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Actualidad árabe (y más)
Mujeres que luchan tras las rejas, líderes que deciden sobre la vida de los refugiados y proyectos de reconstrucción en Libia
Los dirigentes en Arabia Saudí e Irán lidian con la lucha incansable de mujeres activistas a las que tienen aisladas entre rejas. El mandatario más longevo del mundo muere tras liderar Bahrain durante 50 años, Asad y Putin discuten el regreso de los refugiados a Siria, trabajadoras inmigrantes se organizan para subsistir en Líbano y las partes enfrentadas acuerdan la convocatoria de elecciones en Libia.
La lucha de las mujeres por ampliar sus derechos en sociedades de Oriente Medio recibe atención local e internacional. La abogada y activista iraní Nasrin Sotoudeh, de 57 años, ha sido temporalmente liberada de la cárcel por motivos de salud y muchos piden que se le conceda libertad sin condiciones. Al mismo tiempo, los dirigentes de Arabia Saudí amagan con una posible amnistía a las mujeres encarceladas por “defender los derechos de las mujeres” a pocos días de acoger una cumbre del G20 en la que se abordará el empoderamiento de la mujer. Mientras tanto, el primer ministro de Bahrain, Salman al Khalifa, murió el miércoles en un hospital estadounidense tras liderar el pequeño archipiélago desde su independencia en 1971.
En Damasco, representantes de Líbano, Irán, China o Pakistán atendieron esta semana a una cumbre apoyada por Rusia con el objetivo de abordar el regreso de los refugiados sirios a Siria ante la oposición de los líderes de Occidente. Al otro lado de la frontera, miles de mujeres inmigrantes que trabajan en el ámbito doméstico en Líbano siguen organizadas para distribuir comida o financiar el regreso al país de origen a mujeres abandonadas por sus empleadores. En Libia, las administraciones enfrentadas han acordado un modo para implementar el alto al fuego y se han propuesto que el país celebre elecciones presidenciales y parlamentarias en 18 meses, pero muchos libios son escépticos con este proceso político ya que ambas partes tienen distintas visiones estratégicas y alianzas internacionales.
Lucha entre rejas por los derechos de las mujeres
La abogada iraní de 57 años Nasrin Sotoudeh fue liberada el pasado sábado de la cárcel donde estaba detenida, pero su libertad es temporal y debida a motivos médicos. Sotoudeh, a quien apresaron en 2018 bajo cargos de confabulación, difusión de propaganda e insulto al líder supremo de Irán, ha sufrido un empeoramiento de salud desde su encarcelamiento. El pasado septiembre tuvo que ser hospitalizada tras negarse a ingerir alimentos durante 46 días como protesta ante la inseguridad a la que se ven expuestos los presos iraníes en relación al contagio del covid19. De hecho, poco después de pisar la calle, el marido de Sotoudeh ha informado que la reconocida abogada y activista ha dado positivo por covid después de infectarse entre rejas.Sotoudeh fue inicialmente arrestada hace dos años por defender la lucha contra el requisito de que las mujeres lleven hijab en Irán. Después de dos juicios que grupos como Amnistía Internacional consideran injustos, Sotoudeh fue condenada en 2019 a 38 años de cárcel y a 148 latigazos.
Sotoudeh, abogada y activista, ya pagó con tres años en prisión el haber ejercido la defensa legal de los manifestantes detenidos durante las protestas contra la reelección de Ahmadinejad, en 2009
No es la primera vez que las autoridades iraníes encarcelan a Sotoudeh. En 2009, la defensa legal a manifestantes detenidos durante las protestas contra la reelección de Mahmoud Ahmadinejad le costaron tres años de prisión. Desde el mes de febrero de este año, cuando la pandemia se empezó a propagar por Irán, más de 100.000 presos y presas han sido temporalmente liberados para reducir el contagio del virus en las cárceles. Grupos de defensa de los derechos humanos piden ahora que Sotoudeh obtenga la libertad incondicional y que no sea reclamada de vuelta a prisión.
Mientras tanto, el embajador de Arabia Saudí en Londres ha declarado a The Guardian que el reino está considerando la posibilidad de liberar algunas activistas encarceladas como Loujain al-Hathloul —en huelga de hambre y de quien hablamos en el sumario anterior—, a quienes se acusa de “promover los derechos de la mujer”.
