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Renta básica
Lluís Torrens: “La renta básica es perfectamente financiable”
El debate sobre la renta básica trasciende lo laboral para atacar algunos de los principales problemas sociales. Pero, ¿es realmente asumible? El economista Lluís Torrens explica cómo el ingreso para todos puede ser una realidad
El economista Lluís Torrens (Barcelona, 1966) forma parte de la Red Renta Básica. Junto a Daniel Raventós y Jordi Arcarons publicó “Renta Básica incondicional. Una propuesta de financiación racional y justa” (Ediciones del Serbal, 2017). En el libro parten de una muestra de dos millones de declaraciones de la renta para formular una reforma fiscal que permitiría garantizar a toda la población una renta básica igual al umbral de la pobreza. A finales de noviembre de 2018, los economistas planteaban varias posibilidades para ampliar la cantidad inicial y la progresividad de la reforma fiscal en un nuevo artículo.
¿Es factible ahora mismo instaurar una renta básica universal?
Es perfectamente financiable si somos conscientes de que pagamos muchos menos impuestos que en otros países. Los cálculos que hice con Raventós y Arcarons suponen que una renta básica universal individual implicaría una transferencia de ricos a pobres equivalente a un 3% del PIB, cuando la diferencia entre la presión fiscal de España y la media europea es de unos 7 puntos. Por lo tanto, sí que se puede financiar. Lo que hay que tener es la valentía política de subir los impuestos. En particular a la gente rica, que es la que sale perdiendo con la renta básica.
¿De dónde saldría el dinero?
Nosotros hemos hecho un análisis muy básico sobre cómo financiar la renta básica a través del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). O sea, incrementar el tipo del IRPF mediante un sistema que podría ser un tipo único o un tipo progresivo. También se eliminarían todas las deducciones que existen, que básicamente son regresivas. Para empezar, la gente que no puede hacer la declaración de la renta no se beneficia de ninguna deducción: no pagan pero tampoco reciben dinero. Además, están las deducciones por planes privados de pensiones o las deducciones por donaciones a fundaciones, que son particularmente regresivas: quienes se benefician de ellas son normalmente los ricos.
¿Más allá del IRPF, qué otras formas habría de financiar la Renta Básica?
A veces en las simulaciones que hacemos te pueden dar tipos de IRPF para las rentas más altas por encima del 50%, algo que puede asustar a la gente. Entonces planteamos que se pueda combinar con subidas de otros impuestos, que también son más bajos en España. Por ejemplo, el impuesto sobre el patrimonio: solo con que tasásemos con un 1% la riqueza del 10% más rico de la población —que a la vez se incluye en el 10% de las rentas más altas— se podrían recaudar 10.000 millones de euros, aproximadamente un tercio de lo que costaría financiar la renta básica. Introduciendo impuestos ambientales —España es el país con la imposición más baja en este ámbito— se recaudarían entre 6.000 y 10.000 millones de euros adicionales. Eliminar los tipos reducidos y súper reducidos del IVA —llegando a un tipo único y compensando mediante la renta básica a quienes tienen menos recursos— proporcionaría 6.000 u 8.000 millones de euros de recaudación más.
Por último, podríamos destopar las bases de cotizaciones a la Seguridad Social, que ahora están topadas en 43.000 euros. Eso es algo que no ocurre en ningún otro sitio de Europa. Allí, cuanto más ganas más cotizas a la Seguridad Social. Con esta medida podríamos recaudar entre 7.000 y 10.000 millones más. En fin, hay toda una serie de medidas que, por sí solas o combinadas con un incremento del IRPF, permitirían alcanzar este aumento de 3% de PIB que es lo que se necesitaría para financiar una renta básica.
¿Y no sería más deseable detener el fraude fiscal?
Cuando miras los niveles de fraude fiscal —obviamente no hay una cifra oficial porque no se puede calcular—, las estimaciones son de alrededor del 22% o 23% del total de lo que se declara, unos 80.000 millones, que sería equivalente a un 7% o un 8% del PIB. Pero otros países pueden estar en el 15% o 16 %. Fraude fiscal siempre hay, es más, si se eliminara completamente, la actividad económica bajaría porque hay actividades que no serían rentables.
Donde hay que poner el énfasis es que en España se pagan pocos impuestos. Los ricos pagan menos impuestos, pero es que también las clases medias pagan menos impuestos. Un sueldo medio en España paga en torno a un 7% menos que su equivalente en otros países. Esto hay que explicarlo, lo mismo a nivel de otros impuestos, los indirectos o aquellos sobre la propiedad: pagas menos de la media europea.
Una de las críticas que se hace a la renta básica es la posibilidad de que genere inflación.
Se trata de un argumento falso: podrías pensar que la renta básica genera inflación si lo que haces es financiarla a base de imprimir billetes. Pero esto no es lo que nosotros planteamos. Se trata de una transferencia de ricos a pobres.
