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Análisis
Turismo de Barrios, el nuevo proyecto del Ayuntamiento para convertir València en 'parque temático'
El derecho a vivir en un entorno seguro, accesible y con identidad propia es fundamental para la calidad de vida de cualquier comunidad. Sin embargo, el Ayuntamiento de València, bajo la premisa de “descentralizar el turismo”, ha dado un paso más hacia la mercantilización de los barrios populares al anunciar la licitación para la gestión del programa Turismo de Barrios. Este proyecto marca un nuevo capítulo en la carrera por la turistificación global de la ciudad, cuyos efectos ya se sienten de manera alarmante.
El programa, que el Ayuntamiento justifica con el fin de “equilibrar el impacto del turismo en los distritos”, implica seguir ampliando la explotación turística de la ciudad sin reparar en las consecuencias para los vecinos, convirtiendo sus espacios en productos de consumo para turistas. El Consistorio pretende destinar 120.000 euros a la consultoría que se encargará de crear una “ruta turística por los barrios” para atraer turistas a sectores residenciales de la ciudad.
La estrategia del Ayuntamiento se basa en expandir el turismo hacia los barrios periféricos, creando itinerarios específicos que posicionen zonas tradicionalmente alejadas del foco turístico
La estrategia del Ayuntamiento se basa en expandir el turismo hacia los barrios periféricos, creando itinerarios específicos que posicionen zonas tradicionalmente alejadas del foco turístico en el mapa de los visitantes. Así, distritos como Marítim, Orriols, Benimàmet-Beniferri o Patraix serán algunos de los destinos impulsados por este nuevo modelo. El pliego de prescripciones técnicas detalla que “el programa comprende una serie de actuaciones que incluyen, entre otras, la creación de un producto turístico global temático de los barrios de València”, incluyendo en la secuencia de actividades la “identificación de los atractivos de cada barrio y realización de los inventarios de recursos turísticos”, así como “la identificación de elementos diferenciadores capaces de crear propuestas de valor atractivas de convertirse en producto turístico”, entre otras.
En un contexto donde numerosos barrios de la ciudad de Valencia, como Patraix, Algirós o Zaidía ya sufren la presión de la turistificación, este programa se suma a un proceso de saturación que altera profundamente las dinámicas sociales. La proliferación de alojamientos turísticos, comercios destinados a turistas y la masificación hacen que los barrios se transformen en objetivos para la explotación, borrando la identidad local.
El precio de la vivienda sube, el comercio local tradicional mengua hasta casi desaparecer y las personas que durante generaciones han habitado estos barrios son desplazadas
Este plan ignora la realidad de los vecinos, que ya están luchando por mantener sus hogares ante el encarecimiento de los alquileres y la creciente especulación inmobiliaria. El proceso de gentrificación que ya se está viviendo en algunas áreas de la ciudad se acelera. El precio de la vivienda sube, el comercio local tradicional mengua hasta casi desaparecer y las personas que durante generaciones han habitado estos barrios son desplazadas. La llamada descentralización del turismo es una estrategia para maximizar las ganancias del sector a costa de la desposesión de los espacios que pertenecían a los vecinos.
En este sentido, la memoria justificativa de la licitación pública deja claro que el Ayuntamiento es consciente de los riesgos, admitiendo abiertamente que el incremento de la actividad turística puede generar “un desequilibrio entre residentes y turistas”, argumento con el que pretende legitimar la actividad.
Derecho a la vivienda
Alquileres turísticos Bajos turísticos en Valencia: la gota que colmó el vaso de la turistificación
Este nuevo modelo del Ayuntamiento de València se basa en un enfoque utilitarista que no contempla la voz de la comunidad. Los colectivos vecinales, que han sido históricamente los guardianes de la identidad de los barrios, se ven relegados a un segundo plano en un proceso que, sin embargo, les afecta directamente. El turismo de barrios es una forma de reconfigurar la ciudad bajo los dictados del mercado, en el que los residentes son vistos como un obstáculo para el beneficio económico especulativo. Esta imposición de un modelo turístico incompatible con la vida cotidiana de los vecinos, convierte a los residentes en meros espectadores de un mercadeo implacable, que les arrebata ante sus ojos su barrio, su comunidad y su historia.