Cooperación internacional
Quitarle el agua al pez

El espacio cívico sufre un ataque generalizado en todo el mundo, mientras en España la nueva ley de cooperación puede perder una oportunidad histórica para reforzar su rol global.
Cartel Nicaragua
Frontera de El Espino, Nicaragua-Honduras. Miquel Carrillo

@MiquelCarr

11 nov 2021 11:10

Durante los años de guerra subversiva en las montañas y selvas de Centroamérica, como ya lo había sido antes en Indochina, se hizo famosa la táctica de acosar a la población que supuestamente daba cobijo y apoyo logístico a las guerrillas. Son trístemente famosas las consecuencias del hostigamiento indiscriminado a la población civil, apoyara o no a la insurgencia. No caben en este texto ni en una enciclopedia entera los atropellos y violaciones de derechos humanos que se cometieron, en pos de una lucha pretendidamente superior a cualquier tipo de dignidad personal o colectiva.

Los tiempos han cambiado, afortunadamente, pero las enseñanzas quedan. El espacio civil, impulsor de centenares de movilizaciones por los derechos individuales y colectivos, está sufriendo un ataque generalizado en todo el mundo. Los antiguos guerrilleros que entraron el 19 de julio del 79 en las calles de Managua, en gran parte gracias al apoyo internacionalista, para poner en solfa una revolución que esperanzaba al mundo, hoy se dedican a expulsar de Nicaragua a las organizaciones, nacionales e internacionales, que intentan trabajar libremente con su población. Líderes y activistas perseguidos, exiliados y encarcelados, a como seya para defender la soberanía nacional de injerencias extranjeras. De la noche a la mañana nos hemos convertido en agentes secretos de la CIA o en marionetas de Soros. Algo parecido a lo que va a suceder en El Salvador, donde se ha preparado una ley para que cualquier organización que reciba fondos internacionales, tenga que derivar el 40% de estos en concepto de impuestos. Una coima que, sencillamente, las ONG que vehiculamos fondos públicos hacia aquel país centroamericano no podremos hacer. Eso es igual para el gobierno de Bukele, porque el objetivo no es, ya lo han adivinado, hacer más carreteras o escuelas con esos nuevos ingresos fiscales, sino ahogar a las organizaciones que cuestionan la creciente deriva autoritaria. En Guatemala, esa misma ley ya está en marcha y en los próximos días, según fuentes oficiosas, van a ser expulsadas varias personas con ciudadanía española que colaboran con organizaciones que defienden a activistas del país. Como ya pasó en Marruecos hace algunos años, cuando al Majzén decidió que apoyar al movimiento LGTBI sobrepasaba lo admisible, y expulsó a dos compañeras más. Otros, como Israel, la única democracia de Oriente Medio (recuerden que esto no va de dictaduras bananeras), pueden llegar a ser mucho más contundentes: esta semana, Juana Ruiz ha tenido que aceptar un “acuerdo de culpabilidad”, por el que se le impondrá una pena de 13 meses de prisión y una multa de 14.000 euros. Todo por, supuestamente, recaudar fondos para una organización palestina terrorista, algo de lo que se acusa sin pruebas a otras seis organizaciones locales, como denuncia la campaña #Standwiththe6.

Estamos en el punto de mira. Desgraciadamente, nadie defiende a quien defiende, si no lo hacemos nosotras mismas. El Estado español podría hacer mucho más ante sus homónimos, protegiendo ese espacio cívico, pero al final acaba subscribiendo la idea de que cada uno en su casa puede hacer lo que quiera. Los derechos humanos no conocen de fronteras y si alguien piensa que defendiéndolos de cara a la galería o exclusivamente en su casa ya cumple con su tarea, es que no se ha leído un solo libro de historia. Esa idea de la soberanía nacional como guía de las relaciones internacionales, la acaban pagando personas y comunidades y, al final, todos y todas. Vean la cara que tiene la carne de cañón en la frontera entre Bielorrusia y Polonia durante estos días.

Hay algo en lo que coinciden todos los estados, de uno u otro signo, de derecho o autoritarios: la sociedad civil es una piedra en el zapato. Somos unas pesadas, un incordio, siempre cuestionando las políticas públicas y las ocultas, pidiendo más transparencia, desconfiando de los poderes establecidos y de los que realmente mandan, oponiendo el bien común a las razones de Estado. En esa tarea, la cooperación internacional ha sido un instrumento útil en muchas ocasiones para reforzar luchas locales, que en realidad son globales. Cuando en estos momentos se plantea en nuestro país la reforma de la Ley de Cooperación o negociamos desde la coordinadora estatal de ONGD nuestro papel en la acción exterior, y vemos esa causa general contra nosotras en todo el mundo, sentimos que se está formando una tormenta perfecta. Al ansia de callarnos o borrarnos del mapa por parte de algunos, se unen las ganas de convertirnos en un instrumento obsoleto de esa nueva cooperación, como si fuéramos algo arcaico e inservible, analógico y “sin suficientes capacidades” (sic). O de diluirnos entre otros muchos actores emergentes, en un catálogo comercial de infinitas posibilidades.

En vez de facilitar nuestra labor y de defendernos, las administraciones públicas (no sólo la estatal, que conste en acta) argumentan fatalmente que son víctimas de los propios procedimientos que ellas han creado. En lugar de reconocer el papel que jugamos fortaleciendo la sociedad que en el mundo se moviliza para asegurar nuestras libertades, nos acaban viendo como unas subcontratistas en vías de extinción, que en el mejor de los casos pueden desbrozar y adornar el camino de empresas y otros animales de compañía, en este viaje hacia la narcolepsia social.

