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Editorial
El odio preventivo
La ineficaz gestión pública de los recursos sociales, la falta de previsión, planificación y coordinación entre las distintas instituciones o la desinformación sobre la realidad de menores migrantes son el caldo de cultivo para sembrar lo que Pablo Fernández, delegado de APDHA en Sevilla, ha denominado “odio preventivo”.
El anuncio de la apertura de un centro para menores extranjeros no acompañados (MENA) en el Distrito Macarena, en Sevilla, ha provocado el enfrentamiento entre una parte del vecindario y la Junta de Andalucía, con competencias en este asunto. Los motivos vecinales apuntados son la saturación de centros sociales en esta zona y el aumento de la conflictividad, rechazando que se les tilde de “xenófobos”. Sin embargo, la Delegación de Sevilla de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA), respecto a estas protestas, señala que, sin conocer a los posibles acogidos, “se les ha despreciado como ‘manojo de inmigrantes’, se ha advertido sobre su peligrosidad y se han difundido en todos los tonos las socorridas expresiones cargadas de racismo y xenofobia”. Según APDHA, se ha llegado a afirmar que el centro se va a convertir en “un nido de prostitución o delincuencia, ocupas y trata de blancas”.
“Todo el barrio de Miraflores-Cruz Roja se moviliza en protesta por la instalación de un centro donde vendrán MENA; (…) inmigrantes de especial peligrosidad según todas las noticias”, publicaba en Twitter Vox Sevilla el pasado 3 de junio a raíz de la primera concentración, aunque apenas se manifestaron medio centenar de personas mientras que el Distrito Macarena, según los últimos datos publicados por el Padrón Municipal de Habitantes, a fecha de 1 de enero de 2018, cuenta con una población total de 74.635 personas y se divide en 24 barrios, uno de ellos, Cruz Roja-Capuchinos, donde se pretende ubicar el centro MENA.
Mientras tanto, ha empezado el juego de lanzarse la pelota del tejado autonómico al municipal y viceversa. La consejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, Rocío Ruiz, ha señalado que “el resto de recursos y la situación de inseguridad o marginalidad de la zona es algo que no nos compete, y que es del Ayuntamiento”. Por su parte, el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, ha instado a Ruiz a dar respuestas a los vecinos de la Macarena, “convenciéndolos de que no generará ningún tipo de problemas”. Los centros sociales aludidos en el Distrito Macarena de competencia municipal son para personas sin hogar: Centro de Acogida Municipal y Centro de Noche de Baja Exigencia, en el Barrio Doctor Barraquer-Grupo Renfe-Policlínico, y Centro de Noche de Alta Tolerancia, en el Barrio León XIII-Los Naranjos. Relativamente cercanos entre ellos, son más distantes, en cambio, al futuro centro MENA.
La ineficaz gestión pública de los recursos sociales, la falta de previsión, planificación y coordinación entre las distintas instituciones o la desinformación sobre la realidad de menores migrantes, en general, y las características de un centro MENA, en particular, son el caldo de cultivo para sembrar lo que Pablo Fernández, delegado de APDHA en Sevilla, ha denominado “odio preventivo”.
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