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Movimientos sociales
"¡Centrales nucleares a la finca de Suárez!"
El próximo domingo 1 de septiembre se celebrará, en Villanueva de la Serena, a las 12:00 horas, una concentración en homenaje a los 40 años de la gran movilización social que paralizó la construcción de la Central Nuclear de Valdecaballeros y que supuso un hito fundacional en la construcción de la identidad regional extremeña.
Villanueva de La Serena, 1979. Amanecía septiembre y, en aquella mañana estival de sábado, primer día del mes, un murmullo, que pronto se convertiría en clamor, una sola voz, surgida de miles de gargantas extremeñas, recorría cada calle, cada plaza, cada huerta y tinao de esta Villa situada al pie de la Sierra de las Barbas de Oro.
El pueblo estaba tomado por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Los alrededores de la Villa y los puntos de acceso a la misma, interceptados. La consigna, clara: impedir el acceso al municipio a los miles de manifestantes que pretendían acudir a la concentración convocada, pero no autorizada, en protesta contra la puesta en marcha de la Central Nuclear de Valdecaballeros.
Alrededor de 40.000 personas logran reunirse en el pueblo, muchas de ellas tras largas caminatas a través del campo, mientras que unas 10.000 quedan retenidas por los cuerpos de seguridad del EstadoDe nada sirvió semejante despliegue policial. A las ocho de la tarde, tras tener que ser pospuesta varias horas por la afluencia de manifestantes (extremeños que acudían de toda la región; emigrantes que llegaron desde Madrid, Cataluña, o el País Vasco; luchadores por los derechos de su tierra y de su gente), daba comienzo la gran marcha que enseñó al país entero que el pueblo extremeño sabe defender sus derechos, que el pueblo extremeño, cuando grita junto, tiene una voz fuerte.
Alrededor de 40.000 personas logran reunirse en el pueblo, muchas de ellas tras largas caminatas a través del campo, mientras que unas 10.000 quedan retenidas por los cuerpos de seguridad del Estado, que no les permiten acceder al interior de la Villa, por la que los participantes marchan durante horas ante la impotencia de las fuerzas de orden público que solo pueden asistir, desbordadas, al despliegue de pancartas antinucleares, brazaletes y banderas de Extremadura y consignas como “Regadíos sí, nucleares no” o “Centrales nucleares, a la finca de Suárez” (en referencia al entonces presidente del Gobierno).
Aquel día se paró, de facto, un proyecto desastroso para toda la sociedad extremeña. Aquel día fue un punto de inflexión en la historia del pueblo extremeño, un hito fundacional de su identidad regional.
Existía el convencimiento de que ninguna población de esta comarca pacense se opondría al proyecto, atraídas por las promesas, falsas, de riqueza y empleo para sus habitantes; y por el desconocimiento y docilidad de sus lugareñosY es que la construcción de la central nuclear de Valdecaballeros levantó ampollas desde el inicio, cuando, recuperado un viejo proyecto franquista, Hidroeléctrica Española y Sevillana de Electricidad -actualmente Iberdrola y Endesa- presentaron la solicitud inicial para la construcción de las instalaciones nucleares en Valdecaballeros, debido, primordialmente, al rechazo popular que encontraron en otros puntos de España.
Aunque el motivo principal que se exponía para la construcción de la central en este enclave era su proximidad a núcleos de alto consumo energético como Madrid y Sevilla, el trasfondo del asunto dejaba intuir que los verdaderos motivos para su emplazamiento en Valdecaballeros no eran de carácter técnico, sino político, pues existía el convencimiento de que ninguna población de esta comarca pacense se opondría al proyecto, atraídas por las promesas, falsas, de riqueza y empleo para sus habitantes; y por el desconocimiento y docilidad de sus lugareños.
Qué equivocados estaban esos empresarios, esos administradores y burócratas. Qué poco conocían el valor y la fuerza de los extremeños cuando tienen que luchar por su dignidad.
Según se hizo pública la autorización previa, la gran mayoría de la sociedad extremeña estalló de indignación, hastiada de tanto maltrato, empezando a gestarse un movimiento contrario a la instalación de la central, que, nacido en las comarcas de La Serena y La Siberia, pronto se extendió a todos los puntos de Extremadura, cansados su habitantes de que el gobierno central solo se acuerde de esta tierra para su expolio y saqueo. Así nacía, integrada por activistas sociales y medioambientales, la comunidad de regantes y la recién creada Comisión de Afectados, la “Comisión de Defensa del Guadiana”.
