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Ecologismo
Alicante repair café, un proyecto colaborativo en expansión
Un repair café es un taller en el que se trata de reparar, de manera colectiva, los objetos averiados que llevan los asistentes. Por tanto, es un lugar donde aplicar conocimientos, habilidades y herramientas, a la vez que se combate el consumismo de usar y tirar.
Con esa idea nace el proyecto Alicante repair café el 8 de octubre de 2022. Comienza con talleres quincenales en la cafetería alicantina F451. En enero de 2023 pasa a celebrarse también en las instalaciones públicas de las Cigarreras, en un espacio cedido a la asociación Makers Alicante, lugar que acaba siendo la localización de los mismos.
Hablamos con Daniel Pérez, fundador del proyecto.
¿Cómo surge el proyecto y quién está detrás de él?
Fui yo quien comenzó con el proyecto Alicante repair café por causas muy muy pragmáticas, al poco se unió Luis Alberto que es un colaborador casi fijo, y con el tiempo se ha formado un grupo de colaboradores/asistentes que vienen a menudo.
En cuanto a mi motivación, está la necesidad personal de reparar los múltiples objetos propios (que se rompen antes de lo esperado), a la que se unen otras motivaciones como: el ahorro económico, la conciencia ecológica, el interés por mejorar mi conocimiento técnico y el desafío de resolver un problema.
Y por otro lado, el proyecto se justifica tras experimentar que reparar en solitario requiere usar tiempo libre en una actividad «poco social», a veces aburrida, en la que te pueden faltar herramientas o conocimiento y que incluso muchas veces no compensa económicamente. Y entendiendo que esto mismo les tiene que pasar a más personas.
Además, observo que los movimientos maker cercanos pueden resolver problemas relacionados con el espacio, las herramientas o el conocimiento para los socios que pagan su cuota. Pero en éstos, en general, la actividad la desarrollan personas con conocimiento avanzado, que crean cosas tecnológicamente innovadoras, pero que no necesariamente responden a una necesidad práctica.
En algún momento veo algún anuncio de alguna actividad repair cafe/restarters, me informo un poco sobre ellos y busco eventos cercanos, pero por desgracia no encuentro nada, aunque me quedo con la idea y empiezo a seguir algunas cuentas en redes sociales.
Tras mucho tiempo a la espera, decido que alguien tiene que empezar y se lo propongo a la Cafetería F451, ya que tienen una agenda cultural/activista. Con su apoyo empezamos.
¿Como es el funcionamiento de vuestro repair café?
El funcionamiento es muy distendido, muy colaborativo y bastante informal. Se crearon unas normas, pero en la práctica no está siendo necesario recordarlas.
La gente viene con sus cacharros, se habla sobre el problema y se verifica el fallo que tienen, comentamos las posibles causas y soluciones, y se les anima/ayuda a abrir.
Tras abrir el aparato, se busca la causa exacta con el propietario. Frecuentemente otros asistentes se involucran y se genera una conversación donde se llega a conclusiones recurrentes, «esto es un fallo común y sabrás como repararlo la próxima vez», «es un fallo de diseño», «por ahorrar dos céntimos se avería», «está cerrado con mala fe», etc.
Siempre que se puede, se intenta que el asistente haga por sí mismo la reparación, o al menos las tareas que es capaz de hacer.
Aunque el evento no ocurra en una cafetería, tenemos una máquina de café de filtro, y si hay interesados, se hace café para todos ellos (por las tardes descafeinado).
Se puede decir, entonces, ¿qué sois un grupo motor los que organizáis cada cita y que luego hay asistentes que acuden puntualmente a reparar sus objetos? ¿Cuántas personas están en el grupo motor? ¿Cuántos asistentes soléis tener?
Si, hay un grupo motor que solemos ser las mismas dos personas, pero a veces cuenta con apoyo de algún maker y llegamos a tres o cuatro.
Los asistentes y su número son variables, pero suele estar entre cinco y diez, y siempre hay dos o tres que han acudido previamente.
¿Qué motivación has detectado entre las personas que participan?
Hay personas que simplemente quieren arreglar un producto concreto, a veces ellos ya lo han intentado previamente o han preguntado al servicio técnico. En estos casos, suele haber un componente económico o sentimental.
