Donald Trump
No pienses en una guerra comercial

¿Ha desatado Trump realmente una 'guerra comercial' como aseguran tecnócratas y medios de comnicación? ¿Qué significa que empleen esta terminología?

Donald Trump, en un desfile militar.
Donald Trump, en un desfile militar.
@LaProadelArgo
3 abr 2018 07:46

Suenan “trumpetas” de guerra en las secciones de economía de los principales medios de comunicación de nuestra querida piel de toro. El anuncio de la administración Trump de la imposición de aranceles a las importaciones de aluminio y acero de Estados Unidos ocasionó un buen puñado de titulares y artículos de opinión encabezados por el grueso sintagma “guerra comercial”. El erizo se hizo bola al sentir una brizna de aire.

Luego sabríamos que esto era tan solo una zanahoria para que Europa renuncie a ser crítica con los aranceles a China, pero parece que en este terreno hacen gala de una sensibilidad notablemente acusada. Nada que ver con la piel gruesa de la que se revisten ante las violaciones de los derechos humanos: torturas, espionajes o intimidaciones para evitar la libertad de expresión.Pero en esta ocasión no son los medios los únicos culpables, tecnócratas europeos como Juncker y Draghi enmarcaron la cuestión de los aranceles de la misma forma que los medios de comunicación.

Fue George Lakoff, lingüista y científico cognitivo quién nos advirtiera en su célebre libro No pienses en un elefante de la importancia de los marcos en la comunicación. Enmarcar es crear una estructura narrativa que activa estructuras mentales inconscientes que condicionan nuestro comportamiento y nuestras decisiones. No pensar en un elefante, era un mensaje para los demócratas, que debían dejar de aceptar los marcos propuestos por los republicanos. Un ejemplo, tomado del propio libro, ilustrará la cuestión:

"Hay un fenómeno que probablemente hayas observado. En televisión los conservadores utilizan solamente dos palabras: alivio fiscal, mientras que los progresistas se enfrascan en una larga parrafada para plantear su punto de vista. Los conservadores pueden apelar a un marco establecido: por ejemplo, que los impuestos son una desgracia o una carga, lo cual les permite decir esa frase de dos palabras: alivio fiscal. Pero en el otro lado no hay ningún marco establecido. Se puede hablar de ello, pero supone un cierto esfuerzo porque no hay ningún marco establecido, ninguna idea fijada ya ahí a mano."

¿Qué marco están tratando de activar los burócratas europeos cuando enmarcan la política comercial de administración Trump con el sintagma “guerra comercial”?

Si cuando los republicanos hablan de “alivio fiscal” apelan al marco de los impuestos como una carga ¿qué marco están tratando de activar los burócratas europeos cuando enmarcan la política comercial de administración Trump con el sintagma “guerra comercial”?

En una guerra hay al menos un agresor ¿es la imposición de aranceles al acero y al aluminio una agresión? Si los aranceles son una agresión cabría preguntarse por qué la propia Unión Europea mantiene algunos de sus mercados notablemente protegidos. Es el caso del sector agrícola, en la negociaciones de la Organización Mundial del Comercio en Cancún, en el año 2003, los países en vías de desarrollo se levantaron de la mesa cuando la Unión Europea insistió en hablar de cuestiones que no estaban en la agenda, como la retirada de barreras a la inversión (compra de activos en esos países por parte de empresas de la Unión Europea) a cambio de concesiones mínimas en la apertura de los mercados agrarios. Los hechos se contaron en su día en este artículo de The Guardian.

Dada la situación de despoblación en amplias zonas de nuestro país, no podemos estar en contra de la política proteccionista europea respecto a nuestra agricultura. Claro que como la agricultura y la ganadería contribuyen al deterioro medioambiental y al cambio climático sería deseable apostar por otro modelo, más intensivo en mano de obra y más respetuoso con la biosfera, que nos proporciona servicios medioambientales vitales. Pero ese es otro tema. Lo cierto es que si estamos de acuerdo en que debe existir una política agraria, aun cuando los más perjudicados por ello sean aparentemente los países en vías de desarrollo, no podemos negar a los norteamericanos la posibilidad de realizar una política industrial, con el fin de proteger determinados Estados cuya población se ha visto especialmente perjudicada por la desprotección de la industria, y que mayoritariamente han votado a Trump.

Como saben todos los que participaron en las movilizaciones contra el TTIP, ahora temporalmente olvidado mientras este Trump en la Casa Blanca, los tratados comerciales suponen una importante cortapisa a la soberanía nacional, y a la capacidad de la ciudadanía de tomar decisiones colectivas. El epítome que ejemplifica esto es el conflicto en la Unión Europea y Estados Unidos y Canadá por las importaciones de carne de ganado engordado, al menos en parte, gracias a las hormonas. Un tribunal de arbitraje de la Organización Mundial del Comercio dictaminó que la UE no podía rechazar las importaciones de esta carne por motivos sanitarios, y autorizó a EEUU y Canadá a imponer sanciones mientras la UE no aceptase esta carne. El conflicto se prolongó durante veinte años, hasta que pudo alcanzarse un acuerdo. Así pues, lo que los tecnócratas y medios europeos tratan de enmarcar como una agresión, bien puede considerarse el espacio sin restricciones externas necesario para la actuación política.

