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Movimiento afroamericano
Abecedario de James Baldwin
Compañero de viaje de Martin Luther King y de Malcom X, Baldwin se rebeló en sus escritos contra la opresión que sufrían los afroamericanos y en favor de la instauración del socialismo.
“No hay reino ni sistema que dure eternamente”, aseguraba James Baldwin en abril de 1983 en las páginas del Nouvel observateur. Baldwin, quien se pronunció a favor de la instauración del socialismo en su país natal (lo que le costó un seguimiento exhaustivo del FBI: casi 2.000 páginas componen su dossier) y que rechazaba ser considerado como un símbolo, desaparecería cuatro años más tarde en Saint-Paul-de-Vence, su segundo hogar, en el departamento de los Alpes Marítimos. A través de sus novelas y ensayos, el que fuera compañero de viaje de Martin Luther King y de Malcom X, buscaba rebelarse contra la opresión que sufrían los afroamericanos. Repaso, en 26 letras, a una obra punzante.
Amor: “El amor arranca las máscaras sin las que tememos no poder vivir y bajo las cuáles nos vemos incapaces de hacerlo. Utilizo aquí la palabra amor no solo en su sentido individual sino en el de una forma de vivir, o de un estado de gracia, alejado del significado pueril que se le da en Estados Unidos de estar colmado de felicidad. Es amor en el sentido austero y universal de búsqueda, valentía y progreso”. (La próxima vez el fuego, 1963).
Carne: “De hecho, una de las cosas más terribles es que, me guste o no, soy estadounidense. Mi escuela fueron las calles de Nueva York. [...] Solo hay una gran casa occidental y yo soy uno de sus hijos. Solo que, de entre todos ellos, yo soy el más indeseado, ya que los estadounidenses son incapaces de aceptar el hecho de que yo soy carne de su carne y hueso de sus huesos, que fui creado por ellos. Mi sangre y la sangre de mi padre pertenecen a esta tierra”. (“El negro de Baldwin”, 1969, I am not your Negro, 2017).
Cebra: “La gente nos miraba como si fuésemos cebras; ahora bien, hay a quien le gustan las cebras y a quien no. Pero nunca se le pregunta su opinión a una cebra”. (If Beale Street Could Talk, 1974).
Cuestiones: “La cuestión sexual y la cuestión racial siempre han estado mezcladas. Si los estadounidenses pueden tomar conciencia del racismo, entonces también pueden hacerlo en cuanto a la sexualidad” (Entrevista en Voice, “Go The Way Your Blood Beats”, 26 de junio de 1984).
Diferencia: “A nivel individual o personal, el color no existe, pero políticamente sí. La diferencia es, sin embargo, tan sutil que Occidente es incapaz de verla”. (La próxima vez el fuego, 1963).
Escritor: “No sabía boxear, no era guapo, no cantaba ni bailaba. Así que, de alguna forma, estaba perdido. Lo único que se me ocurrió que podría llegar a ser es escritor”. (Entrevista con Eric Laurent, France Culture, junio de 1975).
Gary Cooper: “Es una impresión bastante fuerte el estar viendo a Gary Cooper acabar con los indios y, aunque tú estés de su lado, darse cuenta de que el indio eres tú”. (7 de marzo de 1965, The Cross of Redemption, 2010).
Holocausto: “Los blancos se quedaron, y lo están todavía, atónitos ante el holocausto que tuvo a Alemania como protagonista. No se creían capaces de tales cosas. Por el contrario, dudo mucho de que este haya sorprendido tanto a los negros; o no al menos de la misma manera. Por lo que a mí respecta, el destino de los judíos y la indiferencia general del mundo ante su suerte me llenó de pavor. Durante aquellos años difíciles, no podía dejar de pensar que esa indiferencia (que yo ya conocía), sería la misma que se podía esperar el día en que los Estados Unidos decidieran asesinar a sus negros de forma sistemática, en vez de a tientas y poco a poco”. (La próxima vez el fuego, 1963).
