Ecologismo
Felices elecciones, Coronel Nicholson

El problema no son las ideas, sino la falta de voluntad política frente al colapso. Una visión reformista contribuye a que los trenes del capitalismo sigan circulando hacia el abismo.
Atopista Supersur
Autopista Supersur Christian García

Quizá, si peinan canas, hayan asistido como nosotros a una catequesis religiosa y les hayan proyectado, antes del power point, montajes de diapositivas con historias edificantes. Nuestra preferida de aquella época fue El puente sobre el río Kwai, donde se narraban las desventuras de los soldados británicos durante su estancia en un campo de prisioneros japonés de Tailandia en la II Guerra Mundial, la construcción de cuyo puente causó la muerte de 100.000 prisioneros.

Sin embargo, ya de adultos, conocimos otra historia, sin duda apócrifa, pero más realista y creíble: la película homónima de 1957, El puente sobre el río Kwai, del gran David Lean, experto en superproducciones épicas protagonizadas por héroes coloniales torturados como Lawrence de Arabia, basada en una novela de Pierre Boulle. La historia de El Puente, es realmente singular, con dos partes bien diferenciadas. La primera nos muestra la feroz resistencia del Coronel Nicholson, el líder de los prisioneros, frente al alcaide japonés para exigir que los oficiales, según la Convención de Ginebra, no participaran de los trabajos pesados. La segunda, una vez superado el castigo del 'horno' bajo el sol inclemente y conseguida su reivindicación, paradójicamente, la colaboración entusiasta del Coronel Nicholson en la construcción de un puente estratégico para el ejército japonés, con el objeto de demostrar la superioridad técnica y organizativa británica.

Otrora heroicos ecologistas haciendo hoy un alarde de negacionismo bien temperado son capaces de vendernos crecepelos milagrosos como el aceleracionismo tecnológico, el Green New Deal o la democracia formal

La escena final, cuando un comando aliado sabotea el puente (diferente del final de la novela, en la que no es derribado), es antológica; la cara de súbito espanto del Coronel Nicholson, encarnado por el flemático Alec Guinness, al descubrir en el último momento el sabotaje de su querido puente y su fatal error, y provocando su explosión de manera involuntaria al ser abatido, quedará en la memoria de cualquier cinéfilo. Y el Coronel Nicholson como el modelo del colaboracionista (in)voluntario y tardíamente arrepentido por implicarse en los planes del enemigo...

¿A qué viene este recordatorio fílmico? Cuando pensamos en el colapso ecosocial en marcha, llámese para la ocasión con el eufemismo que se quiera, por ejemplo, crisis climática (como si fuera pasajera), pensamos en los numerosos Coroneles Nicholson que pululan en nuestro entorno (y dadas la fechas, el que no sea cofrade, que no tome vela). Otrora heroicos ecologistas que haciendo hoy un alarde de negacionismo bien temperado son capaces de vendernos crecepelos milagrosos como el aceleracionismo tecnológico, el Green New Deal o la democracia formal... y que probablemente al final tendrán que reconocer, cuando sea evidente, su error de juicio. El puente sobre el río Kwai del capitalismo reventará sí o sí, sin necesidad de comandos saboteadores, por sobrecarga estructural o por la embestida de un carguero descontrolado como el de Baltimore, o mutará en algo peor. Aunque su caída dure décadas y lo vivamos en nuestro tiempo vital como una implosión en cámara lenta. La realidad es que el colapso ya ha tenido lugar, y estamos en el tiempo de descuento de sus síntomas más duros, que en ciertas regiones del planeta ya están sufriendo, y ni el reformismo capitalista, ni el milenarismo survivalista, ni la mágica esperanza de un giro de guion in extremis, va a remediarlo.

Eucaliptos Euskadi
Arbolada de eucaliptos en Bizkaia. Hibai Agorria

¿Qué queda por hacer ante este desolador panorama? Y, sobre todo, ¿para qué? El colapso puede acontecer de muchas maneras, unas mejores y otras peores. Entre las peores, ya lo intuimos: barbarie, ecofascismo, etc. Y, entre las mejores, la posibilidad que podamos sobrevivir en una etapa postcolapso medianamente digna, gracias a un cierto decrecimiento con justicia social. En este sentido, cualquier acción o no-acción es decisiva. Estamos asistiendo, según nuestro involuntariamente provocativo criterio en Bienvenidos al Colapsoceno (ahora que el Antropoceno ha decaído para la ciencia) al comienzo de una nueva era de ambigua decadencia, en la que los Estudios colapsológicos no han de convertirse en un nuevo nicho académico sino en el laboratorio interdisciplinar que informe y se alíe con el activismo radical; pensar y divulgar el colapso es tan importante como organizar y construir comunidad(es) para resistirlo.

