Historia
Crónicas de la II República: la edad de oro del periodismo español

La Guerra Civil cortó el vuelo de una generación de plumillas, cronistas y novelistas que dieron el primer gran empujón al periodismo en España.

El Salto 43 Edad Oro Periodismo
Farmacia y perfumería de la Gran Vía de Madrid durante la Guerra Civil, en una fotografía de Juan Miguel Pando Barrero.

profesor de historia en la UC3M, especialista en historia del anarquismo

profesor de Didáctica de las Ciencias Sociales en la UAM y especialista en la historia del comunismo español

28 nov 2020 06:00

Es común considerar que los años republicanos coinciden con una edad de plata de la literatura en España. Las plumas de García Lorca, Alberti o Altolaguirre se venían a unir a las ya consagradas de una generación que estaba en su etapa final y otra que estaba consolidada desde los años de entreguerras: Unamuno, Machado, Valle-Inclán o Juan Ramón Jiménez, entre un largo etcétera.

Pero el momento de amplias libertades que significó la República y que se vio truncado con el inicio de la Guerra Civil fue una edad de oro para el periodismo español, que venía acumulando años de firmas que marcaron una época y que en muchos casos cayeron en el ostracismo: Ortega y Gasset, Camba, Sender, Carmen de Burgos, Cánovas Cervantes... En aquellos años republicanos no solo coincidieron cabeceras que marcarían una forma de hacer periodismo, sino plumas que crearon un magisterio en los periódicos españoles: Eduardo de Guzmán, Zugazagoitia, González Mallada, Isabel de Palencia... A cabeceras históricas como El Sol se unieron otras determinantes como La Tierra, La Libertad, Ahora, Estampa y todo el periodismo político que marcó una época. Un periodismo donde no contaban las agencias y sí la libertad del propio periodista.

En este dosier queremos rescatar aquella época clave del periodismo con cuatro ejemplos que resumen la época. Juan Pablo Calero recupera la figura de un desconocido Felipe Alaiz, una de las plumas anarquistas más importantes de su tiempo. Fernando Hernández Sánchez hace lo propio con un periodista comunista capital para entender la guerra: Jesús Izcaray. El republicanismo nos lo trae Ríos Carratalá con la figura de Diego San José, un intelectual que cultivó varios campos. El profesor Antonio Plaza recupera la figura de Luisa Carnés, a caballo entre el periodismo y la literatura, cuya obra es central para entender una época.

Es evidente que muchos y muchas se han quedado fuera. Pero valga esto como una muestra de la importancia de un periodismo que se vio cortado de forma súbita con el final de la guerra y el exilio o muerte de muchas de sus plumas. Una pérdida que a claras luces fue irreparable.

Felipe Alaiz, un periodista para el pueblo

Por Juan Pablo Calero
Quizá no haya mejor ejemplo de la efervescencia cultural que anticipó la República que la aparición en Huesca, una pequeña ciudad periférica, de Talión. En 1914 salió el primer número de esta efímera revista en torno a la que se reunió un grupo de jóvenes ─Ramón Acín, Ángel Samblancat, Joaquín Maurín, Gil Bel y Felipe Alaiz─ que constituyeron lo que este describió como “una guerrilla de alianza antifascista”. Veinticinco años después, Acín había sido fusilado, Bel fue condenado a muerte, y Alaiz, Maurín y Samblancat tuvieron que marchar al exilio.

Durante ese cuarto de siglo, este grupo, al que podemos sumar a Ramón J. Sender, apoyó a artistas como Rafael Barradas o Luis Buñuel, convivió con Pío Baroja o José Ortega y Gasset, y escribió en publicaciones de Zaragoza, Madrid o Barcelona. Y lo hicieron desde una óptica libertaria, más próxima al republicanismo revolucionario (Sender y Samblancat), al marxismo heterodoxo (Maurín) o al anarquismo militante (Acín, Bel y Alaiz).

