Opinión
A Ahmed Babiker y todos nuestros muertos en Melilla

La dignidad y la decencia se nos mueren cada día en la frontera, con los cuerpos que nadie se molesta en contar y las vidas cuyos nombres se pierden. Nuestra vida de cómplices no es una vida que merezca la pena ser vivida. Nuestra vida de cómplices también forma parte de tu muerte.
Acción Melilla AI Moncloa - 4
Acción de protesta de AI ante la Moncloa el pasado marzo Álvaro Minguito
Sarah Babiker
23 jun 2023 10:45

Te llamabas Ahmed Babiker, eres el número 55 de una lista de 64 nombres de personas que ya no están. Hombres negros que un día emprendieron un viaje en busca de otra vida, una que se pudiera habitar. La necropolítica os quería sin nombre y sin pasado, que murierais lejos, anónimos y sin molestar. La gente con la que acometiste el acto heroico de intentar sobrevivir pese a todo preservó vuestra memoria. La memoria es la antesala necesaria de la justicia. Pero ya no sabemos dónde buscar la justicia, Ahmed.

Desconozco exactamente cómo moriste, si lo último que viste fue el arma de un hombre acorazado apuntándote, el suelo áspero contra tu cara, el cuerpo sudoroso y rendido de otra de las personas de la lista sobre el tuyo, o la arena sin escapatoria del desierto. Sí sé que nunca debiste morir. Tu muerte, la de los otros 63 nombres rescatados del olvido, la de las miles de personas que son tragadas por el mar, es una muerte que trasciende vuestro propio final, con vosotros se nos mueren la dignidad y la decencia.

Yo pago los impuestos que financian la muerte que te esperaba en la frontera. Mi voto recala en las instituciones donde se justifica en nombre de la seguridad y el sentido común proteger nuestra presunta prosperidad de ti y las personas como tú

La dignidad y la decencia se nos mueren cada día en la frontera, con los cuerpos que nadie se molesta en contar y las vidas cuyos nombres se pierden. Esas muertes construyen nuestra vida y son parte de ella. Puede ser que no nos quede otra cosa que respirar de este lado de este régimen asesino de frontera, pastar en la indolencia que propone, convivir con lo inaceptable. Pero esta vida de cómplices tampoco es una vida que merezca la pena ser vivida. Esta vida de cómplices también forma parte de tu muerte.

Aparentemente, Ahmed, compartimos solamente el apellido, una mera coincidencia. Pero me unen a ti otros hilos más causales, menos inocentes. Yo pago los impuestos que financian la muerte que te esperaba en la frontera. Mi voto recala en las instituciones donde se justifica en nombre de la seguridad y el sentido común proteger nuestra presunta prosperidad de ti y las personas como tú, donde se decide gestionar los flujos de personas como tú a través de un medio principal: la violencia. La que ejercen nuestras fuerzas de seguridad, la que se subcontrata a los cuerpos de seguridad de otros países, la violencia que se inscribe en una valla de 10 metros, un dron que te vigila, una oficina de asilo que nunca está abierta.

Querido Ahmed, todo está mal. Sudán, el país que te expulsó, donde nuestros apellidos se encuentran, parece haber entrado en un punto sin retorno. Si te fuiste, como casi todas las personas que murieron contigo, es porque hacía ya tiempo, antes del último giro a peor, que el punto sin retorno te alcanzó. Se extienden imparables las zonas de sacrificio, los lugares donde la vida no se puede, mientras implosionan todas las ficciones de que se puede gobernar el extractivismo, de que hay pactos democráticos posibles entre quienes lo quieren todo para sí y quienes solo cuentan con su nombre y su historia, su pulsión de supervivencia. La humana inteligencia, la dignidad del que resiste, nada puede contra las bombas, los uniformados violentos y las directivas europeas que matan fríamente sobre el papel con mezquino lenguaje burocrático, las que os persiguen o abandonan, las que ponen a matones a su sueldo.

Quieren convencernos de que la justicia es un lujo que no podemos permitirnos, un bien que no está al alcance de quienes han decidido que sobran. Cuidado con el fascismo nos dicen quienes acaban con las mismas vidas que el fascismo señala

Todo está mal, querido Ahmed. De este lado del régimen de frontera, quienes te matan cada día con sus discursos, los que glosan con su narrativa nuestro presunto derecho a vivir sobre vuestras muertes, van ganando. Hacen de tu muerte orgullo, de tu desaparición en el olvido, garantía de prosperidad, de tu agencia amenaza. Generan el relato que acompaña a quienes, con menos aspavientos, con discursos sosegados e ínfulas de respetabilidad, gobernaron tu muerte. Nadie paga por ello. Quieren convencernos de que la justicia es un lujo que no podemos permitirnos, un bien que no está al alcance de quienes han decidido que sobran. Cuidado con el fascismo nos dicen quienes acaban con las mismas vidas que el fascismo señala.

Ahmed Babiker, no hay nada más humano que intentar sobrevivir y nada más inhumano que olvidar este sencillo principio, que criminalizar a quien solo quiere estar vivo. Y sin embargo, esa mirada campa a sus anchas, moldea la percepción de tanta gente, alimenta programas electorales, políticas de facto, y balances multimillonarios de empresas de seguridad. Deshumanizarte, Ahmed, es necesario, imprescindible, para mantener todo esto en marcha. Pero tu deshumanización y la de tantas también nos deshumaniza a este lado de la frontera.

