Educación
Contra la reacción, extremar el ideal democrático

Se hace necesario no contribuir al esperpento entrando al trapo en un pseudodebate sobre a quién corresponde la “propiedad” de los hijos e hijas, si a las familias o al Estado; al mismo tiempo, es preciso saber entender la profundidad política de la estrategia puesta en marcha por la derecha radical.

Aula de colegio
Víctor Prieto Rodríguez
22 ene 2020 11:58

Al hilo de la polémica surgida a raíz de la iniciativa del gobierno murciano de otorgar a los progenitores la prerrogativa de veto de conciencia a las actividades educativas complementarias que no sean de su agrado, lo que han denominado eufemísticamente como “pin parental”, se hace necesario no contribuir al esperpento entrando al trapo en un pseudodebate sobre a quién corresponde la “propiedad” de los hijos e hijas, si a las familias o al Estado; al mismo tiempo, es preciso saber entender la profundidad política de la estrategia puesta en marcha por la derecha radical.

En los periodos largos de estabilidad política, como el que representa el turno bipartidista hasta su quiebra en 2015, la disputa democrática se ordena dentro de un estrecho marco que contribuye a despolitizar, cuando no a anatemizar, múltiples aspectos de la vida social. Es lo que se conoce como “consensos básicos” que, con oscilaciones coyunturales, dejan al margen de la disputa partidista un amplio abanico de políticas (sanidad, educación, pensiones, seguridad, etc.) concebidas como el sustrato democrático “natural” e inalterable de la sociedad bien administrada.

En periodos políticos convulsos, como el que nos toca vivir, aquellos márgenes que delimitaban lo “posible” (y hasta lo “deseable”) saltan por los aires. Lo que se revela con ello, además del carácter excluyente de la idea de consenso entre élites
Estos consensos básicos responden a una concepción de la democracia que, asentada sobre el imaginario del pacto social de posguerra que dio lugar al surgimiento del Estado de Bienestar (en el caso de España, tenemos que remitirnos a la etapa transicional y al proceso de convergencia con el entorno europeo), ha evolucionado hasta convertirse en un mero procedimiento que garantiza “la alternancia en el poder sin que nos matemos”. Aunque Schumpeter diría que esto no es poco, conviene recordar que las apelaciones a la neutralidad de los poderes públicos olvidan que allí donde estos no se manifiestan e imponen democráticamente su ethos, acaba por imponerse la “verdad” del mercado.

Es por esta razón que, en periodos políticos convulsos, como el que nos toca vivir, aquellos márgenes que delimitaban lo “posible” (y hasta lo “deseable”) saltan por los aires. Lo que se revela con ello, además del carácter excluyente de la idea de consenso entre élites, es la resistencia que ejerce la democracia, como ideal político, a ser reducida a una serie de mecanismos supuestamente objetivos, tecnocráticos, que organizan la sociedad. La democracia es, por lo tanto, algo más, una sustancia elástica y en disputa entre aquellos que tratan de encerrarla dentro de un cajón y aquellos otros que quieren que fluya.

No es casual que la llegada al poder del primer gobierno de coalición de izquierdas desde la época de la II República haya deparado la ruptura del consenso básico sobre un tema tan sensible como la política educativa. Y lo hace, ni más ni menos, con una “reacción revolucionaria” (con resonancias thatcherianas) que contrapone el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos e hijas a lo que se denuncia como un adoctrinamiento de los menores en los colegios públicos. Frente al feminismo y a una sexualidad progre pervertida, la familia (en su acepción más arcaica) se acoge al derecho constitucional (art. 27.3.) “que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”. Una respuesta a la altura jurídico-política pasaría por desarrollar esa otra idea superior (Art. 27.2.) de que “la educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales”. Están en juego los Derechos Humanos, no es broma.