Todos hicieron de la palabra escrita su herramienta de trabajo y un instrumento de combate ajeno “al periodismo de Estropajosa”. Felipe Alaiz escribió en Aragón ─que dirigió─, España, El Sol ─en la sección Temas Aragoneses─ La Libertad o El Día Gráfico y, desde 1931, en El Imparcial o La Tierra. En la prensa libertaria dirigió Solidaridad Obrera y Tierra y Libertad, y colaboró en La Revista Blanca, Redención, Tierra Libre, Umbral y tantas otras.

Ideológicamente, pronto se afilió a la CNT y se identificó con el anarquismo, que él combinaba con la herencia de Joaquín Costa y con un federalismo aragonesista ajeno a cualquier nacionalismo burgués ─ver su debate con Blas Infante en España en 1917─. Una militancia que le costó cara: en 1924 ingresó en la cárcel por un artículo antimilitarista ─siendo hijo de militar─ y en 1925 porque sí; volvió a presidió en 1932 y en 1939 tuvo que marchar al exilio en Francia.

Escribió novelas y relatos, entre los que destaca Quinet, y tradujo al castellano numerosas obras literarias. Tras la II Guerra Mundial, publicó en folletos Hacia una federación de autonomías ibéricas, su obra de mayor calado ideológico que llegó a distribuirse en España en la Transición, y Tipos españoles, colección en dos tomos de semblanzas biográficas que escribió para La Revista Blanca.

Diego San José, el costumbrista pausado leal a la República 

Por Juan A. Ríos Carratalá
Diego San José (1884-1962) no estaba llamado a ser un protagonista de tiempos turbulentos. Su menuda figura frecuentaba las redacciones madrileñas. La vocación fue temprana y el autor de todos los géneros imaginables forjó una personalidad costumbrista que a nadie parecía molestar. Dedicado a recrear historias del pasado, buceaba en los libros para escribir relatos donde la ficción se daba la mano con la historia. Su producción fue inmensa gracias a las colecciones de la época y la completó mediante artículos de similar temática. Madrileño de pura cepa, pronto fue un oficioso cronista de su ciudad. Nada de la misma parecía resultar ajeno a una curiosidad bien documentada.

Diego San José fue republicano, liberal de talante y anticlerical. Sus obras beben del regeneracionismo. Fernando VII se convirtió en el paradigma de lo rechazable, pero nunca fue más allá de su admirado Galdós y, puestos a comprender la naturaleza humana, aprendió de Cervantes. Con estos referentes y una familiaridad con el Siglo de Oro, el periodista gozó de un reconocimiento tan discreto como continuado. Asiduo de las tertulias, 'Dieguito' formaba parte del paisaje urbano. Sus amistades iban desde Pedro Luis Gálvez a Millán Astray, pasando por cuantos intentaban sobrevivir pluma en ristre. Habría sido un buen cronista de ese Madrid con aires de esperpento que, cuando se proclamó la II República, entró en otra dinámica con protagonistas más jóvenes. Para los mismos el periodista de añejo estilo figuraría en el pasado, pero en la categoría de personaje entrañable.

La guerra terminó y se quedó en Madrid. El cálculo fue erróneo. Diego San José formaba parte de una de las tres “p”: políticos, policías y periodistas. La policía le detuvo y comenzó su calvario, que plasmó en 'De cárcel en cárcel'

Diego San José habría llegado a la jubilación entre mamotretos. Sin embargo, el 18 de julio de 1936 todo se torció. Fiel a la II República, permaneció en Madrid y, aparte del estreno de una versión de Fuenteovejuna, su rutina fue la de un ciudadano anónimo. La posibilidad de que sus “manos” estuvieran “manchadas de sangre” ni siquiera era creíble. La guerra terminó y se quedó en Madrid. El cálculo fue erróneo. Formaba parte de una de las tres “p”: políticos, policías y periodistas. La policía le detuvo y comenzó su calvario, que plasmó en De cárcel en cárcel. La edición de estas memorias testimonia la represión de los periodistas. La investigación reveló las pistas para identificar a quienes protagonizaron esa represión desde el Juzgado Especial de Prensa. El resultado quedó integrado en el ensayo Nos vemos en Chicote, que publiqué en 2015.

