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Gobierno de coalición
El PSOE no define el escudo social por el impacto de la guerra y vuelve a poner en discusión la mayoría progresista
Una huelga de transportistas de varios días con bloqueo de carreteras. Fin de semana con manifestación de la ultraderecha pidiendo la dimisión del Gobierno un día y al siguiente una movilización de los agricultores en la capital. La mayor inflación en tres décadas, una guerra europea a 1.700 km de territorio español, una declaración inesperada que rompe décadas de equilibrismo respecto al Sahara Occidental, y el cansancio a cuestas de dos años de pandemia. No son tiempos de sosiego.
La invasión de Rusia a Ucrania no hizo más que profundizar un problema que avanza en dueto: los precios de la electricidad y el gas y la inflación que conlleva sus subidas. Es sabido que el aumento de precios suele castigar más a los sectores medios y bajos, la base social que el gobierno de coalición PSOE-Podemos dice defender.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció días pasados que el 29 de marzo el Consejo de Ministros aprobará un real decreto ley con medidas para morigerar el impacto social y económico de la guerra en Ucrania, con especial eje en una bajada de los precios de la energía. Sumado a eso, comenzó un juego geopolítico con el sur de la UE (Portugal, Italia y Grecia) para presionar por “medidas urgentes” por el alza del gas.
Según el propio líder del PSOE dijo este viernes desde Roma junto a los primeros ministros de los otros tres países, en el Consejo Europeo de la semana próxima se llevarán “propuestas concretas, factibles y ejecutables”, aunque ninguno dio detalles más precisos. En el flanco interno la incertidumbre también se repite.
Un acuerdo aún lejano
A mediados de semana, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, aseguró que el paquete de medidas del Gobierno significará una bajada “inmediata” de los precios del gas, la luz y la gasolina aunque no ha especificado si será a través de recortes en el IVA o topes a los precios.
En esta diferencia, en el cómo y no en el qué, radica el conflicto actual del PSOE con su socio de coalición y con sus socios parlamentarios progresistas. Ningún grupo está en desacuerdo en que hay que actuar en forma urgente pero las diferencias son notables la forma y qué intereses se tocan. Con el fin de recolectar opiniones, Bolaños y las vicepresidentas comenzaron una ronda de contactos con los diferentes grupos, aunque hasta ahora solo fue con PP, Ciudadanos y PNV (Vox se autoexcluyó).
La formación morada cree que se abre una oportunidad para intervenir en los precios gracias a las ganancias exorbitantes de las energéticas
“Bolaños habló de bajada de precios, no de impuestos. Ese matiz es fundamental”, explicó a El Salto una fuente de la cúpula de Podemos en contacto permanente con la vicepresidenta Díaz y la ministra Belarra. La formación morada cree que se abre una oportunidad para intervenir en los precios gracias a las ganancias exorbitantes de las energéticas y señala que es el momento de hacerlo ya que tanto la UE y la OCDE empiezan a inclinarse con esta posibilidad.
Desde UP miraron con estupor el guiño de Moncloa enviado en calculadas filtraciones a medios hacia el Partido Popular en su nueva etapa Alberto Núñez Feijóo (el presidente de la Xunta tiene un tono mucho menos crispado y agresivo que el que tenía Pablo Casado para con el Gobierno) porque las propuestas de la fuerza conservadora no son consideradas progresistas. La portavoz Cuca Gamarra y la cúpula del grupo Popular fueron los primeros en verse con Bolaños (y los únicos que tuvieron sentados en frente a las tres vicepresidentas) y repitieron el dogma de la bajada de impuestos como mejor solución.
Fuentes del grupo parlamentario del PP señalaron a El Salto que además de mencionar al Gobierno iniciativas como reducir el IVA de combustibles y carburantes al 4% y una rebaja temporal del impuesto especial de hidrocarburos, los portavoces ‘populares’ plantearon en la mesa “por qué esperan hasta final de mes” para las medidas. “Si cuando quieren, saturan con reales decretos”, se quejan desde el PP.
“Esto es lo de siempre: que el PP sea parte de la solución es decir que no hay solución, porque el PP se va a negar a las cosas que hay que hacer y es momento de ser valiente y hacer lo que toca”, señalan desde la cúpula morada
A Podemos le cruje esta idea por la sencilla razón que una bajada generalizada de los impuestos implica subvencionar tanto las facturas de luz de Amancio Ortega como de un parado en riesgo de exclusión social, además de ampliar el déficit fiscal (que salvo que haya recortes, se solventa con más deuda pública).
Desde el socio minoritario afirman que su estrategia está basada en tres patas: hay que apuntar a los beneficios de las eléctricas, sumar al PP no es buscar una solución eficaz, y una presunta bajada fiscal debe ser analizada con su compensación, con la posibilidad que las grandes fortunas colaboren y no sumar más deuda.
El martes pasado hubo una reunión entre Sánchez y Yolanda Díaz para analizar estos temas y todos están esperando una próxima y final, para definir las medidas. Fuentes de la vicepresidencia segunda dijeron a El Salto que “está habiendo contactos” entre operadores políticos de ambos líderes y que seguro habrá una reunión en los días que vienen. Además, el documento sobre propuestas que cerraron Díaz y Belarra (aún no difundido) fue enviado al PSOE para que diera su opinión. Aún no hay respuesta.
Lo que sí se sabe es en términos generales el primer borrador de medidas que Podemos elaboró, que incluye un cheque energético de 300 euros para familias, la ampliación del bono social, la derogación de una parte del real decreto-ley 23/2021 que facilitó a las eléctricas “esconder los beneficios caídos del cielo”, y también otras iniciativas en materia de vivienda (congelación de las rentas del alquiler) y del Ingreso Mínimo Vital (incrementar la cuantía de la prestación y los umbrales de renta de acceso).