No obstante, más allá de consideraciones filosóficas que compartimos críticamente con algunos autores (Carlos Taibo, Ugo Bardi, Pablo Servigne/Raphaël Stevens, etc.) se están esbozando las vías materiales no de salvación sino de escape y de reconstrucción; Navegar el colapso, de Carlos Tornel y Pablo Montaño, apunta los enfoques globales del colapso o Decrecimiento: del qué al cómo, de Adrian Almazán y Luis González Reyes plantea propuestas de aplicación en el Estado que podríamos replicar a cualquier escala regional.

El problema no son las ideas, lo que falta -lo sabemos desde hace tiempo- es genuina voluntad política, no solo de las instituciones o lo grandes partidos del sistema, sino, también, del conjunto de la izquierda, de partidos y sindicatos y, lamentablemente, de parte significativa de nuestro ecologismo. Un ámbito en el que se está armando una legión de Coroneles Nicholson, unos más ingenuos y bienintencionados que otros, que con su visión reformista y tranquilizadora o aparentemente extremista pero desenfocada, contribuyen a que los trenes del capitalismo sigan funcionando hacia el abismo...

Infraestructuras
Autopista al colapso

El caso de la Supersur es paradigmático de la política de transportes de las instituciones vascas.

En la elecciones al Parlamento de la CAV es como si los problemas asociados al colapso hubieran desaparecido de la agenda y solo se ofrecieran tiritas y parches para remediar los primeros síntomas alarmantes

En las pasadas elecciones autonómicas al Parlamento de Navarra una alianza ecologista convocó a los partidos políticos a un debate sobre el tema: más allá de dimes y diretes sobre la timorata Ley del cambio climático y transición energética (replicada en Gasteiz) su respuesta fue impecablemente inane. En la elecciones al Parlamento de la Comunidad Autónoma Vasca asistimos a más de lo mismo, como si los problemas asociados al colapso hubieran desaparecido de la agenda, y solo se ofrecieran tiritas y parches para remediar los primeros síntomas alarmantes. En general, la política dominante es la del avestruz, no bajo tierra sino dentro de la txapela, como si fuera un problema local.

Mientras, Catalunya se sume en la sequía pero no importa porque en la cornisa cantábrica de momento no nos afecta; mientras, los agricultores despliegan sus tractoradas (a ver cuando lo hacen para reivindicar al proletariado agrícola de jornaleros y migrantes), nos contentamos con asociarlos a la fachosfera rugiente...y así nos va. La inercia del colapso sigue adelante, con sus guerras por territorio y recursos, sus catástrofes climáticas o la entronización de líderes neofascistas, mientras los elementos más activos de una sociedad como la nuestra, orgullosa de su activismo medioambiental, asisten impotentes o se conforman con ocuparse solo de casos concretos, obviando el elefante al fondo del planeta Tierra. ¿Quizá haya llegado el momento de desafiar al ecosistema político vasco? ¿Merecen los partidos actuales nuestro voto? ¿Hay alguna forma de presionarlos eficazmente? Que cada cual rumie su respuesta y actúe en consecuencia.

El Colapsoceno no es el Apocalipsis, sino el nuevo campo de batalla en el que la retaguardia tiene mucho que decir y aportar. La búsqueda por abajo de amplios consensos entre diferentes tendencias y sensibilidades es una tarea que la sociedad ha de encabezar y exigir. La creación de un nuevo imaginario, más allá de la distopía disciplinaria de Netflix, con sus zombis y plagas, es una de las principales... Toda ayuda para hackear el futuro desde el presente será bienvenida.

La inercia del colapso sigue adelante, con sus guerras por territorio y recursos, sus catástrofes climáticas o la entronización de líderes neofascistas, mientras los elementos más activos de una sociedad como la nuestra, orgullosa de su activismo medioambiental, se conforman con ocuparse solo de casos concretos

El director japonés Nagisa Oshima filmó en 1983 Feliz Navidad, Mr. Lawrence, en la que un irreductible prisionero británico, encarnado por un desafiante David Bowie, plantaba cara al comandante japonés de un campo de prisioneros hasta que este lo dejaba morir tostado al sol en un agujero en la arena, ofreciendo así un modelo ético a prisioneros y carceleros. Frente a la falsa resistencia colaboracionista, la resistencia total parece no tanto la mejor opción como la única posible. Así que, cruzando y saboteando títulos de ambas películas, le diremos a nuestro amigo: Feliz colapso, Coronel Nicholson. O, lo que en nuestro caso, es lo mismo: Felices elecciones, Coronel Nicholson, ojalá no sean las últimas que disfrutes.

