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Precariedad laboral
El Ayuntamiento de Almeida dio 14 millones de euros al empresario que gestiona el restaurante incendiado
Un trabajador que cumplía con sus funciones como camarero de 25 años y una clienta de 42 fueron las personas que murieron tras el aparatoso incendio en el restaurante Burro Canaglia de Madrid. Sito en la plaza Manuel Becerra, el establecimiento es explotado por Pedro Jesús Capote Conejos mediante una franquicia a través de una sociedad llamada La Perla di Montello SL. El Ayuntamiento de la capital intenta esclarecer lo sucedido, ya que el incendio se habría formado al flambear un postre con un soplete que hizo que ardiera el local al completo dada la exuberante decoración de plantas de plástico que recubrían el techo de la sala.
El restaurante Burro Canaglia no es el único negocio de Capote Conejos. Él también es el administrador único de Sasegur, un grupo se seguridad que en los últimos cuatro años ha recibido más de 14 millones de euros por parte del Ayuntamiento presidido por José Martínez-Almeida. Concepto: vigilancia de edificios municipales. Por ejemplo, dicho grupo obtuvo en febrero de 2019 un contrato de 8,4 millones de euros para prestar los servicios de vigilancia y seguridad de todas las instalaciones dependientes de la Concejalía de Cultura y Deportes del Consistorio madrileño, tal y como confirma El Español.
Dos años después, la jugada volvía a repetirse. En diciembre de 2021, el grupo liderado por Capote Conejos logró la adjudicación de un contrato de más de dos millones de euros para, de nuevo, prestar sus servicios en las diferentes sedes del Ayuntamiento de Madrid ligadas a la Concejalía de Medio Ambiente y Movilidad. A todo ello se suman dos lotes de septiembre de 2022, que en total superan el millón y medio de euros, ofertados desde el Área de Economía, Innovación y Empleo del mismo Ayuntamiento cuyo objetivo era garantizar la seguridad del Campus del Videojuego y del centro de innovación en Economía Circular de Madrid.
La vigilancia de las dependencias municipales de los distritos como Fuencarral-El Pardo, Retiro, Villaverde y Centro también fueron adjudicadas a Sasegur. Esto le ha granjeado unos pingües beneficios a Capote Conejos que, en total, superan los tres millones de euros.
Desde la década de los 90, el Gobierno regional y diversos ministerios han contratado los servicios de Sasegur gracias a una agresiva política de ofertas a la baja
No han sido las únicas ganancias que Capote Conejos ha conseguido gracias a los contratos con administraciones públicas dirigidas por el PP. Desde la década de los 90, el Gobierno regional y diversos ministerios han contratado los servicios de Sasegur gracias a una agresiva política de ofertas a la baja, tal y como recogen en el mencionado medio digital.
Un padre condenado por prevaricación
Sus inicios en este negociado se remontan a cuando su padre, Jesús Capote Calvo, un aficionado a la lucha canaria, comenzó en el mundo de la seguridad privada contratando a porteros de discoteca. Además, llegó a ser concejal del PP en el Ayuntamiento de Navalcarnero junto al alcalde, también del PP, Baltasar Santos González. El regidor, a su vez, figuró como coadministrador del grupo Sasegur en 1998 cuando dejó la política.
Santos no abandonó la política por su propio pie, sino obligado por una denuncia por un presunto delito de prevaricación que después confirmó el Tribunal de Cuentas al condenarle a abonar 2,1 millones de euros por el desvío de recursos del Ayuntamiento de Navalcarnero. ¿El motivo? Fondos públicos fueron destinados a obras que jamás se ejecutaron en La Estación, un polideportivo municipal de la ciudad.
Por el momento, el Consistorio madrileño investiga si el bar explotado por Pedro Jesús Capote tenía las licencias pertinentes. Pese a que el establecimiento había obtenido una licencia de bar con cocina por los anteriores propietarios del negocio en 1997, la duda está en si dichos permisos deberían haber cambiado al reacondicionar el local y llenar su techo de plantas de plástico.
El Consistorio afirma que el local tenía licencia para cocinar pese a que en el censo figure como “bar sin cocina”
Además, el Consistorio afirma que el local tenía licencia para cocinar pese a que en el censo figure como “bar sin cocina”. Asimismo, la organización de consumidores Facua ha alertado de que el equipamiento del restaurante de Manuel Becerra era distinto al de la licencia otorgada.