Música
Nina Simone, orgullo y rebelión

Orgullo y rebelión quizá sean los dos términos que definen con mayor precisión lo que representó Nina Simone durante unos tiempos agitados, en los que coincidieron sus trabajos más comprometidos e inspirados.

Nina Simone
Simone durante un concierto en Morlaix, Francia, en mayo de 1982. Foto: Roland Godefroy
30 ago 2019 06:00

Quizás porque, de cara a la galería, los tiempos han cambiado a mejor, hoy en día toparse con agitadores contra la opresión racial dista eones de lo que en su día representaron Public Enemy, en sus comienzos, o The Jungle Brothers. Figuras que, antes de comenzar su particular revolución, ya tenían el camino asfaltado por Nina Simone: volcán de la palabra dentada, devuelta al primer plano en España gracias a la edición en castellano que Libros del Kultrum hizo en 2018 de sus brillantes memorias, tituladas Víctima de mi hechizo. Al son de tan atinada cabecera, brota un relato ideal que nos muestra las diferentes caras de Eunice K. Waymon, la mujer que se esconde tras la máscara de Nina Simone.

La niña encariñada de su padre, el prodigio infantil del piano, la mujer que atemperaba su genio ante hombres inferiores a ella. Entre todas sus diferentes fases vitales, la que hoy nos ocupa es la ideóloga de una mentalidad de orgullo afro, sobre la que Rhiannon Giddens, cantautora folk, llegó a pregonar sentencias para Rolling Stone como “si quieres decir que el rock & roll es música rabiosa, entonces Nina Simone es rock & roll”. Tan demoledora reflexión se ciñe a la energía desprendida por arrebatos de intensidad flamígera como “Sinnerman”; seguramente, su canción más reconocible en estos últimos años.

Escrita a principios de siglo XX, y reinventada por Nina en 1965, el desbocado trote pianístico desplegado a lo largo de su ejecución sirve de empuje marcial al tremor de su fraseo áspero. La cadencia fogosa de Nina a la hora de articular fonemas, uno a caballo del siguiente, responde a una reinvención soul del spoken word, con incluso más profundidad que el deje tan típicamente neoyorquino de Lou Reed y la prosa agitada de Mark E. Smith, síntoma de la dicción norteña de Mánchester. A diferencia de ambos equilibristas de la palabra cantada, el fraseo de Nina en “Sinnerman” no proviene de un trozo de tierra concreto, sino que engloba toda la voz interior de la comunidad afroamericana.


Encorajinada en la canción de trinchera, durante la década de los años 60, Nina Simone arrastró, a través de sus cuerdas vocales, ríos desbocados de ataques a quemarropa contra la injusticia de una época turbulenta, en la que fue la imagen de su gente, armada en razones después de los asesinatos de Malcolm X y Martin Luther King: sus dos ideólogos más reconocidos.

No es ninguna casualidad que, a día de hoy, emblemas del hip hop como Jay-Z le brinden tributo a través de la canción y vídeo de “The Story of O.J.”, o que, salvando las distancias, Erykah Badu sea la versión actual más cercana al ciclón de Carolina del Norte. La diva neo soul por excelencia del siglo XXI estudió hasta el último milímetro de los métodos interpretativos de su influencia central y de títulos como “To Be Young, Gifted and Black”, donde Nina Simone se convirtió en una especialista dentro de la liturgia hímnica, y además en defensora a tumba abierta por los derechos civiles de su raza.


Su vena activista se sobredimensiona a través de su concepción global de la fuente de inspiración. Antes de que Miles Davis y Prince levantaran puentes entre géneros arraigados a las raíces afroamericanas con músicas transocéanicas, globalizando su sonido pero sin perder nunca el funk, Nina Simone descendía escaleras temporales hacia la música clásica europea, como su querido Liszt, pero también Rachmaninoff, Chopin y Bach. De este último genio romántico del siglo XIX integró su conocido contrapunto como herramienta básica dentro su habilidad para conjugar góspel, blues y jazz, siempre dentro de un armazón interpretativo para el cual su piano era el timón de sus diferentes maridajes entre raíces y renovación.

