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País Vasco
Más de 17.000 taberneros se manifiestan en Bilbao por el cierre de la hostelería sin un plan de compensación
Miles de personas también han secundado la movilización en Donostia, Gasteiz e Iruña. En un comunicado pactado por la asamblea de hosteleros y trabajadores de la hostelería, han recriminado al Gobierno vasco que gaste dinero en el TAV, en vez de diseñar un plan de rescate para un sector en el que trabajan 62.000 personas.
“Menos restricciones y más soluciones”, han coreado los taberneros vascos. “Sí hay dinero, mucho dinero, solo falta la voluntad de dónde utilizarlo y ahora no es momento de TAV, ni de que nuestros políticos se suban el sueldo”, ha pronunciado Unai Blanco, del bar metalero Skull del Casco Viejo, en la lectura del discurso pactado en la asamblea de trabajadores de la hostelería ante los entre 17.000 y 18.000 manifestantes que han salido a protestar en Bilbao, según el recuento de la Policía Municipal. La hostelería tomó ayer las calles de las cuatro capitales vascas —miles de personas en Donostia, también en Gasteiz— en el primer día del cierre decretado por el Gobierno vasco, que se extenderá, como mínimo, todo el mes.
El lehendakari y su equipo anunciaron el jueves esta medida sin plan de compensación alguno para un sector de 13.000 establecimientos y 62.000 trabajadores. Es por ello que una de las cuatro medidas imprescindibles que solicitan al Gobierno del PNV y PSE es el pago puntual y del 100% de los ERTE, así como agilizar y facilitar los trámites para su aceptación; la rebaja de la presión fiscal; la reducción temporal del IVA (del 10 al 4%), y medidas para los alquileres e hipotecas de los locales, “que no solo premien fiscalmente a los propietarios que rebajan”.
“Esto es una cadena, si cierran los bares, nos perjudican, por eso hemos venido a apoyarles”, indicaba Jorge Cavijo, repartidor de cerveza
Antes de empezar a andar desde la plaza Moyúa de Bilbao, los manifestantes esperaron a que pasaran las furgonetas y camiones de los proveedores que acudieron en solidaridad. Desde el pan hasta los huevos, desde los refrescos hasta el vino, todos hicieron sonar el claxon por la Gran Vía de Bilbao. “Esto es una cadena, si cierran los bares, nos perjudican, por eso hemos venido a apoyarles”, indicaba Jorge Cavijo, repartidor de cerveza.
Al pasar por la Gran Vía, peatones que realizaban las compras en los comercios abiertos aplaudían a los manifestantes cuando emprendieron el recorrido, que culminó una hora y media después en la explanada del Ayuntamiento.
Raul Torres, dueño del bar Ormaetxe de Bilbao, reconoce que tuvo que activar el ERTE de tres empleados el 27 de agosto. Desde septiembre, trabaja los siete días de la semana. “Que nos den ayudas y dejen de apretarnos”, solicita cansado. Ante la diversidad de perfiles que han secundado la protesta, condensa que “todas las familias tienen que comer”.
Ante la diversidad de perfiles que han secundado la protesta, condensa que “todas las familias tienen que comer”, resume Raul Torres, dueño del bar Ormaetxe en el Casco Viejo de Bilbao
En Donostia, cuando los miles de manifestantes han pasado por delante de la delegación de Hacienda, en la calle Okendo, han reivindicado con voz más alta que “sin ingresos no hay impuestos”. Y una de las personas que portaba la pancarta, Amaia García, del bar A fuego negro de la visitada Parte Vieja de la ciudad, incidía a El Salto que “la hostelería ha pasado de ser un reclamo turístico en Euskal Herria a ser un lastre para el Gobierno vasco”.
Esta convocatoria no ha salido de las asociaciones de hostelería —cuyos miembros también han secundado la movilización—, sino de una asamblea de hosteleros y trabajadores del sector que han creado la plataforma SOS Ostalaritza. El sindicato LAB mostró el jueves su apoyo y el parlamentario de EH Bildu, Iker Casanova, que hace dos semanas propuso en el Parlamento un plan de rescate para el sector, ha acudido a la manifestación. Por su parte, en el discurso, los taberneros han querido recordar que “en este agujero estamos todas metidas: trabajadoras, autónomos y pequeñas empresas” y han dado las “gracias a otros sectores en lucha, como jubilados, estibadores, peluquerías, gentes del espectáculo y la cultura, comercio y ciudadanía en general, ¡gracias por vuestro apoyo!”.
“Estamos con la clase trabajadora, los pequeños comerciantes y el trabajo de nuestros hijos”, sostiene Andrea Uña, del movimiento de pensionistas
De hecho, entre los manifestantes en Bilbao se encontraban algunos miembros del movimiento de pensionistas: “Los bares de alrededor del Ayuntamiento nos guardan los palos y las pancartas de nuestra concentración de los lunes”, explica Iñaki Olea, con el pañuelo rojo al cuello, insignia de este movimiento social que va camino de cumplir el tercer año de lucha. “Estamos con la clase trabajadora, los pequeños comerciantes y el trabajo de nuestros hijos”, añadía su compañera Andrea Uña.
El manifiesto ha sido compartido también en las cuatro capitales vascas, así como el lema de la convocatoria: SOS Ostalaritza (SOS Hostelería). Apresuradamente, mientras sostenía la pancarta en Bilbao, Amaia Guillamón, del Bertoko Berria, ha considerado, a título personal, “un éxito” la movilización. Entre esta noche y mañana se reunirán para valorarla colectivamente.
“Nos sentimos desamparados y criminalizados, queremos que nos dejen trabajar”, añadía Luis Pla, del bar Dakara de Donostia
Los taberneros y trabajadores han recordado en su manifiesto que, “según la consultora Foqus, los bares y restaurantes son seguros, pues suponen tan solo el 2,3% del total de casos acumulados” de covid-19. “Nos sentimos desamparados y criminalizados, queremos que nos dejen trabajar”, añadía al respecto Luis Pla, del bar Dakara de Donostia.
Mientras el Gobierno vasco decretó el jueves, 5 de noviembre, el cierre de este sector, no ha impuesto el teletrabajo en la Administración, y ni siquiera ha aumentado los viajes del transporte público con la suficiente frecuencia para evitar los apelotonamientos en hora punta.