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Las Kellys
Huelga de Kellys en pleno centro de Madrid: “Somos invisibles pero imprescindibles”
La empresa Hostalcarria ha entregado una carta de despido a tres camareras de piso tras crear una sección sindical.
En pleno centro de Madrid, a apenas 20 metros de la Plaza Mayor, allí donde la turistificación ganó su nombre, un grupo de camareras de hotel invisibles a los ojos del viajero y que no ocupan ninguna página en las guías, han decidido plantar cara a su empresa. “Somos el eslabón invisible del turismo. Es raro el cliente que te dice buenos días. Pero somos imprescindibles. Sin nosotras no hay hotel”, expresa Rocío Fernández, delegada sindical por CNT en la empresa Hostalcarria.
Esta trabajadora comenzaba ayer una huelga de siete días que secundará junto a sus otras dos compañeras de sección y que irá acompañada de un piquete en la puerta del hostal Inter Plaza Mayor. Un establecimiento insertado en un edificio de hace 200 años en una de las calles peatonales que rodean tan ilustre centro turístico y en el que se vulneran los derechos laborales todos los días, tal y como denuncian las kellys. “Decidimos crear una sección sindical en septiembre. Se hizo un silencio absoluto. El pasado 15 de octubre nos entregaron una carta en la que se nos informaba de nuestro despido, que tendrá lugar el próximo 30 de octubre. Dicen que van a externalizar el servicio y nosotras hemos decidido plantar cara”, resume Fernández.
Y es que poco tienen ya que perder. Las trabajadoras denuncian que en sus contratos no se respeta ni su categoría ni las horas trabajadas. Tampoco se respetan las vacaciones que dicta el convenio ni los días por enfermedad de familiares. “Mi primer contrato en Hostalcarria fue de 14 horas, luego supuestamente me las subieron a 20 horas. Tengo una compañera que tiene 9 horas en contrato. Cuando nos sindicamos a mí me quitaron dos horas. Realmente hacemos 30 y mi salario es de 720 euros. Tenemos derecho a un mes de vacaciones y a 20 días en invierno. Estos nunca los hemos disfrutado. Tampoco pude cogerme los cuatro días que me corresponden cuando mi padre se puso grave”, expresa la representante sindical.
Pero, la gota que colmó el vaso para estas trabajadoras fue la obligación de firmar una hojas en blanco “para cuando llegara la inspección las rellenaran ellos a su antojo. Si no firmábamos tomarían represalias. Aquí dijimos ya está bien”, explica Fernández, quien había observado como las kellys de Exeo en Getafe habían creado una sección sindical con CNT. Una de las integrantes, Alfonsi Asperilla, es su madre. Decidió sindicarse y proponer a sus compañeras crear algo similar.
Las Kellys
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Desde CNT avisan de que los despidos de estas tres camareras amparándose en una externalización del servicio son ilegales, puesto que están obligados a subrogarlas manteniendo derechos y condiciones. “Viendo la facilidad con la que Hotalcarria defrauda y comete ilegalidades, no dudamos en que la empresa termine ejecutando unos despidos que serán declarados nulos por vía judicial”, aseguran.
Piquetes y esquiroles
Mientras tanto, las trabajadoras intentarán presionar para conseguir una negociación con un piquete que estará hasta el sábado en la puerta del Inter Plaza Mayor, desde las 8.30h hasta las 21.30h, mesa informativa incluida. El sábado 27 se trasladarán a la puerta del Hostal Motion de 13.30h a 14.30h y el domingo 28 harán un pasacalles que comenzará en Tirso de Molina. El lunes 29, si no se consigue negociación, volverán al piquete.Las trabajadoras denuncian que estos piquetes están destapando más prácticas irregulares de la empresa. “Ayer tuvimos que empezar la huelga a las 9.34h, mis compañeras tuvieron que trabajar 34 minutos. Cuando salieron vimos entrar a dos personas que iban a hacer nuestro trabajo. Nos pusieron al jefe de seguridad y de mantenimiento en la puerta y no nos dejaron pasar. Queríamos subir a informar de que se estaban vulnerando nuestros derechos con esquiroles. Llamamos a la policía para que levantaran acta”, explica la delegada sindical, que también indica que, durante el día de hoy, ha vuelto a suceder lo mismo: “Hemos vuelto a llamar a la policía, pero nos han dicho que como ya estuvieron ayer levantando acta ya hoy no era necesario”. Estas prácticas no van a desgastar su ánimo y así lo asegura rotunda Fernández. “Somos la última mierda pero somos las imprescindibles. No vamos a parar, estamos en el paro y tenemos mucho tiempo”, advierte.
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¡Mucha fuerza para más que luchan! Es impresionante que en un supuesto país democrático y de derecho despidan a trabajadoras por reclamar condiciones dignas. La ley del silencio y el miedo ampara al empresario que hace y deshace con total impunidad, solo la movilización y organización de las trabajadoras podrá conseguir un avance para la clase trabajadora. Un orgullo que aún queden sindicatos que defiendan a las victimas de la precariedad, frente a otros que se llenan los bolsillos y pactan y firman reformas laborales y convenios a la baja.