Tal como la propia Nina respondería en su mítica entrevista concedida a Down Beat Magazine en enero de 1968: “En lo que respecta a los pianistas, Oscar Peterson es mi favorito. También me gusta McCoy Tyner. Creo que las grandes estrellas del jazz, tanto ahora como en el pasado... ¿Cómo lo puedo decir? Estos tipos son tan grandes como Bach, Beethoven; todos ellos. La gente aún no lo sabe. Si el jazz sobrevive y se pone en un pedestal como una forma de arte, lo mismo que la música clásica ha pasado a través de los años, dentro de cien años los niños sabrán quiénes eran, con ese tipo de respeto. Esto puede o no puede suceder. Mientras tanto, desafortunadamente, a medida que crecen, algunos de ellos se vuelven amargos. La música es un arte y el arte tiene sus propias reglas. Y una de ellas es que debes prestarle más atención que a cualquier otra cosa en el mundo, si vas a ser fiel a ti mismo. Y si no lo haces, y eres un artista, el arte te castiga”.

Bajo reflexiones de este calibre anida el ímpetu herido con los años de la niña que pudo ser la primera concertista de piano afroamericana en Estados Unidos. Pero Nina estaba marcada para una misión de mayor relieve: incendiar complejos de inferioridad de una industrial musical negra al servicio de los blancos. Lo suyo fue el Fear of a Black Planet original antes del mítico disco de Public Enemy. Pero, para llevar a buen puerto sus proclamas, era básico hacerlo desde una superioridad de conocimientos musicales.

Cabalgar a lomos de la alta cultura era un fin en sí mismo con el cual dignificar el acervo afroamericano, y auparlo a un estado de reconocimiento mayor. Así como hizo Antonio Carlos Jobim para la bossa nova o Marvin Gaye para el soul, Nina lo llevó a cabo dentro de la canción protesta. Sobre todo, gracias a su versatilidad para jugar con todos los significantes, que surcan del rock a la música que aprendió a tocar en la iglesia de su infancia. “He estado usando lo que podría llamarse un ritmo de rock durante años y años. No me importa lo que esté pasando hoy, porque mi música abarca todo los tipos de humores que existen en los seres humanos. Ese es mi bastón. Conozco 700 canciones, así de simple. Así que fuera de ellas es probable que haya casi cualquier tipo de ‘estilo’ que puedas imaginar. ‘Ode To Billie Joe’ de Bobbie Gentry’, ‘When I Was A Young Girl’. He estado haciendo durante años ese mismo tipo de cosas”, llegó a reconocer con orgullo para Down Beat Magazine en 1968.

Y es que orgullo y rebelión quizá sean los dos términos que definen con mayor precisión lo que representó Nina Simone durante unos tiempos agitados, en los que coincidieron sus trabajos más comprometidos e inspirados. Los cuales hasta Kanye West ha honrado a través de sus samples, Michael Gira a través de sus tempestades vocales en vivo, pero, sobre todo, figuras femeninas con la fuerza de la última Beyoncé y Lauryn Hill. Muestras, eso sí, a la baja de un ser que, durante sus años contestatarios, rompió las cadenas del silencio mediante un discurso sonoro que, quizá por la imposibilidad de encontrar herederos naturales, ha ganado más y más vigencia con el paso de los años.

Nina Simone
La cantante estadounidense durante una entrevista en Holanda en 1965. Fotógrafo: Kroon, Ron. Archivo Nacional Holandés
Archivado en: Música
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

A Catapulta
A Catapulta Poesía, música e sobremesas
O dúo Columna Vegana conxuga na súa proposta o humor, a poesía, o social e a intimidade compartida
Música
Música y política Apoyar a Palestina “es complicado” en la música antifascista de Alemania
La cancelación de conciertos en la escena antifascista de grupos que han mostrado su rechazo al genocidio evidencia la división del país respecto a Palestina.
Rap
Poetas Puestos “Tanto los medios como la política quieren que seas un tonto feliz”
Charly Efe y Teko, acompañados de una banda, publican el disco ‘Tontos felices’ donde mezlcan su carrera en el rap con ritmos rock para crear lo que han bautizado como rap‘n’roll.
#38962
31/8/2019 19:08

Bach no e sun músico romántico del siglo XIX. Es un músico barroco que falleció en el siglo XVIII.