Moriste hace un año, Ahmed, tu nombre aparece en una lista entre otros nombres que Amnistía Internacional ha hecho pública esta mañana. Eres uno más entre nuestros muertos. Sois nuestros muertos porque os lloramos impotentes a un año de la masacre. Pero también sois nuestros muertos porque formamos parte —por nuestra incapacidad, por nuestra debilidad, por nuestra rendición— del sistema de complicidad que alimenta la necrofrontera que te asesinó.

Archivado en: Fronteras Opinión
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Fronteras
Fronteras ‘Desert dumps’: cuando Europa paga el abandono de migrantes en el desierto
La UE lleva décadas financiando a estados como Senegal, Mauritania o Túnez para que contengan el tránsito migratorio a través de todo tipo de prácticas atroces e ilegales.
Análisis
Análisis Trump no ha inventado nada o ¿qué hacemos frente al mundo-frontera?
Así opera la frontera: deshumaniza a las personas migrantes, abre así las puertas a una deshumanización que acaba despojando de dignidad a cualquiera que se considere problemático o sobrante.
República del Sudán
Externalización de fronteras Refugiados sudaneses en Níger: una tragedia humanitaria en el corazón del desierto
En Agadez, en un campo de refugiados alejado de toda población, cientos de personas refugiadas, en su mayoría provenientes de Sudán, esperan poder avanzar durante meses y años, en condiciones indignas.
Sirianta
Sirianta
24/6/2023 0:41

¡Qué tristeza! Y cuánta vergüenza.

0
0
Madrid
La burbuja del alquiler Sumar, Podemos y sindicatos de inquilinos presionan para convertir en indefinidos los contratos de alquiler
Sumar lanza una propuesta legislativa para transformar en indefinidos los contratos de alquiler, una de las principales demandas de la manifestación por la vivienda del 5 de abril. Una moción de Podemos, rechazada en el Congreso, pedía lo mismo.
Líbano
Ocupación israelí Israel incumple el acuerdo de paz y mantiene tropas en el sur de Líbano para “vigilar” a Hezbollah
El Ejército sostiene la ocupación de cinco colinas a lo largo de la frontera tras evacuar sus soldados de decenas de municipios. Miles de civiles regresan a sus casas para descubrir que lo han perdido todo.
Galicia
Galicia La Xunta de Feijóo, condenada por negar visitas a una mujer que murió de cáncer por tener covid-19
La jueza dice que la situación exigía “flexibilizar” las medidas de prevención. Falleció a inicios de 2022 en el Hospital Álvaro Cunqueiro durante los últimos meses de la administración del jefe del PP con Julio García Comesaña de conselleiro.
Egipto
Egipto Ashraf Omar continúa en prisión provisional por dibujar
Ashraf Omar, caricaturista político del medio digital AlManassa, sigue en prisión preventiva indefinida tras ser arrestado violentamente en su domicilio el 22 de julio de 2024.

Últimas

Justicia
Justicia Rubiales, condenado por agresión sexual y absuelto del delito de coacciones
18 meses de multa con cuota de 20 euros al día por un delito de agresión sexual. Es la condena al expresidente de la RFEF Luis Rubiales por los hechos ocurrido en la ceremonia de entrega e medallas del pasado mundial celebrado en agosto en Sidney.
Tribuna
Tribuna Verde de ecosocial, verde de educación pública
En nuestras aulas se ha colado una prisa ansiosa, que juzga al alumnado como un gasto, que lo dirige, poco a poco, a un mundo laboral tecnoptimista y completamente atomizador.
Más noticias
El Salto Radio
El Salto Radio Humedales necesarios
Damos un paseo radiofónico por algunos de los humedales de Andalucía, espacios fronterizos entre el mar y la tierra, tan necesarios para nuestra supervivencia. Lo hacemos con Juan Martín Bermúdez, de SALARTE y algunos oyentes.
Fascismo
Memoria antifascista Allí donde hay humo, hay fuego
A unos días de las elecciones alemanas, donde la ultraderecha acude fortalecida, un repaso sobre el proceso de desnazificación posterior a la Segunda Guerra Mundial y sus medias verdades.

Recomendadas

Feminismos
Ana Bueriberi “El activismo tiene que ser colectivo: para contribuir al cambio es imprescindible despersonalizar la causa”
La periodista madrileña Ana Bueriberi reconoce que no sintió la discriminación hasta que llegó a la Universidad. Hoy, desde el proyecto Afrocolectiva reivindica una comunicación antirracista, afrofeminista y panafricanista.
Inteligencia artificial
Militarismo La máquina de los asesinatos en masa: Silicon Valley abraza la guerra
Las fantasías distópicas sobre los futuros usos de las máquinas en la guerra están más extendidas que el relato de lo que ya está pasando en los campos de batalla.
América Latina
Extrema derecha Los soldados de Donald Trump en América Latina
Mientras algunos presidentes latinoamericanos, con mayor o menor ímpetu, intentan ponerle freno, otros tantos se arrodillan y le rinden pleitesía sin recibir nada a cambio. ¿Quiénes son los súbditos latinoamericanos de Trump?