We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Queer
La casa de las espectras: una mesa de escritura
Esta reseña está dedicada a nuestres camarades queer en Palestina que luchan hoy por liberarse del yugo imperialista.
Bienvenide a esta (no) reseña que versa sobre Mutantes y divinas, un ensayo (más sobre esto adelante) por la autora marxista queer Ira Hybris. Una voz y cuerpa entregada al comunismo de la post-escasez de género (y del resto también) que con este tomo presenta sus hallazgos (vitales) en ese camino que es cuestionar la reproducción capitalista y su conexión con lo queer desde un prisma marxista.
Claramente la estructura de todo esto no parte de que a este ente que firma le cueste horrores sintetizar cuánto hay de vanguardista en esta obra (en todas las acepciones [nada incompatibles] de la palabra) sino que es un homenaje, un texto como performance.
En este viaje accederéis a varias notas. Podéis leerlas en el orden que queráis. Movide por una sospecha (camaderil) os las presento desordenadas para animaros a lanzaros al vacío.
Nota #4: la nota del móvil
Si pudiera elegir el formato de mi respuesta me gustaría hacerlo en llamas como Ocaña, arder juntes es mi concepto de cogitare (agitar el pensamiento) y entre las llamas rugiría la voz insolente de Mario Mieli cuando a la pregunta ¿por qué te travistes? contestó: perché mi piace!
Nota #2: apuntes en el recibo de un sándwich a mitad de precio, un par de hojas perdidas en la funda del ordenador y el anverso de una A2 en las que varias manos y condiciones materiales debatieron sobre la memoria pública
Camarades,
Os escribo desde el pasado, aun así, con la esperanza de que hayáis comprendido que la tarea fundamental del comunismo es el acceso simultáneo a la eutanasia y la inmortalidad. Confiando en esto me animo a saludarme si estoy leyendo estas palabras y os saludo a todes, compañeres, si tenemos la fortuna de estar todes reunides ahí (vosotres sabéis bien quiénes sois).
Supongo que querréis saber el motivo de esta nota. La redacto no porque desconfíe de vosotres sino para aportar a vuestros debates. Aunque confío en que la post-escasez nos impedirá tener que elegir entre todas las literaturas orales y escritas del mundo, quiero explicaros por qué considero que deberíais cuidar de Mutantes y divinas con mimo crápula y vicio intelectual (nada de conservar, aunque supongo que vosotres ya habéis interiorizado sobradamente esto).
El libro que tenéis ante vosotres [...] os recuerda que las invertidas y rompepatrias crecimos al abrigo de las revoluciones
Por favor, os ruego que no entendáis este ejercicio como uno de afán privatizador y excepcionalista, sin embargo, también espero que comprendáis los motivos por los que considero certero apreciar este texto.
Asumo, con el orgullo de lo que aún no ha llegado, que nuestra revolución (y nuestra resistencia antes de cuandoquiera que leáis esto) habrá avanzado poderosamente en el carácter degenerado de nuestro proyecto político, en la abolición del género (¿me pregunto qué significará para vosotros esto ahora? ¿necesitáis quizá intérpretes de las historias torcidas para comprenderlo?) y en la comunización de los cuidados (con la respectiva abolición de la familia y en palabras de Sophie Lewis surrogación total) –pero, ¿qué tenéis entre vuestras manos?
A les más jóvenes os podrá resultar extraño, incluso a algunes que hayáis aprendido del pasado (¿quizá ya no pensáis demasiado en esos términos? ¿quizá el tiempo ha colapsado?), pero en el momento preciso en el que os escribo las fuerzas capitalistas no han sido derrotadas todavía. Su reproducción oprime nuestras cuerpas y nos obliga a iterar su totalidad. Se libran insurgencias anti-imperialistas en Palestina, Filipinas, India, Bangladesh, México y otros tantos puntos del globo que nos recuerdan que las cisheteronormas racistas occidentales fueron impuestas por los colonos. Muches proletaries del mundo seguimos organizándonos contra el capital, pero la fascistación (re)concome a múltiples estados del mundo burgués y nosotres les desviades de todo tipo (loques, discapacitades, neurodivergentes, migras, racializades, trabajadoras sexuales, maleantes del género y la sexualidad, sidoses, precaries y pobres, etc.) somos entregades en sacrificio como el farmakon porque somos las feas, les sucies, les monstruoses, las zorras, las causas perdidas, las insolentes y las desagradecidas (¡y orgulloses!). Y, por desagracia, en nuestra persecución, que no es en el fondo sino la de todes (porque como Ira cita de Mario Mieli, en el fondo todes nos sabemos potencialmente condenables) participan nuestros camaradas.
