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Literatura
Nel Amaro, tantas vidas como un gato
Teatro, poesía, novela, cuento, poesía visual, arte por correo, performance… A través de siete disciplinas artísticas (quizás alguna más) buscó la forma de interrelacionarse con el mundo, y en ese intento vivió tantas vidas como un gato, que es lo que refleja de alguna manera el título de la antología Pruebes d’autor. Les siete vides de Nel Amaro, coordinada por Xandru Fernández. Se cumplen 75 años de su nacimiento y diez de la desaparición de Nel Amaro, autor irrepetible de la llamada generación literaria asturiana del Surdimentu, y a él ha estado dedicada la 42 Selmana de les Lletres Asturianes, que concluye hoy.
Manuel Amaro Fernández Álvarez nació en la Nochebuena de 1946, en un entorno minero y antifranquista de la aldea de Quentuserrón, a cinco kilómetros de Mieres del Camino, aunque allí pasó pocos años porque en 1952 la familia se fue a vivir al barrio de Santa Marina, en la capital del municipio, donde Amaro residió hasta que en 1988 se trasladó a la vecina localidad de Turón. Su madre Encarna y su padre César eran comunistas en la clandestinidad, y ese compromiso político lo mamaron Nel y también su hermana pequeña, Mariluz, militante del Movimientu Comunista d’Asturies, que acabó convirtiéndose en uno de los símbolos de la lucha por la libertad en los últimos años del franquismo. Mariluz, que trabajaba como maestra en Madrid, fue una de las personas detenidas en 1974 tras el extraño atentado en la cafetería Rolando (un establecimiento de la capital de España que estaba a pocos metros de la Dirección General de Seguridad), en el que hubo trece víctimas mortales. Pasó tres años en la cárcel madrileña de Yeserías, y no fue puesta en libertad hasta la amnistía de 1977. “Mariluz, en Asturias faltas tú” fue durante ese tiempo una de las consignas del movimiento antifranquista. Nel Amaro, que ya había estado encarcelado a mediados de los años 60 por su actividad antifranquista, pasó también varios meses en la prisión madrileña de Carabanchel por aquel atentado con explosivos que en realidad había sido obra de ETA.
Al margen de la represión que sufrió en sus carnes, las cosas nunca fueron fáciles para Nel Amaro en el terreno laboral. Desde niño padeció problemas de salud y se le cerraron con ello las puertas del oficio de minero, al que se habían dedicado muchos de sus familiares varones. Años más tarde trató ese asunto, con la acostumbrada ironía de su pluma literaria, en un pequeño poema: “Mis abuelos fueron mineros / mis hermanos / y también mi padre / que dejaron su vidas arrancando el carbón / Es por eso que ahora hoy / que algún fallo debió de producirse / en mi código genético / para acabar así / escribiendo poemas”.
Trabajó como cartero en Correos y Telégrafos hasta que perdió el puesto, a mediados de los años 70. A continuación se ganó un dinerillo escribiendo colaboraciones anónimas para un periódico. El escritor y profesor mierense Xandru Fernández señala que “lo que lo saca de la pobreza es una anomalía institucional, la existencia de una red de instalaciones, las ‘casas de la juventud’, pertenecientes a la OJE y que, con la llegada de la democracia, en algunos casos se municipalizan y en otros, como el de Turón, quedan al amparo del Ministerio de Cultura, primero, y de la Consejería de Juventud después”. Desde ese momento, Nel Amaro compagina el trabajo como bedel en ese centro con la tarea de profesor de teatro en talleres para niños y niñas.
En la década de los 70 fundó fanzines y revistas como Sapiens literario y Cuélebre literario, que “ya en aquella época marcaban el carácter innovador y reivindicativo de su persona”, afirma Leticia González Menéndez, doctora en Historia del Arte por la Universidad de Uviéu. Considera que “Nel Amaro fue una de esas personalidades imprescindibles en las letras y en la vida sociopolítica de las últimas décadas del siglo XX en Asturies”. Alternó el castellano con el asturiano como lenguas de comunicación y de creación, y pasó a formar parte del colectivo de recuperación y reivindicación lingüística Conceyu Bable.
