Globalización
La fractura del mundo reemplaza la hegemonía

Debilitado en su base económica, y desprestigiado en el plano internacional por su política ultra-agresiva de los últimos 30 años, EE UU reemplazó como concepto estratégico la hegemonía por el caos controlado, y ahora por la fractura del mundo. Ucrania es el primer capítulo de ese giro. ¿Qué rol cumple Taiwán, en esa estrategia estadounidense?
Pedro Sánchez en China - 1
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha mantenido un encuentro con el presidente de la República Popular China, Xi Jinping, en el Gran Palacio del Pueblo, en Pekín.Fotos: Pool Moncloa/Borja Puig de la Bellacasa
12 abr 2023 06:00

En la cúpula geoestratégica estadounidense hay preocupación. No es para menos. Los problemas pospuestos por décadas se han ido acumulando y se están agravando y acelerando, todos juntos. Los expedientes se amontonan en los escritorios y los mocasines ajetrean los pasillos. Como un equipo que pierde, a medida que la cuerda se tensa, las divergencias crecen.

En las últimas semanas, al debilitamiento progresivo de Ucrania en el campo de batalla, se sumó la quiebra de bancos en Estados Unidos, el rol creciente de China en la arena internacional —ubicándose como fuerza portadora de paz—, el lento pero constante aumento del comercio por fuera del dólar, la solidificación de la alianza estratégica entre la mayor potencia económica y la segunda mayor potencia militar, y el incipiente malestar social en Europa —empezando por Francia— que, en caso de crecer, se puede convertir en una amenaza grave en el único frente que no presentaba tormenta.  

Desde el comienzo de la guerra en Ucrania hubo sectores críticos, dentro de Estados Unidos a la política encaminada por la presidencia Josep Biden, pero provenían de alguna rara avis dentro del establishment. Ahora, el debate se está trasladando al centro. 

Crisis económica
Análisis La guerra sostiene al dólar, el dólar sostiene a la guerra
Estados Unidos apuesta a reindustrializarse a costa de Europa. En el ínterin, el dólar y el aparato militar deben mantener al país, flotando por encima de la ley de la gravedad. ¿Será posible?

Mientras la Rand Corporation llamaba a negociar con Rusia, John Kirby, vocero del Consejo de Seguridad Nacional, rechazaba el plan de paz chino antes de conocerlo. Mientras la prensa comercial parece estar aclimatando al público estadounidense a la idea de que la guerra no terminará con Ucrania recuperando su territorio, la principal responsable individual de la guerra, Victoria Nuland —subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos de los Estados Unidos— incita a atacar Crimea. Mientras el Departamento de Defensa le baja el precio a las armas nucleares tácticas en Bielorrusia, Gran Bretaña envía munición antitanque con uranio empobrecido.    

Dentro de las aguas revueltas, hay coincidencia sobre la necesidad de aumentar la tensión con China y desacoplar las economías

Con el trasfondo de la inflación, unida a la fuerte subida de tasas de interés por parte de la Reserva Federal, la situación interna de Estados Unidos empeorará sustantivamente en los próximos meses, un caldo de cultivo temible de cara a la reacción por parte de la clase dominante para capear esa tormenta. Basta revisar su currículum en la historia reciente. 

Dentro de las aguas revueltas, hay coincidencia sobre la necesidad de aumentar la tensión con China y desacoplar las economías. El debate queda acotado a cuánto y cómo elevar esa tensión. La posición más suave es restringir la disputa a sectores claves y dificultar el acceso chino a nuevas tecnologías. En esa definición entran los microchips y semicondutores, una estrategia destinada a impedir que China supere a Estados Unidos en tecnologías de punta. 

La segunda es avanzar hacia un desacople completo de ambas economías. Como se trata de la principal relación comercial del mundo —China exporta a EE UU 452.000 millones de dólares, y EE UU a China 136.000 millones—. Dada la densa trama de vínculos y dependencias mutuas, no es algo que pueda hacerse por decreto o por apelaciones a la voluntad. 

Como las palabras no alcanzaban para generar una fractura entre Europa y Rusia, se creó el escenario que lo hiciera inevitable

Según Zhang Monan, del think tank ChinaUs, especializado en las relaciones entre ambos países, la Ley de Innovación y Competencia, la Ley CHIPS y la Ley de Reducción de la Inflación de EE UU “están diseñados para ajustarse de un sistema de cadena de suministro industrial global centrado en China a uno centrado en EE UU”. 