Asistimos a un intento por parte de la derecha radical de utilizar el marco constitucional desde su dimensión más restrictiva y autoritaria. Esta estrategia juega con lo que Stuart Hall identificó como un asalto de la derecha radical a los “universales ilustrados“ (libertad, derechos individuales, etc.)
La paradoja que se da es que, alterando los constreñidos márgenes constitucionales, la derecha radical está abriendo a la confrontación política esferas que, como la educativa, han formado parte durante décadas del acuerdo tácito sobre el que se levantó el Estado Social y Democrático de Derecho. No es una cuestión baladí, si pensamos que el consenso sobre y la despolitización de estas esferas de lo social han ido acompañadas, en los últimos tiempos, de un vaciamiento de contenido y precarización de los sistemas de protección social bajo la hegemónica razón neoliberal. Por lo tanto, el ataque descarnado de una derecha radicalizada nos impele a una defensa de lo público (y de lo común) que contribuya a su mejora cualitativa. El fanatismo del adversario dibuja de esta forma nuevas posibilidades de radicalización democrática.
A lo que asistimos, entonces, es a un intento por parte de la derecha radical (Vox, pero también PP) de utilizar el marco constitucional desde su dimensión más restrictiva y autoritaria, algo que entronca con un determinado sentido común católico- reaccionario, tan presente a lo largo de nuestra historia y capaz de movilizar a grupos sociales muy amplios y cohesionados. Al mismo tiempo, esta estrategia juega con lo que Stuart Hall identificó como un asalto de la derecha radical a los “universales ilustrados“ (libertad, derechos individuales, etc.), aprovechando el supuesto ensimismamiento y la desarticulación de las izquierdas, obsesionadas con las políticas de identidad.

Por todo ello, no es suficiente oponer a esta reacción revolucionaria “simplemente la ley”, sino que va a ser indispensable estirar el texto constitucional desde su dimensión democrática, tan real como la otra, convertirlo en un programa de gobierno transformador. Con ello, el nuevo Gobierno y la sociedad civil progresista se sitúan ante el reto de poner en marcha un ambicioso impulso reformista que se apoye en la nueva mayoría social que, además, ha de construir. Ese es el sentido de la investidura de Pedro Sánchez y del acuerdo de coalición, resistir la reacción transformando el país y evitar, así, que el pequeño paso adelante en nuestra historia que representan acabe, como tantas veces, con dos zancadas hacia atrás.

Archivado en: Vox Educación
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Opinión
Opinión Patriotas por Europa refuerza el discurso nativista en su cumbre en Madrid
La derecha radical populista en Europa se reunió el pasado fin de semana en Madrid. El discurso antiinmigratorio ha sido una de las piezas centrales de la cumbre de Patriotas por Europa.
Extrema derecha
Respuesta feminista Una activista de Femen irrumpe en la cumbre de la internacional ultraderechista en Madrid: “Ni un paso atrás”
El cónclave 'Patriots' reúne este sábado a lo más granado de la ultraderecha europea. La activista ha protestado con el lema 'make Europe antifascist again' pintado en su torso.
Extremadura
Ruptura PP-Vox Extremadura enfrenta tensiones políticas por los presupuestos de 2025
El futuro de los presupuestos de Extremadura para 2025 queda en el aire tras la ruptura entre PP y Vox, marcada por incompatibilidades y la posibilidad de elecciones anticipadas.
#46172
22/1/2020 18:36

En España, país aconfesional y no laico "el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales" pasa por la libertad religiosa. Incluso en muchas CCAA si en un centro público un número suficiente de alumnos así lo solicita tiene derecho a clases de religión, musulmana, judeocristiana, etc. En cualquier caso, con el fracaso escolar tan alto y el deficit en tantas materias curriculares ¿Tanta preocupación puede suscitar la ausencia de los hijos de los de VOX u otros colectivos religioso-conservadores de esas charlas?