También tenemos el contraejemplo de lo que ha pasado en los últimos cinco años. Se ha hecho una expansión monetaria cuantitativa desde el Banco Central Europeo, que ha inyectado billones de euros en los mercados bancarios comprando deuda, creando moneda de la nada. Pues la inflación está en mínimos históricos tras años de inflación negativa.
Otro argumento: obtener una renta básica favorece la emancipación de la gente que no puede ahora comprar una vivienda. Esto puede suponer mayor presión sobre el mercado de la vivienda, pero, viendo la evolución de los precios en periodo de burbuja sin que haya renta básica, estaría claro que el problema no es este, sino que se deriva de la falta de vivienda social y de buenas políticas de vivienda. Por último, incluso si hubiera un poco de inflación porque la gente ya puede salir de la pobreza, pues es un riesgo, sí, pero lo que estás haciendo es que la gente pueda comer.
Otro de los argumentos contra la deseabilidad de la renta básica sería la posibilidad de que baje los salarios.
El nivel del salario depende, en primer lugar, de la demanda de trabajadores. O sea, si hay pocos trabajadores para aceptar puestos de trabajo que están vacantes, pues obviamente los salarios subirán, y esto pasa en sectores concretos como pueden ser las nuevas tecnologías.
Por otro lado, partes de unos sindicatos y de unos convenios laborales. Es trabajo de los sindicatos que los sueldos no bajen. Si la gente no tiene por qué trabajar a un salario bajo, veo difícil que se pueda hacer presión para bajar los salarios. Al contrario, subirán. Los sindicatos tendrán un argumento más para poder pedir mejor reparto de la productividad, mejor reparto de la tarta entre excedente y remuneración del trabajo.
También se teme un eventual efecto llamada.
Hay dos contraargumentos contra esta asunción: el primero es empírico. Esto no sucede. Los países con un sistema de bienestar mucho más desarrollado no son los que reciben más inmigración. Aquí, el País Vasco, que tiene una renta mínima garantizada muy potente, no está entre las comunidades autónomas con mayor número de inmigrantes.
El segundo argumento es que la gente hasta ahora no se mueve por la renta básica, se mueve por las oportunidades de trabajo y sobre todo porque la echan de su país. Y otra cosa es que tú puedas poner dentro de los criterios para acceder a la renta básica un periodo mínimo en España, de dos o tres años, para evitar un efecto llamada a corto plazo, que no llegues a un país y puedas ya pedir la renta básica. Pero, al final, la gente tiene que acceder a algo igualmente. Es curioso que se tenga esta prevención contra la renta básica cuando luego se defiende la renta mínima, las rentas garantizadas, las rentas condicionadas… para las que, al final, es un criterio también el no tener acceso a recursos. La diferencia con la renta básica es que es una renta más sencilla de aplicar y que te evita las trampas de la pobreza que tiene la renta condicionada.
En línea con la pregunta anterior, ¿se podría pensar en una renta universal, internacional, que supere las fronteras?
Justo este año el informe de desarrollo del Banco Mundial, el World Development Report de 2019, aborda nuevos modelos de protección social. Han hecho una estimación de lo que costaría implantar una renta básica en todos los países en vías de desarrollo. Los resultados son espectaculares. Podríamos mantener una renta básica en África con el 1% del PIB. Imagínate los problemas que se resolverían solamente transfiriendo un poco más de lo que se debería transferir en ayuda al desarrollo según los criterios internacionales.
En el informe del Banco Mundial se calcula, según el grado de empobrecimiento de los países, cuál sería el coste para su PIB, qué necesitarían para sacar a la gente de la pobreza. Pero, claro, estos países tienen un PIB mucho más bajo, si lo pones en relación con el PIB que tienen los países europeos es un porcentaje absolutamente asumible. Supone, en fin, calcular cómo se podría acabar prácticamente con la pobreza. El mismo modelo que nosotros planteamos de transferencia de personas ricas a personas pobres se podría hacer a nivel mundial.
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Creo que los cheques de Trump de $1200 (van por el segundo en cuatro meses, mas $600 a la semana extras en el pago por desempleo hasta hace dos semanas) demuestran que cuando hay voluntad política de montar un estado del bienestar redistributivo, el factor económico es casi irrelevante. EEUU lo ha hecho imprimiendo un par de quintillones (trillones americanos) de dólares. Si aquí se puede hacer en base a impuestos a rentas altas, pues me parece aún mejor. Pagar más impuestos proporcionales a tus ingresos duele menos cuando sabes que tendrás para comer mañana igualmente.
Por supuesto, el quid de la cuestión es que ni Merkel ni Sánchez están tan desesperados por ganar unas elecciones en los próximos meses como lo está Trump. Mientras ganen las elecciones igualmente, les dará lo mismo si tú puedes poner comida en el plato o no.
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Entonces (y ya en este momento), serán necesarias medidas como la Renta Universal.