Opinión
Organizar nuevas potencias revolucionarias: aproximación hacia la coinvestigación militante

Los sujetos investigados se convierten en sujetos investigadores con capacidad de agencia, capaces de elaborar sus propios mecanismos de autoenunciación (teorías, conceptos y lenguajes) y de generar instrumentos para el conocimiento de su experiencia, en este caso, de las relaciones de explotación.
26 oct 2022 06:00

“A vosotros dedico una obra en la que he intentado describir a mis compatriotas alemanes un cuadro fiel de vuestras condiciones de vida, de vuestras penas y de vuestras luchas, de vuestras esperanzas y de vuestras perspectivas. He vivido bastante tiempo entre vosotros, de modo que estoy bien informado de vuestras condiciones de vida”. Así comenzaba Friedrich Engels, con apenas 25 años, la dedicatoria de su famoso libro La situación de la clase obrera en Inglaterra. Fue, quizá, uno de los primeros trabajos que trataron de sistematizar un estudio sobre las condiciones del proletariado (mucho más allá de la vulgarización fabricista, tan actual): desde los obreros fabriles, los mineros hasta el denominado proletariado agrícola pasando por la descripción de las transformaciones urbanas de la metrópolis moderna o el análisis del papel de la vivienda en la reproducción del capital. Pero, también, una forma de conocimiento desde la inmersión experiencial, en donde Engels pasó alrededor de 21 meses de vida tratando de confundirse entre el proletariado, “no es solamente un conocimiento abstracto de mi asunto lo que me importaba, yo quería veros en vuestros hogares, observaros en vuestra existencia cotidiana, hablaros de vuestras condiciones de vida y de vuestros sufrimientos, ser testigo de vuestras luchas contra el poder social y político de vuestros opresores”.

25 años después, en 1880, La Revue Socialiste, que trataba de reunir y hacer discutir, al cargo de Benoît Malon (antiguo partidario de las corrientes libertarias y participante activo en la Comuna de París), a las distintas corrientes socialistas francesas, encargó a Marx la realización de una encuesta que hiciese conocer la situación del proletariado francés. El cuestionario, que comprendía un total de 100 preguntas, recogía desde las condiciones laborales (tecnologías, descansos, jornadas, infraestructuras...) hasta las formas sindicales o asociación entre los trabajadores, así como sus conflictos contra la burguesía (especialmente en su IV sección). Se imprimieron un total de 25.000 copias, repartidas a través de todo tipo de organizaciones obreras de la época. Su objetivo, más que la recopilación informativa, era el de generar autoconciencia entre los trabajadores sobre las condiciones de su dominio y sus posibles formas de combate. 

Durante todo ese siglo, comienza a desarrollarse la sociología moderna, pero no es hasta casi 100 años después cuando resurge con fuerza, de nuevo, la investigación militante como forma de intervención política. Importada a Europa desde EEUU, intelectuales como Danilo Montaldi y muy especialmente Romano Alquati, comienzan a hablar de coinvestigación militante, un giro radical frente a las formas clásicas de análisis social. Pero no es hasta la formación de los Quaderni Rossi (con Alquati entre sus figuras más destacadas), revista mítica que sirvió de primer encuentro para el operaísmo italiano antes de su fractura y el surgimiento de Classe Operaia, en donde este nuevo método comienza a sistematizarse. Raniero Panzieri, en su texto clásico Uso socialista de la encuesta obrera, resumía así su utilización por parte de los rossi: “La encuesta es un método correcto, eficaz y políticamente fecundo para tomar contacto con los obreros singulares y los grupos de obreros; es este un objetivo muy importante: no solo no hay separación, divergencia ni contradicción entre la encuesta y el trabajo de construcción política, sino que además la encuesta aparece como un aspecto fundamental de este trabajo de construcción política”.

