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Cuidados
De paseo por comunidades cuidadoras
De los barrios de Madrid o Zaragoza a la experiencia rural de Nalda (La Rioja): Un recorrido a través de las experiencias comunitarias de cuidados que recoge el libro de Los Cuidados y que forman parte del patrimonio de la comunidad que se cuida.
@dandindan
Os invitamos a un paseo. Un caminar que comienza en Vallecas, ese barrio obrero y diverso del sureste de Madrid, para adentrarnos en su historia, sus gentes, la rica trayectoria de dinamización social y la experiencia desarrollada durante más de 30 años entre profesionales y ciudadanía, o cuidadanía, para mejorar la vida del barrio. El proyecto cinematográfico y editorial de Los Cuidados se nutre y nace de un centro de salud del barrio de San Diego, abierto a la comunidad, enredado y enraizado en el territorio a través de un proceso que genera vínculos sostenidos a lo largo del tiempo entre personas y grupos diversos que se comprometen con la salud comunitaria y la búsqueda de soluciones creativas a los problemas comunes(1).
Desde allí subimos al Cerro del Tío Pío y observamos la ciudad, sus angostas calles, las avenidas, los parques, dónde se ubican los recursos, cómo camina la gente, los desplazamientos, la parcelación del territorio. Nos acercamos a los cuidados desde la ordenación urbana. El diseño urbano y la distribución de los recursos se relaciona con el bienestar, con las desigualdades sociales y en salud, así como con la distribución de los cuidados, penalizando a las periferias (urbanas y sociales)(2). Pero también la forma de habitar la ciudad y la capacidad de incidencia sobre el espacio de sus habitantes tiene un potencial transformador y de cuidado del entorno y sus gentes. En eso consiste la reapropiación del espacio urbano para hacerlo a nuestra medida, para poner la vida en el centro, como ejercicio de poder ciudadano(3).
De barrio en barrio, y tiro porque me toca. Viene a la cabeza el juego de la oca, la rayuela, el escondite, las chapas o tantos otros que en casa o en las calles permiten disfrutar de la compañía y del espacio. Recursos de las comunidades que se cuidan. Porque como nos dice Mariano Hernán "tenemos riquezas, recursos y talentos que están aquí, en la silla de a lado; y son los vecinos y vecinas de nuestro barrio quienes generan o mantienen cosas que afectan positivamente a nuestra salud física, mental o social". Todas ellas forman parte del patrimonio de la comunidad que se cuida(4).
A medida que vamos caminando nos damos cuenta de que la construcción comunitaria del cuidado va más allá de la suma de cada una de sus partes. Es una muestra de inteligencia y creatividad colectiva que permite, mediante herramientas participativas, artísticas, de encuentro o de apoyo mutuo, mejorar las capacidades de las personas y las comunidades para mantener y conservar la salud y el bienestar(5). Las instituciones deberían estar a la altura, facilitando y apoyando estas iniciativas desde el respeto a la autonomía. Y potenciando la participación activa de quienes quedan casi siempre al margen: aquellos colectivos que por su situación de pobreza y exclusión suelen ser vistos solo a través de sus necesidades y carencias, desperdiciando los saberes que emanan de su experiencia. Un ejemplo a seguir es el realizado en las Comunidades Activas en Salud, proyecto promovido por Madrid Salud(6).
Paramos a descansar. A pensar cómo cuidar los barrios que habitamos. Cerramos los ojos e imaginamos el barrio como un cuerpo, un organismo vivo. Un cuerpo formado a su vez por múltiples cuerpos diversos que tienen en común el barrio que habitan, y que requieren de flujos de cuidados recíprocos e indispensables. Cuidando lo personal, lo cercano, cuidamos lo global. Cuidando lo colectivo, lo comunitario, estamos cuidando lo personal. Y ambos flujos han de ser integrados en la atención que prestamos desde los Equipos de Atención Primaria de salud, tal y como señalan Patricia Escartín y Luis Gimeno trasladando ideas sobre su experiencia cuidando(nos) en el barrio de San Pablo en Zaragoza(7).