Pero en otros casos, es más importante el objetivo de reparar en sí, adquiriendo conocimiento y técnica, y el aparato averiado es un medio. En estos casos, los asistentes suelen volver.
Además, también hay una componente ideológica y una resistencia a aceptar la situación. Es común escuchar en los asistentes frases sobre la obsolescencia, la sostenibilidad, las comparaciones con el pasado, la imposibilidad de encontrar recambios, etc.
El primer repair café se celebró en Amsterdam, una mañana de octubre de 2009. Martine Postma, periodista e investigadora ambiental, logró reunir, con éxito, a artesanos y mecánicos de su barrio, e invitó a los vecinos a llevar aquellos objetos que tuvieran por casa averiados. Unos meses más tarde, en marzo de 2010, también en Países Bajos, se creó la Fundación Repair Café para apoyar a grupos locales de todo el mundo en la creación de sus propios repair cafés. Desde entonces, el número de repair cafés ha crecido rápidamente.
En su web, que se encuentra traducida al castellano, la Fundación Repair Café recoge desde un mapeo, a nivel mundial, de distintas iniciativas de reparación, documentación de ayuda para la formación de un nuevo repair café, o a variados manuales e informaciones de apoyo para realizar distintas reparaciones de objetos.
¿Qué tipo de objetos reparáis?, ¿cuáles son los más habituales?
Casi cualquier cosa de un tamaño manejable, y cuya avería/solución no dependa de la configuración del software, no arreglamos fallos en el sistema operativo de PCs, portátiles y móviles. La reparación basada en software merece tener eventos más específicos.
Y otro tipo de objetos que no reparamos son bicicletas porque creemos que merecen talleres/cursos más específicos y además tenemos limitaciones como el espacio, etc. Pero no descartamos crear algún evento especifico o colaborar con talleres organizados por otras asociaciones.
Recientemente hemos tenido una máquina de limpieza a vapor Polti, un juguete con unos cuantos años (un camión teledirigido por cable), una cafetera Dolce Gusto…
Hemos tenido radiadores, batidoras, afeitadoras, tostadoras, aspiradores, planchas, walkman y aparatos de audio, lámparas, una maleta, y es remarcable que bastantes aparatos tenían una batería integrada y el problema era ésta.
En cuanto a los objetos más habituales que reparáis, ¿a qué tipo de averías os soléis enfrentar? ¿Suelen ser recurrentes? ¿Cuáles son las causas?
Pues las averías se repiten mucho.
A veces son piezas que se desgastan fácilmente, por lo que deberían ser reemplazables por el propio usuario, y realmente «la avería» es el propio diseño que dificulta el acceso a la pieza o incluso obliga a tener que soldarla para desplazarla. Es el caso de baterías, ventiladores, bombillas, fusibles, carbones de contacto...
Otras veces, puede ser alguna pequeña pieza de plástico que se desgasta o pierde su posición y esto implica que un aparato complejo, y con piezas muchísimo más costosas, deje de funcionar. Al final el ahorro de unos céntimos o minutos del fabricante puede hacer perder muchos euros a otros.
Y los aparatos a batería merecen una clasificación propia, ya que casi siempre el problema está en la batería o en su sistema de carga con protección. Si la batería fuese reemplazable, no habría avería, pero al no serlo requiere acceder a ella para comprobarla. En muchos casos, de un pack de baterías solo una está en mal estado, otras veces el aparato se niega a cargar la batería por estar fuera de ciertos rangos, pero tras cargarla a mano, volverá a funcionar y posiblemente por bastante tiempo. El anuncio de Dyson (de aspiradoras sin cables) es un chiste y de mal gusto. Por cierto, por aquí han pasado aparatos Dyson. Un aparato a batería siempre debería poder funcionar con el cable enchufado.
Y luego, siempre hay averías complejas y difíciles de encontrar la causa, que requieren de más análisis, conversación y aportación de ideas del grupo.
Se puede decir, entonces, qué de forma general, ¿el diseño favorece normalmente la obsolescencia del producto y dificulta las reparaciones?
Definitivamente sí.
