Tribuna
¿Quiénes son el movimiento de los Chalecos amarillos?

Miles de personas han cortado las carreteras de Francia durante cinco días para protestar por las sucesivas subidas en el precio de los carburantes y la exigencia al Gobierno de que se bajara la tasa de imposición a los mismos.

Gilets jaunes (chalecos amarillos)
Protesta de los Gilets jaunes (chalecos amarillos)
Miembro de la Secretaría de Europa de Podemos
24 nov 2018 07:00

El pasado 17 de noviembre tuvo lugar una jornada de movilizaciones por toda Francia, apodada el movimiento de los gilets jaunes (chalecos amarillos). Este movimiento surgió tras las sucesivas subidas en el precio de los carburantes y la exigencia al Gobierno de que se bajara la tasa de imposición a los mismos, en particular la taxe carbonne (impuesto ecológico a los carburantes). El movimiento, que arrancó desde una acción en Facebook, ha ido cogiendo fuerza en las últimas semanas.

Lejos del repertorio “tradicional” de acciones de los movimientos sociales, la consigna inicial del movimiento animaba a realizar una protesta simbólica que consistía en llevar un chaleco reflectante amarillo visible encima de la guantera de los coches. Pero el llamamiento ha ido ganando fuerza en las semanas previas a la fecha prevista, con llamados a paralizar el país bloqueando sus principales arterias. El saldo de la movilización ha sido impresionante: empezando como una llamada para el día 17, la movilización se ha extendido durante cinco días, bloqueado más de 200 puntos en las carreteras y contando con la movilización de más de 280.000 personas.

Este movimiento masivo llega tras una primavera de movilizaciones convocadas por las organizaciones de izquierdas, pero de las que aparentemente está desconectado

Este movimiento masivo llega tras una primavera de movilizaciones convocadas por las organizaciones de izquierdas contra las medidas de austeridad y privatización del Gobierno, pero de las que aparentemente está desconectado. Reivindicando un carácter apolítico y apartidista, centrándose en la crítica a la pérdida del poder adquisitivo y en el aumento de los impuestos, algunos analistas lo han llegado a tildar de movimiento poujadista (expresión política corporatista y conservadora emergida en los años 50 en torno a la defensa de los intereses de los pequeños comerciantes y la clase media). Ideológicamente difuso, durante los últimos días hemos asistido tanto a expresiones homófobas y acciones xenófobas como a llamamientos a la justicia social y en contra del capitalismo.

El balance de los enfrentamientos entre policía y manifestantes también resulta impresionante: dos personas muertas (atropelladas en los puntos de bloqueo de las carreteras), 528 personas heridas, entre ellos 92 policías, 600 personas detenidas... Unas características que han hecho que a la mayoría de actores políticos y sociales les ha pillado relativamente a pie cambiado.

Algunas de las claves de lo que está pasando

Primero, el modelo de estructuración del territorio en Francia juega un papel fundamental para entender la composición del movimiento y la forma de su expresión. Según lo publicado, sabemos que el grueso del movimiento estaría, por el momento, compuesto por población de las periferias residenciales de las grandes ciudades, así como del medio rural. Este es un dato importante, porque son precisamente estos los primeros espacios afectados por décadas de un desarrollo territorial desigual. Un tipo de desarrollo que se traduce en un modelo urbano desagregado y difuso, quedando lejos de los centros de circulación del capital, llamado el péri-urbain (que en muchas de las áreas metropolitanas cuenta con más habitantes que la ciudad de referencia). Un espacio que ni concuerda con el funcionamiento de los centros urbanos ni se sitúa plenamente en el medio rural. Por su morfología y su evolución, se trata de espacios del desarraigo y de la desagregación social, donde la construcción de solidaridades es mucho más difícil que en núcleos consolidados.

Se trata de un contexto donde la existencia o no de transportes colectivos determina la vertebración del territorio. Y la política de Emmanuel Macron también ha tenido un impacto muy negativo en este sentido. Durante su etapa de ministro de Economía bajo el Gobierno de François Hollande impulsó la puesta en marcha la liberalización de la red de líneas de autobús para alentar la concurrencia a la compañía nacional de ferrocarriles SNCF e incluso para sustituir algunas de sus líneas. Desde su llegada al poder ha llevado a cabo una reforma del sistema ferroviario que condena a muchas de las líneas regionales y de proximidad. Todas estas políticas condenan a parte de la población, precisamente aquella que vive en las periferias en el medio rural, a utilizar el transporte privado. Si además tenemos en cuenta que los carburantes, tanto para el transporte marítimo como aéreo, están exentos de imposición, las condiciones para que se desarrolle un movimiento de este tipo están servidas.

Segundo, el desarraigo y desagregación social son un componente más de una crisis de la representación política que está viviendo la sociedad francesa estos últimos años. La descomposición del sistema de la alternancia existente durante los últimos 40 años ha generado un vacío de representación en la sociedad francesa. Este vacío ha sido ocupado parcialmente por Emmanuel Macron desde el centro neoliberal y por Marine Le Pen desde la extrema derecha. El movimiento de los Chalecos amarillos se opone frontalmente a Macron y a sus políticas. Y, si bien es cierto que las zonas geográficas de las cuales emana el núcleo de este movimiento son precisamente aquellas donde el antiguo Front National (actualmente Rassemblement National) ha tenido un mayor crecimiento, este partido no ha ocupado un espacio primordial o hegemónico en el movimiento.