Jesús Izcaray, el cronista de la defensa de Madrid 

Por Fernando Hernández Sánchez

Jesús Izcaray (1908-1979) nació en Béjar, en una familia dedicada al pequeño comercio. Tenía siete años cuando la tía abuela que lo crió, abrió en Madrid una casa de huéspedes con escasa fortuna: en 1921 hubo de trasladarse a Burgos, donde el adolescente Izcaray, mal estudiante pero ávido lector, aquilató su afición por Galdós, Blasco Ibáñez y Valle-Inclán. En 1929 volvió a Madrid para cumplir el servicio militar. Simultaneó el cuartel con un trabajo de meritorio en El Imparcial, diario de la derecha liberal fundado en 1867 por el abuelo de Ortega y Gasset. Como aprendiz en precario, Izcaray se hizo cargo de secciones heterogéneas, como los artículos de viajes por España o la crónica deportiva. También se sacó un sobresueldo como libretista de zarzuela, género al que, junto con la ópera, era muy aficionado.

En 1931 pasó a colaborar en la prensa de izquierdas: El Heraldo de Madrid, Luz, El Sol, La Voz y Claridad así como en las revistas gráficas Ahora y Estampa. Se afilió a la UGT en 1933 y al PCE en 1936, justo antes de la sublevación militar. De aquella época data el nacimiento de su heterónimo, Julio Gálvez, protagonista de su proyecto de tetralogía de la guerra El río que va hacia el mar, de la que llegaron a publicarse en 1978 “Un muchacho en la Puerta del Sol” y “Cuando estallaron los volcanes”. Durante la guerra ocupó puestos relevantes en la prensa del PCE: fue redactor jefe de Mundo Obrero y subdirector de Frente Rojo. Cubrió los frentes de Madrid, Guadalajara y Andalucía. En 1938 obtuvo el Premio Nacional de Literatura por Madrid es nuestro (Sesenta crónicas de su defensa), escrito con Clemente Cimorra, Mariano Perla y Eduardo de Ontañón. La distinción fue ex aequo con Acero de Madrid, de José Herrera Petere.

Sus crónicas de guerra serían recopiladas en 1978 con el titulo La guerra que yo viví: crónicas de los frentes españoles (1936-1939). En 1939 cruzó la frontera y fue recluido en Argelès, pudiendo después embarcar en el vapor Sinaia con destino a México. Allí colaboró en el semanario del PCE España Popular. En 1945 volvió al país para enlazar con la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón, de cuya experiencia nació Treinta días con los guerrilleros de Levante. Desde 1948 se hizo cargo en París y Praga de Mundo Obrero y colaboró con las revistas destinadas a los intelectuales Cuadernos de Cultura y Nuestras Ideas. En el V Congreso (1954) fue designado miembro del Comité Central. Retornó a España en 1976, muriendo tres años más tarde a causa de una trombosis.

Luisa Carnés, periodista durante la Guerra Civil (1936-1939)

Por Antonio Plaza

La escritora a Luisa Carnés (Madrid, 1905; Ciudad de México, 1964), formó parte del grupo generacional constituido en torno a 1927. La autora, de gran versatilidad literaria, forma parte del grupo de autores destacados que practican la narrativa social (Arconada, Sender, Arderius, Domínguez Benavides, y Carnés ─la única mujer representada─). En el ejercicio de su experiencia vital y en su actividad literaria, la escritora vivió también el compromiso de género y de clase, que le llevó a dar a conocer mediante su obra escrita (Natacha, 1930; Tea Rooms, 1934), las condiciones de vida y trabajo de los más humildes.

