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Deforestación
200 organizaciones reclaman al Gobierno firmeza en el Consejo de Europa contra la deforestación importada
“En el próximo Consejo de Medio Ambiente de la UE del 17 de marzo, España debe desempeñar un papel fundamental en la mejora de la propuesta de reglamento para luchar contra la deforestación importada”. Es el mensaje que lanzan dos docenas de organizaciones al Ejecutivo, colectivos que han enviado este martes 1 de marzo a la ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, y al ministro de Agriocultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, el Posicionamiento de la sociedad civil sobre la propuesta de reglamento europeo para luchar contra la deforestación importada.
La Unión Europea es hoy en día el segundo mayor responsable global de la deforestación tropical. Esto es debido a la importación de productos agrícolas y ganaderos, con monocultivos ampliamente extendidos como la soja y la palma aceitera, dedicados principalmente a la industria de los piensos para la ganadería y al sector alimenticio, respectivamente. En el caso de la soja, el informe Con la soja al cuello, realizado por el Área de Agroecología de Ecologistas en Acción, denunciaba en enero de este año que solo el 6% de la producción global se destina a alimentación humana, mientras que el 70% va destinado a la industria de la alimentación animal.
La banca española se sitúa en cuarta posición en lo referente a la financiación de actividades agroindustriales asociadas a la deforestación
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima la tasa de deforestación global entre 2015 y 2020 en unos diez millones de hectáreas al año, una superficie similar a la de la península Ibérica. Solo entre agosto de 2019 y julio de 2020, la Amazonía perdió 11.088 kilómetros cuadrados, un territorio similar a la Región de Murcia, según datos del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales de Brasil. La cifra supone un incremento de 9,5% respecto al periodo anterior en un momento en el que la emergencia climática global exige que los bosques tropicales, principal pulmón del planeta e inmenso reservorio de carbono, sean protegidos.
El 17 de marzo tendrá lugar en Bruselas una nueva ronda de negociaciones de los titulares de Medio Ambiente de la UE para cerrar la actualización del Reglamento relativo a la comercialización en el mercado de la Unión y a la exportación desde la Unión de determinadas materias primas y productos derivados asociados a la deforestación y la degradación forestal.
España, en el podio de la responsabilidad
El documento suscrito ahora por dos centenares de organizaciones, y enviado también a los integrantes del Parlamento europeo, exige al Gobierno que desempeñe “un papel fundamental” para mejorar el reglamento. “El compromiso del Gobierno español en la lucha contra la deforestación importada aún no está suficientemente claro, pese a que España es el tercer país europeo con mayor responsabilidad en este grave problema”, denuncian las siete organizaciones que están coordinando el trabajo de los colectivos de la sociedad civil al respecto en España: Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace España, Mighty Earth, SEO/BirdLife, WWF y la Coordinadora de ONG de Desarrollo de España.
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El texto, sin embargo, valora positivamente la propuesta de la Comisión Europea contra la deforestación importada y la califica como “un avance fundamental en materia de gobernanza ambiental a nivel mundial y una gran oportunidad para poner fin a la huella negativa de la economía de la UE en las personas y en el planeta, así como para cumplir con sus compromisos relativos al clima, la biodiversidad y los derechos humanos”.
Apoya especialmente aspectos como la obligación de las empresas que vendan determinadas materias primas en el mercado de la UE a rastrear su origen y demostrar que estas no están vinculadas a la destrucción o degradación de los bosques o violaciones de derechos humanos. Pero a pesar de los aspectos positivos, el Posicionamiento remarca deficiencias como que la normativa incluya ecosistemas distintos de los bosques, como las sabanas y los humedales, que están siendo destruidos para abastecer a las industrias de la UE de materias primas y que son de gran importancia para la acción climática y la biodiversidad.
Caucho, viscosa, azúcar y maíz
Las organizaciones firmantes también sugieren incluir en el texto legal una serie de productos y materias primas relacionados que también causan deforestación, como el caucho, la viscosa, la caña de azúcar y el maíz, y demandan que el reglamento obligue a las empresas a cumplir “con todos los instrumentos internacionales de protección a los derechos humanos y los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales, que ahora sufren la violación de sus derechos por la industria que comercializa materias primas y productos en España”.
Por último, los dos centenares de organizaciones interpelan al Gobierno para que aborde el impacto de las inversiones del sector financiero europeo en la deforestación y degradación de los ecosistemas, considerando que la banca española se sitúa en cuarta posición de haber financiado actividades agroindustriales asociadas a la deforestación.
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Para las organizaciones firmantes, “dichas deficiencias podrían ser resueltas si el Parlamento Europeo y los Estados miembros de la UE tuvieran la voluntad necesaria para mejorarla, eliminando ciertas ambigüedades y reforzando determinados elementos esenciales de la propuesta”.
Desde Ecologistas en Acción ya denunciaron el pasado noviembre que las presiones de los lobbies del sector agroindustrial y automovilístico había conseguido eliminar algunos nateriales del borrador inicial. “Productos importantes para la industria del automóvil, como el caucho, han desaparecido de la lista de productos que se regularán mediante la ley prevista”, apuntaba entonces Tom Kucharz, investigador y coresponsable del proyecto Los Rostros de la Soja.