El peligro para todos nosotros radica en las opciones estratégicas que tomará el aparato de Estado estadounidense para hacer posible una política de ese tipo. Las leyes marcan una dirección, pero una ruptura de ese tamaño no se implementa mediante una norma sino creando la situación que la haga necesaria. 

Las palabras y las cosas

Como las palabras no alcanzaban para generar una fractura entre Europa y Rusia, se creó el escenario que lo hiciera inevitable. Las sanciones contra Rusia venían de una década antes, pero fue imprescindible el hecho desencadenante para llevarlo al cénit. La guerra permitió hacer a un lado a los tibios, acusar de “putinistas” a los fríos, y que la dirección quedara en manos de los más belicistas, tanto en la UE como en EE UU.

Con China, las palabras sirven menos que con Rusia, porque los vínculos de los demás países con ella son más sustantivos. China es el principal socio comercial de 129 sobre 190 países. Para que la guerra comercial que Estados Unidos emprendió contra China desde Trump tenga éxito, necesita que esos países disparen a sus propios pies. Y es indispensable que el tercer espacio geoeconómico del mundo, la Unión Europea, acompañe la iniciativa y se auto-ampute más dedos que los que ya perdió en Ucrania. 

Para que la guerra comercial que Estados Unidos emprendió contra China desde Trump tenga éxito, necesita que esos países disparen a sus propios pies

Una guerra comercial unilateral contra China solo perjudicaría al capital estadounidense en beneficio de Europa. Crear el hecho es condición necesaria para que los “socios-competidores” —vasallos según algunos estrategas estadounidenses— se vean compelidos a seguir ese mismo rumbo. Si no lo hicieran, quién dispararía a sus pies sería Estados Unidos, que progresivamente perdería su posición económica dentro de Europa.   

Guerra en Ucrania
Guerra en Ucrania Ucrania y la reproducción ampliada del capital
La administración del capitalismo necesita recrear permanentemente oportunidades rentables donde dirigir el capital excedente. Las situaciones de crisis surgen cuando ese circuito se traba. ¿Qué situaciones lo destraban y qué tiene que ver Ucrania?

Allí entra Taiwán en la ecuación, una herramienta a la mano, para convertir en línea de acción una política que por otros medios es imposible de maximizar. Como se aprecia por la magnitud del juego, el hecho en cuestión no puede ser una minucia. La política desarrollada por Estados Unidos en Ucrania demuestra la voluntad por parte del establishment para avanzar en ese curso. La visita del año pasado de Nancy Pelosi a Taiwán es indicativa de esa misma voluntad.

Mientras no se produzca un cisma en la política estadounidense —y una elección por sí misma no es un cisma— la estrategia está trazada: fracturar el mundo y llevar para su lado todo lo posible. Ucrania fue el disparador que realizó esa política en el Viejo Continente. 

En esa nueva configuración, junto a Europa, el otro baluarte estadounidense deberá ser América Latina, donde probablemente también será necesario algún desencadenante. La semana pasada, el presidente brasileño, Lula Da Silva, recibió una fuerte presión para posponer un viaje a China mientras que el presidente argentino, Alberto Férnandez, fue recibido por Biden y luego enfrió tres obras estratégicas que iban a ser financiadas por Pekín. Mientras tanto, a través de Paraguay, el Pentágono, logró introducir la presencia permanente de militares estadounidenses en la estratégica vía navegable del Río Paraná, por donde sale la producción de cereales.  

Mientras no se produzca un cisma en la política estadounidense —y una elección por sí misma no es un cisma— la estrategia está trazada: fracturar el mundo y llevar para su lado todo lo posible

En Asia y el Pacífico hay países alineados a uno u otro lado de la disputa, mientras que África es terreno de continuos enfrentamientos incluyendo guerras de baja intensidad. En todos lados habrá quienes intenten la difícil tarea de transitar por la bisectriz. El principal global player en esa tesitura es India, que comparte los BRICS con unos, mientras que participa en el QUAD con otros, una iniciativa de seguridad de Estados Unidos en el Pacífico impulsada en su momento por el neoconservador Dick Cheney y revivida por Trump. El o los “hechos” tienden a reducir al mínimo el margen de maniobra de quienes pretendan equidistancia.

