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8 de marzo
El País Valencià se tiñe de morado en otra jornada histórica
València (por Joanna Giménez i García)
Ayer, con una normalidad casi anómala, se llevó a cabo la manifestación más multitudinaria desde antes de la pandemia. El 8 de marzo, día de la mujer, significó para València una inmensa marea que tiñó varios kilómetros de reivindicaciones sociales e igualdad, todos ellos bajo la unión del color violeta. Un color que representa la resiliencia y el rechazo a la conformidad, a la conformidad de seguir viviendo en una sociedad patriarcal que ha invisibilizado reiteradamente los logros de las mujeres a lo largo de la historia de la humanidad. Bajo gritos de “Visca, visca, visca la lluita feminista” o “Patriarcat i capital, aliança colonial”, decenas de miles de manifestantes reivindicaron, un año más, mejoras para la sanidad y la educación pública y para las trabajadoras de los sectores de cuidados ampliamente feminizados.
Este año se ha visto marcado, sin embargo, por una polémica que ha provocado la escisión de la manifestación en dos convocatorias distintas: una, organizada la Coordinadora Feminista a las 19h y, otra, por la Assemblea Feminista de Valencia a las 17h, que se confluiría más tarde con la otra para luego dividirse de nuevo y finalizar por separado. El motivo de la diferenciación se debe a debates sobre la abolición o regularización de la prostitución y a cómo legislar los derechos de las personas trans. Sin embargo, el ambiente que se vivió, marcado por el ritmo tribal de las batucadas y alguna que otra dolçaina, fue festivo y distendido.
De hecho, muchas manifestantes afirmaban que no tenían constancia de las diferencias entre columnas, sino que habían acudido indistintamente. Sin embargo, algunas de las mujeres afirmaron escuchar cánticos tránsfobos que proclamaban que ‘mujer se nace’, contrastando con pancartas de apoyo al colectivo trans en las que se podía leer “Ser mujer no nace, se construye”. Destacó también el apoyo a las mujeres afganas que bajo el régimen talibán han perdido sus derechos, así como el grito de ‘No a la guerra’ en apoyo a Ucrania.
A estos cánticos se sumaban mujeres de todas las edades, desde recién nacidas a brazos de sus madres que atisbaban perplejas, hasta ancianas con andador que sorprendían con su vitalidad y su fuerza. Alrededor de las 20:30 llegaba ya la manifestación a las Torres de Serranos, recibida por una actuación de la rapera valenciana Tesa que animaba el ambiente con sus canciones feministas animando a las mujeres a levantarse en contra de la violencia de género, de la opresión sistematizada y con una crítica decidida hacia el desprecio de la mujer por parte de la industria del rap.
Todas las columnas que habían participado en la manifestación se condensaron mostrando sus pancartas alrededor del modesto escenario en el que tuvieron cabida las actuaciones y manifiestos. A pesar de que la polémica por el abolicionismo y la ley trans que dividió las columnas en dos finales, el manifiesto, pregonado en valenciano, destacó por el reclamo de una educación pública en igualdad, dando cabida a la enseñanza sexoafectiva y la instauración de unos servicios públicos de calidad, entre otros. Marcó el discurso la oposición al capitalismo, el colonialismo y el patriarcado, ante la que un público exaltado aplaudió con fuerza. Acababa una emocionante jornada con un recordatorio de que juntas, somos más fuertes y que “8 de marzo es cada día y el feminismo es el camino”. Instando a luchar para honrar a las que nos preceden, y a seguir combatiendo para que las que vengan puedan vivir en igualdad.
Castelló (por Nerea Altaba)
Castelló se ha teñido de morado un año más para conmemorar el 8M. El movimiento feminista ha vuelto a las calles de la capital de la plana tras un año de parón por la pandemia, en una tarde donde el cese de la lluvia ha permitido sacar las pancartas y banderas por el Día Internacional de la Mujer. La policía municipal apunta a casi 4.000 integrantes en esta marcha multitudinaria, aunque dividida en dos grupos. Encabezando la manifestación la parte institucional con los partidos políticos, sindicatos y organizaciones y unos metros más atrás las asociaciones populares con Subversives Castelló, la Asamblea del 8M y grupos estudiantiles más reivindicativos.