Respecto a las averías, mi experiencia dice que casi siempre eran claramente y fácilmente evitables desde el diseño, pero una gran parte no las achaco a conspiraciones, ni a una premeditada obsolescencia programada.
Creo que se deben a la incompetencia, al abaratamiento de costes a cualquier precio, a la falta de motivación, dada la baja penalización económica, a la falta de concienciación en sostenibilidad y a unas leyes excesivamente laxas.
Pero respecto a dificultar la reparación, aquí sí veo una clara intencionalidad en evitar que se abra, repare o modifique el aparato.
El diseño incide más en esta parte que en la durabilidad
Aparte de los problemas ocasionados por el diseño, ¿a qué otras dificultades os enfrentáis a la hora de realizar las reparaciones más habituales?
Por ejemplo, la dificultad, incluso imposibilidad, para encontrar información oficial como especificaciones técnicas o esquemas, que para aparatos comunes frecuentemente se suple con información de usuarios.
O la falta de piezas o recambios, lo que suele obligar a alargar la reparación a varias sesiones.
Y luego está la falta de conocimiento y experiencia en temas concretos, pero esa dificultad es una oportunidad para aprender y trabajar en grupo.
¿Con qué recursos contáis para realizar las reparaciones?
Pues lo indispensable son un juego de puntas de destornillador finas (mejor 100 puntas que 30) y unas uñas/púas de plástico para abrir carcasas. Con lo anterior ya deberíamos poder «romper» defensas intencionadas del enemigo.
Otras herramientas muy necesarias son un soldador/estañador, un multímetro, alicates, tijeras, pegamento y tampoco viene mal tener una fuente de alimentación de voltaje regulable y una dremmel (mini- taladro).
Y dependiendo del sitio donde se haga el repair café, es importante no olvidarse un alargador de enchufes y una lampara o luz frontal.
En cuanto a los recambios, es imposible saber cuál hará falta, pero nunca sobran cables, un surtido de tornillería, tubo retráctil y regletas de conexión de cables a tornillo.
¿Las herramientas las aportáis los organizadores?
Sí, las herramientas las proporcionan los organizadores (los voluntarios o la asociación), algunas piezas o consumibles usados componen nuestro pack de componentes/cosas/chatarra útil (a veces comprada y otras reciclada). En general, son piezas de muy poco valor económico que incluso nos sobran en casa. Pero a largo plazo estamos pensando en poner una hucha y aceptar donaciones para sufragar estos pequeños gastos, poder imprimir cartelería, etc.
¿Es fácil obtener la documentación necesaria para poder acometer la reparación?
Los aparatos suelen venir con manual de usuario en papel, pero diría que nunca con el manual de reparación. Pero en el pasado no siempre fue así, sí los proporcionaban, solían existir en versión papel o en pdf, públicos o para reparadores autorizados, de pago o no. Hoy en día, para muchos productos, no tengo claro ni que se haya creado dicho manual.
Además, actualmente la mayoría de las marcas no son fabricantes y se limitan a revender productos «made in China» (o también es común en electrodomésticos que se hayan fabricado en Turquía), por lo que si el fabricante real dispone del manual técnico, sigue existiendo un problema porque los vendedores no lo comparten, ya sea para ahorrar en hacer la traducción o simplemente desincentivar la reparación y la consiguiente solicitud de recambios.
En todo caso, para el reparador no especializado, adivinar quien es el fabricante real y el modelo es una tarea muy difícil y a veces incluso imposible.
Buscar en internet requiere tiempo, hay resultados que te llevan a páginas que no contienen lo que buscas, otras veces hay que pagar por el documento en pdf, etc.
Pero también hay buenas iniciativas como Manuall, una web con manuales, sin ánimo de lucro, y asociada con la Fundación Repair Café.
¿Contáis con algún apoyo institucional? ¿Lo habéis buscado? ¿Lo veis necesario?
Directamente nunca se ha contado con apoyo institucional pero tampoco se ha buscado.
Aunque indirectamente desde hace un tiempo estamos haciendo uso de unas instalaciones públicas en las Cigarreras, que están cedidas a la asociación Makers Alicante.
