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Urbanismo
La Ermita del Santo, el último pelotazo urbanístico en Madrid que el vecindario lucha por frenar
El centro comercial y deportivo en la Ermita del Santo en Madrid podría desaparecer en los próximos meses ante un pelotazo urbanístico orquestado con la complacencia del Ayuntamiento de la capital. Así es como se expresa el colectivo creado para intentar revertir la situación y compuesto por medio millar de vecinos y vecinas que se niegan a permitir otra operación urbanística que perjudicaría sus vidas en un barrio que ya de por sí adolece de dispositivos públicos como bibliotecas o centros de salud. Si no consiguen frenarlo, la actuación terminaría con la construcción de torres de viviendas de casi 30 pisos de altura con viviendas de lujo que gentrificarían la zona.
Álvaro Domínguez es portavoz de No al Pelotazo de Ermita del Santo, el colectivo antes mencionado: “Ahora tenemos un centro deportivo muy utilizado por los habitantes del barrio, y todavía subsisten algunos comercios en el lugar. Hace cuatro años lo compró un empresario y lo quiere derribar para crear 600 viviendas de lujo y 2.000 plazas de aparcamiento”, explica. Ubicado en el distrito de La Latina, en el barrio de Los Cármenes, el enclave vivió su época dorada en los años 80 y 90, pero todavía sigue siendo muy apreciado por la gente del barrio.
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Este empresario, además, aparece en los Papeles de Panamá y está relacionado con numerosas empresas offshore, expresa el propio Domínguez. “Es un multimillonario que quiere que su dinero produzca más dinero a costa de los demás. Compró el terreno a los dueños anteriores por 17 millones de euros, el Ayuntamiento ha recalificado la zona para convertirla en residencial, y ahora vale 94 millones”, relata el portavoz.
“Compró el terreno a los dueños anteriores por 17 millones de euros, el Ayuntamiento ha recalificado la zona para convertirla en residencial, y ahora vale 94 millones”
Si ya no les gustaba la operación urbanística que se fraguaba en los despachos del Consistorio madrileño, tampoco lo hizo el hecho de que fuera a sus espaldas. “Nos enteramos de esto de sopetón, tras modificar el Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) y que lo publicaran en un periódico. El Ayuntamiento no ha consultado a nadie del barrio, ni a los agentes sociales, ni los comerciantes que todavía están en el centro comercial”, agrega el integrante de No al Pelotazo de Ermita del Santo.
Viviendas que gentrificarán el barrio
Desde el colectivo consideran una “aberración urbanística que parece que está de moda en Madrid” que el nuevo propietario de los solares quiera construir viviendas en torres de casi 30 pisos de altura. “Esto es un pelotazo, y el Ayuntamiento no puede jugar con unos intereses privados para concederle a un señor un pelotazo con el que se va a forrar”, declara tajante el mismo portavoz.
“Si lo consiguen, el barrio se colapsaría. Son viviendas de lujo con las que quieren especular para luego venderlas a fondos buitre, así que se crearán vecinos de primera, segunda y tercera categoría”
Además, el Consistorio ha alterado los porcentajes de edificabilidad en el PGOU, lo que permitiría al multimillonario seguir con su idea de construir seis centenares de viviendas y dos millares de plazas de aparcamiento en la zona; todo ello tras el cambio de uso de dotacional a residencial de una parcela de casi 50.000 metros cuadrados. “Si lo consiguen, el barrio se colapsaría. Son viviendas de lujo con las que quieren especular para luego venderlas a fondos buitre, así que se crearán vecinos de primera, segunda y tercera categoría”, determina Domínguez.
Uno de los aspectos que más rabia levantan entre el vecindario es que el plan no contempla la construcción de ningún equipamiento público nuevo. Una zona que ya adolece de bibliotecas, colegios y polideportivos verá incrementada su población sin que ninguno de estos dispositivos se tenga en cuenta para la ciudadanía. “Y es normal, porque se trata de pura especulación urbanística e inmobiliaria”, apuntilla el portavoz del colectivo.
