Análisis
Worstward Ho? Notas sobre la partida de Liz Truss

La situación que predijeron los medios de comunicación si Corbyn era elegido primer ministro, se produjo bajo un tipo de gobierno muy diferente.
Liz Truss 2
La ya ex primera ministra del Reino Unido, Liz Truss. Foto: UK Government
26 oct 2022 05:45

Con independencia de lo sucedido, los últimos cuarenta y cinco días en la política británica han sido enormemente divertidos. El Daily Star, un periódico que yo creía muerto desde hacía mucho tiempo, se ha pasado la última semana publicando fotos de Liz Truss junto a las de una lechuga, animando a sus lectores a que apostaran sobre cuál de las dos desaparecería primero. ¿Y estaba yo soñando cuando leí la encuesta de Survation que situaba el apoyo a Truss en menos setenta puntos porcentuales, haciéndola casi tan impopular entre la ciudadanía británica como Vladimir Putin? El lunes pasado, Penny Mordaunt, ocupando el lugar de Truss en el palco de la Cámara de los Comunes, sintió la necesidad de asegurar a los diputados que la líder saliente no estaba «escondida bajo su escaño». Los diputados sentados detrás de ella se esforzaron en contener su risa. Mientras tanto, un locutor alemán se deleitaba citando a un diputado tory, que había comentado lo siguiente: «Estoy jodidamente furioso y todo me importa un bledo». Los franceses se burlan de Truss sugiriendo que sólo será recordada por despedir a la reina.

Tras deshacerse de Johnson porque pensaban que les haría perder las próximas elecciones, los conservadores británicos aceptaron la elección de Truss para no recompensar a Sunak por haber empuñado el cuchillo. ¿No tenían la más remota idea de que ella era una incompetente, incapaz de tomar decisiones básicas, y francamente poco brillante? En cualquier caso, el país no tardó en darse cuenta. ¿Recuerdan a Heseltine derribando a Thatcher y a Major cosechando la recompensa?

Los demonios necrófagos del libre mercado que Truss nombró como ministros de Economía y Hacienda y del Interior se sentaron a ver cómo la libra se hundía y el mercado al que adoraban los expulsaba de su seno, respaldados por una nerviosa camarilla de empresarios, un surtido de diputados tories y el Financial Times presa del pánico. La situación que predijeron los medios de comunicación si Corbyn era elegido primer ministro, se produjo bajo un tipo de gobierno muy diferente. Evidentemente, el mercado habría preferido una parte del programa de 2019 de Corbyn al galimatías del minipresupuesto de Truss y a un Partido Conservador que había perdido totalmente el contacto con la realidad.

Llamado ayer por una emisora nacional jamaicana para que comentara los tejemanejes de Westminster, estaba preparado:

Adelante. Continúese diciendo. De todos modos. De ninguna manera. Dicho de alguna manera. Decir por decir. Mal dicho. De ahora en adelante digámoslo por estar mal dicho. Decir un cuerpo. Donde ninguno. No mente. Donde ninguno. Eso al menos. Un lugar. Donde ninguno. Para el cuerpo. Para entrar. Entrar. Volver a entrar. No. No salir. No volver. Sólo dentro. Quédate dentro. Dentro. Todavía. Todo lo viejo. Nada más siempre. Intentarlo siempre. Fallar siempre. No importa. Intentarlo de nuevo. Fallar de nuevo. Fallar mejor.

Hubo un silencio: «Mr. Ali ¿es usted? Lo intentaré de nuevo por si me he equivocado de número».

Las palabras, obviamente, no eran mías. Las había extraído de uno de los últimos textos de Beckett, Worstward Ho. Lo que para él era una expresión de sufrimiento existencial se ha convertido para nosotros en la mejor descripción de una patología sociopolítica que no desaparecerá con Truss ni con su sucesor. La propia primera ministra saliente es un síntoma de esta crisis social, conformada por la agotada economía financiarizada británica, una política exterior posimperial en bancarrota, un sistema parlamentario excluyente y el Estado multinacional británico en proceso de fracturación. Lo que la clase dirigente británica necesita es un verdadero gobierno conservador, con o sin la C mayúscula, para proteger y estabilizar este orden político. En este sentido, Starmer sería más vendible que Sunak, ya que puede ser enmarcado como algo nuevo en lugar de como algo prestado y azulón reminiscente del conservadurismo británico. Sin embargo, hasta ahora imitar a Thatcher ha resultado inútil e imitar a Blair no resultará mejor.