A diferencia de la Guerra Fría, se trata de un ordenamiento menos estanco, donde la mayoría de los países mantienen relaciones con los dos polos. Pero eso se puede modificar en tanto el conflicto tienda a resolverse en el plano militar. 

Hegemonía, caos y fractura

Las guerras de Afganistán e Iraq comenzaron con el concepto de mantener la hegemonía. Bajo ese proyecto, luego de la invasión debería haber comenzado una reconstrucción del país mediante un gobierno dócil en un territorio pacificado.  Esa planificación quedó sepultada en algún lugar de las arenas del desierto iraquí. Tanto que el actual gobierno en Bagdad, además de tener un buen vínculo con Irán, está evaluando comerciar con China en yuanes y así hacer sus pequeños aportes para debilitar al dólar.

Como consecuencia de ese entierro, las guerras de Libia y Siria trajeron dos novedades. Por un lado, el “liderazgo en la retaguardia” —concepto enunciado por la entonces secretaria de Estado Hillary Clinton— con Francia y Gran Bretaña ocupando la vanguardia en el ataque militar a Libia. El giro se debía al costo político que implicaba para Estados Unidos encabezar las agresiones, luego de los dos primeros fiascos. De paso, introducía tensiones al interior de la UE al convidar con los beneficios imperiales a dos países europeos, perjudicando a otros. El eje de una potencial autonomía europea pasa por Berlín y París, dos países que habían coincidido en 2003 en su oposición a la invasión de Iraq. Estados Unidos buscaba ocho años después construir un eje París-Londres que equilibrara a Berlín e impidiera una acumulación de fuerzas tal que pudiera aspirar a la autonomía estratégica en tres áreas claves: política exterior, abastecimiento energético y defensa. 

La segunda novedad era la estrategia del caos, esto es, destruir los Estados y crear un caos controlado. No se llegaba a esa situación por fortaleza sino por debilidad

La segunda novedad era la estrategia del caos, esto es, destruir los Estados y crear un caos controlado. No se llegaba a esa situación por fortaleza sino por debilidad: la fuerza militar había demostrado capacidad de derrotar a un ejército enemigo, pero no hubo capacidad política de estabilizar al país atacado. La forma de enfrentar esa debilidad fue entonces, que aquello que no se puede dominar, no sea dominado por nadie, y dentro de ese territorio mantener el control de los enclaves que se considere necesario. Libia fue una aplicación exitosa de esa lógica, que terminó con la caída del Gobierno de Gadafi y el control occidental sobre los recursos energéticos. En Siria, solo se cumplieron objetivos parciales, no cayó el Gobierno, pero se garantizó que los proyectos iraníes de construir gasoductos hacia el Mediterráneo no tuvieran un horizonte de estabilidad.    

Ninguno de los conceptos es puro. Pueden presentarse superposiciones o una evolución dinámica que lleva de uno a otro. Así como la estrategia hegemónica desembocó en el caos —si bien más difícil— un éxito inesperado poder llevar del caos a una nueva hegemonía.  

Ucrania abrió una nueva etapa, ya no solo se trata de crear caos para que un enemigo no controle un determinado territorio. Es un catalizador para fracturar el mundo, admitiendo que una parte será controlada por ese enemigo, al mismo tiempo que se caotizan otras zonas que se mantendrán en disputa. Ucrania es solo el primer capítulo de la fractura estratégica que intenta el Departamento de Estado. No el último.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Globalización
Crisis del multilateralismo El terremoto Trump sacude las instituciones del orden mundial y la “globalización feliz”
Muchas de las instituciones que marcaron la vida internacional desde la caída del Muro han entrado en crisis. ¿Todas? No, especialmente aquellas que intentan regular los derechos humanos, de los pueblos y de la naturaleza.
El Salto Radio
El Salto Radio Mucho más que flores
Erika González Briz, coordinadora de la Confederación de Ecologistas en Acción y Laura Villadiego, del blog Carro de combate nos hacen entender que un ramo de flores puede ser un símbolo de explotación laboral y ambiental.
Globalización
Cumbre G20 en Brasil Los movimientos sociales brasileños abren nuevo ciclo de lucha contra el capitalismo financiero global
Más de 700 personas se reúnen en la Cumbre de los Pueblos Contra el G20 de Río de Janeiro y más de 10.000 recorren las calles de la ciudad en la antesala de la IXX reunión del G20 que se celebra en Brasil.
yermag
yermag
12/4/2023 12:09

