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Los 40ena Principales
“El humor es un recurso de primera necesidad, como el agua y el pan”
La radio de los éxitos en cuarentena ya está aquí. Los temas más escuchados del arresto domiciliario universal en “una selección musical falsa y arbitraria, pero con la verdad por delante”. El colectivo Iruñea NOLA?, con la tecnología de Sustraian Records, acaba de lanzar el primer programa de Los 40ena Principales, “una lista de éxitos completamente tramposa pero quizá, quién sabe, más honesta que la original”.
La radio de los éxitos en cuarentena ya está aquí. Los temas más escuchados del arresto domiciliario universal en “una selección musical falsa y arbitraria, pero con la verdad por delante”. El colectivo Iruñea NOLA?, con la tecnología de Sustraian Records, acaba de lanzar el primer programa de Los 40ena Principales, “una lista de éxitos completamente tramposa pero quizá, quién sabe, más honesta que la original”. Charlamos con Iosu Martínez (Barañain, 1982) y Luis Soldevila (Sta. Cruz de Tenerife, 1982), del colectivo Iruñea Nola?, sobre un podcast con mucha guasa y condenado al fracaso que se puede escuchar en Hordago-El Salto.
¿Ahora que estamos confinadas, la radio y las ondas pueden servir para recuperar esa libertad perdida?
La libertad no. Eso es mucho decir. La libertad es una lucha constante. La radio, la música, los productos culturales pueden ofrecernos destellos de libertad, simulacros que funcionen como reclamo, pueden señalar caminos o generar conexiones, que no es poco. Pero la libertad se pelea en el día a día. No aparece si le das a un botón de “on”, ni la compras por internet.
Y la música, ¿nos puede hacer más libres?
No, ni de coña. La libertad se conquista colectivamente, con luchas prolongadas, a base de conflictos materiales. La música puede animar esa pelea, difundir mensajes o generar espacios de solidaridad, de creación de vínculos. La música puede cubrir muchas necesidades y entrar en relación productiva con movimientos emancipadores. Pero la sensación de libertad que te da no es más que una imagen, una pista. Eso tiene valor y posibilidades pero, de por sí, no nos hace más libres.
Da la sensación que desde los medios de comunicación se propaga más el miedo que la información. Nos quieren encerradas y atemorizadas, resignadas, a verlas venir.
Hay mucha información y mucho miedo. El miedo, de hecho, acelera la circulación de todo tipo de mensajes: memes, carteles, audios, vídeos, sensacionalismo barato, bromas de todo pelaje… Cada medio apuesta por una línea de opinión y unos criterios informativos, según quién pague y qué intereses deba proteger. Lo que es complicado de encontrar es información contrastada, independiente de intereses económicos y grupos de poder. Por eso creemos que El Salto está haciendo una labor muy necesaria, con un seguimiento de esta crisis riguroso y amplio, atento no solo a la última novedad sino al marco amplio de causas y consecuencias económicas, sociales y políticas.
En general se trata de combinar nuestra pasión por la música y nuestra pulsión política adaptándonos a esta situación que lo ha parado casi todo.
Una radio de éxitos en tiempo de fracasos, de alarmas y emergencias. ¿Cómo se os ocurrió la idea de Los 40ena principales? ¿Para qué?
Los juegos de palabras simplones son una especialidad de la casa. Los generamos en masa, sin ninguna dificultad. A partir de ahí, algunos cuajan en propuestas prácticas y, en este caso, por el estado de alarma, un par de personas del colectivo nos quedamos con mucho tiempo libre. Surgió la posibilidad de convertir “Los 40ena Principales” en un podcast de verdad y lo hemos hecho. El “para qué” es más complicado de responder. Hay una primera parte, que debemos reconocer, de “porque nos apetecía”. Que quiere decir: por placer, por hacer algo juntos pese al confinamiento, por compartir musicón y reírnos de nuestros placeres culpables… Nada por aquí de lo que enorgullecerse. Hay una segundo conjunto de motivos, más nobles, que el tiempo dirá si se perciben: hacer propaganda de campañas como #PlanDeChoqueSocial y las que surjan en esa línea, poner un laboratorio sonoro al servicio de peticiones de colectivos (hacemos cuñas, dedicatorias, audios de todo tipo)... En general se trata de combinar nuestra pasión por la música y nuestra pulsión política adaptándonos a esta situación que lo ha parado casi todo.