Luisa Carnés forma parte del grupo de autores que practican la narrativa social, vivió el compromiso de género y de clase, que le llevó a dar a conocer mediante su obra las condiciones de vida y trabajo de los más humildes

Aunque comenzó a escribir en prensa en 1929, su despegue se produce tras publicar Tea Rooms. Trabajará en el grupo periodístico de Luis Montiel, donde escribe reportajes y entrevistas hasta la primavera de 1936. La victoria del Frente Popular acentuará su compromiso político y social, como otros intelectuales. Junto a su trabajo anterior, también colabora en Mundo Obrero, el órgano oficial del PCE. La mencionada participación de Carnés nos conduce a la sección “De todo un poco”, una gran novedad en un periódico que hasta entonces se había caracterizado ─casi exclusivamente─ por la propaganda política. Estaba dedicada a las mujeres, y aporta consejos prácticos en relación con la actividad en el hogar.

En abril de 1936 la sección sería sustituida por otra: “Para la mujer y los chicos”. El estallido de la Guerra civil interrumpió su publicación. Una sección que también incorporaría en 1937 a Frente Rojo (“Mujeres”). Cuando en noviembre de 1936, las autoridades republicanas proceden a abandonar Madrid, la vinculación de Carnés al PCE es lo bastante sólida para que forme parte del grupo de periodistas destinados por el partido a la capital valenciana, tras el desdoble de Mundo Obrero (zonas centro y norte), y la reaparición de Frente Rojo ─su otra cabecera─, en Valencia.

Entre enero de 1937 y febrero de 1939, momento de su evacuación a Francia, Luisa Carnés trabajó en Frente Rojo. Aunque el periódico se concentra en informar de la guerra, a través de sus colaboraciones los lectores también conocen la situación en la retaguardia, (encarecimiento de las subsistencias, desabastecimiento, especulación, presencia de la mujer en la vida pública, la situación de la cultura en el frente y la retaguardia, etc). En estos dos años, Carnés escribió no menos de 120 colaboraciones firmadas o atribuidas, aunque pudo escribir más textos sin firma, una presencia que se reducirá en 1938, cuando Estampa deje de publicarse.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Historia
Pueblo El Pueblo, arqueología del sujeto político moderno
Otra manera de contar los últimos 250 años de nuestra historia a través del enraizamiento del pueblo en el lenguaje, luchas sociales y la política
Galicia
Galicia Así fue la rebelión antifiscal gallega de 1790 contra la burocracia española
En esta fecha, la monarquía española quiso implantar la Contribución Única, provocando protestas como el motín de A Ulloa, llamado así porque se produjo en las zonas de esta comarca. Fue la mayor revuelta antifiscal del Antiguo Régimen en Galicia.
Opinión
Opinión ¿Qué habrían hecho hoy los brigadistas judíos ante el genocidio del pueblo palestino?
VV.AA.
Este artículo reflexiona sobre la exposición y las conferencias que ha programado el Centro Sefarad-Israel sobre los brigadistas judíos que vinieron a nuestro país para defender la II República y luchar contra el fascismo.
#75495
29/11/2020 9:42

"momento de amplias libertades que significó la República..." ¿libertades?
Que se lo digan a todos aquellos que fueron asesinados y masacrados por el Régimen popular (socialistas, comunistas y anarquistas) por tener ideas de derechas o por el simple hecho de ser católicos. O la destrucción de obras de arte al quemar iglesias como pasó en Sevilla, donde los anarquistas quemaron en la Iglesia de San Julian la más que probable 3 imagen de la Virgen más antigua del mundo (una pérdida incalculable) o tallas religiosas de insignes artistas como Martínez Montañés, Castillo Lastrucci...
"momento de amplias libertades..." Sí claro

0
8
#75585
30/11/2020 10:56

vaya por dios....