Se aproximó al teatro aficionado como actor y director, y en 1978 escribió las primeras piezas: Antígona en capilla y Buffet-Tard, en castellano, y Xénesis o alborá de la conciencia, punto de arranque de un nuevo teatro en asturiano, alejado del costumbrismo dominante entonces en el género. Xandru Fernández afirma en el libro Pruebes d’autor. Les siete vides de Nel Amaro que la segunda mitad de la década de los 80 y la primera de los 90 “son años de esplendor creativo en la mente de Nel Amaro. Es cuando empieza a practicar el mail art, echando al buzón tarjetas y postales con sus creaciones primero, después híbridos de dibujo y collage, además de cuadernillos con títulos diversos”.
Xandru Fernández y Nel Amaro, que acabaron siendo amigos y compañeros en las letras asturianas, se conocieron cuando este último trabajaba como bedel en el Centro de la Juventud de Turón: “Plantado a la puerta de aquel edificio, con un puro en la boca y aire de estar de paso hacia ninguna parte, Nel no era solo el bedel del centro, era también un agitador cultural y un icono pop a escala del valle minero en el que vivíamos”.
Aparte del teatro, Nel Amaro cultivó bastante la poesía, en la que se estrenó en 1979 con Responsos laicos, y la narrativa, donde realizó su primer incursión con la novela Adiós, Dvorak, editada por Azucel en 1990. Ese mismo año vio la luz una obra publicada por el Ayuntamiento de Mieres que, entre otras curiosidades, es el poemario con el título más largo de la historia de la poesía en asturiano: Y tú, Marta B., qu’entoncies nun yeres, tampocu, l’Anna Karenina de les películes de Jean Luc Godard. En apuestas como esta asomaban la ética y la estética rupturista, iconoclasta incluso, de un autor que huía de las etiquetas convencionales en todos los géneros que iba visitando.
Con los versos de Diariu d’un polizón (Ámbitu, 1990), Poemes de San Francisco (Editora del Norte, 1993) y Pruebes d’autor (Trabe, 1994), y la prosa de Novela ensin títulu (Azucel, 1990), L’últimu del pelotón (Editora del Norte, 1994) y ¡¡¡Falanxista!!! (Trabe, 1995), así como el libro de cuentos Na borrina (Editora del Norte, 1993), entre otras obras, despachó la década más fecunda en su producción literaria. Tras el cambio de siglo y de milenio dedicó su esfuerzo creativo a otras manifestaciones artísticas y ya únicamente entregó a la imprenta la novela Entós, cuando ñevaba (Ámbitu, 2002) y Les manes en caxón (Trabe, 2003), que reúne tres piezas teatrales breves y dos monólogos. Siguió creando en el campo de la poesía visual, de la que fue uno de los pioneros en Asturies, y a través del articulismo de prensa, los recitales de poesía, perfomance… Le dio nombre a sucesivos ‘colectivos unipersonales’ como Auxilios Mutuos SL, Espaciu Arte Escéntricu, Fundiziom Malevich, ONG Performers sin Fronteras o la Fundación Perruno-Situacionista ‘Lazslo Kovacs’, en la que colaboraba su perro Pulgu.
Nel Amaro murió en abril de 2011, a los 65 años de edad. Tenía previsto participar como pregonero, en mayo, en el tradicional homenaje al oso que mató al rey asturiano Favila, que organiza todos los años en Llueves (Cangues d’Onís) el Ateneo Republicano de Asturias, como recordaba en el blog El Valle de Turón el historiador mierense Ernesto Burgos, que había sido quien le había propuesto leer el pregón de esa edición. “Amaro nunca llegó a Llueves, porque la mala suerte quiso que una complicación de su diabetes lo matara el 4 de abril. Lo enterraron con una bandera tricolor”, escribió Burgos, que dijo de él que “se autodefinía como poeta visual/objetual/experimental, mail-artista, instalador, pintor y ‘accionista’ (eso que suelen llamar performer). Sin embargo, si hay que elegir un adjetivo para resumirlo todo, ese no puede ser otro que el de pionero, tanto por los temas que trató como por la forma en que lo fizo”.
