We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
No me gusta que me enciendan los pitis. Llevo ya un tiempo observando una conducta que se da a menudo entre hombres y mujeres: el ímpetu e insistencia del hombre por encendernos a las mujeres los cigarros.
No hablo de una cosa aislada, lo vengo observando años. Algunos dirán que estoy exagerando y que vaya loca, que confunde los modales y la buena educación con un acto machista. Voy a explayarme un poco más para intentar que entendáis mi malestar y preocupación con esta conducta.
Anoche, una vez más, me lié un cigarro. Aquellas personas fumadoras sabrán de lo que hablo, y las no fumadoras seguro que tienen alguna persona conocida que practica esta mala costumbre: chaqueta sujeta con las piernas, vaso cogido con el antebrazo pegadito al pecho casi debajo de la axila y me lio un cigarrito, como un velocirraptor. Yo me apaño así, son años de entrenamiento y me gusta. Cuando termino generalmente me quito el pelo de la cara, le doy un trago a mi kalimotxo fresquito y me enciendo el cigarro. No me gusta que de repente un hombre salga de la nada, me ponga fuego en la cara, me queme las pestañas y me incomode. Tampoco me gusta que, cuando declino su ofrecimiento, insista tanto que me vea obligada a menear la cabeza con el cigarro en la boca, porque tengo las manos ocupadas, dándome la vuelta finalmente para que entienda que no, que no quiero fuego. No quiero fuego. Tengo mechero. Y si no tuviera, ya lo pediría yo.
Esto es lo que realmente me molesta, el acto de galantería a mí no me va (en la galantería, nos metemos en otro jardín en el que también hay mucho que podar). Pero que además, cuando digo que no, el hombre insista con la llama en mi nariz me molesta. Me molesta mucho. Si le digo a un hombre que no con la cabeza, ¿por qué el hombre puede pensar que sí? Que sí que quiero en realidad, que mis meneos de cabeza y mi semblante serio o enfadado son signos de que me está encantando todo. Incluso cuando se lo digo verbalmente, ¿por qué muchos siguen insistiendo?
Quería poner encima de la mesa esta observación-reflexión, porque me pasa a menudo. Puede ser que sea yo la que tiene cara de no tener mechero y quererlo, pero lo cierto es que hay más probabilidades de que esto sea un fenómeno extendido. ¿Quizás todas las mujeres tenemos cara de querer y necesitar un mechero? Podemos pensar que en estos tiempos que corren, en los que incluso en un juicio la palabra de la mujer y si su negación fue explícita o no se ponen en duda, no es de extrañar que el hombre vea síes donde no los hubo nunca.
Relacionadas
Feminismos
Feminismo Por un 25N feminista y extremeñista
Andalucía
MOVILIZACIONES Los feminismos se manifiestan este 25N en Andalucía para romper el silencio contra las violencias machistas
Feminismos
Política De Nevenka al caso Errejón: cuando el feminismo exige de derecha a izquierda
Ayer baje a la calle y me miro un hombre, yo no quería que me mirara pero aun así me miro...donde vamos a llegar
Lo de dejar de fumar y darle la espalda a la industria del tabaco ya tal, no?
Evidentemente hay machismo, pero también hay sumisión a una industria destructora y cancerígena. Pero lo peor es que aquellas personas que deciden suicidarse lentamente mediante el tabaco, se mueren matando.. y las demás tenemos que sufrirlas.