¿Qué podemos esperar durante los próximos seis meses? Pues la coronación, por supuesto, para la que Starmer ha prometido despejar las cubiertas y retrasar el Primero de Mayo. Seguramente ha llegado el momento de la democracia republicana. Lancémosla con una gran fiesta callejera en Whitehall y con bancos de alimentos abundantes y bien surtidos situados fuera del Banqueting Hall. Y miremos a los franceses, que están celebrando enormes asambleas en todas las grandes ciudades de su país para protestar por las condiciones de vida y amenazan con una huelga general. ¿Cuánto falta para que los británicos sigan su ejemplo?

Sidecar
Artículo publicado originalmente por Sidecar, el blog de la New Left Review: Wortsward ho?, traducido con permiso expreso por El Salto. Véase Arthur Scargill, «Representación proporcional: A Socialist Concept», NLR I/158.
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Análisis
Análisis La hipérbole pasa factura a Vox y deja la mayoría absoluta en manos de Sumar y Podemos
La caída de dos puntos de Vox muestra cómo la izquierda y el PSOE podrían seguir teniendo una oportunidad de evitar un Ejecutivo del Partido Popular con la ultraderecha.
València
Análisis Las preguntas que la Generalitat tiene que responder sobre la llegada de Mazón al Cecopi
En una nota de prensa, el gabinete de Presidencia desmiente la información de El Salto sin aportar pruebas gráficas que acrediten su versión.
Análisis
Análisis La izquierda y la política de rearme de la Unión Europea
El aumento en defensa pondrá en marcha una nueva carrera armamentística que no puede resultar más que en un mayor empobrecimiento de las clases populares.
Max Montoya
Max Montoya
26/10/2022 14:43

Los conservadores no mencionan que la crisis se podría paliar estando en la UE, como ha hecho España, por ejemplo. Pero eso no se puede decir a la ciudadanía. El Brexit es sacrosanto. En el Süddeutsche Zeitung y en Le Monde mencionan este hecho de forma continuada. Es interesante ver cómo aquí en España no mencionamos la cagada nacionalista que fue el Brexit cuando tratamos de analizar la caída del partido Tory.

0
0
El Salvador
Ivania Cruz “El estado de excepción se está utilizando en El Salvador para gobernar en base al miedo”
A esta defensora de derechos humanos y comunitarios le allanaron su casa mientras se encontraba en un viaje internacional. Desde el exterior, denuncia la persecución del gobierno salvadoreño hacia su organización y hacia las comunidades que defiende.
Madrid
Derecho a la vivienda Consumo abre expediente a Alquiler Seguro por prácticas abusivas contra los inquilinos
La decisión del Ministerio de Pablo Bustinduy, según el Sindicato de Inquilinas, “abre la puerta a la devolución de millones de euros a las inquilinas que reclamen sus derechos”.
Yemayá Revista
México Sobrevivir en la frontera: el cuerpo como moneda de cambio
En Tapachula, punto clave de la frontera sur de México, miles de mujeres migrantes permanecen atrapadas sin poder seguir su camino hacia Estados Unidos.

Últimas

Cine
Cine ‘No other land’: poner rostros y cuerpos al sufrimiento palestino
El documental ganador de un Oscar (y muchos premios más) vuelve a la actualidad a raíz de la agresión y detención sufrida por uno de sus codirectores, Hamdan Ballal. Ya ha sido puesto en libertad, si esta expresión aplica en un territorio ocupado.
Más noticias
En saco roto (textos de ficción)
En saco roto Trayecto
“El objetivo principal de cualquier reunión es dejar convocada la siguiente”, dijo uno de ellos. Y el otro estuvo de acuerdo y añadió una anécdota sobre un encuentro en una casa palaciega que tenía de todo excepto una sala para reunirse.
Opinión
Opinión La impunidad machista de dar voz a un feminicida
‘El odio’ no es periodismo ni literatura, es violencia pretendidamente enmascarada bajo adjetivos altisonantes y referencias literarias que solo usan los egocéntricos para esconder sus carencias, es el orgullo del indocumentado.

Recomendadas

Música
Kiliki Frexko “No me interesa el arte político que te dice qué pensar o cómo deben ser las cosas”
Tras años de trabajo colectivo, Kiliki Frexko presenta su primer proyecto en solitario. ‘Iltze 1’ es un paso adelante en su trayectoria, donde mezcla referencias, explora nuevos sonidos y habla desde un lugar más personal, sin perder el filo.
Galicia
Galicia Un municipio gallego demanda a la Xunta por la contaminación del embalse de As Conchas
Los vecinos de la comarca de A Limia llevan a la Xunta ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia por la contaminación provocada debido a la cría intensiva de ganado porcino y avícola en esta zona de Ourense.