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Medio ambiente
Greenpeace regala a Almeida un ramo de árboles talados durante su gestión, con motivo de su boda
Esta mañana, una decena de activistas de Greenpeace y de movimiento vecinal 'No a la Tala' le han obsequiado al alcalde Almeida un bonito ramo de cuatro metros confeccionado con árboles talados durante su gestión: “Un regalo para simbolizar su compromiso con la desaparición de los árboles de la ciudad”, han afirmado los activistas.
Desde una de las islas de la rotonda de Cibeles y con el edificio del Ayuntamiento al fondo, las activistas han realizado está acción -con acento irónico- para llamar la atención sobre los 55.000 los árboles adultos que se han perdido en Madrid entre 2019 y 2023. Una tala de árboles desenfrenada si tomamos en cuenta que en la ciudad el gobierno municipal del PP ha optado por priorizar la eliminación de ejemplares consolidados en lugares, no solo emblemáticos, sino de alta densidad poblacional que está dejando a los barrios sin esos espacios verdes que mejoran la vida de las personas en todos sentidos. “Incluso árboles centenarios y protegidos por la propia ley madrileña, como los cedros del Himalaya dentro del Paisaje de la Luz, reconocido como Patrimonio de la Humanidad, han sucumbido”, apuntan desde Greenpeace.
“Un regalo para simbolizar su compromiso con la desaparición de los árboles de la ciudad”, han afirmado los activistas
Recuerdan también que ha sido el movimiento vecinal que se levantó para salvar a decenas de árboles afectados por las obras de la línea 11 de Metro, desde Conde de Casal pasando por Atocha y hasta Madrid Río, el que ha hecho que finalmente se salvaran unos cuantos. La plataforma 'No a la tala' está formada por colectivos como SOS La Arboleda, la Mesa del árbol de Carabanchel, Salvemos El Calero, el Barrio no se tala, y asociaciones vecinales de Comillas, La Cornisa del Paseo Verde Imperial, entre otras más. Una lucha que involucró a miles de madrileñas durante meses con propuesta de alternativas a la tala indiscriminada pero que no fue suficiente para convencer al Martínez Almeida ni a su concejal de Medio Ambiente, Borja Carabante.
🔴ACCIÓN🔴
— Greenpeace España (@greenpeace_esp) April 5, 2024
Le regalamos a Almeida un ramo de boda de 4 metros confeccionado con ÁRBOLES TALADOS en Madrid.
No nos llaman abrazaárboles por casualidad.
Los árboles nos protegen.
Hasta que la tala nos separe.
💚MOVIMIENTO VECINAL
NO A LA TALA🌳
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La crítica tanto del colectivo 'No a la tala' como de Greenpeace va no solo sobre la protección del arbolado urbano si no de “aumentarlo y que esté cerca de las personas”. Insisten, como lo han hecho otras organizaciones ambientalistas en que “De poco sirve trasplantarlos o plantar ejemplares jóvenes en parques de la periferia alejados de los barrios y la población que los necesita”. Con ello no niegan la importancia de que esos otros espacios también crezcan sino de que los árboles a pie de calle de una ciudad como Madrid, cuya diferencia de temperatura entre el centro y las zonas no urbanizadas de la periferia llega a ser de hasta de 8ºC, se necesitan mucho más. “El laberinto de asfalto, hormigón y la altura de los edificios forman un auténtico horno, el fenómeno conocido como “isla de calor”, que en verano de 2023 llegó a subir la temperatura en el centro hasta los 40ºC”, sostienen desde Greenpeace, tomando en cuenta que en las alertas por calor a partir de 38 grados se entra en nivel 2 de alto riesgo.
“No hay nada como un buen árbol, para dar una buena sombra. ¡Hasta 4ºC menos! Y esto, en una situación de calor extremo, es vida”
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Para muestra de episodios que se han vivido recientemente no hay más que recordar algunas muertes de personas por las altas temperaturas en veranos anteriores. En otro sentido más positivo, el verano pasado se realizó una acción colectiva de medir temperaturas en zonas con y sin árboles que llegó a confirmar lo que de antemano cualquier vecino de Madrid experimenta en carne propia cada época estival. “No hay nada como un buen árbol, para dar una buena sombra. ¡Hasta 4ºC menos! Y esto, en una situación de calor extremo, es vida”, alegan las activistas. En este sentido citan a la Organización Mundial de la Salud la cual reconoce el valor de los espacios verdes y recomienda que todas las personas tengan uno a 500 o 300 metros de casa.
“Es fundamental que los entornos urbanos se adapten a esta realidad y se conviertan en entornos resilientes y habitables"
Con la acción de esta mañana los y las vecinas de 'No a la Tala' y las activistas de Greenpeace piden a los gobiernos municipales “que conserven y aumenten el arbolado y la cobertura vegetal en sus barrios y ciudades y que aseguren acceso de toda la población, especialmente la más vulnerable, a espacios verdes cercanos y vivibles”. Advierten además que ante el cambio climático y los eventos extremos como las olas de calor, cada vez más frecuentes e intensos, “es fundamental que los entornos urbanos se adapten a esta realidad y se conviertan en entornos resilientes y habitables, que protejan a toda su población. Y los árboles, espacios verdes y otros elementos de vegetación urbana son esenciales para ello”, concluyen.