Las imágenes de Alquati yendo en bicicleta a la fábrica de la Fiat y Olivetti o las reuniones en donde se reunían obreros y operaístas a las 5 de la mañana en las puertas de las fábricas son parte del imaginario colectivo de toda una generación política. El uso de la encuesta y las distintas formas de coinvestigación, ya en Classe Operaia, quedaba muy claro: era uno de los presupuestos claves para la organización de la conflictividad obrera. Más allá de ser un instrumento ideológico encaminado a la renovación de las estructuras oficiales del movimiento obrero, generando un poso de autoconciencia sobre los mecanismos de dominación burguesa entre el proletariado, el objetivo principal era conocer y proyectar las distintas formas de resistencia cotidianas de clase, más o menos evidentes, más o menos subterráneas. Desde la generación de nuevas organizaciones de lucha hasta las distintas formas de sabotaje de la producción. Lo que culminó, unas décadas después, en la teoría de la autovalorización obrera: la idea harto polémica de que el proletariado, en la experiencia de sus condiciones de explotación a través de la relación de clase, genera formas tendentes a su autonomía con respecto al capital. Formas que van mucho más allá de la autocreación de una cultura obrera, sino que incluye también formas de autovalorización productiva y de autoorganización de las nuevas subjetividades revolucionarias. 

La coinvestigación militante desarrollada durante esos años, que tuvo un papel fundamental en la organización previa de la autonomía obrera (confirmando buena parte de sus hipótesis más polémicas) en Italia o, en Francia, de la mano de Socialisme ou barbarie, supone una ruptura con la investigación académica tal y como lo entendemos, con las formas habituales de la sociología burguesa. En ese sentido, se revela como una investigación de parte en la medida en que su objetivo no es un saber abstracto, perfectamente modelizado bajo los parámetros de la economía política, sino un conocimiento útil para la organización obrera. A diferencia de la etnografía antropológica, es una práctica contextual que no solo se mantiene en el tiempo sino que trata de intervenir sobre las condiciones de los propios sujetos. En este caso, los sujetos investigados se convierten en sujetos investigadores con capacidad de agencia, capaces de elaborar sus propios mecanismos de autoenunciación (teorías, conceptos y lenguajes) y de generar instrumentos para el conocimiento de su experiencia, en este caso, de las relaciones de explotación. En definitiva, la construcción de una epistemología propia que, en el caso operaísta, confía en que las potencialidades revolucionarias están ya inscritas en la clase, no en una exterioridad que le da forma; que entiende que el desarrollo de una estrategia revolucionaria es el producto vivo de la autoorganización obrera, no el camino prescrito hacia donde ha de ser dirigida. 

La coinvestigación se entiende como una herramienta política para la organización contra el capital, pero no preescribe una serie de hipótesis a verificar en el campo social

La coinvestigación militante como método

Pero, décadas después, ¿cómo promover la coinvestigación militante en un momento en donde el modo de regulación social fordista ha sido sustituido por la deslocalización de los vectores de acumulación en Europa, conduciendo a un abaratamiento de la fuerza de trabajo traducido en temporalidad y paro crónico? ¿Cómo coinvestigar hoy más allá de la fábrica? La respuesta se encuentra, seguramente, en quienes intervinieron en esa crisis de acumulación y han sido capaces de desplazar esas prácticas a nuevos terrenos de lucha. 

En ese sentido, los grupos de autoconciencia feminista, imprescindibles tanto en el ciclo de movilización de los años 70 (fuera y dentro de las fábricas como mujeres obreras) como en otros posteriores, han sabido reactualizar estas prácticas en un escenario marcado por la metrópolis posfordista. Herederas de los grupos de mujeres negras del Blackclubwomen's Movement, los grupos de autoconciencia, que nacieron a finales de los 60 en EEUU, se reprodujeron por toda Europa durante toda esa década. Al mítico Sottosopra! de Rivolta Femminale, habría que añadirle coinvestigaciones españolas más recientes como el libro Nociones Comunes (Traficantes de Sueños, 2008), la experiencia de la La Eskalera Karakola y uno de sus colectivos, Precarias a la deriva, o el trabajo actual de La Laboratoria, que avanza hacia un sindicalismo feminista con publicaciones como Biosindicalismo desde los territorios domésticos y Hasta que caiga el patriarcado y no haya un desahucio más.

