los modelos políticos enmascarados generan muerte y destrucción. Permitiremos un autoritarismo irresponsable que encorseta libertades y prioriza la sostenibilidad del sistema por encima supervivencia humana.
De alguna manera el futuro del planeta es como un sistema complejo matemático, donde el todo suma más que las partes y estas partes somos los seres vivos despojados de ideologías ”teológicas“, la anomalía que se debería buscar podría encontrarse en el pensamiento crítico necesario para corregir el progreso destructivo y utilizando símiles del lenguaje del ”sistema“: sin ”inversión“ como especie en por-venir, en pensamiento, en ideas, en creación, en investigación... será imposible parar el reloj que el ”sistema" ha puesto en marcha hacia nuestro no futuro.
Al fin y al cabo la pregunta para buscar una solución está en boca de los filósofos actuales que cuestionan a las autoridades ¿Qué mundo queremos tener? Supuestamente, cuando como especie, no como sistema económico, lo decidamos, si no es tarde, conseguiremos crear un por-venir