Por otro lado, la “guerra” no suele tener consecuencias agradables, y en el caso de nuestra supuesta “guerra comercial” se repiten los análisis que destacan los ingresos perdidos por esta causa, que podrían escalar de forma alarmante, de producirse una reacción simétrica en países afectados por las medidas de Trump. En un momento en el que todavía está fresca la anterior crisis económica, especialmente entre los más vulnerables, que han visto como empeoraban sus condiciones laborales, la supuesta “guerra comercial” puede percibirse como una terrible amenaza. Sin embargo, los cálculos de pérdidas económicas se realizan partiendo de supuestos tan buenos o tan malos (sí, en ocasiones los supuestos son extremadamente poco realistas) como otros que auguran resultados favorables a las acciones de Trump, y que no son citados en los medios. Economistas como Nicholas Kaldor, por ejemplo, concluyeron que las restricciones a las importaciones podían dar lugar a un incremento del comercio y de los ingresos.

Sin entrar en debates técnicos, que no son objeto de este artículo, ni posicionarnos en un lado u otro, hagamos un pequeño ejercicio mental que podría aclarar este punto. Pongamos que en lugar de importar carne hormonada, decidimos producir carne de forma respetuosa con el medioambiente (lo cual es difícil, pero no imposible). En lugar de concentrarse los beneficios en unos pocos ganaderos y empresas fabricantes de hormonas, este se distribuiría de forma mucho más amplia entre pequeños ganaderos y sus empleados. A su vez esto podría permitir a estas personas comprar, por ejemplo, un teléfono móvil fabricado en Corea y Taiwan, cuyo sistema operativo se produce en California. Nada impide, en principio, pensar que una serie de consecuencias de este tipo podrían hacer que la prohibición de carne hormonada en Europa termine aumentando y no disminuyendo la demanda de productos estadounidenses en el extranjero. Evidentemente, la misma situación podría darse ahora con los aranceles al acero y al aluminio (parece ser que finalmente no se aplicarán sobre Europa), o los anteriores a los paneles solares, lavadoras y aceitunas de mesa. O con los 60.000 millones de aranceles a productos chinos, los cuales mientras junto estas letras están todavía por concretar.

Así que no es cierto que vivamos en un mundo sin restricciones comerciales, aunque pueda ser cierto que la tendencia en las últimas décadas ha sido ir reduciendo aranceles, pero sin renunciar por completo a la política comercial (como la que está poniendo en práctica ahora la administración Trump), ni siquiera la Unión Europea. Tampoco es cierto que haya consenso en que la consecuencia de reducir los aranceles sea un incremento de la producción, y si el resultado fuese un incremento agregado en el conjunto de países, bien podría ser que alguno de ellos terminase perdiendo a costa de otros.

Sin embargo, sí es cierto que la globalización goza de un extraño prestigio humanista (como si hacer dinero fuese profundamente ético y humano). Claro que hay fundadas sospechas de que la administración Trump es nacionalista (como lo era la administración Obama, aunque de otra forma), pero también es cierto que si un servidor, siendo de Madrid, compra las legumbres en Daganzo, ello no es por sentir tirria hacia los productores de León, por los que siento un profundo respeto y una sincera simpatía.

No es una cuestión moral, sino de orden práctico, necesitamos una relocalización económica, al menos en cierto grado. La producción de alimentos es evidente que debería ser local, por el impacto medioambiental que tiene el transporte de productos de poco valor añadido y fácilmente sustituibles, así como por mantener la soberanía en un sector tan sensible y, por último, por mejorar la salud de la población, cuyos genotipos han sido seleccionados en el último milenio entre los mejor adaptados a los alimentos producidos tradicionalmente en las regiones donde vivían sus ancestros. En el otro extremo, parece excesivo que en cada comarca haya una fábrica de paneles solares, coches, smartphones, etc., porque se perderían las ventajas de las economías de escala. En el punto medio, como en tantas cosas, se encuentra la virtud.