1
1
Sanidad
Sanidad La sanidad privada en Muface: una mutualista obligada a pagar el servicio médico de teleasistencia
Mientras el Gobierno no decae en sus intentos, ofreciendo más dinero a las aseguradoras para que no abandonen la asistencia al funcionariado, grandes dependientes describen las consecuencias de optar por un seguro privado.
Congreso de los Diputados
Ley ómnibus El Congreso aplasta el ‘escudo social’ del Gobierno
La moratoria de desahucios y de cortes de suministros para familias vulnerables del ‘escudo social‘, así como los descuentos en el transporte y en el bono social eléctrico quedan suspendidos tras la derrota del Gobierno en el Congreso.
Estados Unidos
El regreso de Trump Trump anula la orden de Biden destinada a reducir los precios de los medicamentos recetados
La revocación por parte de Trump de la Orden Ejecutiva que reducía el precio de los medicamentos quedó sepultada entre docenas de otras rescisiones que el presidente ordenó poco después de su toma de posesión.
Palestina
Palestina Las familias de Gaza aguardan la vuelta a casa y comienzan la búsqueda de cuerpos
A la felicidad inicial por el alto el fuego le ha seguido un sentimiento de duelo, en recuerdo por los fallecidos, y de precaución ante lo que advierten, puede ser un breve respiro antes de que vuelvan a llover bombas sobre Gaza
El Salto n.77
El Salto 77 La desastrosa gestión de la dana, en la nueva revista de El Salto
A las vidas que se perdieron en el fango y la riada, a la gestión del desastre, dedicamos la portada de nuestro número de invierno de 2025.
Ibex 35
Informe CO2Ibex35 Naturgy y Repsol pugnan por ser el mayor contaminante de España
Entre las dos empresas suman la mitad de las emisiones que expulsan las 35 empresas que cotizan en el principal índice bursátil del país. La suma de todas ellas supone el 30% de las emisiones totales españolas.

Últimas

Bilbao
En el estacionamiento regulado Los trabajadores de Correos reciben multas del Ayuntamiento de Bilbao “por falta de medios”
La empresa no facilita a las personas trabajadoras la app OTA Bilbao, requerida por el Ayuntamiento para aparcar en estacionamientos regulados. Esto expone a la plantilla a sanciones y varias personas trabajadoras han sido multadas
Pensiones
Pensiones públicas El Gobierno y el PP sacan adelante la reforma de las pensiones para incentivar el trabajo hasta los 72 años
Con apoyo de la patronal, los grandes sindicatos y el partido de Feijóo, el Gobierno aprobó la reforma que permitirá retrasar de forma voluntaria la jubilación.
Más noticias
Tribuna
Tribuna El turismo como arma de la colonización, véase las empresas online
El turismo puede ser una fuente de ingresos y de desarrollo para las poblaciones afectadas y también, como hacen Israel y varias empresas, motivo de esquilmación de recursos, expropiaciones y ahondamiento colonial.
Irán
Oriente Medio La posibilidad de una guerra contra Irán
En el momento en que Israel sienta que Irán no tiene forma de tomar represalias contra ellos, Tel Aviv —ya sea con los Estados Unidos directamente o con su respaldo— lanzará un ataque militar masivo contra Irán

Recomendadas

Palestina
Genocidio “Felicidad mezclada con mucha tristeza”, gazatíes en Egipto reciben las noticias del alto al fuego
Las personas palestinas refugiadas en Egipto celebran el alto el fuego aunque reconocen muchas dudas sobre el posible retorno a su tierra, toda vez que la campaña de Israel ha terminado con las infraestructuras y diezmado a las familias gazatíes.
Galicia
Galicia La Xunta reparte 2,6 millones en 59 convenios con los grandes medios gallegos basándose en el “interés general”
En poco más de año y medio, las consellerías firmaron 59 convenios para la publicación de campañas y contenidos periodísticos relativos a sus ámbitos competenciales, reservándose el derecho a hacer observaciones en los contenidos.
Yemayá Revista
Yemayá Revista El feminismo saharaui, una lucha debilitada por el abandono de un pueblo
Pese a lo esencial de la lucha de las mujeres saharauis por reivindicar sus derechos y los de su tierra, 50 años de exilio y colonización han tenido impactos en los ejes patriarcales de los campamentos de personas refugiadas en Tinduf.
Migración
Derechos Humanos 2.465 personas han muerto o desaparecido intentando llegar a territorio español en 2024
El informe ‘Derechos humanos en la Frontera Sur’ de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía pone el foco este año en la situación de los asentamientos en Huelva y Almería donde viven más de 12.000 personas.