Como hemos mencionado anteriormente, la coinvestigación se entiende como una herramienta política para la organización contra el capital, pero no preescribe una serie de hipótesis a verificar en el campo social. Exige, por tanto, una capacidad de escucha con lo existente y una suerte de desindentificación, un desplazamiento de la identidad en pos de la organización de esas resistencias latentes. 

En ese sentido, la discontinua historia de la investigación militante y, más recientemente, de la coinvestigación militante, si bien exige una serie de condiciones o hipótesis, no limita la multiplicidad de sus posibles formas (desde el paradigma de Investigación-Acción, IAPs, hasta la propia encuesta obrera). Se trata, por tanto, de dispositivos prefigurados pero no resolutivos, capaces de moldearse a la coyuntura y a las distintas realidades de explotación y opresión existentes. 

Hasta ahora, una parte de la coinvestigación militante, por la característica especificidad y singularidad de los procesos de autoorganización, ha quedado relegada a una serie de acciones dispersas sin sistematizar. Aún así, sus diferentes ejemplos confirman su potencia tanto para el conocimiento de dichos procesos, como para su proyección organizativa. Entender la coinvestigación como práctica efectiva pasa por encuadrarla dentro del proceso dialéctico de organización frente al poder del capital. En un momento, como el actual, de crisis de acumulación derivada de la crisis ecológica generada por el modo de producción capitalista, procesos como este, tanto a pequeña como gran escala, contribuyen a la intervención política en la  inteligibilidad de una crisis múltiple y no explosiva en donde es imprescindible tanto potenciar y cuestionar las formas organizativas ya existentes como saber traducir políticamente, en términos de ruptura, sus potenciales malestares y latencias.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Plástico
Medio ambiente Un estudio de nanoplásticos en cerebros humanos detecta un aumento pronunciado en ocho años
El análisis de 52 córtex frontales publicado en ‘Nature’ apunta a que la acumulación exponencial de plásticos en el ambiente estaría incrementando su abundancia en nuestros organismos.
Economía social y solidaria
ESS Nace ASETT, un centro de investigación 'de vanguardia' para impulsar la economía social desde Donostia
El ‘hub’ nace en Donostia, pero aspira a conseguir proyección internacional. Cuenta con un centro de estudios dedicado al análisis de las empresas de la economía social o un instituto para avanzar las tendencias del sector.
Series
Series El Circo de los Muchachos (2024), de Elías León Siminiani
Una miniserie de cinco capítulos aborda la historia de la primera escuela de circo de España, fundada por el padre Jesús Silva Méndez en 1963, un experimento educativo innovador y no exento de polémica.
Palestina
Genocidio Israel sigue atacando hospitales, la ONU habla del peor momento en los 18 meses de asedio
No hay tregua en Gaza, donde Israel ha recrudecido las matanzas y sigue sin permitir el acceso de alimentos y productos de primera necesidad. La ONU denuncia asimismo el asesinato de más de 70 civiles en Líbano.
Grecia
Grecia Frontex pone de nuevo la mirada en Grecia
En enero de 2025 el Tribunal Europeo de Derechos Humanos acusó a las autoridades griegas de llevar a cabo devoluciones forzadas de manera sistemática.
Crisis climática
Balance climático El Mediterráneo se consolida como zona especialmente vulnerable al cambio climático
Las víctimas de la dana suponen dos tercios de las muertes por fenómenos extremos en Europa en 2024, según un informe conjunto de Copernicus y la Organización Meteorológica Mundial que hace un balance climático del continente el pasado año.
El Salto n.78
El Salto 78 Nueva revista, viejas injusticias: hablemos de Violencia Institucional
En el último número de la revista de El Salto dedicamos la portada y nuestro “Panorama” a una de las violencias que sufren las mujeres solo por el hecho de serlo, la que aún a día de hoy emana de un sistema irracional y patriarcal.
Opinión
Opinión La coherencia de las políticas de Trump
No se pueden entender los aranceles de Trump sin su lucha por el control de los recursos minerales, sin Groenlandia, Ucrania o la República Democrática de Congo.
Comunidad de Madrid
Memoria histórica Contra la basura y el olvido: tras la pista de los cuerpos y de la memoria de los brigadistas internacionales
El Salto acompaña a un contingente internacional de políticos, políticas y activistas en una ruta en memoria de los brigadistas internacionales que acudieron a luchar a España contra el fascismo, en un ejercicio inspirador para el presente.
València
València CGT denuncia graves incumplimientos del plan de inundaciones en la dana de València
Un informe incorporado a la causa judicial señala la falta de seguimiento de los propios protocolos autonómicos en el día de la tragedia y la víspera.