Al realizar una elección de compra necesariamente tenemos que descartar otras, pero ello no implica que odiemos a quienes venden el producto que hemos desechado. Si solo pensamos en el precio nuestra motivación es egoísta, ahorrar un poquito para poder gastarlo en algo más. Incorporar valores a nuestras decisiones implica necesariamente mirar más allá del precio, al menos no mirar sólo el precio. A nivel colectivo incorporar valores a decisiones comerciales es hacer política, y decidir de forma expresa que no vamos a incorporar valores a nuestras decisiones comerciales, que el precio es toda la información que necesitamos, es una decisión de sustancia, no es algo neutral, pero no por ello lo calificamos de agresión, no por ello hablamos de “guerra”.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Estados Unidos
Extrema derecha Trump anuncia un campo de concentración para 30.000 migrantes en Guantánamo en el 80 aniversario de Auschwitz
La estrategia de llevar la detención de migrantes a territorios lejanos, opacos y sin garantías de derechos también ha sido la opción elegida por la Unión Europea en el último año.
Editorial
Editorial Ni puto caso
No habrá dividendos en un mundo en llamas, no habrá bonus en un mundo invivible. No somos agoreros, lo dice la ciencia.
Hidrógeno
Descarbonización Los planes de expansión del hidrógeno en Europa chocan con la falta de energía verde para producirlo
La escasez de hidrógeno producido con renovables y el exiguo desarrollo del aluvión de proyectos anunciados ponen en entredicho la estrategia de descarbonización en Europa, según un informe de Global Energy Monitor.
Pensiones
Revalorización de las pensiones Los pensionistas no se fían y salen a la calle tras el rechazo al decreto ómnibus
Coespe convoca a manifestarse este viernes 31 frente a la sede del PP tras la “posición negativa de la derecha ultranacionalista, sea española o catalana”.
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Sin materiales, sin protección adecuada y sin financiación: los bomberos de Madrid denuncian “abandono”
La contaminación de los equipos de protección de cinco bomberos en un incendio en una nave de reciclaje hace levantar de nuevo la voz de los sindicatos, que ya tienen denunciada ante el TSJ de Madrid, la falta de financiación.
Cine
El Salto recomienda Diez películas y series en Filmin para acercarse a la diversidad de Andalucía
Una selección realizada por la periodista de El Salto Aurora Báez Boza sobre las mejores películas y series para descubrir las diversidades que habitan dentro de Andalucía
Salario mínimo
Pacto bipartito Trabajo y sindicatos acuerdan la subida del salario mínimo en 50 euros sin el apoyo de la patronal
Díaz anuncia un acuerdo con los sindicatos que llevará al Congreso de Ministros de forma “inminente” la propuesta del Ministerio de Trabajo. Los sindicatos proponían una subida de 66 euros y la patronal, de 34 euros.

Últimas

Madrid
Justicia El fiscal general del Estado, en el alambre, declara como investigado ante el Supremo
Álvaro García Ortiz acude al alto tribunal a explicar su versión de las filtraciones denunciadas por el entorno de la pareja de Isabel Díaz Ayuso. Es la primera vez que un fiscal de su categoría declara como investigado.
Energías renovables
Energías renovables en Madrid El Centro Cultural Palomeras quiere ser autosuficiente, los préstamos de sus vecinos pueden conseguirlo
Una universidad pública y una cooperativa de energías renovables lideran el proyecto de préstamos que quiere convertir en autosuficiente al histórico centro educativo vallecano, y que busca reunir 150.000 en financiación ciudadana a un interés ético.
Israel
Sionismo Maccabi - Baskonia: no colaboremos con la banalización del mal
El partido de basket en Gasteiz es una oportunidad de oro para mostrar nuestra determinación a no contribuir al blanqueamiento del Estado genocida de Israel, oponiéndonos decididamente
Crímenes del franquismo
Víctimas de la dictadura Admitida a trámite otra querella por los crímenes del franquismo en Madrid
Carlos Serrano Suarez denuncia que fue sometido a torturas por parte de cinco policías de la Brigada Político Social. El juzgado número 41 ha decidido abrir el caso, algo que desde CEAQUA califican como “excepcional”.
Más noticias
Dana
Tres meses de la dana “Aquí no llovió casi nada”
VV.AA.
Un vecino de Benetússer explica cómo la riada arrasó y cambió para siempre las vidas de miles de personas.
Opinión
Opinión Monetizadores de la estupidez
Ser un chalado anticiencia puede llevar a pasearte por radios, televisiones y streamings porque eres rentable para gente sin un mínimo de ética periodística.

Recomendadas

Crímenes del franquismo
Isabel Alonso Dávila “El franquismo fue una máquina de fabricar miedo y dolor hasta el final”
Detenida en Granada en 1974 y 1975 por su vinculación con el movimiento estudiantil antifascista de la época ha presentado la primera querella en Andalucía por Crímenes contra la Humanidad en la dictadura franquista
Jaén
Andalucía Lopera no quiere que Greenalia especule con sus olivos
Decenas de pequeños olivareros de la Campiña Norte de Jaén podrían perder sus terrenos en beneficio de una empresa que quiere talar los árboles para instalar siete parques fotovoltaicos.
Redes sociales
Nuevas normas Meta abraza el discurso de odio y desafía la normativa anti discriminación
La plataforma de Mark Zuckerberg anunció cambios en sus normas: cuando empiecen a aplicarse, los comentarios misóginos y LGTBIAQ+fobos no violarán su política, pero existen herramientas para denunciar el discurso de odio.
Cómic
Cómic Cómo la gentrificación del webcómic explica el estado de internet y de la cultura actual
Las nuevas generaciones leen viñeta a viñeta en la pantalla del móvil y las plataformas rentabilizan la parte del león de las visitas e influyen en el tipo de historias y estilos que se leen o no.