El escritor Antón García, actual director general de Política Llingüística del Gobierno asturiano, ve en Nel Amaro a un “inquieto creador en busca permanente, impertinente y bondadosa al mismo tiempo, crítico y constructivo. Era imprevisible y sorprendente. Pienso que era tímido, pero nada descubro diciendo que tenía fuertes convicciones y una humanidad amable y cariñosa”. Destaca de él “una generosidad sin límites y un espíritu libre y contradictorio capaz de conjugar en su santoral laico a gente tan dispar como Brecht, Cristo, Joplin, Kerouac, Hendrix, Bartók, Beckett, Otero, Antígona, Brel, Cortázar o Fernán-Coronas. Nel Amaro derrochaba energía. Por eso a lo largo de su vida fundó y desfundó un sinfín de publicaciones por las que desfiló toda la poesía asturiana”.
El historiador del arte y productor cultural barcelonés Óscar Abril, que fue director artístico de LABoral Centro de Arte de Xixón, comparte uno de sus recuerdos del escritor mierense: “Abro una de las cartas que Nel me envió. Esta es del 19 de enero de 1999. Otro siglo, otro milenio, otro mundo. No hay sobre, el reverso de uno de los folios y un poco de celo hace de ello. El primer folio es la fotocopia de un artículo sobre apropiacionismo del mismo Nel en el que me cita a mí (y a Esther y a Hilario) y a mi trabajo, con un añadido manuscrito en el que me envía un abrazo. El segundo folio es otra fotocopia de la octavilla de la presentación de Espacio Arte Excéntrico en Madrid con Abel. El tercer folio me muestra un montaje con una fotografía suya, encabezada con la siguiente sentencia: ‘Digamos que me voy a Londres de fin de semana y allí me transformo en la galerista Lotta Hammer (algo tendrá que decir mi esposa)’. Risas, cómo no. Nel era esto. Sentido de comunidad y de afecto. Inmediatez, ingenio, complicidad. Compromiso político y artístico, como partes de la misma cosa. El arte de conjugar la primera persona del singular siempre desde ese nosotros que somos. Esa suerte de individuación a la que se refiere Gilbert Simondon. Pura performatividad. Y, sin duda, para aquellos que como yo veníamos de costas mediterráneas, la encarnación de lo mas amado del alma y de la historia asturiana. Viva Nel”.
En esta Selmana de les Lletres Asturianes asociada a su nombre se han presentado dos exposiciones (en el Auditorio Teodoro Cuesta de Mieres y en LABoral de Xixón), un documental y dos libros: Pruebes d’autor. Les siete vides de Nel Amaro y la antología literaria Esperté ensin patria pa dormir ensin pruyimientos de conciencia, con edición y prólogo a cargo de Xandru Fernández. Además, la compañía de teatro Producciones Nun Tris llevó a cabo en Mieres una lectura dramatizada de Antígona, por exemplu, obra con la que Nel Amaro ganó el premio de teatro de la Academia de la Llingua Asturiana en 1991.
El premio de teatro profesional en asturiano y gallego-asturiano que concede la Consejería de Cultura del Gobierno asturiano anualmente desde hace un lustro lleva, justamente, el nombre de Nel Amaro. De las siete vidas artísticas que consumió y que consumó este artista multidisciplinar y hombre comprometido con la sociedad de su tiempo, la del teatro fue una de les más intensas, tal vez porque él también profesaba aquella máxima del gran actor y director italiano Vittorio Gassman: “El teatro no se hace para contar las cosas sino para cambiarlas”.