Últimas

Eventos
Taller de podcast El Salto invita a estudiantes a explorar las posibilidades del formato audiovisual
Proponemos un taller de guion y producción de programas para estudiantes de comunicación y periodismo los días 24 de abril y 8 de mayo.
Barcelona
Barcelona Activistas de los derechos humanos piden la retención de un barco dispuesto para armar a Israel
La naviera Maersk está transportando estos días componentes para los cazas F-35. El Estatuto de Roma sobre genocidio contempla acciones legales contra las empresas que favorecen las masacres.
Comunidad de Madrid
Educación El Gobierno de Ayuso deberá pagar 1.000 euros a una profesora por el exceso de horas lectivas
Según CCOO, hasta 6.500 profesoras y profesoras se podrán acoger a esta sentencia que supone una penalización a la Comunidad de Madrid por el exceso de horas extras que realiza el profesorado.
Más noticias
Laboral
Laboral El sindicato ELA alerta sobre la salud mental de las trabajadoras en intervención social
“Somos un instrumento de contención porque tratamos con población muy dañada, estamos en mitad del sándwich”, explica la educadora social Vanesa Núñez Moran.
Ayuntamiento de Madrid
Huelga de basuras Huelga indefinida de basuras en Madrid desde el 21 de abril tras romperse las negociaciones
Los representantes sindicales fuerzan el paro para obligar a las empresas subcontratadas por el Ayuntamiento a escuchar sus propuestas. El Ayuntamiento fija servicios mínimos del 50 %.

Recomendadas

Poesía
Culturas Joan Brossa, el mago que jugó con la poesía para reinventar el poder de la palabra
Casi inabarcable, la producción creativa de Joan Brossa se expandió a lo largo —durante medio siglo XX— y a lo ancho —de sonetos a piezas teatrales, pasando por carteles o poemas objeto— para tender puentes entre el arte, la política y el humor.
Andalucía
Memoria histórica La inanición de la memoria andaluza
Las políticas públicas de memoria en Andalucía se encuentran en un estado de paralización que pone en duda la voluntad de la Junta por la reparación efectiva.
Galicia
Galicia La TVG se gasta 839.772 euros en un programa de Miguel Lago y lo saca de parrilla tras hundirse en audiencia
El programa ‘O novo rei da comedia’ apenas llegó a los 36.000 espectadores de media en su estreno y cayó en picado en su hasta ahora última emisión al 3,4% de cuota de pantalla en una cadena que tuvo de cuota media en marzo un 8,1%.
Globalización
Crisis del multilateralismo El terremoto Trump sacude las instituciones del orden mundial y la “globalización feliz”
Muchas de las instituciones que marcaron la vida internacional desde la caída del Muro han entrado en crisis. ¿Todas? No, especialmente aquellas que intentan regular los derechos humanos, de los pueblos y de la naturaleza.