El libro que tenéis en vuestras manos fue durante este período para les habitantes de las grietas que recorren el Estado español un canto rebelde contra todas estas fuerzas, uno más en un coro de voces disidentes del género y la sexualidad y, sin embargo, particular en su precisión, en su superación de la división de la otredad del marxismo, en su reivindicación del pensar, sentir, respirar y conspirar torcitalizante, en su reivindicación de que el marxismo siempre fue torcido (incluso sin que sus daddies lo supieran). Aquí veréis múltiples teorías de nuestro tiempo y un intento de hibridar todas éstas con afán crítico para elaborar un pensamiento insumiso parcheado como nuestras prendas, que perciba la conexión entre los mecanismos fantasmagóricos del capital y la reproducción, que se resista a participar del fetichismo de la mercancía, que cuestiona el vínculo de nuestra in/existencia a sus regodeos.
Un ensayo que además se atreve a incluir pasajes para soñar (con deseos de ternura orgiástica hacia todes vosotres) con el poder de la imaginación y no de la creatividad capitalista, que os habla a vosotres sobre el mundo que nosotres soñamos para poder echar a andar en nuestro intrincado presente. Es un libro en train de se faire, un ensayo para ensayos de la revolución marxista queer.
Espero que al abrazarlo, sigáis encontrando el pálpito de vuestres ancestres y su lucha.
Abrazos zorros,
Une camarade.
Nota #3: servilleta en el atrio de una universidad pública
Ira reconoce la lógica subyacente detrás de los rechazos activistas a la teoría (que no es sino la extensión de la creencia fuertemente arraigada de que no se puede hacer metafísica con el estómago vacío) y, a la par, teje una oda (crítica) a la teoría como estrategia necesaria de localización material de nuestras cuerpas y sus vivencias para superar los límites de la reificación. Ira –con la humildad pedagógica de quién re-conoce a sus compañeres en ambos lados de la falsa dicotomía y la agudeza de quién habita las Asambleas, las bibliotecas, las aulas, las librerías y las mazmorras– nos propone una okupa espectral que no es sino una barricada desbordada de pasiones, deseos y resistencia íntima (pero no privada).
[…]
Al hacerlo en el contexto de un twittero, pero no por ello menos acechante, consenso anti-intelectual, que sospecha de la crítica y los matices como concesiones al enemigo frente al atractivo falaz de las “respuestas fáciles” –que no son sino las propias del capitalismo– la escritura de Mutantes y divinas está impregnada de ese tiempo espacialmente-situado que Walter Benjamin admira en Para una imagen de Proust.
Es radicalmente contemporáneo en apariencia y, sin embargo, metidas hasta las rodillas en el trampantojo, se despliega ante nuestros ojos una sucesión de galerías conectadas por un sinfín de túneles rizomáticos del tiempo. Así, recordamos que la (re)producción del pasado es una tarea urgente del presente, que no hay tanto olvido de los Frentes de Liberación de los setenta y su política radical, abolicionista de la familia y el género, como una lucha de clases en la que todavía podemos vencer si nos apoyamos en nuestres ancestres, que ya dejaron entre sus rastros coordenadas desviadas a los problemas hoy tan presentes en apariencia. Y, paralelamente, Ira recoge en su gran telar todos aquellos nombres que nos ayudan a re-interpretar hoy los conocimientos del pasado para propulsarnos hacia otros confines de, sin embargo, una lucha idéntica; para que caminemos (o quizá volemos con alas córvidas y posthumanas) hacia la superación de todo cuanto existe bajo este modo de (re)producción.