Hasta llevarlo a los tribunales
Ninguna de sus comunicaciones con el Ayuntamiento ha dado frutos. Ni a través del área de Gobierno ni presionando a la junta del distrito. “Por eso hacemos manifestaciones y salimos a la calle. Tenemos todos los bloques que dan al centro comercial inundados con pancartas que hemos hecho en contra de la actuación urbanística. Lo único que nos queda es hacer ruido de cara a las elecciones del 28 de mayo”, determina el propio Domínguez.
De todas formas, desde el colectivo afirman que el proyecto tan solo se podría echar para atrás si la nueva corporación municipal lo desestimara y no lo llevaran a cabo. “Estamos hablando de un proceso administrativo de gran categoría para el que los técnicos del Ayuntamiento se han estado moviendo año y medio y se ha modificado el PGOU, así que entendemos que si vuelve a ganar el PP seguiría adelante sin mayor problemas”, dicen al respecto.
En cualquier caso, se reservan la vía administrativa. Tal y como explica Domínguez, “si al final lo recalifican, aunque lo tenga que aprobar provisionalmente el Ayuntamiento y luego la Comunidad de Madrid por temas de medio ambiente, nosotros tendríamos opción de ir al contencioso-administrativo. Sería un tema largo y cuantioso, pero también estamos preparados para esa lucha”, se explaya.
Desaparecerán zonas verdes
Esos temas de medio ambiente a los que se refiere el portavoz del colectivo no son baladís. Norma Pérez, miembro de la comisión de ordenación del territorio de Ecologistas en Acción (EeA) de Madrid, determina que esta operación que triplica la edificabilidad actual y casi dobla la de los ámbitos residenciales colindantes “no tiene en cuenta las necesidades del entorno ni el impacto que provocará”.
Ella misma indica que el principal argumento esgrimido por el Consistorio para llevar a cabo la modificación desde el área de Desarrollo Urbano es una supuesta falta de viviendas en la zona. “Se obvia de esta forma el hecho de que el verdadero problema en lo relativo a la vivienda no es la falta de disponibilidad sino la imposibilidad para cada vez más personas de acceder a una asequible, algo que esta operación no contribuye en modo alguno a paliar”, respondiendo desde EeA en un escrito. “Para Ecologistas en Acción, la nueva ordenación no responde a criterios de interés general y parece motivarse únicamente por el interés particular de la propiedad de maximizar la rentabilidad económica del suelo”, aducían.
Pérez se centra en que la altura de los rascacielos de viviendas que proyectan, de hasta 28 plantas, generaría un “gran impacto en el valor paisajístico de las terrazas que descienden hacia el Manzanares en su margen derecha”. Es decir, la vista de la ciudad que permite identificar sus elementos arquitectónicos más reconocibles. “También quieren sustituir 4.000 metros cuadrados de zonas verdes, lo que incluiría al Parque de la Cuña Verde, por equipamientos y nuevo viario”, informa.
Desaparición de 7 de cada 10 árboles
No solo eso. El nuevo plan sí recoge la creación de nuevas zonas verdes, aunque totalmente fragmentadas y de escasas dimensiones y que, en suelo público, “prácticamente tendrían un uso privado al estar en espacios entre los bloques construidos”, en palabras de Pérez. En torno a un quinto de estas zonas, además, se ubican sobre el garaje subterráneo proyectado, lo que todo indica que no habrá arbolado en su superficie. A lo que se suma, por otro lado, la desaparición más que probable de casi el 70% de los árboles de la zona, según estimaciones de EeA. “La saturación y macización del espacio tendrá también efectos negativos sobre el efecto 'isla de calor', dificultando por tanto la adaptación al cambio climático”, agregan desde el colectivo ecologista.
”La saturación y macización del espacio tendrá también efectos negativos sobre el efecto 'isla de calor', dificultando por tanto la adaptación al cambio climático”
Pérez, asimismo, menciona que el estado actual de emergencia climática se vería negativamente afectado si la operación urbanística se lleva a cabo. “No es más que un derroche de energía y recursos. Las emisiones de gases de efecto invernadero como resultado de la demolición de las edificaciones existentes, que están en perfecto estado, y la construcción de otras nuevas no son nada desdeñables”, concluye la experta.