En nuestras manos está seguir nadando y entender para qué hemos venido. De estrechar los lazos que nos unen por ríos y mares. De hacernos respetar y de respetar nuestras luchas, las de la gente. Tantas veces nos intentarán quitar el agua, y otras tantas deberemos llenar de lluvia, juntas, el inmenso océano.

Sobre este blog
Un blog desde la convicción de que la cooperación internacional es política con letras mayúsculas, lo otro se llama caridad. El internacionalismo nos hizo así, es la única manera de vincular las luchas en las que creemos, aquí y en todas partes.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Cooperación internacional
Cooperación Para una respuesta política a los recortes en cooperación
La próxima cumbre de Sevilla pone en el centro la reforma de la cooperación internacional. ¿Qué papel debe jugar en un mundo desigual e interdependiente?
Pacifismo
Paz e internacionalismo La pancarta
Es la hora del movimiento internacionalista y de su movilización por la paz, en defensa de la democracia y la justicia global.
Sevilla
Recortes sociales Las políticas públicas de Sevilla y Granada siguen profundizando en la desigualdad social
En enero el Ayuntamiento de Sevilla aprobó unos polémicos presupuestos que reducen en más 800 mil euros los fondos para colectivos sociales. En paralelo, la Diputación de Granada ha bloqueado sus ayudas en materia de cooperación
Sobre este blog
Un blog desde la convicción de que la cooperación internacional es política con letras mayúsculas, lo otro se llama caridad. El internacionalismo nos hizo así, es la única manera de vincular las luchas en las que creemos, aquí y en todas partes.
Ver todas las entradas
Palestina
Genocidio Israel sigue atacando hospitales, la ONU habla del peor momento en los 18 meses de asedio
No hay tregua en Gaza, donde Israel ha recrudecido las matanzas y sigue sin permitir el acceso de alimentos y productos de primera necesidad. La ONU denuncia asimismo el asesinato de más de 70 civiles en Líbano.
Grecia
Grecia Frontex pone de nuevo la mirada en Grecia
En enero de 2025 el Tribunal Europeo de Derechos Humanos acusó a las autoridades griegas de llevar a cabo devoluciones forzadas de manera sistemática.
Comunidad de Madrid
Memoria histórica Contra la basura y el olvido: tras la pista de los cuerpos y de la memoria de los brigadistas internacionales
El Salto acompaña a un contingente internacional de políticos, políticas y activistas en una ruta en memoria de los brigadistas internacionales que acudieron a luchar a España contra el fascismo, en un ejercicio inspirador para el presente.
Opinión
Opinión La coherencia de las políticas de Trump
No se pueden entender los aranceles de Trump sin su lucha por el control de los recursos minerales, sin Groenlandia, Ucrania o la República Democrática de Congo.
El Salto n.78
El Salto 78 Nueva revista, viejas injusticias: hablemos de Violencia Institucional
En el último número de la revista de El Salto dedicamos la portada y nuestro “Panorama” a una de las violencias que sufren las mujeres solo por el hecho de serlo, la que aún a día de hoy emana de un sistema irracional y patriarcal.
Crisis climática
Balance climático El Mediterráneo se consolida como zona especialmente vulnerable al cambio climático
Las víctimas de la dana suponen dos tercios de las muertes por fenómenos extremos en Europa en 2024, según un informe conjunto de Copernicus y la Organización Meteorológica Mundial que hace un balance climático del continente el pasado año.

Últimas

Eventos
Taller de podcast El Salto invita a estudiantes a explorar las posibilidades del formato audiovisual
Proponemos un taller de guion y producción de programas para estudiantes de comunicación y periodismo los días 24 de abril y 8 de mayo.
València
València CGT denuncia graves incumplimientos del plan de inundaciones en la dana de València
Un informe incorporado a la causa judicial señala la falta de seguimiento de los propios protocolos autonómicos en el día de la tragedia y la víspera.
Partidos políticos
CIS de abril La ultraderecha recorta votos al PP arrastrada por el efecto Trump
El barómetro de abril vuelve a situar al PSOE como fuerza más votada. La izquierda española sigue su contienda por todo lo bajo.
Comunidad de Madrid
Educación El Gobierno de Ayuso deberá pagar 1.000 euros a una profesora por el exceso de horas lectivas
Según CCOO, hasta 6.500 profesoras y profesoras se podrán acoger a esta sentencia que supone una penalización a la Comunidad de Madrid por el exceso de horas extras que realiza el profesorado.
Laboral
Laboral El sindicato ELA alerta sobre la salud mental de las trabajadoras en intervención social
“Somos un instrumento de contención porque tratamos con población muy dañada, estamos en mitad del sándwich”, explica la educadora social Vanesa Núñez Moran.

Recomendadas

Poesía
Culturas Joan Brossa, el mago que jugó con la poesía para reinventar el poder de la palabra
Casi inabarcable, la producción creativa de Joan Brossa se expandió a lo largo —durante medio siglo XX— y a lo ancho —de sonetos a piezas teatrales, pasando por carteles o poemas objeto— para tender puentes entre el arte, la política y el humor.
República del Sudán
Sudán Cara a. Un Sudán en guerra
Se cumplen dos años de una guerra que ya deja más de 13 millones de personas desplazadas y más de ocho millones de sudaneses al borde de la inanición.
Andalucía
Memoria histórica La inanición de la memoria andaluza
Las políticas públicas de memoria en Andalucía se encuentran en un estado de paralización que pone en duda la voluntad de la Junta por la reparación efectiva.