La jornada estuvo marcada por las clamas contra el machismo y la brecha de género, gritos por un feminismo antirracial, con igualdad de clases, y también por la polémica alrededor del abolicionismo de la prostitución. De manera conjunta, no obstante, las participantes han coreado cánticos y mostrados carteles contra el patriarcado al grito de “No estamos todas, faltan las asesinadas”, “Que viva la lucha de las feministas” o “No es una fiesta es una protesta”. Además, estas consignas también han dejado hueco a las denuncias contra Vox y su líder Santiago Abascal. Así como a la Universitat Jaume I con la proclama “agresores fuera de las universidades”.
La marea morada ha comenzado a las 19:00 en la Plaza de las aulas y ha transcurrido por las calles principales de la localidad. Desde el Mercado de San Antonio por la Ronda Magdalena, Huertos Hogueros, Plaza del Rey, Puerta del Sol, Gasset y Plaza de la Paz y Calle Mayor hasta llegar a la Plaza Mayor.
El primer grupo detrás de la pancarta que llevaba la formación socialista con el presidente de la Diputación, José Martí, acompañado por miembros de Compromís. Acompañados por entidades provinciales como el Liceu de Dones de Castelló, la Asociación de Mujeres 8 de marzo, el aula de tercera edad de mujeres del Grau o Amnistía Internacional. Además de los sindicatos UGT, Comisiones Obreras e Intersindical Valenciana.
Finalmente, la marcha ha acabado en la Plaza Mayor junto al Ayuntamiento, donde el Movimiento Feminista de Castellón, formado por asociaciones, organizaciones y colectivos de la provincia ha leído el manifiesto que todos los asistentes han aplaudido y vitoreado con fuerza. El acto finalizó con la interpretación de una versión de la canción de Rigoberta Bandini “Ay Mamá”, donde todas las asistentes al unísono dejaron claro que en Castelló había feminismo para rato.
Alacant y Elx (por Estefanía Moreno)
En Alacant, entre 8.000 y 12.000 personas se dieron cita durante la jornada feminista del 8M. Partiendo desde las escaleras del instituto del Jorge Juan, una marea violeta recorrió, durante la tarde de ayer, el centro de la ciudad de Alicante hasta llegar al cruce entre la Explanada y la Rambla Méndez Nuñez. La manifestación alicantina se caracterizó también por lo intergeneracional de sus filas y por las pancartas en denuncia de la violencia machista, la desigualdad todavía imperante y la necesidad de cuidar a las que cuidan, así como el grito de 'no a la guerra' y la defensa del sistema público de salud. Otro de los puntos clave en la jornada fueron las críticas a la nueva ordenanza de mendicidad por suponer una “criminalización y penalización de las mujeres en situación de prostitución”, así como las referencias al acoso, acusado este último año, que reciben las mujeres que acuden a clínicas para abortar.
En Elx, por su parte, no hubo ningún incidente, si bien estaban presentes las consignas abolicionistas. Durante la lectura del manifiesto, en el que se destacó la importancia de luchar unidas contra el patriarcado y el sistema neoliberal, independientemente de la falta de consenso en otras cuestiones, se defendió la necesidad de una política social y feminista donde se garantice una renta básica universal, se apueste por una sanidad pública de calidad y se acabe con la precariedad laboral de los cuidados. Las reivindicaciones se trasladaron al sistema laboral privado, donde se ha destacado la situación precaria de las Kellys, las aparadoras, empleadas del servicio doméstico... Entre las frases protagónicas, el antirracismo estaba presente en gritos como “la libertad de las mujeres con más recursos no puede recaer sobre la explotación de las mujeres migradas”. También se aprovechó la jornada para denunciar públicamente el asesinato de Alicia, ocurrido hace casi dos años en Elche, y que sigue sin tener culpable.