Y es indiscutible que el apoyo institucional puede ayudar con el espacio físico, los medios disponibles, pueden servir para aumentar la repercusión y el impacto mediático, y todo esto es muy importante por ser un tema y una alternativa muy desconocidos para la mayoría. Y por tanto, es un aspecto muy interesante y a tener en cuenta.
Y de hecho, en otros sitios, ya están usando espacios públicos como las bibliotecas.
Pero en mi opinión, conseguir difusión mediática/concienciación ideológica no debe ser el máximo objetivo. Sino que debe ser algo complementario a la práctica, con sus limitaciones físicas, a tener la capacidad de organizar eventos/talleres con suficientes voluntarios, a ir adaptándose para agrandar la base de potenciales asistentes, y a que los asistentes vayan perdiendo el miedo a reparar y además adquieran conciencia, rutina y conocimiento.
Y ya, como consecuencia final de lo anterior, el objetivo es mantener en funcionamiento el mayor número de objetos, cuyo destino era ser reemplazados, con su consiguiente impacto ambiental para todos y económico para el bolsillo del propietario.
¿Contáis con el apoyo, o habéis generado alguna sinergia, con alguna organización o colectivo?
Tenemos sinergia e intereses comunes con makers y organizamos el evento con Makers Alicante. También, recientemente hemos colaborado con el taller de unas artistas en residencia.
Yo creo que compartimos objetivos con colectivos y organizaciones ecologistas, de defensa de los consumidores y de los derechos civiles, incluso con el movimiento por el código abierto. Pero además, nuestras actividades son de utilidad para la ciudadanía, por lo que podrían ser ofrecidas por instituciones públicas.
Pero, en cualquier caso, de momento, el tema de apoyos y colaboraciones es una asignatura pendiente de exploración.
¿Qué expectativas de futuro tenéis?
Seguir creciendo, paso a paso, aumentar la concienciación sobre la necesidad de reparar (o de al menos intentarlo), conseguir que las instituciones se impliquen en la defensa del derecho a reparar, agrandar la base de usuarios y que de estos surjan colaboradores y organizadores que puedan llevar el evento a barrios, u otras ciudades o pueblos.
Y a muy corto plazo, aumentar el número de organizadores y a establecer una segunda ubicación donde realizar otro taller periódico.
El movimiento por el Derecho a reparar está formado por activistas ecologistas, personas consumidoras, reparadoras y activistas de la economía social y tiene el objetivo de garantizar la reparabilidad y la sostenibilidad de los productos frente a la obsolescencia que marca el modelo de producción y consumo.
El movimiento surgió en Estados Unidos, en la década de 1920, como respuesta a la estrategia de las empresas automotrices de dificultar las reparaciones independientes. En la actualidad, este movimiento en Europa está impulsando cambios legislativos que garanticen el «Derecho a la reparación» para que sea más fácil, barata y accesible. Para ello, se pide actuar en el:
- Diseño del producto, teniendo en cuenta de que el 80% de los impactos ambientales del mismo se determinan en su fase de diseño. Los criterios de diseño deben incluir la durabilidad y la posibilidad de reparación del objeto, incluyendo facilidad de desmontaje, facilidad en el reemplazamiento de piezas dañadas...
- Acceso, tanto para consumidores como para talleres independientes e iniciativas colectivas, a los manuales de reparación y a las piezas de recambio a precios asequibles y sin grandes tiempos de espera.
- Libertad para elegir el taller o centro de reparación.
Acceso a la información sobre la naturaleza del producto, las personas consumidoras deben poder saber si los productos que van a comprar están fabricados para ser reparados o para ser desechados en caso de rotura. En ese sentido, se propone el establecimiento de un etiquetado, que a través de una puntuación, informe sobre el grado de reparabilidad del producto.
En estos momentos, también está desarrollando una campaña para pedir a la Comisión Europea una legislación ambiciosa que garantice que cada nuevo smartphone que se ponga en el mercado europeo tenga una vida de al menos 10 años.
Desde 2017, el tercer sábado de octubre, se celebra el Día Internacional de la Reparación, fecha que los distintos colectivos que apuestan por el «Derecho a la reparación» aprovechan para organizar actividades que sirvan para concienciar sobre la importancia de la reparación de aparatos y dispositivos electrónicos.
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