0
0
Gobierno de coalición
PSOE-Sumar El Gobierno toma nota de la presión social y cambia su discurso sobre vivienda
En la semana en que los sindicatos anunciaron la histórica manifestación estatal del próximo 5A, la ministra Isabel Rodríguez sube el tono.
Madrid
La burbuja del alquiler Sumar, Podemos y sindicatos de inquilinos presionan para convertir en indefinidos los contratos de alquiler
Sumar lanza una propuesta legislativa para transformar en indefinidos los contratos de alquiler, una de las principales demandas de la manifestación por la vivienda del 5 de abril. Una moción de Podemos, rechazada en el Congreso, pedía lo mismo.
Cine
Kamal Aljafari “Palestina está en la raíz de la situación actual del mundo”
Kamal Aljafari lleva toda su carrera trabajando con materiales de archivo, indagando en las imágenes e interviniendo en ellas para preservar memorias en desaparición y para oponerse al proyecto colonial sionista y su falseamiento del pasado.
Líbano
Ocupación israelí Israel incumple el acuerdo de paz y mantiene tropas en el sur de Líbano para “vigilar” a Hezbollah
El Ejército sostiene la ocupación de cinco colinas a lo largo de la frontera tras evacuar sus soldados de decenas de municipios. Miles de civiles regresan a sus casas para descubrir que lo han perdido todo.
Opinión
Derecho a la vivienda Flex Living: el caballo de Troya de la precarización del alquiler
No es una respuesta moderna a las nuevas formas de habitar la ciudad. El ‘flex living’ no es más que la última jugada del sector inmobiliario y los grandes fondos de inversión para maximizar beneficios a costa del derecho a la vivienda.
Opinión
Opinión La unidad del anarcosindicalismo es la acción conjunta
Al hilo de supuestos movimientos desde la CGT hacia la unificación con CNT es necesario diferenciar entre lo que es una relación en clara mejora y lo que sería un proyecto real en marcha.
Galicia
Memoria histórica Cultura, exilio y lucha de las bibliotecarias gallegas durante la Segunda República
Durante los primeros años treinta, las bibliotecas se convirtieron en espacios de trabajo ideales para un modelo de mujer que aspiraba ser independiente y que había manifestado un claro compromiso político. La Guerra acabó con todas sus aspiraciones.

Últimas

Galicia
Galicia La Xunta de Feijóo, condenada por negar visitas a una mujer que murió de cáncer por tener covid-19
La jueza dice que la situación exigía “flexibilizar” las medidas de prevención. Falleció a inicios de 2022 en el Hospital Álvaro Cunqueiro durante los últimos meses de la administración del jefe del PP con Julio García Comesaña de conselleiro.
Egipto
Egipto Ashraf Omar continúa en prisión provisional por dibujar
Ashraf Omar, caricaturista político del medio digital AlManassa, sigue en prisión preventiva indefinida tras ser arrestado violentamente en su domicilio el 22 de julio de 2024.
Comunidad de Madrid
Sanidad Pública Sindicatos piden el cese de la dirección del Hospital 12 de Octubre tras las obras de remodelación
Los problemas con las nuevas instalaciones han cristalizado en una unión sindical que ha reclamado formalmente el fin de la cúpula de dirección tras ser “ignorados” de manera “sistemática”.
Justicia
Justicia Rubiales, condenado por agresión sexual y absuelto del delito de coacciones
18 meses de multa con cuota de 20 euros al día por un delito de agresión sexual. Es la condena al expresidente de la RFEF Luis Rubiales por los hechos ocurrido en la ceremonia de entrega e medallas del pasado mundial celebrado en agosto en Sidney.
Tribuna
Tribuna Verde de ecosocial, verde de educación pública
En nuestras aulas se ha colado una prisa ansiosa, que juzga al alumnado como un gasto, que lo dirige, poco a poco, a un mundo laboral tecnoptimista y completamente atomizador.

Recomendadas

Feminismos
Ana Bueriberi “El activismo tiene que ser colectivo: para contribuir al cambio es imprescindible despersonalizar la causa”
La periodista madrileña Ana Bueriberi reconoce que no sintió la discriminación hasta que llegó a la Universidad. Hoy, desde el proyecto Afrocolectiva reivindica una comunicación antirracista, afrofeminista y panafricanista.
Inteligencia artificial
Militarismo La máquina de los asesinatos en masa: Silicon Valley abraza la guerra
Las fantasías distópicas sobre los futuros usos de las máquinas en la guerra están más extendidas que el relato de lo que ya está pasando en los campos de batalla.