“Esto es lo de siempre: que el PP sea parte de la solución es decir que no hay solución, porque el PP se va a negar a las cosas que hay que hacer y es momento de ser valiente y hacer lo que toca”, señalan desde la cúpula morada, que observan ya con resignación el juego pendular de Moncloa con la derecha. Tampoco ha ayudado al clima de la coalición el anuncio de la voluntad de incrementar el gasto en defensa, algo que difícilmente saldrá adelante con la composición actual del Consejo de Ministros.
La semana política
Fuera de la foto
Socios en el aire
Mientras se espera la reunión Sánchez-Díaz que dé certidumbre, los socios habituales del gobierno de coalición esperan ser recibidos por Bolaños. La portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, dijo públicamente que el encuentro será este martes, mientras que desde ERC, preguntados por El Salto, aseguran que no hay fecha cerrada.
La queja persistente de casi todas los grupos con respecto a la falta de disponibilidad del PSOE para negociar, o hacerlo con más tiempo y anticipación, sigue al día. De hecho, algunos gestos hablan más que mil palabras. Uno de ellos fue lo que ocurrió el miércoles pasado con Gabriel Rufián y sus compañeros de Esquerra Republicana: estuvieron esperando durante tres horas a Bolaños y finalmente se fueron por compromisos que se superponían. La foto de aquella jornada no favorece a la mayoría progresista: el Gobierno se reunió con Cs y PNV antes que con ERC, que ostenta el quinto grupo más numeroso del Congreso y con cuyos 13 escaños (que suelen estar alineados a los cinco de Bildu) las leyes tienen casi garantizada su aprobación.
Este miércoles Rufián preguntará a Sánchez, según han adelantado las mismas fuentes, “quién pagará los costes de la guerra”, en referencia a dónde se va a focalizar el esfuerzo fiscal
Fuentes de ERC dejaron trascender que si el Gobierno desea puede tener por escrito las propuestas para este particular momento bélico pero se quejan que, en realidad, lo que quiere Moncloa “es escenificar que han hablado con todos, de cara a la galería”, aunque nadie les haya acercado nada de lo que analiza Moncloa para el 29 de marzo.
Este miércoles Rufián preguntará a Sánchez, según han adelantado las mismas fuentes, “quién pagará los costes de la guerra”, en referencia a dónde se va a focalizar el esfuerzo fiscal. Desde ERC lamentan que se busque un acercamiento con el PP y advierten que las rebajas de impuestos tienen que ser “equitativas, rebajar más a los que menos tienen y menos, o nada, a los que más”.
Los republicanos están “absolutamente” a favor de limitar y poner tope a los precios de luz y gas pero siguen esperando saber cómo se haría y qué supondría. “Hay que aterrizar los temas”, enfatizan, sobre todo porque las medidas se harán a través de un RDL que inexorablemente tendrá que ser validado en las Cortes. La situación en el Congreso ha quedado tensa y muchas veces el PSOE debe tirar de Adriana Lastra (ex portavoz) y su buena relación con Rufián para poder acercar posiciones.
La competencia con el PP y las ansias de lograr el sorpasso llevan al partido de ultraderecha a buscar capitalizar este momento de descontento social
El momento particular que se ha gestado por la inflación y el aumento de los costes de producción ha desatado un dominó de protestas que muestran no sólo el factor político que representa “la España cabreada” (una versión actual pero distinta de los indignados de hace una década) y también la transversalidad de esas quejas. Por ejemplo, en lo que hace a los productores rurales, partidos de izquierda como el Bloque Nacionalista Galego y la valenciana Compromís han hecho explícitos sus apoyos a políticas que apunten a mejorar la situación de los agricultores.
El ruralismo llenó las calles de Madrid este domingo y cuenta con el apoyo de España Vaciada, la coalición de partidos de las provincias despobladas, con Teruel Existe y Soria Ya como principales emblemas. Esta movilización reclama por el “abandono del mundo rural” por parte del Gobierno y es ideológicamente ecléctica o confusa. PP anunció su participación en la convocatoria, por ejemplo, pero no todas las organizaciones que participaron son nítidamente de derechas. Lo único que deja claro es el clima de hartazgo.
Lo que sí fueron nítidamente de derechas fueron las manifestaciones de este sábado frente a 122 ayuntamientos convocadas por Vox para exigir la dimisión del Gobierno y quejarse por el “saqueo” de Sánchez. La competencia con el PP y las ansias de lograr el sorpasso llevan al partido de ultraderecha a buscar capitalizar este momento de descontento social. Descontento que está cruzando líneas rojas con la huelga de transportistas.
De hecho, el pasado viernes Interior informó de seis detenidos y hubo pedradas a camiones en marcha en algunas regiones. Hay la cifra récord de 24.000 policías y guardias civiles asignados a la contención de las protestas en carreteras. La tensión social y el cabreo generalizado, hoy más alineado a posiciones conservadores que rupturistas al estilo 15M, pueden ser la justificación que el PSOE aproveche para un giro al centro y pactos que debiliten al bloque progresista. Las decisiones de los días que vienen, aquí y en Bruselas, repercutirán mucho más allá que en precios de luz y gas.
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Estamos en ser de izquierda o ser unos simples fachas . El psoe ya está pactando con pp , es evidente . Toca otra cosa y si se debe acabar con este gobierno , razones hay . Somos de izquierda y el pueblo es lo que importa . Si por mi fuera mandaría los tanques a polonia para que pasaran a ucracia y pegasen tiros contra los los rusos .