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Ecologismo
Minería
Este relato forma parte de la colección “relatos decrecentistas”, escrita por María y Luis González Reyes, ilustrada por Emma Gascó y con la dirección artística de la grabación realizada por Nelo Royner para Perifèries. La experiencia busca ser integradora, pues el relato se puede escuchar, leer o mirar. Además, se acompaña de una pequeña introducción de cómo sería la energía en un contexto decrecentista.
Relato
Me preguntas cuáles son las palabras importantes. Y yo te digo que depende del momento. Que no se pueden seleccionar un puñado de palabras como las importantes. Y tú insistes. Porque siempre insistes cuando estás convencida de algo. Y dices que hay algunas que son importantes siempre. Que hay algunas que no dependen del momento. Que importan todo el rato. Y yo, renegando, molesta con tu insistencia, pero sabiendo que no vas a parar. Porque nunca paras. Te digo. Vale. Te digo una palabra que importa todo el rato. Y te digo sol. Y entonces me miras. Porque esperabas otra palabra. Quizás romper. Quizás rebelión. Quizás gritar. Pero yo te digo sol. Porque me ha parecido que esa es la palabra más importante. Y tú insistes. Porque siempre insistes. Y me vuelves a preguntar si estoy segura. Si no habrá otra palabra más importante que sol. Porque, ahora estoy segura, querías que fuera otra palabra la que dijera. Quizás desobediencia. Quizás utopía. Quizás miedo. Y yo te respondo que no. Que la palabra es sol. Que esa es la palabra más importante. La palabra después de la cual va todo lo demás.
Me dices, seria, que no todo va detrás del sol. Que hay cosas que se generaron de otra manera. ¿Qué cosas? te pregunto. Los metales, que aunque son polvo de estrellas no vienen del Sol. Te miro. Me miras. Estalla por fin la carcajada que ambas estábamos buscando mientras nos enredábamos en las palabras. Es verdad, te digo. Por eso deberíamos dejar de extraer de las entrañas de la tierra todo lo que tiene guardado, no solo por lo que suponen las minas en cuanto a la contaminación y al sufrimiento para tanta gente, es porque no podemos depender de algo que se va a agotar, de algo que no se renueva, justamente, porque no proviene del sol.
Me preguntas que cómo se hace eso. Y ya sabes lo que te voy a decir. Que no podemos tener resueltos todos los cómos para ponernos a hacer algo. Pero aún así te digo que lo que está claro es que tiene que haber una reducción drástica de la minería primaria. Que lo que sí puede aumentar es la minería secundaria, la que supone reciclar de verdad, o la fitominería, que se puede investigar más sobre las plantas que fijan metales. Pero que, en realidad, lo que habría que hacer es utilizar materiales biológicos o fácilmente reciclables y abundantes, que de otro modo nada tiene sentido a largo plazo.
Entonces ¿cuáles serían las palabras importantes?. Vuelves a preguntar. Tu insistencia me hace sonreír y te doy un beso. Te digo que en realidad ahora todavía digo con más sentido la palabra sol, porque es en esa fuente de energía en la que deberíamos basar todo lo demás, que deberíamos dejar de escarbar en el fondo de la tierra. Pero te digo que tengo otra palabra importante. ¿Cuál?. Hambre. Ríes. Río. Besos. Caricias. Mordiscos. Creo que tardaremos un rato en comenzar a hacer la comida.
Pódcast
¿Cómo sería la minería en una sociedad decrecentista?
Una sociedad decrecentista solo puede ser una sociedad con poca minería. Por ello hace falta:
- Reducir de forma drástica la minería primaria.
- Aumentar la minería secundaría. Por ejemplo, la minería de vertedero y el reciclaje.
- Desarrollar la fitominería, es decir, la minería con plantas que concentran metales.
- Hacer uso de técnicas humildes. Herramientas fabricadas con materiales biológicos o fácilmente reciclables y abundantes.
- Y todo ello controlado por cooperativas.