LOS PRECEDENTES DE LA GRAN MARCHA
En mayo de 1977, viendo que el proyecto, pese a la oposición de la mayoría de la población, continuaba adelante, alrededor de 1500 personas protagonizaron la llamada marcha verde, una caravana compuesta por unos seiscientos automóviles que, reunida en una explanada a las afueras de Navalvillar de Pela, recorrió varios lugares de la provincia, hasta desembocar en Mérida, por donde discurrió una manifestación que finalizó en la Plaza Mayor de la localidad. A pesar del fuerte despliegue policial, se produjeron algunos incidentes cuando los manifestantes intentaron llegar hasta Valdecaballeros, no logrando pasar del pueblo de Puerto Peñas.El diario YA reseña que “por primera vez en su historia, el pueblo extremeño ha levantado barricadas, y en Badajoz las fuerzas del orden público han arrojado balas de goma y botes de humo”Con este clima en las calles, la “Comisión de Defensa del Guadiana” convocó, el 14 de agosto -otra fecha destacada en el imaginario colectivo regional por haberse cometido la terrible matanza de Badajoz-, una manifestación en la capital de la provincia pacense, de la que el diario
reseña que “por primera vez en su historia, el pueblo extremeño ha levantado barricadas, y en Badajoz las fuerzas del orden público han arrojado balas de goma y botes de humo”. Los incidentes ocurrieron al final del acto, cuando la mayoría de los más de seis mil manifestantes que protestaban contra la instalación de la central nuclear ya se habían marchado.
De este día, el referido diario también señala que “por primera vez, el domingo, ondeó la bandera de Extremadura en un organismo oficial”, siendo esta colocada en el balcón central del Ayuntamiento por un grupo de jóvenes manifestantes y permaneciendo allí hasta primeras horas de la mañana siguiente.
EL ENCIERRO
El detonante inmediato de la gran manifestación de la que se cumplen 40 años este domingo se produjo apenas unos días antes, cuando el lunes, 26 de agosto, son convocados en asamblea varios alcaldes de la zona, que acuerdan comenzar un encierro, quedando confinados esa misma noche 18 regidores, cifra que irá aumentando a lo largo de la semana hasta llegar al total de 130, la mayoría de municipios pacenses, pero también algunos de la provincia de Cáceres.Se decide, así mismo, realizar una manifestación -de la que el próximo día uno celebraremos el cuadragésimo aniversario- para el siguiente domingo, primero de septiembre, en Villanueva de la Serena, aprovechando el clima de indignación de la población y la gran afluencia de numerosos emigrantes que están en la tierra por las vacaciones veraniegas.
TRAS LA GRAN MOVILIZACIÓN
A pesar de la batalla planteada por los extremeños, a pesar de la masiva manifestación de Villanueva y de la lucha que estaban manteniendo los diferentes colectivos sociales y políticos, la central nuclear se siguió construyendo, pues sus dos propietarias, ante los vientos antinucleares que recorrían la región y todo el Estado, hicieron lo posible para que, llegado el caso, la construcción de la central estuviese en una nivel de obras tan avanzado y supusiese tal coste económico por indemnizaciones, que su paralización fuese casi imposible.En este contexto, salen a la luz, en 1983, unas declaraciones más que inquietantes, recogidas en el periódico El País tras la entrevista a cinco técnicos de la central, en las que denuncian “inseguridad, fallos en el proceso construcción y falsedad en las inversiones”.
(El artículo explica, entre otras cosas, que: "después de hormigonar las bridas de apoyo del muro de sacrificio y de la vasija del reactor, se observaron huecos de grandes dimensiones. Un dato significativo para este grupo de técnicos es que "a pesar de esos defectos, y ante las elecciones generales de 1982, se agilizó la colocación de la vasija, apoyándose 600 toneladas sobre la zona defectuosa". La más destacada de todas las anomalías es la que se refiere al pedestal de la vasija, que contiene tanto al núcleo del reactor como al muro de sacrificio". Entre las represalias, un superior llegó a ponerle una navaja en el cuello a uno de los supuestos técnicos que aireó los fallos en la central nuclear).
Los trabajadores, que según sus propias palabras, temían por su seguridad física, llegaron a declarar que “Valdecaballeros es un gran fraude al Estado”, donde las inversiones económicas reflejadas en los papeles no tenían nada que ver con la realidad; y donde, aún más grave, los fallos en la construcción, conocidos e ignorados por la dirección de la central – afectaban entre otros a la soldadura de las tuberías, la instalación de piezas defectuosas y al hormigonado en la vasija de los reactores- podrían tener unas consecuencias insospechadas -y devastadoras.
