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Violencia machista
La Academia del Cine Catalán crea un servicio para denunciar el acoso sexual que sufren las actrices
Hace cinco años, un movimiento de denuncia de las agresiones machistas en el mundo del cine rompió el silencio sobre la violencia que muchas actrices habían padecido a manos de compañeros de reparto, directores o productores. El #MeToo consiguió que se hablara de ello y también sentó en el banquillo de los acusados por estos delitos a figuras intocables hasta entonces, como el todopoderoso productor Harvey Weinstein. La onda expansiva de esta iniciativa contra el machismo en el trabajo en el sector audiovisual llega ahora a las instituciones catalanas: la Academia del Cine Catalán acaba de presentar el nuevo departamento contra los abusos, que ofrece atención jurídica y psicológica a las víctimas. Su presidenta, Judith Colell, reconoce esa genealogía: “Si un caso sale a la luz, hay muchas otras mujeres que han sufrido acoso y se atreven a contarlo. Es lo que pasó con el #MeToo, muchas personas se atrevieron por primera vez a decir en voz alta cosas que habían pasado 30 años antes. En Hollywood y aquí”.
Audiovisual
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El nuevo servicio, impulsado por la Academia y apoyado por el Ayuntamiento y la Diputación de Barcelona, quiere convertirse, en palabras de Colell, en un lugar seguro en el que las mujeres que trabajan en el sector audiovisual y de las artes escénicas encuentren apoyo y acompañamiento para contar los casos de abusos y acoso sexual que hayan sufrido y puedan tomar decisiones. “No puede ser que de todos los casos que se conocen solo se denuncie un 10%, esto indica que aquí pasa algo, la gente no sabe dónde tiene que ir, no se siente protegida, no encuentra un espacio seguro donde consultar qué hacer”, afirma la presidenta de la Academia del Cine Catalán, quien subraya el carácter pionero de esta iniciativa.
De ese primer momento de atención y valoración se encargan la abogada Carla Vall y la psicóloga Aina Troncoso, especializadas en tratamiento a víctimas de violencia machista. Es el nivel inicial del trabajo de este nuevo departamento, entre cuyos objetivos también figuran el establecimiento de un protocolo de actuación para la prevención que se pueda utilizar en las escuelas de cine y teatro; y la creación de un observatorio para la recopilación y el análisis de datos.
La atención se ofrecerá a cualquier persona residente en Catalunya que trabaje o haya trabajado en el ámbito audiovisual y de las artes escénicas, y que haya sido víctima de acoso o abuso sexual, de poder o humillación por razón de género, orientación sexual, raza, religión o edad. Judith Colell no cree que sea un sector profesional especialmente afectado por los abusos sexuales: “Si fuera un problema que afectara solo al mundo del cine, la televisión, el audiovisual, sería fantástico. El problema grave es que afecta a toda la sociedad. Hay que ponerle freno, concienciar, educar, tener protocolos de comportamiento”. Pero también apunta a situaciones específicas del trabajo actoral sobre las que hay que actuar y que, de hecho, ya están localizadas: “Quizá en nuestro sector lo que sí hay que no tienen otros es que se producen situaciones de tremenda intimidad entre los actores durante los rodajes. Las productoras y plataformas están empezando a poner algún tipo de protocolos, ya hay figuras como los directores de intimidad que trabajan con los actores para marcar límites cuando hay que rodar una escena de intimidad”.
Tras un año de trabajo, este nuevo servicio contra los abusos se presenta para contrarrestar un dato preocupante: el del número de casos conocidos en el sector, que ronda los 150. “Son los que han salido a la luz, publicados por los medios —explica Colell—. No hemos hecho una investigación, ya son conocidos. Hay un gran grueso de víctimas que no se atreven a denunciar. No es solo una cuestión punitiva, sino de que exista un espacio seguro en el que poder contarlo. En muchas ocasiones se estigmatiza a las víctimas, por eso es importante que haya este trabajo de escucha y atención”.