Nota #1: el post-it rosa después del ensayo (cerveza mediante)
¡Mutantes y divinas no es un ensayo! Es un archivo. ¡Es un (contra)archivo! ¡Es un archivo! ¿Es un archivo relacional? Ira teje con sabiduría el hilo rosa de la historia (¿el hilo rojirosa de la historia?) que une a Engels, Marx, Anzaldúa, Kollontai, Lemebel, Muñoz, Stryker, Feinberg, Fanon, Preciado y me dejo un millón de nombres que recopilas en tu bibliografía, en esas notas fantasmagóricas que palpitan rosas bajo ese color gris, en las notas a pie de página. Ira, este es un archivo que desconfía del tiempo, de las manos que eligen hoy los pensamientos “universales” de la civilización. Un archivo que habla de amores del pasado y del presente, que apunta hacia conversaciones telemáticas y presenciales, confidencias entre camaradas pervertidas, posts que teorizan (pero corren el riesgo de quedar en el olvido), son el homenaje a las co-maestras que somos unes de otres (en palabras de Ira, a los vínculos bastardos que formamos). Un archivo en el que nos permites verte investigar. Seguimos tu estela y de ahí nace el (contra)archivo. Porque en este tropaion que homenajea a les caídes, los hallazgos y las rebeldías estás tú, están tus historias. Este archivo no es la manifestación de una verdad última, carece de la gallardía ridícula de los amos de la enciclopedia. Te leo y me acuerdo de un libro cuasi-mitológico. La leyenda dice que se custodia en una librería del Rastro. Un tomo entero cosido sobre el papel. Tú has cosido sobre el papel retazos de nuestra historia, pero no te has quedado ahí. Nos has tendido hilo y aguja para seguir cosiéndolo juntes, porque este archivo no se acaba nunca.
Notas #6: apunte en la agenda – mariconclusiones (a la Ira) reseñiles
Camaradas del presente. El libro que tenéis ante vosotres, aquí mediado por mis palabras (pero también mis ojos, mis manos, mis labios, mi piel), os regala una demostración elocuente de dónde venimos y hacia dónde vamos. Os recuerda que crecimos al abrigo de las revoluciones –y que ahí seguimos germinando incluso cuando nos tenéis miedo– y que esas teorías que algunos denostan, esa vía de escape para tantas (la queer y trans/feminista) sólo pareció incompatible con el marxismo en tanto que algunos decidieron coparlo con su obrerismo (blanco, occidental y cisheteronormado) y presentar esta tierra baldía como universal, señalándonos a nosotres como las separatistas. Venid, reuniros en círculo, acariciaos y escuchad, porque en estas páginas habita el latido de una totalidad no sustractiva sino sumatoria, rebosante, a la altura de la era de la post-escasez.
Nuestras historias son rumbos sin mapa, el efecto (fallido) del contacto de la reproducción de la fuerza de trabajo y el proletariado (su cuerpo, su mente, su “identidad”) como las actividades e instituciones obreras son para Gramsci en la Democracia Obrera órganos sin cuerpo, cargados de limitaciones, pero también una consecuencia inevitable del contacto entre la burguesía y el proletariado que obliga la producción de mercancías (a pesar del antagonismo entre clases teóricamente inmiscibles).
Venid, reuniros en círculo, acariciaos y escuchad, porque en estas páginas habita el latido de una totalidad no sustractiva sino sumatoria, rebosante, a la altura de la era de la post-escasez
Ordenando estos rumbos errantes (queer) hallamos vías de escape, planes de huida no binaries al [no]-trabajo del género, negaciones de lo presente que ya atisban los placeres del futuro.
Cada cuerpa no binaria que emerge de esta negatividad –la tuya también (incluso si [todavía] no te piensas así)– es un arma cargada de futuro que se nutre de la desidentificación de Múñoz. Una desidentificación que no es un intento infructuoso de pensarnos hasta salir de la reproducción capitalista sino permitirnos desear otros futuros –pues qué es la identidad sino la articulación de un deseo [político] y por tanto la nuestra una causa por una contra-producción de deseos.
Emprendamos la huida juntes, batallones de maricruces, al otro lado nos esperan colas en sus trajes de obreras del género y Rampova cantando:
Proletaries del mundo, ¡travestíos!