El movimiento de los Chalecos amarillos es una expresión contradictoria de la crisis política y social que se ahonda en Francia

El movimiento de los Chalecos amarillos es una expresión contradictoria de la crisis política y social que se ahonda en Francia. Marx explicaba en El 18 de Brumario de Luis Bonaparte que, en un momento de crisis de régimen, la clave de la solución bonapartista se basaba en apoyarse sobre una masa de individuos, el campesinado, que se situaba fuera del sistema político (eminentemente urbano), y que por ende carecía de representación política propia. El movimiento de los Chalecos amarillos puede ser una representación, aun con características propias, del hastío de esta “clase inorgánica”, como la llama Marx, que teme la precarización de sus condiciones de vida y se siente expulsada de la representación política. Existe un riesgo evidente que Marine Le Pen juegue finalmente la carta de la “tribuna outsider” con un discurso social y que intente aprovechar este momento para consolidar un bloque social ultraconservador que daría alas a sus variantes más reaccionarias. De hecho, no es sorprendente que haya celebrado el éxito de las movilizaciones acontecidas durante el pasado fin de semana. Para evitar este escenario a las fuerzas progresistas se le plantean retos importantes, especialmente en la ampliación de la movilización hacia otros sectores sociales, ampliando el abanico de reivindicaciones. En la isla de la Réunion este paso ya se está produciendo, lo que ha provocado la reacción inmediata por parte del Gobierno que ha prometido “mano dura” con los manifestantes. Por su parte el sindicato CGT ha comenzado este miércoles a bloquear varias refinerías del país y ha llamado a dos fechas de movilización nacional en diciembre.

Por otro lado, el movimiento ha convocado una gran manifestación para este sábado en París, lo cual ha provocado que el Ministerio del interior francés movilice a más de 10.000 fuerzas antidisturbios. El futuro del movimiento se determinará en las próximas semanas, pero lo que parece evidente es que nos encontramos a una expresión de un desplazamiento de las placas tectónicas de la sociedad que tardará en establecerse.

Francia
Emmanuel Macron, un año a la derecha

A un año de la toma de posesión del presidente francés hacemos balance sobre su evolución política hacia la derecha.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Tribuna
Transición Energética La transición energética se juega entre el dividendo y la ganancia
Mientras la transición energética se presenta como urgente, las decisiones clave siguen en manos del capital privado. Este artículo analiza sus límites y defiende la propiedad pública como condición para una transformación real y justa
Tribuna
Tribuna La universidad como espacio público seguro y autónomo
Carta al consejero de Educación de la Comunidad de Madrid, Emilio Viciana y al resto de la sociedad madrileña sobre la criminalización de las protestas que han impedido la celebración de actos de la ultraderecha en la Complutense.
#28322
22/12/2018 16:02

Es curioso la "similitud" entre los movimientos Chalecos/Lazos Amarillos incluiendo hasta mismo sus 2 simbolos ?

0
0
#26867
29/11/2018 18:03

Los hechos están a la vista, la interpretación corre por cuenta del autor del artículo únicamente. Las fuerzas progresistas son parte del problema, Mélenchon y Le Pen se dan la mano. No olvidemos que fue Hollande quien metió presión fiscal y Segolene Royal que hizo marcha atrás con la ecología. Por mi parte no es más que el reflejo versión francesa del antagonismo democracia vs populismo

2
2
Samoel - Saludos desde Brasil.
25/11/2018 2:20

Para mí, estos movimientos no son espontáneos y ni para el bien de la sociedad francesa.
Son movimientos muy bien elaborados y planeados por los capitalistas americanos para desestabilizar la sociedad.
Hoy día con el uso de la Big Data es muy fácil "hackear" a las personas, hacerlas pensar que están en el control, que lo que hacen es importante y que es para su bien. Pero en realidad están a servicio de una minoría de poderosos que controlan los datos y Consecuentemente las mentes.
A mí me parece que es el mismo movimiento que llegó al Brasil en 2013 que tuvo como resultado la elección del ultra derechista bolsonaro en 2018.
Ahora estamos en un país muy cerca del caos gobernado por un grupo de psicópatas, qué quieren acabar con una gran parte de la población los más pobres principalmente.

4
12
Samoel Acre Brasil
25/11/2018 2:15

Para mí, estos movimientos no son espontáneos y ni para el bien de la sociedad francesa.
Son movimientos muy bien elaborados y planeados por los capitalistas americanos para desestabilizar la sociedad.
Hoy día con el uso de la Big Data es muy fácil "hackear" a las personas, hacerlas pensar que están en el control, que lo que hace es importante aquí es para su bien. Pero en realidad están a servicio de una minoría de poderosos que controlan los datos y Consecuentemente las mentes.
A mí me parece que el mismo movimiento que llegó al Brasil en 2013 que tuvo como resultado la elección del ultra derechista bolsonaro en 2018.

