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Elecciones Catalunya 21-D
Las incógnitas de las elecciones más tristes
Termina la campaña en Catalunya y comienza una complicada etapa de negociaciones. La fórmula resultante pondrá a prueba el 155 y la relación Catalunya-España. En el recuerdo, el fracaso que llevó a repetir las elecciones generales en 2016.
Candidatos imponiéndose vetos entre sí, reproches por el papel jugado en los últimos meses, polarización entre dos grandes bloques, ausencia de propuestas… La campaña de las elecciones catalanas del 21D arroja más dudas que certezas sobre el escenario que se abrirá después de las votaciones, las posibles alianzas y la caducidad del artículo 155.
Un pacto entre ERC, PSC y Catalunya en Comú es la primera opción en las cábalas en caso de ni independentistas ni unionistas obtengan mayoría en el Parlament. “No sé si va a ser posible que se lleguen a esos acuerdos porque, si no consiguen mayoría, quizás los republicanos no tengan ningún aliciente para apoyar un gobierno que no sea netamente independentista, sobre todo si no lo lideran ellos”, comenta Guillermo López, profesor de Periodismo en la Universitat de València y especialista en comunicación política y electoral. En su opinión, sería complicado que Ciudadanos, PSC y PP lleguen a sumar para formar gobierno. “O hay mayoría independentista o es muy difícil que no haya elecciones de nuevo”, afirma.
“Ha sido una campaña extraña, más pensada en clave ‘pasar cuentas’, mirando el retrovisor que proyectando hacia el futuro. Ha habido incapacidad para poner las ‘luces largas’”, opina Joan Subirats, catedrático de Ciencia Política de la Universitat Autònoma de Barcelona.
La cuestión sobre el encaje de Catalunya y España seguirá estando sobre la mesa. ¿Cómo será esa relación a medio plazo?
En la misma línea se expresa el economista y profesor de la Universitat de Barcelona Daniel Raventós, quien considera que los comicios fueron convocados por el ejecutivo de Rajoy para que ganaran las candidaturas que apoyaron el artículo 155. “Y lo más destacado de la cuestión es que ¡quizás no lo conseguirán! La legitimación de las posiciones independentistas y soberanas que temían los Aznar, González, Guerra y toda la corte borbónica del régimen del 78 podría ser una realidad”, comenta.
Según su análisis, al contrario que entre los partidos independentistas, las diferencias entre las agendas sociales de Ciudadanos, PSC y PP son mínimas. “Todo eso de izquierdas y derechas dentro de este bloque en esta campaña electoral es retórica torticera de poca calidad. No es que no existan diferencias, pero en esta campaña, insisto, han quedado completamente desdibujadas”, asegura Raventós, editor de Sin Permiso y miembro de Renta Básica. Y añade que en el bloque independentista la diferencia es mayor: “Entre la candidatura más derechista de este bloque (Junts per Catalunya) y la CUP hay mucha distancia”.
Control central
La celebración de las elecciones no supone el final de la aplicación del artículo 155, con el que el Gobierno central controla las instituciones catalanas. Para Guillermo López, un gobierno apoyado por ERC, JxCat y CUP no se arriesgaría a tensar la cuerda con el Estado en el contexto actual y renunciaría, al menos momentáneamente, a la vía unilateral. “Si hay una mayoría independentista lo normal es que se vuelva a un escenario pre-2015, en el que hay un gobierno a favor de la independencia, con unos objetivo claros, pero que no los lleva a cabo con tanta crudeza como desde 2015, y especialmente en los últimos meses”.
Además, López cree que la situación judicial y penal de varios candidatos influirá en esta estrategia: “Hay otra cuestión a tener en cuenta muy importante: hay dirigentes de los partidos independentistas que están en la cárcel y otros con amenaza de años de prisión. Creo que es inevitable que eso entre en juego en la negociación, aunque sea implícita, que se dé después para que no les intervengan, facilitar posibles indultos y crear cierto escenario de distensión”, señala.
Al margen de cuál sea la composición del nuevo parlamento y gobierno catalanes, y de los acuerdos de unos y otros, la cuestión sobre el encaje de Catalunya y España seguirá estando sobre la mesa. ¿Cómo será esa relación a medio plazo? “Yo la veo inevitablemente compleja y conflictiva, ya que no se quiere aceptar ni reconocer la realidad plurinacional del Estado y lo que ello comporta de nueva ordenación institucional”, explica Joan Subirats. Según sus palabras, “Catalunya no es homogéneamente independentista ni España es unitariamente nacional. Reconocer esa complejidad exige buscar salidas complejas, no simples como la independencia o la simple utilización de la legalidad como barrera inamovible”.
En las pasadas elecciones había participado a las 18h un 63,2% del censo, en la tarde de hoy es un 68,01% el porcentaje. El aumento se corresponde con una mayor participación en horario vespertino ya que, aunque hoy era jornada no lectiva, mucha gente ha decidido ejercer su derecho al voto por la tarde.
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