¿Cómo se hace humor gamberro y musical en estado de alarma, con la gente tan preocupada y asustada?
Pues sacudiéndote de encima la preocupación y el miedo. ¿Vas a ofender a alguien? Seguramente. ¿Te puede condicionar eso? Mejor que no, porque de lo contrario no dices nada. El humor es una herramienta de cohesión y de distinción, una especie de envite público. Si te puedes reír de mi chiste, es que eres de los míos. Si no, es que estamos en bandos distintos. Eso, cuando produces como nosotros, en colectivo o nutriéndote de espacios y saberes colectivos, lleva a discusiones, piques puntuales… El problema lo tienes si ofendes a los tuyos. En fin, no es sencillo producir humor sin tapujos, que no suene pacato, y a la vez tener en consideración esa red que te sostiene (sus tabús, su léxico aceptado e inaceptable, sus códigos internos). Intentamos, en general, jugar fuerte y no autocensurarnos. Si hay problemas, los trataremos cuando surjan.
La vacuna de la risa, del humor valiente y rebelde. Esa fórmula sí que no tiene precio, ¿no?
¡No! Lo bueno es que es gratis. Es un recurso de primera necesidad total. No declara, no paga tasas, ni IVA, ni nada. Es como el agua y el pan de los bares, que no se puede cobrar. Y ayuda mucho, claro. Por eso la gente echa mano de él en momentos como estos. Lo que decíamos antes: el humor funciona mucho como prueba del algodón de grupos sociales, de adhesiones. Tú te puedes reír de determinadas cosas y de otras no, dependiendo de tus adscripciones ideológicas, de género, de raza y de clase, por poner solo las fundamentales. Con el humor ratificas o desplazas tu identidad. Decimos “desplazas”, porque un chiste certero puede hacer que te replantees alguna posición, que cambies tu forma de ver algo. A lo que íbamos, que la fórmula del humor es un común y un misterio. Todo el mundo sabe algo y nadie conoce todos sus secretos. Pero, sobre todo, y por fortuna, no se paga con dinero. Por eso también es un terreno clásico para la insubordinación de la gente que no tiene nada, pero que ahí encuentra un terreno en igualdad de condiciones con los poderosos. En esa línea va el experimento de Los 40ena Principales.
El humor es un terreno clásico para la insubordinación de la gente que no tiene nada
Un experimento que nace del colectivo Iruña Nola? ¿Quiénes sois y qué hacéis?
Somos un grupo de gente de Iruñerria que compartimos, en diferentes medidas, dos vicios. Uno, por la música callejera de Nueva Orleans, las brass bands y sus pasacalles, sus ritos participativos, su condición de práctica comunitaria. Otro, por la política de base, la justicia social, los movimientos, la transformación, como quieras llamarlo. En la intersección de esos dos vicios hemos trabajado desde el 2015 y hemos producido una larga colección de fracasos (y algún éxito reseñable). Lo que nunca dejamos de hacer es una secondline (uno de esos pasacalles al estilo Nueva Orleans que te decíamos) al año, un domingo de mayo, que fue la primera de nuestras aventuras y es a lo que llamamos Iruñea NOLA?. Todo surgió de otro juego de palabras, en este caso entre la pregunta en euskera “nola?” y “N.O.La.” que es el acrónimo más usado para New Orleans, Louisiana. Este año ya se verá, porque cualquiera sabe el calendario cómo queda.
Los 40ena Principales
[Podcast] Los 40ena Principales | Semana #1 | del 40 al 31
La Calle Mayor de Iruñea está muy presente en vuestro imaginario ¿Por qué?
