Especulación urbanística
Luces y sombras de un globo sonda: ¿se quedará Vallecas sin su Rayo Vallecano?

Tanto afición como vecindario apuestan por una remodelación estructural del actual estadio y alertan de que el cambio de ubicación puede conllevar un pelotazo urbanístico en los terrenos que ahora ocupan en la avenida de la Albufera.
Estadio Rayo
La afición en el estadio del Rayo Vallecano. Dani Gago
@Guille8Martinez
18 feb 2024 05:00

Existen historias que se entretejen con otras historias personales, más particulares, que a su vez guardan décadas de momentos atesorados en la memoria colectiva de un barrio, una afición y unos colores que superan generaciones. La denominación que Isabel Díaz Ayuso hizo de la ubicación del actual campo del Rayo Vallecano, tildándola de “insostenible”, ha reavivado un revuelo que no es nuevo en Vallecas. Ante la idea del cambio de emplazamiento, los hinchas lo tienen claro: o se remodela estructuralmente el actual o el estadio no debería salir de Vallecas.

Ubicado en la transitada avenida de la Albufera, los terrenos que actualmente ocupa el estadio también juegan un papel preponderante en estos últimos movimientos que el presidente del club, Martín Presa, vería con buenos ojos. “Es cierto que el estadio está anticuado y que no cumple con las exigencias que pide La Liga para un equipo que juega en Primera División, pero eso se debe al nulo mantenimiento que realiza el club como empresa y a la dejación total de la Comunidad de Madrid, propietaria de los terrenos y la infraestructura”, comenta Óscar Herrero, presidente de la Plataforma Asociación Deportiva Rayo Vallecano (ADRV).

“Presa quiere que la Comunidad de facilite otros terrenos para construir un estadio más grande de su titularidad, por si acaso algún día decide vender el club”

Desde su punto de vista, no sería descabellado que el Rayo, como entidad privada que ocupa una instalación pública por la que paga un canon anual, quiera dejar morir el actual estadio. “Presa quiere que la Comunidad de facilite otros terrenos para construir un estadio más grande de su titularidad, por si acaso algún día decide vender el club”, expresa el presidente de esta Plataforma que representa a unos 2.500 aficionados del Rayo.

Una de las armas utilizadas por Presa para forzar el cambio de ubicación es hacer ver que el estadio se ha quedado pequeño. Herrero no piensa igual: “Si miras los números de asistencia, en todos los partidos faltan unos 2.000 asientos por ocupar. Nuestra solución es que, si se necesita hacer algo más grande, que se haga en el mismo lugar”. Además, tampoco ven con buenos ojos construir un estadio más grande debido a que el Rayo es un “club ascensor”, es decir, que algunas temporadas disputa la Primera División y otras la Segunda, con lo que eso conlleva a la hora de atraer aficionados.

La relación entre Presa y las peñas es nula, algo que complica enormemente el entendimiento entre las partes. Incluso ahora que en mayo se cumplirán los 100 años de historia del Rayo, el club ha creado una comisión para preparar la celebración entre personal interno y afición, con el voto supremo por parte del presidente. “No tenemos más relación con él que en la junta de accionistas, el único día que podemos echarle en cara su mala gestión”, expresa Herrero.

"Lo más importante de todo, es que el Rayo no salga de Vallecas. Ayuso, que no tiene ni dos dedos de frente, yo creo que no sabe ni lo que ha dicho”

Dejación de funciones por la Comunidad de Madrid

Antonio Mora acaba de ser elegido presidente de la Federación de Peñas del Rayo Vallecano. Aficionado al equipo desde hace medio siglo, muestra su opinión: “Lo primordial, lo más importante de todo, es que el Rayo no salga de Vallecas. Ayuso, que no tiene ni dos dedos de frente, yo creo que no sabe ni lo que ha dicho”. En realidad, la política tiene mucho que decir en la cuestión. Según Mora, lo ideal sería que la Comunidad obligara a Presa a mantener en buenas condiciones el estadio. “No se le puede dar todo, porque es terreno público, y que él haga lo que quiera con ello”, añade.

Esto, según Mora, sería un globo sonda que han tirado desde el Gobierno regional, con la aquiescencia de la presidencia del club, para ver las reacciones. “Así, si al final tiran el campo, pero el nuevo emplazamiento continúa en Vallecas, parecerá que nos podremos consolar”, comenta.

