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Tribuna
Dejémonos cuidar por la bicicleta
Pedaleando mucho y avanzando poco. Bilbao pedalea a marchas forzadas, por lo menos en lo que respecta al impulso del uso seguro de la bicicleta. Y es que el uso de la bici en Bilbao no para de crecer. Sin embargo, es importante incidir en que la bicicleta no es solo un medio de transporte sostenible y saludable. No es un simple vehículo de dos ruedas movido por una persona. La bicicleta se ha convertido en un objeto valioso, que nos cuida, y que el Ayuntamiento de Bilbao, desde el área de movilidad y sostenibilidad como responsable directa, debe priorizar de una manera mucho más rotunda si de verdad pretende avanzar en materia de movilidad sostenible.
En poco tiempo, la bici se ha convertido en un medio de transporte estratégico para la vida en las ciudades. Básicamente, porque su uso produce además un alto valor en términos de habitabilidad, salud, medioambiente, equidad y sociabilidad. La bicicleta genera beneficios, tanto para los que se desplazan con ella como para los que no: las bicis liberan espacio público, reducen la contaminación del aire y también la contaminación acústica de nuestras calles. En Bilbao, por cierto, falta nos hace.
Las bicicletas liberan espacio público, reducen la contaminación del aire y también la contaminación acústica de nuestras calles. En Bilbao, por cierto, falta nos hace.
En el Pleno Municipal celebrado el pasado mes de febrero se logró un importante compromiso por parte del Gobierno Municipal en aras a impulsar la movilidad ciclista en Bilbao: diseñar un Plan Estratégico de Movilidad Ciclista para el periodo temporal 2023-2030. Y hacerlo de manera urgente, abierta y participada, contando con la opinión del mayor número de colectivos y asociaciones implicadas en la movilidad urbana de Bilbao. Dos fueron las principales motivaciones de nuestra propuesta. La primera, porque Bilbao, aunque lo contempla en su Plan de Movilidad Urbana Sostenible (en el PMUS), todavía no lo tiene y, en segundo lugar, porque la bicicleta es un elemento estratégico para el desarrollo urbano de cualquier ciudad. Las principales ciudades de Europa ya cuentan con su propio Plan Estratégico de Movilidad Ciclista, ajustado a la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y Bilbao, no puede permitirse quedar atrás, en la cola del pelotón.
La bicicleta siempre suma en parámetros de sostenibilidad
Por otro lado, es importante entender que la movilidad ciclista siempre suma en parámetros de sostenibilidad urbana. La bici no va contra nadie, no contamina, no hace ruido y además reduce de una manera sencilla las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin olvidar que estas emisiones son la principal causa del cambio climático que ya nos afecta. En este sentido, y según datos del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, hay que tener presente que el transporte representa el 29% del total de emisiones de gases de efecto invernadero, y que, de ese porcentaje, el 93% lo representan los coches, las furgonetas y los camiones. Evidentemente, no es cuestión de eliminar de un plumazo los vehículos que hemos utilizado durante los últimos cincuenta años, pero sí es momento de avanzar gradualmente hacia una movilidad descarbonizada, respetuosa con el planeta y con la salud de las personas. Y es aquí donde la bici también tiene mucho que decir y mucho que aportar.
Es momento de avanzar gradualmente hacia una movilidad descarbonizada, respetuosa con el planeta y con la salud de las personas. Y es aquí donde la bici también tiene mucho que decir y mucho que aportar.
Son muchos los beneficios asociados al incremento del uso de la bici. La bicicleta mejora la salud física y mental, incrementa la esperanza de vida y reduce el sedentarismo. En cuanto a la movilidad, la bicicleta reduce la congestión del tráfico y mejora la seguridad vial. En el nivel económico, la bicicleta genera empleo e inversiones, favorece la economía local, crea tejido tecnológico y contribuye a la reducción del gasto sanitario. En el ámbito medioambiental, la bicicleta contribuye a la obligatoria descarbonización de la movilidad, no produce ruidos, no genera emisiones y contribuye al ahorro energético. Y, por último, en el ámbito social, la bicicleta contribuye a avanzar hacia una sociedad más equitativa, facilitando el derecho a la movilidad de todas las personas y el acceso a bienes y servicios.
Movilidad
Movilidad Txirringudariak: la alegría entre las piernas
En definitiva, en Bilbao queda mucho que pedalear en materia de movilidad ciclista. ¿Para cuándo un aparcamiento de bicicletas interno, cubierto y seguro en Termibus? ¿Para cuándo una red de bidegorris interconectados y seguros? ¿Para cuándo más puntos bici en los barrios altos? Si lo que realmente se pretende es promover un modelo de movilidad sostenible, este Gobierno Municipal (PNV-PSE) debería superar el enfoque lúdico de la bicicleta, fomentando una cultura ciclista que arraigue con fuerza y sin complejos en Bilbao, respetando y cumpliendo, dicho sea de paso, todo lo acordado en el Plan de Movilidad Urbana y Sostenible.
El siglo XXI ya es el siglo de la sostenibilidad y si a esto además le sumamos los problemas derivados de las crisis climática y energética, es muy fácil entender que todos los elementos que favorezcan la sostenibilidad son y serán cuestiones estratégicas para el desarrollo sostenible de la sociedad. Asumamos cuanto antes la importancia de permitir que en Bilbao nos dejemos cuidar por la bicicleta, un elemento indispensable para la movilidad urbana.