Archivado en: Ecologismo
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

El Salto Radio
El Salto Radio Humedales necesarios
Damos un paseo radiofónico por algunos de los humedales de Andalucía, espacios fronterizos entre el mar y la tierra, tan necesarios para nuestra supervivencia. Lo hacemos con Juan Martín Bermúdez, de SALARTE y algunos oyentes.
Tribuna
Tribuna Verde de ecosocial, verde de educación pública
En nuestras aulas se ha colado una prisa ansiosa, que juzga al alumnado como un gasto, que lo dirige, poco a poco, a un mundo laboral tecnoptimista y completamente atomizador.
Ecologismo
Infraestructuras Ecologistas recuerdan que hay una alternativa al TAV por Aralar ante la amenaza de expropiaciones
El secretario de Estado de Transportes del Gobierno español, José Antonio Santano, abrió la puerta a hacer “expropiaciones temporales” ante los obstáculos que se están encontrando en los municipios afectados por la conexión entre Navarra y Euskadi
Cine
Kamal Aljafari “Palestina está en la raíz de la situación actual del mundo”
Kamal Aljafari lleva toda su carrera trabajando con materiales de archivo, indagando en las imágenes e interviniendo en ellas para preservar memorias en desaparición y para oponerse al proyecto colonial sionista y su falseamiento del pasado.
Paterna
Paterna Vandalizan el muro de Paterna donde el franquismo fusiló a 2.238 personas
El paredón amaneció este viernes con grandes letras pintadas con spray negro donde se podía leer “Sagredo eres maricón y tarado”, en referencia al alcalde del municipio.
Opinión
Derecho a la vivienda Flex Living: el caballo de Troya de la precarización del alquiler
No es una respuesta moderna a las nuevas formas de habitar la ciudad. El ‘flex living’ no es más que la última jugada del sector inmobiliario y los grandes fondos de inversión para maximizar beneficios a costa del derecho a la vivienda.
Opinión
Opinión ¡Que vivan los aranceles!
Que Trump propugne aranceles no debe hacernos caer en la trampa de defender los intereses de los grandes oligopolios.

Últimas

Madrid
La burbuja del alquiler Sumar, Podemos y sindicatos de inquilinos presionan para convertir en indefinidos los contratos de alquiler
Sumar lanza una propuesta legislativa para transformar en indefinidos los contratos de alquiler, una de las principales demandas de la manifestación por la vivienda del 5 de abril. Una moción de Podemos, rechazada en el Congreso, pedía lo mismo.
Comunidad de Madrid
Movilización por la educación 23F: el día que una veintena de colectivos llenarán de verde Madrid para defender la educación pública
La comunidad educativa de todos los niveles en la enseñanza se prepara para una movilización que arrancará a las 12:00 horas desde Atocha hasta Sol, en la región que menos invierte en educación por estudiante.
Política
El Salto Radio Podcast | ¿Cancelar la cancelación?
Hablamos con Antonio Gómez Villar, a partir de su libro “Cancelar no es transformar” sobre malos entendidos y límites de esta acción política
Opinión
Opinión ¡Que vivan los aranceles!
Que Trump propugne aranceles no debe hacernos caer en la trampa de defender los intereses de los grandes oligopolios.
Galicia
Memoria histórica Cultura, exilio y lucha de las bibliotecarias gallegas durante la Segunda República
Durante los primeros años treinta, las bibliotecas se convirtieron en espacios de trabajo ideales para un modelo de mujer que aspiraba ser independiente y que había manifestado un claro compromiso político. La Guerra acabó con todas sus aspiraciones.
Comunidad de Madrid
Sanidad Pública Sindicatos piden el cese de la dirección del Hospital 12 de Octubre tras las obras de remodelación
Los problemas con las nuevas instalaciones han cristalizado en una unión sindical que ha reclamado formalmente el fin de la cúpula de dirección tras ser “ignorados” de manera “sistemática”.
Opinión
Opinión La unidad del anarcosindicalismo es la acción conjunta
Al hilo de supuestos movimientos desde la CGT hacia la unificación con CNT es necesario diferenciar entre lo que es una relación en clara mejora y lo que sería un proyecto real en marcha.

Recomendadas

Líbano
Ocupación israelí Israel incumple el acuerdo de paz y mantiene tropas en el sur de Líbano para “vigilar” a Hezbollah
El Ejército sostiene la ocupación de cinco colinas a lo largo de la frontera tras evacuar sus soldados de decenas de municipios. Miles de civiles regresan a sus casas para descubrir que lo han perdido todo.
Feminismos
Ana Bueriberi “El activismo tiene que ser colectivo: para contribuir al cambio es imprescindible despersonalizar la causa”
La periodista madrileña Ana Bueriberi reconoce que no sintió la discriminación hasta que llegó a la Universidad. Hoy, desde el proyecto Afrocolectiva reivindica una comunicación antirracista, afrofeminista y panafricanista.
Inteligencia artificial
Militarismo La máquina de los asesinatos en masa: Silicon Valley abraza la guerra
Las fantasías distópicas sobre los futuros usos de las máquinas en la guerra están más extendidas que el relato de lo que ya está pasando en los campos de batalla.