4
8
Anónim0
24/11/2018 14:21

Cuando las barbas de tu vecino veas pelar... Unas acertadas puntualizaciones a este artículo se encuentran en este hilo del imprescindible Luis González Reyes https://twitter.com/luisglezreyes/status/1066232461078740992

7
1
anonimander
24/11/2018 21:02

Y sobre todo en la entrada del blog que comparte de Antonio Turiel y su claridad hablando de Peak Oil, PeakGasoil y el futuro del automóvil. Imprescindible.

7
2
Militarismo
Alejandro Pozo “El oportunismo de la industria militar española aprovechando lo que pasa en Gaza es grave”
Este investigador sobre paz, conflictos armados, desarme y acción humanitaria denuncia que el rearme ya está teniendo lugar y que el Ejecutivo escamotea información sobre las relaciones comerciales de la industria con Israel.
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Los trabajadores de Metro celebran el nuevo convenio pese al temor de perder empleos por las automatizaciones
“Es el mejor acuerdo que he visto en 43 años que llevo trabajando aquí”, explica el representante de Solidaridad Obrera en la mesa negociadora, Braulio del Pozo, que destaca que se recupera en parte el poder adquisitivo de la plantilla.
Galicia
Galicia Bimba y Lola se aleja del lyocell de Altri con la salida del presidente de Greenalia de su consejo
El presidente de Greenalia y antiguo consejero delegado de Inditex, José María Castellano, abandona su puesto en la empresa cerrando una puerta más a la salida de la celulosa supuestamente creada para fibras textiles.
Sexualidad
Consultorio de sexualidad Los mil y un orgasmos femeninos
El clítoris, la vagina y el cérvix están inervados por distintos nervios que, al ser activados en distintas combinaciones, producen sensaciones diversas.
Redes sociales
El asesino de los CEO El fenómeno fan Luigi Mangione, ¿por qué tanta gente apoya a un asesino?
El caso del chico de clase alta que disparó sobre un CEO de una aseguradora médica ha desatado una ola cultural y de apoyo como no se había visto antes.
Literatura
Silvia Nanclares “Moratalaz nace como barrio franquista, solo que no contaban con la presión vecinal”
Con ‘Nunca voló tan alto tu televisor’ la escritora madrileña regresa a su barrio y examina lo que quedaba debajo de la cáscara de progreso que supuso la construcción del edificio de Torrespaña, aun hoy uno de los más reconocibles de la ciudad.

Últimas

Que no te lo cuenten
Que No Te Lo Cuenten De amenazas ambientales y memoria histórica
VV.AA.
La ciudadanía gallega y extremeña alza la voz contra proyectos que amenazan sus territorios y medioambiente.
Opinión
Opinión Sonará tu nombre cuando nazca el mío
No fue hasta que empecé a habitar mi propio cuerpo que entendí que podía contar mi historia. Una carta de amor travesti en el Día de la Visibilidad Trans.
Análisis
Análisis Inmigración, trenes e ilusiones de soberanía
El mayor beneficiario de la situación política en Catalunya sigue siendo el PSC, que ve cómo la definitiva irrupción demoscópica de Aliança Catalana reduce el campo de los principales partidos del independentismo.
Dependencia
Dependencia Los cuidados necesitarán entre 300.000 y 600.000 trabajadores más en cinco años
Las empleadas de residencias y ayuda a domicilio reclaman mejoras en esas nuevas plazas. “Debemos tener un sistema de cuidados universal y público, debe ser un derecho y no un negocio”, piden desde el sindicato ELA.
Más noticias
La vida y ya
La vida y ya Cinco chimpancés
Les dijo que cuando se caza a una cría en su entorno natural, de media se mata a diez chimpancés de su grupo.

Recomendadas

Cómic
Cómic Un gran poder conlleva una gran responsabilidad: ¿los superhéroes de cómic son de derechas o de izquierdas?
¿Encarna Superman a la socialdemocracia liberal, es Batman un militante anarcocapitalista y el Capitán América la bandera del nacionalismo? La respuesta no es tan sencilla si se repasa la historia del género.
Memoria histórica
Manuel Pérez, ‘camarada Arenas’, tras salir de prisión “Cordón trató de escaparse, se cayó y se mató”
El militante histórico del PCE reconstituido y, según la Justicia, líder de los Grapo, mantiene su inocencia en todos los casos que le han llevado a pasar 32 años en prisión.
Comunidad de Madrid
Sanidad Universal Sociedades sanitarias critican el SMS amenazante que el Gobierno de Ayuso está enviando a personas migrantes
Cuatro sociedades científicas denuncian un texto amenazante en el que se indica al destinatario que dispone de 30 días para seguir de alta en la Tarjeta Sanitaria, lo que está generando “incertidumbre” y “desprotección”.
América del Sur
América del Sur La batalla por el litio: pueblos originarios resisten un “genocidio medioambiental y cultural”
Sudamérica se ha convertido en la proveedora mundial de materias primas para la transición energética. Las comunidades afectadas se rebelan ante una actividad que genera desposesión de tierras, contaminación, sequía y conflictos internos.