Fantástico artículo, hacía tiempo que no se publicaba algo tan completo y bien explicado. El caos controlado por USA y la consecución de objetivos imperiales parciales. En Irak se contentaron con controlar los pozos petrolíferos, pero hoy los Bastardos Unidos ya no controlan ni eso. Al final Irak vuelve a la casilla de salida, esto es, al proyecto de vender su petróleo en otra moneda distinta al dólar, empezando así la erosión al llamado "petrodólar". El principio de la decadencia imperial yankee

2
0
Multinacionales
Multinacionales Maersk y las rutas de complicidad con el genocidio israelí en Gaza
Crece la presión internacional contra la naviera danesa que está aprovisionando a Israel de armas para cometer el genocidio de Gaza en contra de las medidas cautelares tomadas por la Corte Internacional de Justicia.
Crisis climática
Crisis climática La UE se entrega al ardor guerrero mientras descuida la crisis social y la emergencia climática
Varios países de la UE ya están recortando drásticamente en servicios públicos y estado del bienestar para poder costear el aumento del presupuesto militar.
Estados Unidos
Estados Unidos La buena sintonía entre Trump y Meloni
Como era de esperar, los mandatarios mostraron afinidades políticas e ideológicas. La italiana insistió en la idea de “fortalecer Occidente”.
Valencià
València Duelo colectivo y brecha de género, las consecuencias de la dana en la salud mental
Más allá de lo material, el sufrimiento mental continúa golpeando las vidas de l´Horta Sud. Mujeres cuidadoras y colectivos vulnerables encabezan un luto que todavía no ha encontrado descanso.
El Salto n.78
El Salto 78 Nueva revista, viejas injusticias: hablemos de Violencia Institucional
En el último número de la revista de El Salto dedicamos la portada y nuestro “Panorama” a una de las violencias que sufren las mujeres solo por el hecho de serlo, la que aún a día de hoy emana de un sistema irracional y patriarcal.

Últimas

Series
Series Masculinidad hegemónica o plomo: la sátira contra los hombres en ‘The White Lotus’
La serie culmina de forma trágica, llevando al extremo la lógica neoliberal, y se cuestiona si es posible una transformación que no termine cooptada por el propio patriarcado.
Palestina
Genocidio Israel sigue atacando hospitales, la ONU habla del peor momento en los 18 meses de asedio
No hay tregua en Gaza, donde Israel ha recrudecido las matanzas y sigue sin permitir el acceso de alimentos y productos de primera necesidad. La ONU denuncia asimismo el asesinato de más de 70 civiles en Líbano.
Opinión
Opinión La coherencia de las políticas de Trump
No se pueden entender los aranceles de Trump sin su lucha por el control de los recursos minerales, sin Groenlandia, Ucrania o la República Democrática de Congo.
València
València CGT denuncia graves incumplimientos del plan de inundaciones en la dana de València
Un informe incorporado a la causa judicial señala la falta de seguimiento de los propios protocolos autonómicos en el día de la tragedia y la víspera.

Recomendadas

Galicia
Galicia La UE cava hondo: litio gallego para el nuevo militarismo europeo
En pleno rearme ordenado desde Bruselas, Galicia entra en el tablero geopolítico como potencial proveedor de litio para la industria de defensa. Un enclave de alto valor ecológico en Doade (Ourense) se convertirá en cantera para baterías militares.
Almería
Artes escénicas Almería reclama su (dancístico) lugar
A menudo relegada al olvido en los mapas culturales, esta provincia oriental sigue siendo una gran desconocida, a pesar de su riqueza histórica, su diversidad paisajística y su potencia creativa.
Series
Series Masculinidad hegemónica o plomo: la sátira contra los hombres en ‘The White Lotus’
La serie culmina de forma trágica, llevando al extremo la lógica neoliberal, y se cuestiona si es posible una transformación que no termine cooptada por el propio patriarcado.
Comunidad de Madrid
Memoria histórica Contra la basura y el olvido: tras la pista de los cuerpos y de la memoria de los brigadistas internacionales
El Salto acompaña a un contingente internacional de políticos, políticas y activistas en una ruta en memoria de los brigadistas internacionales que acudieron a luchar a España contra el fascismo, en un ejercicio inspirador para el presente.