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Laboral
Opel despide al secretario general de CGT en Aragón mientras espera ser intervenido de un tumor
Después de desempeñar durante años sus labores sindicales en el comité de empresa y ostentar cargos en CGT Aragón, Opel ha despedido a César Yagües en un nuevo caso de represión sindical, denuncia el sindicato. La empresa alega ineptitud sobrevenida para el desempeño de su puesto laboral, pero desde la Confederación sostienen que la multinacional podría haber adaptado cualquiera de los centenares de puestos laborales que tienen en Zaragoza a la situación en la que se encuentra Yagües, todavía pendiente de superar un tribunal que le pueda incapacitar.
“Cuando lees la carta de despido es cuando se entienden las circunstancias y lo que esconde la empresa, porque los motivos no se mantienen bajo ningún concepto. Son una retahíla de mentiras, una detrás de otra, sin sentido, que reeditan una vida laboral en la que no me reconozco”, desarrolla el propio trabajador afectado. En ese texto enumeran una serie de bajas que, según Yagües, se derivan de accidentes laborales, incluso una sentencia así lo establece.
Él empezó a trabajar en Opel en 1994, cuatro años más tarde se afilió a CGT, y durante seis candidaturas seguidas ha sido elegido como miembro del comité de empresa de la compañía. “He denunciado temas que a la empresa le han hecho mucho daño. Más allá de conseguir sanciones o que cambiaran su actitud respecto a algunas situaciones, también he acudido a la prensa, y eso no lo perdonan”, explica. Sin ir más lejos, él fue uno de los testigos en el juicio que determinó que uno de sus compañeros había muerto por el amianto presente en las instalaciones de la automovilística.
Largo historial de lucha sindical
Aquello sucedió hace más de dos décadas, pero su actividad no ha parado hasta la actualidad. “Hace poco iniciamos una serie de denuncias por las irregularidades que cometían las empresas auxiliares de logística de Opel, donde las contratas pagaban 400 euros menos de los estipulado en el convenio. Inspección de Trabajo obligó a modificar esa anomalía, y eso tampoco me lo perdonan, porque significó que dejaran de ganar bastante dinero”, determina el propio Yagües.
El trabajador ahora despedido siempre ha dado la cara, llegando a ser secretario general de la sección sindical en Opel durante ocho años o el responsable de la coordinadora de automoción de CGT a nivel estatal. El cese del contrato se produjo a finales de junio, aunque el empleado no tuvo notificación del mismo hasta julio. Fue en ese mes cuando se dieron algunas reuniones con la multinacional “porque es una barbaridad que me despidan estando de baja y además con los antecedentes médicos que tengo”, añade el afectado.
En una situación médica delicada
“Lo que debería haber hecho Opel es adaptarme un puesto de trabajo, y no que me tenga que adaptar yo a él, porque encima han intentado ponerme en dos puestos de trabajo totalmente contrarios a mis dolencias. Igual vengo solicitando la adaptación desde hace ocho años, incluso presentando informes de la Seguridad Social, pero no ha habido manera”, se explaya Yagües. Este medio no ha obtenido respuestas a las preguntas enviadas a Opel.
La situación médica de Yagües es lo suficientemente grave como para tenerla en cuenta a la hora de su desempeño laboral. Según denuncia él mismo, en Opel ha ocurrido todo lo contrario: “En 2017 ya tenía una serie de limitaciones médicas reconocidas por la empresa, y cuando después sufrí un infarto, me desaparecieron automáticamente todas, como si un infarto me curara de dolencias crónicas, musculoesqueléticas”. Desde su punto de vista, es su lucha sindical lo que la impresa intenta acallar con este despido. “En el momento en el que sacas los colores a una multinacional ves cómo te toman la matrícula, nunca mejor dicho. Han visto que en este momento estaba pendiente de otra intervención quirúrgica por un tumor y me han despedido”, concluye el también secretario general de CGT en Aragón.
Sin saber cómo terminará su proceso de incapacidad
Miguel Fadrique, su homólogo a nivel confederal, declara que “el despido ha ido contra César, pero es un ataque a lo que realmente él significaba para la CGT en Opel y en Aragón, donde ha desempeñado muchos cargos”. Él es quien apunta que, en otros casos similares, la empresa no ha solucionado la situación de esta forma: “Nadie se cree que no puedan adaptar un puesto de trabajo para él en una compañía en la que trabajan 5.000 personas. No sería la primera vez que la Seguridad Social le dice a una empresa que tiene la obligación de adaptarlo, porque no pueden incapacitar unilateralmente a una persona así como así”, desarrolla.
Este sindicalista añade que, ahora, Yagües se tendrá que someter a un proceso de incapacidad, con la incertidumbre de si saldrá adelante o no. “La Opel ni siquiera se ha esperado a que concluya este proceso. Si no le incapacitan al final, ¿qué pasará con él? Tiene más de 50 años y se ve con unas limitaciones físicas muy graves y muy severas”, se pregunta Fadrique en referencia a las bajas esperanzas de que el empleado encuentre un trabajo nuevo debido a las dolencias que le ha causado trabajar en Opel.
“Nosotros buscamos la nulidad del despido, porque es una vulneración de los derechos fundamentales y la libertad sindical. Pensamos que todo esto no es porque no tengan un puesto de trabajo adaptado para él, sino por el historial de César de demandas contra la empresa, tanto en material de salud laboral, como de prevención y fraude de ley”, desarrolla el secretario general de CGT a nivel estatal. En este momento, la Confederación es el segundo sindicato con mayor representatividad en el comité de empresa: “Por el momento, las demás secciones sí han mostrado su apoyo, veremos si cuando empiecen las acciones esas palabras pasan a los hechos”, apuntilla.
Acciones a pie de calle
A lo que se refiere es a las movilizaciones que han planteado para dar a conocer el caso e intentar revertir este despido que consideran injusto. En este sentido, piensa ir mucho más allá de las fronteras aragonesas: la semana del 19 al 25 de septiembre, en diferentes ciudades, acudirán a las sedes de Opel o a sus concesionarios a denunciar la actitud de la empresa. En palabras del mismo Fadrique, “para que los compradores sepan que dan dinero a una compañía que vulnera los derechos de los trabajadores y la libertad sindical”.
Además, ya están hablando con algunos sindicatos a nivel internacional, para que la campaña llegue tan lejos como presente esté Opel. “Estoy notando mucho el apoyo de los compañeros, pese al relevo generacional que ha habido estos años en el que ha entrado mucha gente joven”, subraya Yagües. Él mismo confirma que están manteniendo encuentros con el tejido sindical y político de Zaragoza “y los primeros contactos están siendo muy positivos, aunque UGT y Comisiones Obreras de momento no se han sumado a las reuniones”, finaliza.