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Congreso de los Diputados
“Vamos a ir a por todas”: Sánchez cambia el guion y anuncia medidas para incomodar al poder financiero
Fin de un curso convulso en el Congreso de los Diputados: los tanques vuelven a surcar las tierras de Europa, la inflación cabalga sobre dos dígitos y el mundo vuelve a la incertidumbre. “La historia nos convoca de nuevo”, ha recitado Pedro Sánchez en el prólogo a sus anuncios en el Debate sobre el Estado de la Nación, que se retomaba tras un largo parón desde 2015 y que es el primero con Sánchez en el Gobierno. “Muchas cosas han cambiado desde entonces” menos el Consejo General del Poder Judicial, ha recordado el presidente.
El panorama de altos precios y la previsión de que la situación vaya a empeorar —Sánchez se ha mostrado por momentos convencido de que Vladimir Putin va a cerrar el grifo del gas mientras dure la guerra— ha llevado al presidente a mover ficha. Un poco antes de las 13h cantaba la noticia que va a marcar el resto del día: dos impuestos de nuevo cuño sobre dos sectores que han salido beneficiados del aumento de precios. Uno, sobre los beneficios extraordinarios de las energéticas, con el que se pretende recaudar 2.000 millones de euros. Otro, un impuesto a las entidades financieras para que no se beneficien de la subida de los tipos de interés. Con este se espera un aumento de 1.500 millones de euros. La primera reacción ha sido una bajada automática de la bolsa, algo a lo que posteriormente la ministra de Hacienda, María Jesús Montero ha restado importancia.
Sánchez “no va a tolerar que haya mayor riqueza con los sufrimientos de la mayoría” ha defendido. Se trata de un giro sobre la línea llevada hasta ahora. Ni en pandemia ni desde el comienzo de la inflación el presidente había valorado la implantación del impuesto extraordinario, algo que le reclamaban sus socios de Gobierno. En marzo de este mismo año, Europa Press publicaba que el PSOE “descartaba por ahora” lo que Sánchez ha anunciado hoy.
La noticia seguía a otros puntos programáticos que el Ejecutivo continuará hasta el final de la legislatura. No está en cuestión que España mantenga la posición oficial de la UE en cuanto a la guerra de Ucrania. Se ha referido a la posibilidad de que la diplomacia pueda “sustituir” a las bombas, pero ha seguido defendiendo que la ayuda a Ucrania es obligada como recuerdo de la ayuda que los aliados no prestaron a España en 1936 y que condenó a España al Franquismo.
“El precio que tenemos que pagar para formar parte de la comunidad internacional es la incertidumbre económica y la inflación”, ha dicho Sánchez. El precio del petróleo ha aumentado un 13%, el del gas un 100%, el maíz y trigo un 45%, y el arroz un 24%. Son cifras con las que ha enmarcado la situación de crisis de la que se ha reclamado como un “médico especialista” frente a los “curanderos” de la derecha. Para el presidente, no es legítimo culpar a su Gobierno de una situación a nivel global, ya que hay 65 países con la inflación más alta que España.
El diagnóstico ha venido acompañado de más medidas. Unas cuantas en materia de “modernización”, en la línea de lo ya seguido: ley de movilidad sostenible, ley de industria, nuevos impulsos al coche eléctrico, etc. Eso sí, en la tribuna Sánchez ha reiterado que España no construirá nuevas centrales nucleares ni térmicas. Además, desde septiembre hasta diciembre, el transporte dependiente del Estado (Renfe) será gratuito en sus abonos, y se negociarán descuentos sobre los transportes con Comunidades Autónomas y municipios.
En vivienda pocas novedades, o lo que es lo mismo: más ladrillo. El Gobierno desbloqueará la Operación Campamento de Madrid, que promete 12.000 nuevas viviendas, 60% de ellas “públicas” sin más matices. La próxima temporada verá cómo la Ley de Vivienda tensa de nuevo las relaciones de PSOE y Unidas Podemos y de esta coalición con la Plataforma de Afectados por las Hipotecas y los sindicatos de inquilinos.
Medidas sociales
Tras las medidas económicas, Sánchez ha anunciado una batería de medidas para garantizar derechos sociales y ha pedido a la derecha que retire los recursos a leyes como la de la Eutanasia. En los próximos meses, el Congreso tendrá que discutir la ley LGTBIQ, la Ley de Vivienda y la Ley de Memoria Democrática, en la que el PSOE tendrá que vencer las resistencias dentro de su propio partido.
Además, en el próximo curso, el Gobierno lanzará nuevos proyectos: la ley integral contra la trata, una ley contra la discriminación racial, un nuevo armazón legal para regular los lobbies, la nueva ley de secretos oficiales, que sustituya la actual, que viene de la dictadura, y, como colofón, la anunciada ley para la abolición de prostitución.
Antes, Sánchez ha querido compartir lo que él ha llamado el “secreto del éxito: unidad, resistencia y esperanza”. Esta mañana, en la tribuna ha avanzado una serie de medidas pero, antes que eso, ha lanzado su contraataque en lo que parece un declive rápido de sus expectativas de reelección. Para ello, ha asumido parte del argumentario de la izquierda parlamentaria: especialmente en sus menciones a los poderosos (no por su nombre) y ha defendido la gestión hasta ahora, tanto durante la pandemia como en esta etapa de la inflación. Ha minimizado como “desajustes” las fricciones en el Gobierno de coalición y ha insinuado que se verá “en el futuro” con la derecha. Las apuestas sobre su salida a la Unión Europea y su no candidatura a la reelección en las generales de 2023 o 2024 hoy cotizan un poco más a la baja.