Una idea romántica a mantener

Para Maite Martín, periodista deportiva en el diario AS y autora del próximo libro 100 historias de un Rayo centenario, se trata de un club que te atrapa, engancha, en sus propios términos. “Estamos hablando de un icono para Vallecas que no se puede ir fuera. Ver las imágenes del campo, rodeado de las casas y las terrazas que hay alrededor, esos balcones… Aunque nadie te lo diga, tú sabes que es el campo de Vallecas, y eso pasa en muy pocos sitios”, ilustra.

Esta comunicadora cubre al Rayo desde que jugaba en Segunda División B: “Ya por entonces tenía una afición muy fiel, que se desplazaba a los partidos cuando jugaban fuera”. Esa misma afición, casi dos décadas después, es la que se opone a lo que podría suponer un nuevo pelotazo urbanístico. “Esto se lleva escuchando algún tiempo, incluso parecía que iban a presentar la maqueta del nuevo estadio este 2024 por el año del centenario”, continúa Martín.

“Esto se lleva escuchando algún tiempo, incluso parecía que iban a presentar la maqueta del nuevo estadio este 2024 por el año del centenario”

Ella no tiene muy claro si se trata de un globo sonda, como consideran otros aficionados, pero lo que sí es seguro es que el Rayo ya preguntó a la Comunidad de Madrid cuánto tendría que pagar por hacerse con el estadio. “Está bien que uno quiera crecer, pero siempre sin olvidar la esencia y sus raíces”, dice al respecto esta periodista. Aunque romántica, la idea de que el Rayo continúe en su emplazamiento actual debería ser suficiente para intentarlo por todos los medios posibles, según esta aficionada.

Más que un club, un barrio

Herrero, por su parte, considera que el hecho de que el Rayo saliera de Vallecas haría que perdiera todo su significado: “Ni Vallecas se entendería sin el Rayo ni el Rayo sin Vallecas. Nació ahí, creció ahí y, por el ritmo que llevamos, seguramente muera ahí”. El Rayo Vallecano, como es sabido, no es un equipo más de fútbol. Su afición lo hace diferente. “El Rayo vertebra el barrio y toda su afición se vuelca en las fiestas, las cabalgatas, el carnaval… Hacemos un trabajo social bestial con recogidas de alimentos, ropa y charlas de integración”, ejemplifica el presidente de la Plataforma ADRV.

Jorge Nacarino, presidente de la Asociación Vecinal de Puente de Vallecas – San Diego, considera que el Rayo es uno de esos elementos con un claro componente social que lo vinculan al barrio. Él lleva cuatro décadas viviendo cerca del estadio y, aunque cada vez es menos futbolero, le encanta ver el bullicio que se monta cada vez que el Rayo juega en casa. “Ves a la gente quedado con los amigos, familias enteras tomando algo por ahí. Aquí se forma ese vínculo social que a lo mejor no tiene un gran club que persigue ese modelo de deporte vinculado, en cierto modo, a las elites”, expresa.

Más viviendas en una zona ya colmatada

Desde la asociación vecinal creen que el Rayo es de los elementos identitarios más importantes del distrito, así que tampoco les ha pillado de nuevas esta idea de sacar al equipo de su actual estadio. Este colectivo, que mira por el bien del vecindario, también es consciente de lo goloso que pueden ser esos terrenos. “Hablamos de un suelo para uso dotacional, así que cualquier construcción que se saliera de eso tendría que pasar por un proceso de cambio de uso”, explica Nacarino.

"Que alguien plantee eliminar ese uso dotacional para convertirlo en residencial, con tantas carencias de servicios públicos en la zona, sería una salvajada”

De esta forma, serían varios actores los que tendrían que actuar para que eso sucediera, entre otros la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital. “Ese terreno está ubicado en un barrio ya muy colmatado, con mucha carencia de suelo y dotaciones. Más allá de lo meramente social, que alguien plantee eliminar ese uso dotacional para convertirlo en residencial, con tantas carencias de servicios públicos en la zona, sería una salvajada”, se explaya este representante vecinal.

Nacarino también tiene su propia propuesta: “Cuando se habla de algo tan importante, de un símbolo así para el club y un barrio entero, lo sensato es poner las cuestiones encima de la mesa y trabajar desde el consenso, pero la Comunidad parece que no quiere hacer como se debería, es decir, dialogando con el club, la afición y el barrio”. De todos modos, no es cierto que no haya suelo disponible en todo Vallecas para poder levantar un nuevo estadio para el Rayo. “Otra cosa es que haya otros objetivos”, concluye el mismo Nacarino.

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