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Música
Exquirla, hijos de la rabia
Los caminos del cantaor flamenco Niño de Elche y Toundra se cruzaron en un festival en El Puerto de Santa María (Cádiz) en 2015. Hubo duende. Año y medio después, presentan Para quienes aún viven (Superball Music, 2017).
Los caminos del cantaor flamenco Niño de Elche, enfrentado a las convenciones y al sarpullido que le provoca el corsé de la pureza, y Toundra, banda instrumental de rock duro capaz de colar su último disco en la lista de los más vendidos en España, se cruzaron en un festival en El Puerto de Santa María (Cádiz) en 2015. En el encuentro, aseguran, hubo duende.
Apenas año y medio después, presentan Para quienes aún viven (Superball Music, 2017), su primer movimiento como Exquirla. Un disco que pone los vúmetros en rojo cuando las guitarras estallan y en el que suenan quejíos milenarios que aún siguen vigentes, quizá más que nunca.
¿A quién va dirigido el disco?
Francisco Contreras (Niño de Elche, cantante): A todas las personas que quieran escucharlo libres de prejuicios desde cualquier prisma, no sólo estético sino también político. Personas totalmente dispuestas a que el sonido y los textos les atraviesen y puedan hacer que se muevan, hacia un sitio u otro. Ésas son las personas que esperamos tengan intención e interés por este disco, más allá de que sean públicos establecidos del rock o del flamenco, de lo independiente, sino el poso que sustenta el contenido conceptual y sonoro de la propuesta.
¿Diríais que hay un público objetivo?
Esteban Jiménez Girón (guitarrista): No, de hecho son términos que no pueden casar con una propuesta así. Evidentemente, es un disco que se publica en una discográfica, en un mercado y se va a comercializar pero no lo hemos hecho para dirigirnos a nadie. Simplemente hemos creado una obra porque nos lo pedía el cuerpo y éste es el resultado. Supongo que seremos los principales sorprendidos de a quién le gusta y a quién no.
¿Os preocupa la recepción o la interpretación que tenga?
F. C.: No, porque ha sido un disco desde la necesidad. No cumple los timing de la radio, se va a hacer poco en directo,… Ha sido algo interno, lo otro es algo secundario.
¿Y a Toundra os preocupa lo que puedan pensar vuestros seguidores?
E.J.G.: No, es una banda nueva, va en otra dirección, es otro proyecto artístico,… Tiene elementos comunes porque cuatro de sus miembros tocamos en Toundra y a mucho público del grupo le gustará Exquirla, pero no a todo. Lo entiendo y lo respeto. Es un alto en el camino para reflejar una inquietud pero Toundra seguirá con su propia vida.
¿Qué reacciones os gustaría provocar en quien escuche el disco?
F.C.: La reflexión y el pensamiento crítico sobre el contenido y los porqués que rodean al disco siempre son lo mejor, más allá de las emociones que son algo bastante subjetivo.
E.J.G.: Me gustaría creer que alguien puede pensar que se puede tener relevancia mediática, como nos está pasando, y no hacer un disco habitual, con un mensaje vacuo, sino con un alto contenido.
La comparación con Omega va a ser inevitable, un lugar común. ¿Os ha pesado en algún momento?
F.C.: No, nos divierte bastante. Nos anima a hacer bromas. Dentro de 20 años saldrá un libro con las bromas, cada miembro de la banda dirá que la idea fue suya (risas). Sirve para esto.
E.J.G.: Yo, que estaré muerto, quedaré como el gran genio (risas).
¿Qué idea teníais cuando empezasteis a trabajar en el disco?
E.J.G.: En 30 segundos nos dimos cuenta de que teníamos la misma idea sobre la creación musical. A partir de ahí la inquietud era crear algo juntos, que no fuese a lo que estamos acostumbrados: las canciones duran diez minutos, hay dos estribillos en todo el disco, no siguen los patrones habituales de la música,… Era importante hacer un disco con un discurso de principio a fin, compuesto por capítulos que son las canciones, que tuviesen su sentido y vida.
¿Hasta qué punto lo habéis conseguido?
E.J.G.: Dentro de dos años diremos que el nuevo es mejor (risas) pero ahora mismo creo que hemos conseguido lo que queríamos: un disco que habla de temas políticos, con los textos que trajo Francisco, crudo, con un sonido que es una como una tormenta de arena con una pantera al frente. Un reflejo del primer ensayo.
¿Es Francisco el cantante que le faltaba a Toundra?
E.J.G.: No, es el cantante de Exquirla.
¿Y Toundra es el único grupo de rock en el que podría cantar Niño de Elche?
F.C.: No, hay que verlo como una banda que es Exquirla.
¿Cómo fue la composición de las canciones?
F.C.: Al principio me mandaron un par de demos, con texturas más que con estructuras, y luego todo se trabajó presencialmente en febrero y en agosto. Ellos proponían las melodías de guitarra y yo las de voz, aunque no nos gusta separar las dos cosas porque no sería real: la voz es música también y muchas de las melodías vocales están muy influidas por el trabajo de guitarras de Toundra. No está todo tan codificado.
¿Y las letras?
F.C.: Son salmos, del libro La marcha de 150 millones de Enrique Falcón, para mí el escritor actual de habla hispana más interesante. Sus poesía está muy influida por la poesía mística, revolucionaria,… Algo muy universal y eterno, que no está reñido con hablar de lo concreto de su tiempo.
Hay dos cosas que resultan duras en el disco. La primera es que suena muy épico, demasiado apabullante, tira para atrás.
F.C.: Sí, yo venía de Voces del extremo, que es todo lo contrario. Y estaba un poco harto de limitarme con esa cosa de lo épico, que se puede entender como presuntuoso. Así que quería darme un gustazo, y creo que los textos lo piden, además.
La segunda es que tiene momentos extraordinarios pero es difícil escucharlo entero del tirón. Es exigente.
E.J.C.: Es un sirope de arena (risas).
F.C.: Hace varios años hice un espectáculo sobre Francis Bacon y yo tenía el miedo de que la gente no lo aguantase. Alguien me dijo que si el público se salía del teatro, habría hecho un buen trabajo porque nadie puede tener un Bacon en su casa, colgado como decoración. Nadie puede tratar con total calma los temas y sonoridades del disco. Es buena señal.
E.J.C.: Hablamos de temas políticos y sociales duros, no es tonti-pop, por lo que el disco ha de ser también de cuchara difícil.
¿Cuál es la función de quien hace música en 2017?
F.C.: Hacer música. Es un buen papel. Ya contiene una serie de cuestiones que doy por hechas, quieras o no. Cuando haces música ya va implícito un montón de cuestiones sociales, políticas,…aunque su música pretenda ser todo lo contrario e ir por otro lado. Que se joda quien intente hacer una música apolítica porque no lo va a conseguir.
E.J.C.: Nos han intentado vender –el poder– que hay cosas que no son políticas. Y el ser humano es político al 100% desde que se levanta por la mañana y da los buenos días a las personas con quien convive o viviendo solo. El papel del músico es crear música teniendo en cuenta que no existe la música apolítica.
¿Cómo se sitúa Exquirla frente al mundo?
F.C.: ¿Frente a qué mundo?
El que le ha visto nacer.
F.C.: ¿El que nos conoce, nos reconoce…o Rusia? (risas).
La industria musical, por ejemplo.
F.C.: No ha habido un gran pensamiento, más allá de intentar buscar una discográfica que lo editara.
¿Os molestaría ver el disco en el top manta?
F.C.: No.
E.J.C.: Sería un gran halago.
¿Habrá más Exquirla?
F.C.: Esperemos que sí.