Esta declaración, por ahora sin consecuencias y probablemente motivada por la presión internacional, llega pocos días antes de que Arabia Saudí acoja una conferencia del G20 en la que se discutirá el empoderamiento de la mujer.
Muere en Bahrain el líder más longevo del mundo
Este miércoles murió a los 84 años Salman al Khalifa, el primer ministro de Bahrain y el líder más longevo del planeta: ocupaba el cargo desde que el territorio se independizara del Reino Unido en 1971. La familia al Khalifa, de creencia musulmán suní, ha liderado desde 1873 esta sociedad de población mayoritariamente musulmán chií.El mandato de al Khalifa ha recibido críticas por la supuesta participación del primer ministro en casos de corrupción y por su represión contra la disidencia. Inspirados por las revoluciones árabes de 2011, miles de manifestantes se echaron aquel año a las calles para pedir la dimisión del mandatario, pero las fuerzas de seguridad recibieron el apoyo de Arabia Saudí y de los Emiratos Árabes Unidos para acallar las protestas.
Los líderes de Bahrain convirtieron a este archipiélago el pasado septiembre en una de las últimas sociedades árabes en oficializar la normalización de relaciones con Israel, a pesar de que la mayoría de su población se oponga a ello
Más recientemente, los líderes de Bahrain convirtieron a este archipiélago el pasado septiembre en una de las últimas sociedades árabes en oficializar la normalización de relaciones con Israel, algo que han hecho a pesar de que la mayoría de su población se oponga a ello. Muchos ciudadanos chiíes en el territorio tienen vínculos familiares, políticos y culturales con Irán, cuyas autoridades son contrarias a la existencia de Israel. El líder de la comunidad chií en Bahrain, el ayatolla Isa Qassim —que vive en el extranjero—, rechazó el acuerdo con Tel Aviv poco después de que fuera anunciado y llamó a sus seguidores a resistir.
Asad y Putin discuten el regreso de refugiados a Siria
El gobierno sirio de Bashar al Asad celebró este miércoles con el apoyo de la Rusia de Vladimir Putin una conferencia en Damasco para abordar el retorno de los refugiados sirios a Siria. Después de haber arrebatado el control de algunas zonas a grupos opositores, las fuerzas gubernamentales sirias tienen interés en dar por terminado el largo conflicto civil. De confirmarse el fin de la guerra, la discusión alrededor del regreso de los refugiados sirios corre el riesgo de ser objeto de instrumentalización tanto por parte de al Asad como de los actores políticos que le son favorables o detractores. Un retorno temprano e involuntario sin que se den las condiciones para estabilizarse de un modo seguro en Siria sería un ejemplo de ello.Tanto los representantes de la Unión Europea como los de los Estados Unidos han rechazado participar en la cita aludiendo que garantizar la seguridad en Siria debería ser una discusión previa al regreso de los refugiados. La ONU tampoco apoyó la iniciativa, pero mandó un representante como observador. Por contra, el presidente al Asad —que se mantiene en el poder tras 10 años de guerra civil y centenares de miles de civiles muertos— asegura que el gobierno está tomando medidas para facilitar el regreso de los refugiados y añade que “el mayor obstáculo para ello es el sitio al que Occidente somete a Siria”. Además de Rusia, dirigentes de Irán, China o Pakistán asistieron a la conferencia, a la que también acudieron altos cargos de Líbano, que hospeda más de un millón de refugiados sirios en una sociedad de poco más de cuatro millones de libaneses.
El presidente al Asad asegura que el gobierno está tomando medidas para facilitar el regreso de los refugiados y añade que “el mayor obstáculo para ello es el sitio al que Occidente somete a Siria”
La situación desesperada en la que se encuentra Líbano propició el regreso de algunos sirios antes de la pandemia. En 2019, antes de la crisis financiera de este pequeño país mediterráneo, el 55% de los refugiados sirios en Líbano vivía por debajo de la extrema pobreza. Hoy, ese número asciende al 90%, según fuentes de ACNUR contaron a Abby Sewell, autora de este fantástico artículo publicado en L’Orient Today, nueva versión anglosajona del diario de referencia en Líbano entre los ámbitos francófonos y cristianos.
