We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Deportes
El impacto de la crisis climática en la industria del deporte, de la Copa de África a los Juegos Olímpicos
El sábado 13 de enero comenzará en Costa de Marfil la Copa de África 2023. Sí, no hay ningún error: por motivos comerciales se mantiene el nombre original del torneo, que debía haberse disputado el pasado verano, pero fue pospuesto a este invierno debido al riesgo de fuertes lluvias en el África Occidental.
Realmente estas son las fechas en las que el clima es más benigno en esta zona, pero, durante años, los clubes más fuertes de Europa presionaron a la Confederación Africana de Fútbol (CAF) para que cambiara a junio-julio las fechas de la Copa de África, de manera que Juventus, Olympique de Marsella y compañía no tuvieran que ceder a sus jugadores senegaleses, nigerianos o egipcios durante más de un mes en mitad de la temporada.
Con la mediación de la FIFA, que trataba de unificar el calendario futbolístico mundial y evitar conflictos, se logró un primer cambio en 2019, cuando la Copa de África se disputó en Egipto durante los meses de junio y julio y estaba previsto repetir fechas para la edición de 2023 en Costa de Marfil. Sin embargo, en el África Occidental esos meses coinciden con la estación de lluvias y las agencias consultadas por la CAF preveían para ese año precipitaciones extremas. “No podemos correr ese riesgo. Enero no es el momento ideal para los clubes europeos, pero no tenemos otra opción”, dijo Patrice Motsepe, presidente de la CAF, al anunciar el cambio de fechas a enero y febrero de este mismo año. El consenso que parecía haberse alcanzado entre los grandes clubes, la FIFA y la CAF no se pudo concretar debido a los efectos del cambio climático y los Sadio Mane, Salah, Mahrez o Achraf Hakimi disputarán entre enero y febrero el principal torneo de selecciones del continente africano, con el malestar consecuente de Liverpool, PSG y demás clubes afectados.
El Comité Olímpico Internacional expresó recientemente su preocupación acerca de las consecuencias que la crisis climática puede tener sobre los Juegos Olímpicos de Invierno
El Comité Olímpico Internacional (COI) también expresó recientemente su preocupación acerca de las consecuencias que la crisis climática puede tener sobre los Juegos Olímpicos de Invierno. Después de las escenas que dejaron los Juegos de Pekín en 2022, con esquiadores deslizándose por pistas repletas de una nieve artificial que terminaba a ambos lados del recorrido y rodeados de montes sin un solo copo blanco, los máximos dirigentes del olimpismo analizaron el impacto que la emergencia climática puede tener para la práctica de los deportes de invierno. “Para mediados de siglo solo habrá 10-12 Comités Nacionales con capacidad para organizar unos JJ OO de Invierno”, dijo Thomas Bach, presidente del COI, el pasado octubre en la 141 Sesión del COI en Mumbai (India). Los Juegos Paralímpicos de Invierno tienen aún más riesgo, al disputarse tradicionalmente en el mes de marzo, cuando se reduce la cantidad de nieve en buena parte de las potenciales sedes.
En diciembre del año pasado, el COI paralizó el proceso de selección de candidaturas para los Juegos de 2030 con el objetivo de estudiar mejor los efectos de la crisis ambiental. Entre las opciones que barajan entra la elección de tres, cuatro sedes rotatorias o incluso la posibilidad de adjudicar una sola sede olímpica para diferentes ediciones.
Extraños aliados
Las consecuencias de la emergencia climática condicionan ya la organización de alguno de los más grandes eventos de la industria del deporte y, al mismo tiempo, los organizadores estudian alternativas para evitarlas. Sin embargo, no deja de resultar extraño que el nombre oficial de la Copa de África sea TotalEnergies CAF AFCON, en referencia a su principal patrocinador. El gigante petroquímico francés no solo es un patrocinador habitual de eventos deportivos y culturales, también acumula denuncias por evasión fiscal y figura entre las empresas más contaminantes del mundo.
Buena parte de las empresas que patrocinan los Juegos Olímpicos tienen denuncias por contaminación por parte de ONG en defensa del medio ambiente
En el caso del COI, entre los objetivos de su Agenda Olímpica 2020+5 figura “la urgencia de alcanzar el desarrollo sostenible”, al tiempo que empresas con múltiples acusaciones por contaminación, como Air France, Bridgestone o Coca Cola, aparecen entre los patrocinadores de los próximos JJ OO de París. De hecho, buena parte de las empresas que patrocinan los Juegos Olímpicos tienen denuncias por contaminación por parte de ONG en defensa del medio ambiente.
También la FIFA incluye entre sus objetivos estratégicos para el periodo 2023-2027 “centrarse en las responsabilidades sociales, en particular los derechos humanos y los aspectos relacionados con el clima”, pero hizo oídos sordos a las protestas por la celebración del Mundial 2022 en Qatar y para 2026 eligió entre los organizadores a Estados Unidos. Recientemente, la Comisión Suiza de Equidad, un organismo no judicial competente para recibir denuncias que alegan violaciones de la equidad en la comunicación comercial, determinó que la FIFA incurre en “publicidad engañosa y desleal” cuando dice que el pasado Mundial de Qatar fue libre de emisiones de carbono, como le gusta promocionar a Gianni Infantino, presidente del máximo organismo del fútbol mundial.
Las grandes organizaciones deportivas presumen de su compromiso con el medio ambiente, mientras aceptan entre sus socios comerciales a algunas de las empresas que más contribuyen a su contaminación
Esta actitud se repite una y otra vez en diferentes instituciones deportivas, evidenciando que el sportwashing no es una práctica exclusiva de los Estados o las empresas. Las grandes organizaciones presumen de su compromiso con el medio ambiente, mientras aceptan entre sus socios comerciales a algunas de las empresas que más contribuyen a su contaminación. Al mismo tiempo, estudian diversas medidas para contrarrestar los efectos del cambio climático sobre sus grandes eventos. La CAF ha optado por retrasar las fechas de la Copa de África, aun a riesgo de mantener la tensión con las ligas europeas. El COI estudia reducir las candidaturas en futuros Juegos o rotar las sedes. En ambos casos se trata de medidas para adaptarse a las cambiantes condiciones ambientales. No valoran otro tipo de medidas encaminadas a frenar este fenómeno y proteger así la disputa con normalidad de las pruebas deportivas. Ya explicó el presidente de la Comisión del COI para Futuros Anfitriones de los Juegos Olímpicos de Invierno, el austriaco Karl Stoss, que “nuestro objetivo es asegurar que podemos seguir celebrando Juegos Olímpicos de Invierno exitosos en el futuro”.
Es el mismo principio que siguió el Everton FC, club propiedad del fondo 777 Partners, cuando puso en marcha el proyecto de su flamante nuevo estadio en el muelle Bramley-Moore de Liverpool, a orillas del río Mersey. Un terreno especialmente sensible al cambio climático y para el que han tenido en cuenta las previsiones ambientales de los próximos cien años. El estudio de arquitectura responsable del proyecto elevó la base del estadio en más de un metro, siguiendo las recomendaciones de los expertos medioambientales. “Liverpool podría llegar a inundarse, pero el estadio de fútbol seguiría estando en pie” declaró entonces Colin Chong, director del proyecto.