2
0
Gobierno de coalición
PSOE-Sumar El Gobierno toma nota de la presión social y cambia su discurso sobre vivienda
En la semana en que el movimiento de vivienda anuncia la manifestación estatal del próximo 5A, la ministra Isabel Rodríguez sube el tono.
Madrid
La burbuja del alquiler Sumar, Podemos y sindicatos de inquilinos presionan para convertir en indefinidos los contratos de alquiler
Sumar lanza una propuesta legislativa para transformar en indefinidos los contratos de alquiler, una de las principales demandas de la manifestación por la vivienda del 5 de abril. Una moción de Podemos, rechazada en el Congreso, pedía lo mismo.
Cine
Kamal Aljafari “Palestina está en la raíz de la situación actual del mundo”
Kamal Aljafari lleva toda su carrera trabajando con materiales de archivo, indagando en las imágenes e interviniendo en ellas para preservar memorias en desaparición y para oponerse al proyecto colonial sionista y su falseamiento del pasado.
Opinión
Derecho a la vivienda Flex Living: el caballo de Troya de la precarización del alquiler
No es una respuesta moderna a las nuevas formas de habitar la ciudad. El ‘flex living’ no es más que la última jugada del sector inmobiliario y los grandes fondos de inversión para maximizar beneficios a costa del derecho a la vivienda.
Opinión
Opinión ¡Que vivan los aranceles!
Que Trump propugne aranceles no debe hacernos caer en la trampa de defender los intereses de los grandes oligopolios.

Últimas

Política
El Salto Radio Podcast | ¿Cancelar la cancelación?
Hablamos con Antonio Gómez Villar, a partir de su libro “Cancelar no es transformar” sobre malos entendidos y límites de esta acción política
Galicia
Memoria histórica Cultura, exilio y lucha de las bibliotecarias gallegas durante la Segunda República
Durante los primeros años treinta, las bibliotecas se convirtieron en espacios de trabajo ideales para un modelo de mujer que aspiraba ser independiente y que había manifestado un claro compromiso político. La Guerra acabó con todas sus aspiraciones.
Opinión
Opinión La unidad del anarcosindicalismo es la acción conjunta
Al hilo de supuestos movimientos desde la CGT hacia la unificación con CNT es necesario diferenciar entre lo que es una relación en clara mejora y lo que sería un proyecto real en marcha.
Más noticias
Galicia
Galicia La Xunta de Feijóo, condenada por negar visitas a una mujer que murió de cáncer por tener covid-19
La jueza dice que la situación exigía “flexibilizar” las medidas de prevención. Falleció a inicios de 2022 en el Hospital Álvaro Cunqueiro durante los últimos meses de la administración del jefe del PP con Julio García Comesaña de conselleiro.
Egipto
Egipto Ashraf Omar continúa en prisión provisional por dibujar
Ashraf Omar, caricaturista político del medio digital AlManassa, sigue en prisión preventiva indefinida tras ser arrestado violentamente en su domicilio el 22 de julio de 2024.

Recomendadas

Líbano
Ocupación israelí Israel incumple el acuerdo de paz y mantiene tropas en el sur de Líbano para “vigilar” a Hezbollah
El Ejército sostiene la ocupación de cinco colinas a lo largo de la frontera tras evacuar sus soldados de decenas de municipios. Miles de civiles regresan a sus casas para descubrir que lo han perdido todo.
Feminismos
Ana Bueriberi “El activismo tiene que ser colectivo: para contribuir al cambio es imprescindible despersonalizar la causa”
La periodista madrileña Ana Bueriberi reconoce que no sintió la discriminación hasta que llegó a la Universidad. Hoy, desde el proyecto Afrocolectiva reivindica una comunicación antirracista, afrofeminista y panafricanista.
Inteligencia artificial
Militarismo La máquina de los asesinatos en masa: Silicon Valley abraza la guerra
Las fantasías distópicas sobre los futuros usos de las máquinas en la guerra están más extendidas que el relato de lo que ya está pasando en los campos de batalla.