Las calles, en general, lo están. Casi todo lo hacemos en la calle y en los textos que producimos suele haber mucha referencia local, muchos guiños a la gente que nos sigue desde la ciudad y la comarca. Los 40ena Principales los grabamos desde un salón con balcón en la Calle Mayor, y sacamos un bafle por petición popular. Es por eso que durante el programa, a veces, saludamos o pedimos disculpas por algún problema técnico. Es bonito porque la gente nos agradece lo que hacemos, a veces opina de canciones o piden otras. No nos han dicho nada en contra, por el momento. Hasta que no nos llenen la ventana de tomates seguiremos con ese juego.
Acabáis de lanzar en Hordago-El Salto vuestro podcast de radio en cuarentena pero tenéis muchas más propuestas, la mayoría a pie de calle.
Sí, como te decíamos, Iruñea NOLA? surgió en la calle y en cuanto se pueda volverá a la calle. Nada de lo que hacemos se puede comparar con ese domingo de mayo en el que salimos con una banda de entre 20 y 30 músicos, zumbando y bailando como un enjambre desbocado por mitad de la ciudad, con pancartas, disfraces, carritos, bicis sonoras… Es como un carnaval fuera de su cauce previsto, una eclosión de euforia y una toma de la ciudad para la gente. También es un momento de encuentro lúdico para diferentes colectivos. No hay nada como ese día para nosotras.
Vamos con esa lista de éxitos en tiempo de encierros. ¿Cuál ha sido el primer número uno?
Eso no lo podemos decir, porque hasta el momento solo llevamos un programa y hemos publicado nada más que del 40 al 30. Ahora bien, en el guión está. Te lo puedo decir a ti y abrimos una porra para que la gente lo adivine. A quien lo acierte le regalamos una gorra de Hordago o algo.
Los 40ena Principales es una lista de éxitos completamente tramposa pero quizá, quién sabe, más honesta que la original.
Entonces, el número uno nos lo guardamos, de momento. Y vuestra banda sonora, ¿a qué suena? ¿Se puede contar?
Suena tropical y bailonga, esperemos. Suena fresca. Intentamos no ceñirnos a nuestros gustos personales enfermizos, sino recoger las recomendaciones de gente cercana. También pescamos bastante de internet. En esto hemos aprendido bastante de nuestro amigo Nando Cruz. A nadie le importa lo que nos gusta. Lo que importa es lo que oye la gente y por qué. Nos interesamos por eso e intentamos reflejar la riqueza de nuestras redes. Los 40ena Principales es una lista de éxitos completamente tramposa pero quizá, quién sabe, más honesta que la original. Nuestro número 1 no lo paga nadie, eso te lo podemos asegurar. Aunque estamos atentos al móvil por si acaso.
Vuestro programa está condenado al fracaso, durará lo que dure esta pandemia. Y el día después, ¿cómo será? ¿Os imagináis ese último programa?
Todo lo que hacemos está condenado, por lo que parece, a fracasar. Eso es lo que hacemos el 99% de las veces. Nos pillará entrenados. Lo único que intentamos es fracasar mejor. Albergamos la esperanza de que algún medio con dinero nos compre el formato y podamos salir de Hordago y El Salto de una vez y dedicarnos a decir chorradas, pero es una esperanza remota. El día después volveremos a nuestros curros con una resaca mundial. El último programa va a ser una expiación, un exorcismo. Ni me imagino las atrocidades de las que seremos capaces después de este encierro si dura un mes o dos. Igual ni llegamos al día siguiente. Es posible que perezcamos en un torbellino de excesos y aberraciones.
¿Aprenderemos algo de este encierro?
Seguro. Mantendremos altas las reservas de papel higiénico, eso para empezar. Y luego, con un poco de suerte, pelearemos para que la salida de esta crisis no sea como la del 2008. Es decir, que no se salde con un aluvión de dinero gratis para los bancos y miseria para la gente. Habrá, esperamos, una ola de movilizaciones para exigir vidas dignas para todo el mundo y medidas políticas que las garanticen: suspensión de alquileres, renta básica universal y reversión de recortes son buenos puntos para empezar. Estos días la gente está practicando un comunismo de cada día que ojalá guíe la política del porvenir. Tendremos que empujar mucho. Con musicón, pero empujar mucho.