A pesar del declive en sus condiciones de vida, la cantidad de sirios que han optado por cruzar de vuelta la frontera entre Líbano y Siria sigue siendo escasa, seguramente por temores relacionados con la falta de un modo de subsistencia en el país de origen, por la posibilidad de ser detenidos o por la inseguridad provocada por la falta de aplicación de la ley.
Trabajadoras migrantes se organizan en Líbano
Las múltiples crisis que atraviesan Líbano en clave económica y política exacerban aún más las precarias condiciones de las trabajadoras inmigrantes del ámbito doméstico en el país, que viven esclavizadas bajo el sistema Kafala. Estas mujeres, que en este pequeño estado podrían ser más de 150.000 y que provienen de lugares como Etiopía, Bangladés, Madagascar o Filipinas, están sujetas a contratos laborales que otorgan todo el poder a sus empleadores, que en muchas ocasiones son la misma familia con la que comparten techo y para la que trabajan día y noche sin disfrutar de las pocas medidas de protección y descanso que una legislación alarmantemente desigual prevé para las trabajadoras.Desde que Líbano empezara la grave crisis libanesa, muchas trabajadoras domésticas se vieron abandonadas en la calle por sus empleadores o encerradas en casas donde las hacen trabajar sin recibir su sueldo mensual
Desde que Líbano empezó a caer en picado el pasado octubre, con la moneda local devaluándose hasta un 80% y centenares de miles de personas perdiendo su empleo, muchas trabajadoras domésticas se vieron abandonadas en la calle por sus empleadores o encerradas en casas donde las hacen trabajar sin recibir su sueldo mensual. Ante esta situación, centenares de trabajadoras domésticas e inmigrantes se han organizado durante los últimos meses para ofrecer ayuda a mujeres que se hayan quedado desamparadas, ya sea distribuyéndoles comida durante su escaso tiempo libre o financiando vuelos de regreso a casa, dejando atrás un país que ya no les da motivos para seguir lejos de los suyos.
Another 90 of our sisters landed in Ethiopia this morning, after Egna Legna Besidet covered all travel costs. Among them, victims of the Beirut blast and domestic workers abandoned in the streets by employers. With these 90, total number of sisters repatriated stands at 306. pic.twitter.com/a5yyhkB14D
— Egna Legna Besidet እኛ ለኛ በስደት (@EgnaLegnaDWU) November 4, 2020
Acuerdo en Libia para convocar elecciones en 18 meses
Las administraciones enfrentadas en la guerra de Libia acordaron este miércoles en la capital de Túnez una hoja de ruta para celebrar elecciones en 18 meses, según informó la enviada de la ONU a Trípoli, Stephanie Williams. La diplomática aseguró que el trato brinda una ruta preliminar hacia “unas elecciones presidenciales y parlamentarias libres, justas e inclusivas”, con la intención, además, de unir las instituciones del país, divididas desde hace más de un lustro y controladas por grupos armados.Estos hechos llegan después de que el pasado 4 de noviembre una Comisión Militar Conjunta participada por miembros de los dos gobiernos con los que cuenta Libia acordaran un modo de implementar el alto al fuego permanente negociado en octubre. En el país hay un Gobierno de Acuerdo Nacional, liderado por el primer ministro Fayez al-Sarraj, apoyado por la ONU y ubicado en la capital, Trípoli, pero también existe el Ejército Nacional Libio, un ejecutivo comandado por el general militar Khalifa Haftar y apoyado por Egipto, Rusia o Emiratos Árabes Unidos. Tras haberse encontrado en varias ocasiones en Ginebra, esta reunión fue la primera vez que la Comisión Militar Conjunta se daba cita en suelo libio. Lo hizo en Gadamés, una ciudad al noroeste del país, fronteriza con Túnez y Argelia y ubicada lejos de los centros de poder de ambas partes.
El conflicto libio se inició en 2011, cuando una coalición liderada por la OTAN expulsó del poder a Muamar el Gaddafi, que terminó asesinado. Aunque ahora parezca que haya “momentum” para una solución política al conflicto —como lo definió la propia enviada especial de la ONU a Libia—, muchos ciudadanos libios ven este proceso con escepticismo. Las partes involucradas en esta hoja de ruta cuentan con visiones políticas y alianzas internacionales distintas y reciben apoyo financiero y militar para asegurar sus intereses sobre el terreno.