Identidad: “Es terrorífico que todo un pueblo se deje llevar por la creencia de que una novena parte de la población es inferior a él. Y tiene que llegar el día en el que nosotros, estadounidenses, nosotros, el pueblo estadounidense, seamos capaces de aceptar algo que yo mismo tengo que asumir: que mis ancestros son blancos y negros y que, entre otras cosas, estamos intentando forjar una nueva identidad en este continente para la cual nos necesitamos los unos a los otros. Porque yo no soy un pupilo de Estados Unidos, ni un objeto de la caridad misionera, yo soy uno más de los que han construido este país”. (Debate en la Universidad de Cambridge [1965], I am not your Negro, 2017).
Juego: “Se les llama terroristas porque no tienen ni el poder ni el apoyo del Estado, y, de hecho, son terroristas porque no tienen Estado. Porque cuando es el Estado el dominante, cambian las reglas del juego y todos los medios se vuelven legítimos para que el terror adquiera una forma legal. Así fue como Franco se mantuvo tanto tiempo en el poder, y sigue siendo así en el caso de Sudáfrica. Nunca nadie trató al difunto J.Edgar Hoover [director del FBI. NdT.] de terrorista, a pesar de que no había dudas de que lo era”. (Harlem Quartet, 1978).
King: “Martin Luther King Jr., por su poderosa personalidad y la fuerza de sus convicciones, ha dado a nuestra feroz lucha una nueva dimensión. Ha conseguido, como nunca antes ningún Negro, llevar esta batalla al corazón de cada uno. Convirtiendo su victoria en una cuestión de voluntad, cargando sobre sus espaldas la responsabilidad de abrir la vía que empuje a tantos a continuar”. (“El peligroso camino que se abre a Martin Luther King”, febrero de 1961).
Ley: “La glorificación de una raza y la degradación, en consecuencia, de otra u otras siempre ha sido y será una fórmula para el asesinato. Esta es una ley universal. Quien humilla al prójimo se humilla a sí mismo”. (La próxima vez el fuego, 1963).
Mujeres: “El Movimiento, así llamado, de liberación de las mujeres no engloba a una gran mayoría de las mujeres negras porque los problemas de las mujeres negras son bastante más complicados y cotidianos. El Movimiento de liberación de las mujeres se parece un poco al movimiento gay en cuanto a que es esencialmente un fenómeno de la clase media blanca, sin ninguna conexión orgánica y real con la situación negra, sin importar a qué nivel se mire. No tengo nada en contra del Movimiento de liberación de las mujeres o del movimiento gay, pero se sitúan en los costados, no son mi mayor problema. [...] Los problemas que afrontan mi hermana o mi madre no tienen nada que ver con los que afronta el Movimiento de liberación de las mujeres, sinceramente. [...] Les deseo buena suerte”. (Conversación con James Baldwin, University Press of Mississippi, 1989).
Muro: “La cuestión es que el precio de la segregación es una suerte de apatía y de ignorancia. Es el significado de segregación. No sabéis lo que está pasando al otro lado del muro porque no tenéis ganas de saberlo”. (Forum de Florida [1963], I am not your Negro, 2017).
Necesidad: “La sociedad se sostiene por la necesidad que tenemos de ella; la mantenemos a base de leyendas, de mitos y de coacción; sin ella tememos caer al vacío, a un abismo donde se esconden, como la Tierra antes del Verbo, los cimientos de la sociedad. [...] No debemos olvidar que el oprimido y el opresor se encuentran en el seno de la misma sociedad; viven bajo los mismos principios, comparten las mismas creencias, dependen de la misma realidad”. (Notes of a Native Son, 1955).
Negros: “Se necesitan mucha fuerza e inteligencia para desafiar continuamente la poderosa y altanera fortaleza del supremacismo blanco, como lo llevan haciendo los Negros de este país desde hace mucho tiempo. Se necesita mucha cintura espiritual para no odiar a aquel que os odia y cuyo pie aplasta vuestra nuca; y no enseñar a vuestros hijos a odiarle exige de una sensibilidad y de una virtud aún más increíbles”. (La próxima vez el fuego, 1963).