En 1983, salen a la luz unas declaraciones más que inquietantes, tras la entrevista a cinco técnicos de la central, en las que denuncian “inseguridad, fallos en el proceso construcción y falsedad en las inversiones”. Según sus propias palabras, temían por su seguridad física y llegaron a declarar que “Valdecaballeros es un gran fraude al Estado”
En 1984, un año después de estas denuncias, el gobierno central decretó la moratoria nuclear, lo que suponía, de hecho, la paralización de las obras de la central, cuando el edificio I estaba finalizado al 70% y el edificio II al 60%. La sociedad extremeña, siempre vigilante, realizó una nueva demostración de fuerza, consiguiendo congregar en las calles de Villanueva de la Serena a más de 15.000 manifestantes “para apoyar la decisión gubernamental de paralizar las obras de la central nuclear de Valdecaballeros”, según informa prensa de la época. Aun así, esto no supuso el desmantelamiento inmediato de la construcción, proceso que comenzó 1999 y no acabó hasta 2001.
40 AÑOS DESPUÉS, LA LUCHA CONTINÚA
El próximo domingo vuelve a ser 1 de septiembre. Y 40 años después, una gran movilización tomará de nuevo las calles de Villanueva de la Serena conmemorando esas luchas del pasado que están tan presentes en nuestro futuro.Porque no olvidemos que la lucha antinuclear sigue siendo una contienda diaria en nuestra región, con una amenazadora central nuclear en Almaraz cuya vida útil ha vuelto a ser prolongada a pesar de la fuerte oposición de la sociedad extremeña, cansada del oligopolio de las eléctricas y de los gobiernos cómplices que priman los intereses privados de las empresas por encima de la salud y los intereses de su ciudadanía.
La lucha antinuclear sigue siendo una contienda diaria en nuestra región, con una amenazadora central nuclear en Almaraz cuya vida útil ha vuelto a ser prolongada a pesar de la fuerte oposición de la sociedad extremeñaComo tampoco debemos olvidar otras tantas luchas, históricas algunas, como la disputa por el reparto de tierras, por una reforma agraria, que permita a los extremeños vivir de sus campos y frene la sangría migratoria que está convirtiendo a nuestra región en una Extremadura, no vacía, sino vaciada a la fuerza; una tierra saqueada y esquilmada, que, rica en recursos de todo tipo, se ha convertido en una colonia energética de otras regiones del Estado.
O luchas más actuales, dentro del contexto de movilizaciones contra el cambio climático, que nos obligan a exigir a los gobiernos que dejen de favorecer los intereses de los poderes económicos que están destruyendo el planeta; y que promuevan políticas sostenibles que primen el interés público y ayuden a mitigar los efectos que la actividad humana provocan en La Tierra, nuestro único hogar habitable.
En fin, que la lucha sigue. La lucha por la dignidad de un pueblo que hace 40 años, como ya lo hizo el 25 de marzo de 1936, volvió a tomar conciencia de su identidad; y que 40 años después sigue teniendo que hacer frente a las diferentes amenazas que ponen en peligro su tierra y sus vidas. Un pueblo que sigue gritando: “¡Tierra, trabajo; nucleares al carajo!”
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Es necesario iniciar un cliclo de movilizaciones en Extremadura. Con un PSOE con mayoría absoluta e insensible a los problemas reales del pueblo extremeño y con una nueva recesión a la vuelta de la esquina o propiciamos un cambio para la mayoría o lo llevarán a cabo las élites o la demogogia ultra
📢 El próximo 1 de septiembre, a las 12:00 horas, tendrá lugar una concentración en la Plaza de España, frente al Ayuntamiento de #Villanueva de la Serena, para conmemorar el 40º aniversario de la exitosa movilización que logró el cierre de la central nuclear de #Valdecaballeros en 1979.
✊ Con ello, se quiere recordar que la lucha antinuclear continua vigente en #Extremadura contra la central nuclear de #Almaraz, a lo que se añade la situación de emergencia climática mundial que vivimos actualmente.
📆 Domingo 1 de septiembre
⏰ 12 horas
📍 Frente al Ayuntamiento de #VillanuevaDeLaSerena
la nuclear de almaraz a echo mucho daño años vecinos de la zonasobre todo cuando hay fugas como la del 13 de julio del 1988 donde nacieron cientos de niños con malformaciones eso se tiene que denunciar y que indemnice a todos los afectados hay que echar a estos mafiosos