Retomamos la marcha. Paso a paso, conscientemente, avanzamos por la calle. Y en este devenir nos damos cuenta de la importancia de las entidades locales y de la interdisciplinariedad en los cuidados. Durante nuestro paseo nos asomamos a tres experiencias. La primera es el Plan «Madrid Ciudad de los Cuidados», "una estrategia de acción intersectorial que pone la sostenibilidad de la vida en el centro de la acción municipal, pretendiendo una nueva relación con la ciudadanía, desde la ética de los cuidados, enfocada a la vez al empoderamiento comunitario y al respeto a la autonomía y a la diversidad de las personas"(8).
El siguiente destino se encuentra en la realidad rural de un pueblo riojano, Nalda, desde el que se teje una comunidad cuidadora impulsada a iniciativa de sus asociaciones y gentes, que contempla desde los cuidados cotidianos hasta la recuperación de huertas y usos sostenibles del bosque, pasando por el trabajo intergeneracional, la dinamización social y juvenil, la generación de empleo, la defensa del patrimonio cultural y natural, y el vínculo solidario con otras realidades rurales cercanas y lejanas(9). Por último, entramos en uno de los activos del barrio, la escuela, para reflexionar sobre ella como espacio privilegiado de cuidados(10).
Llegamos al final de nuestro paseo. Al caminar hemos incorporado nuevas imágenes a la retina, añadido experiencias a nuestra mochila. Tal vez podamos rescatar alguna de ellas en nuestros entornos comunitarios, enriqueciéndolos con ingredientes de otros barrios y lugares. Al igual que un sabroso guiso, cuyos ingredientes provienen de lugares e historias diversas, la construcción comunitaria bebe de otras prácticas que demuestran, tal y como decía Eduardo Galeano, que "mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo".
Más información sobre las experiencias citadas en el libro Los Cuidados:
1. Un centro abierto a la comunidad: la experiencia colectiva en Vallecas. Autoría colectiva. Los cuidados. Saberes y experiencias para cuidar los barrios que habitamos. Pág. 99.
2. ¡Cuidado con las periferias! O algunas claves para entender el desborde de los cuidados en los barrios periféricos. Débora Ávila, Sergio García y Daniel Parajuá (colectivo Carabancheleando). Los cuidados. Saberes y experiencias para cuidar los barrios que habitamos. Pág. 131.
3. Le Corbusier no tendía la ropa. Raquel Congosto. Los cuidados. Saberes y experiencias para cuidar los barrios que habitamos. Pág. 139.
4. La comunidad que cuida como activo para la salud. Mariano Hernán García. Los cuidados. Saberes y experiencias para cuidar los barrios que habitamos. Pág. 147.
5. Cuidados creativos. Jara Cubillo, Lucía Díaz. Los cuidados. Saberes y experiencias para cuidar los barrios que habitamos. Pág. 155. Algunos enlaces a grupos y proyectos creativos que fomentan los cuidados que comparten las autoras en el libro: Teatro Cactus, Grupo de Teatro de mujeres Teatrekas, Proyecto La Escalera, Mapeando Carabanchel Alto, proyecto “Arte y Salud” de la UCM.
6. Redes, cuidados y vacíos vistos desde las Comunidades Activas en Salud. Ruth Caravantes, Daniel García Blanco. Los cuidados. Saberes y experiencias para cuidar los barrios que habitamos. Pág. 167.
7. Cuidar los barrios que habitamos. Patricia Escartín, Luis Gimeno. Los cuidados. Saberes y experiencias para cuidar los barrios que habitamos. Pág. 173.
8. De la “C” de Comunitaria a la “C” de Cuidados. Javier Segura del Pozo. Los cuidados. Saberes y experiencias para cuidar los barrios que habitamos. Pág. 179.
9. Comunidad cuidadora en el medio rural. Asociaciones “El Colletero” y “Panal” de Nalda. Los cuidados. Saberes y experiencias para cuidar los barrios que habitamos. Pág. 185.
10. Una escuela donde aprender a cuidar(nos). Pilar Lucía López, Agustín Moreno (Marea Verde). Los cuidados. Saberes y experiencias para cuidar los barrios que habitamos. Pág. 191.