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Sáhara Occidental
Arrecia la represión en el Sahara Occidental ocupado
Continua la empresa represiva de Marruecos sobre el Sahara Occidental ocupado. Se multiplican las historias que ilustran la bajeza de esta ocupación, y las consecuencias de la guerra sobre la población civil, represalias sobre un pueblo que no ha nacido para ser sometidos.
Ghali Bouhala y Mohamed Nafaa Boutasoufra, saharauis, activistas y amigos, fueron secuestrados por las fuerzas especiales de ocupación el día 12 en circunstancias dramáticas y muy similares. Detenidos por separado en las calles de El Aaiún ocupado sin orden ni explicaciones, les llevaron a sus respectivos domicilios donde aterrorizaron a sus familias. Echaron la puerta abajo y arrasaron sus casas. A los dos se los llevaron sin que sus allegados les hayan podido localizar en estos días.
Según asegura la familia, en el caso de Bouhala, al que traían encapuchado, encontraron una bandera saharaui y comenzaron a asfixiarlo con ella hasta que su madre intentó rescatarlo y fue empujada con violencia. Pegaron a la madre y a la hermana y les robaron los móviles. Su hermano, Hamza, subió a la azotea y se puso a ondear la bandera saharaui y a gritar lo que había sucedido. Su hermana, Mariem, grabó un vídeo relatando la agresión.
A Bouhala y Nafaa Boutasoutra se les acusó de tráfico de drogas, como se suele hacer con los activistas saharauis para justificar su detención. Ambos activistas han ingresado en la Prisión Negra de la capital saharaui ocupada
El 14 de febrero, el Tribunal de Primera Instancia marroquí en El Aaiún ocupado amaneció cercado por un cordón policial y paramilitar para impedir el acercamiento de saharauis a la sala donde los jóvenes activistas iban a comparecer. Su abogado, el señor Bou Khalid, informa de que se les acusó de tráfico de drogas, como se suele hacer con los activistas saharauis para justificar su detención. Ambos activistas han ingresado esta tarde en la Prisión Negra de la capital saharaui ocupada, a la espera de juicio.
Mohamed Salem Ayyad Ali Al Fahim no regresó a su casa el 15 de enero. Su familia le buscó insistentemente por hospitales y comisarías hasta que apareció, 22 días después, en la morgue de un hospital, en estado de descomposición.
Sultana Jaya, es una destacada activista que lleva años luchando por la autodeterminación de su pueblo. En 2007 la policía marroquí le sacó un ojo, pero eso no le impidió seguir luchando por su derecho. Permanentemente maltratada por la policía, arrastrada, pisoteada, lleva 88 días en confinamiento domiciliario obligatorio decidido por las fuerzas de ocupación. Vive bajo asedio, puesto que no se le permiten visitas.
La policía le cubre las ventanas con plásticos para que no puedan filmar desde el interior las patrullas que bloquean la entrada a la vivienda. Ayer, cuando bajó a la puerta a recibir a unas amigas que habían desoído la orden de aislamiento, la policía arremetió contra ella y su hermana Ouaari a pedradas. Capitaneaba la operación el comisario Abd Hakim Aamir que también lanzó piedras contra ella. Sultana fue herida en la cabeza cerca del ojo bueno, y su hermana Ouaari, en la boca. Las amigas también resultaron heridas. No es un incidente aislado. Hace pocos días las dos hermanas también fueron atacadas, incluso la madre resultó herida. Pero Sultana sigue sacando la bandera saharaui por el balcón.
Por otra parte, el preso político saharaui Mohamed Lamin Haddi ha cumplido ya 33 días en huelga de hambre indefinida para protestar contra la administración de la terrible cárcel de Tiflit 2, en Marruecos, por los tratos inhumanos que le infligen. Inició su huelga de hambre el pasado 13 de enero tras ser atacado en su celda por los funcionarios en varias ocasiones. Exige que se acabe el aislamiento al que lleva tres años sometido, que pueda recibir visitas, lo que no ocurre desde hace un año, que pueda hablar por teléfono algo más de unos escasos minutos semanales. Pide que se le trate con humanidad y se respeten dentro de prisión los derechos más básicos, como el derecho a la alimentación, a la atención médica y a la educación.
Su madre, Manina Haddi, desconsolada, denuncia en un vídeo su situación: “Cumple hoy 32 días de huelga de hambre indefinida. No tengo ninguna información sobre él. La última vez que escuché su voz fue el lunes pasado. No sé si está vivo o muerto”. Asimismo, hace un llamamiento a las organizaciones defensoras de derechos humanos y a la comunidad internacional para que actúen urgentemente en favor de la liberación de todos los presos políticos saharauis que languidecen en las cárceles marroquíes.
Son extraordinarios los llamamientos de las familias de estos saharauis. No se amedrentan. Piden ayuda, denuncian a Marruecos, cuentan lo sucedido y esperan la solidaridad internacional. Por su parte, el delegado del Frente Polisario en España, Abdulah Arabi, ha emitido un comunicado por el que pide al Gobierno de España su intervención urgente para exigir al gobierno de Marruecos el cese inmediato de esta violencia y garantizar la protección de la población saharaui y el respeto del Derecho Internacional Humanitario.
España sigue siendo la potencia administradora del territorio no autónomo del Sahara Occidental.
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