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Armas pal pueblo
IBEX 35, nuestro villano favorito
'IBEX 35. Una historia herética del poder en España' (Capitán Swing, 2017) de Rubén Juste de Ancos no es solo un relato del poder hereditario. También explica para qué lo quieren: la mitad de las empresas del IBEX 35 no pagan el impuesto de sociedades aquí, a pesar de que suponen el 50% del PIB español.
Hace año y medio, Carmen Franco (hija única del dictador) decía en una entrevista que “el paso a una monarquía hizo que el cambio político fuera más tranquilo. Personalmente he disfrutado en estos 40 años de una paz que tengo que agradecer”. Le sobran razones, pero sobre todo millones: concretamente los 600 que atesora su familia, fortuna procedente de la rapiña que Francisco Franco practicó desde la Guerra Civil hasta su muerte.
Como su padre, Carmen Franco falleció bien tranquila a los 91 años, con su patrimonio a buen recaudo. Como dejó escrito Rafael Chirbes, “no hay riqueza inocente. Toda fortuna procede de una injusticia originaria, cuando no de un crimen, que es lo más probable; si el dinero sirve para algo, es para comprar la inocencia de tus descendientes”. Y la familia Franco, como en tantas cosas, ha sido un ejemplo.
Un alivio semejante al que Carmen Franco experimentó en 1975 debieron de sentir los 35 altos cargos del franquismo que obtuvieron otros tantos puestos de consejeros en grandes empresas del IBEX cuando este arrancó en 1992. Todo eso y mucho más lo cuenta Rubén Juste de Ancos (Toledo, 1985) en IBEX 35. Una historia herética del poder en España (Capitán Swing, 2017), un libro exhaustivo, a ratos más cercano a la tesis doctoral que al ensayo divulgativo, pero en todo caso una tentativa muy atinada para delimitar eso que genéricamente llamamos régimen, sistema, casta o el 1%. Todo lo que cuenta está refrendado en datos y respaldado por un trabajo ímprobo en las tripas de la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Se trata del tipo de trabajo que, un buen día, el periodismo dejó de hacer porque alguien determinó que la gente ya no leía y, por consiguiente, tampoco quería saber, sino solamente entretenerse.
A ratos, los datos abruman y pueden espantar a lectores poco aguerridos. No obstante, el esfuerzo de Rubén Juste apunta en la dirección acertada: trenzar un relato que recorra las últimas décadas de la política española, dando sentido narrativo al imparable avance de las elites económicas (casi todas especulativas, parasitarias y atadas al patrimonio familiar, pocas veces a la inversión y el desarrollo industrial) en su camino hacia el control absoluto del aparato estatal.
Por un lado, Juste despliega todos los datos reunidos durante una investigación que le llevó seis años, en unos gráficos exhaustivos que merece la pena guardar para consultarlos cuando futuros gobiernos designen altos cargos, pero también sirven para desenredar la madeja de intereses compartidos entre los partidos, el Estado y las grandes empresas. En esos cuadros se revela la historia oculta del poder económico desde hace más de 40 años.
Por otra parte, el relato que el autor ha logrado hilvanar da sentido a esa avalancha de datos. Frente al actual periodismo declarativo —los políticos y empresarios crean las noticias con lo que dicen—, Juste explica lo que sucede de verdad. La realidad son hechos, no palabras, y se crea por intereses y conflictos, no por ideas y tertulias en la televisión. “No estamos acostumbrados a investigar a las elites, sino a escuchar lo que dicen”, denuncia Juste, y afirma que se deja que creen así una realidad mediática a su medida.
Este libro no es solo una historia herética del poder. También explica para qué lo quieren: la mitad de las empresas del IBEX 35 no pagan el impuesto de sociedades aquí, a pesar de que suponen el 50% del PIB español. En esta carrera, 2010 fue un año clave, con el rescate de Zapatero a las constructoras: “Los intereses del Estado se confundieron con los del IBEX, tanto que la campaña de publicidad de la patronal de las constructoras (#estoloarreglamosentretodos), se tomó como un gesto de patriotismo, cuando en realidad era una campaña de presión”.
No es de extrañar que las diez personas más ricas hayan doblado su fortuna desde 2008. ¿Cómo es posible? Muy sencillo: una cuarta parte de los miembros de sus consejos de administración ha sido alto cargo del Gobierno en algún momento de estos últimos 40 años.
Más que puertas... compuertas giratorias.