Observación: “La creencia en la necesidad del socialismo se apoya en la observación de que el actual sistema económico condena a la mayor parte de la población a la miseria; en que la forma de vida que impone este sistema es, a la vez, estéril e inmoral; y, por último, en que no puede haber esperanza en la paz mundial en tanto en cuanto este sistema siga funcionando”. (No name in the streets, 1972).
París: “Llegué a París, a sus calles, con 40 dólares en el bolsillo y la teoría de que allí no podría ocurrirme nada peor de lo que me había pasado aquí. [...] Los años que pasé en París me dieron algo: me liberaron de un fobia social que no era fruto de mi imaginación o de una paranoia, sino un miedo real y visible frente a un policía, un jefe o cualquier persona”. (Entrevista en el “The Dick Cavett Show”, 1968).
Revolución: “Las causas públicas suelen estar amenazadas por personas que no tienen nada más que hacer que ocuparse de esas causas públicas. Para hacer las revoluciones hay que empezar por uno mismo, en el corazón y la cabeza; hay cosas más importantes que hacer que enfrentarse a los bancos y a las banderas: como las razones mismas por las cuáles necesitamos bancos, banderas e iglesias. A partir de ahí, podemos empezar a soñar con una verdadera revolución”. (Entrevista con Eric Laurent, France Culture, junio de 1975).
Sexos: “La mayoría de nosotros somos a primera vista masculinos o femeninos, y nuestros roles sociales vienen definidos por los atributos sexuales. Pero, a la vez, somos todos andróginos, no solo porque nacemos de una mujer fecundada por la semilla de un hombre, sino porque cada uno de nosotros, sin que podamos impedirlo, contiene al otro: el hombre contiene a la mujer, la mujer al hombre, el blanco contiene al negro, el negro al blanco. Somos parte del otro”. (The Cross of Redemption, 2010).
Trompeta: “Los hombres se acuestan con hombres desde hace milenios, formando incluso tribus. [...] Es una división artificial. Los hombres seguirán acostándose cuando suene la trompeta [del Juicio Final]. Es esta cultura pueril quién creó toda esta polémica”. (Entrevista en Voice, “Go The Way Your Blood Beats”, 26 de junio de 1984).
Único: “El origen de todos los problemas del ser humano se encuentran quizá en nuestra propensión a sacrificar la belleza de nuestras vidas, presa de tótems, tabús, crucifijos, rituales de sangre, capillas, mezquitas, razas, armas, banderas, países, con el objetivo de negar la existencia de la muerte, que es, justamente, la única certeza”. (La próxima vez el fuego, 1963).
Vietcong: “Las Panteras Negras se convirtieron en el Vietcong americano, el gueto jugaba el papel del pueblo donde esconderse y, cuando se lanzaban las redadas, cada pueblo se convertía en sospechoso”. (No name in the streets, 1972).
Wayne: “Entre otras cosas, ocurre que se empieza a considerar la inmadurez como una virtud. De tal manera que personas como John Wayne, que en sus películas pasa la mayor parte del tiempo dando lecciones a los indios, nunca han necesitado madurar”. (I am not your Negro,2017).
X: “Lo máximo que podía hacer era comentar algunas de las afirmaciones de Malcolm X, reformularlas, desarrollarlas o fingir que intentaba hacerlas más claras, pero me era imposible estar en desacuerdo con él. [...] Malcolm no era racista, a pesar de que creía serlo. Su pensamiento era más complejo; de haber sido racista, poca gente en este país tan racista lo hubiese encontrado peligroso. Les habría resultado familiar e incluso reconfortante [...]”. (No name in the streets, 1972).
Yanqui: “Cuando uso la palabra [socialismo] no pienso en Lenin, por ejemplo. No me viene a la cabeza ningún ejemplo europeo. Bobby Seale [fundador de los Panteras Negras] habla del socialismo Yankee Doodle [canción patriótica de EE UU] y entiendo de lo que habla cuando habla así. Es un socialismo creado de la necesidad indígena, de los nativos. Es un socialismo instaurado en Estados Unidos que, si lo pusiéramos en marcha [...], sería muy diferente del chino o del cubano. [...] El valor del socialismo auténtico es la erradicación de lo que denominamos problema racial”. (Conversación con James Baldwin, University Press of Mississippi, 1989).