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Comercio
Mercado Maravillas: un mercado a prueba de virus
Con el comienzo del estado de alarma y el confinamiento, el mercado no ha cesado en su actividad ni un solo día, salvo fiestas, según nos informan desde la gerencia del mismo. Y así quiere seguir.
A pocos metros de la plaza de Cuatro Caminos de Madrid, el mercado debe su nombre a la Fábrica de Papeles Pintados “Las Maravillas”, puesta en marcha en el año 1857 por el empresario Casimiro Mahou, a cuyos herederos debemos la fabricación de la cerveza de marca madrileña por excelencia. En aquellos años este lugar se situaba aún extramuros de la ciudad, en el inicio de la carretera de Francia (actual calle de Bravo Murillo), barriada popular que atraía a cada vez a más vecinos por sus bajos costes.
El edificio donde se ubicaba, tras albergar otra serie de negocios, acabó siendo usado como escuela religiosa, hasta ser completamente destruido por un incendio el 11 de mayo de 1931, durante los primeros días de la Segunda República, en una revuelta anticlerical en respuesta a una actuación de la guardia civil que terminó con varios muertos y heridos en el centro de la capital.
El lugar, sin embargo, mantuvo su nombre y en el solar se comenzó la edificación en 1933 de un mercado municipal, con vistas a ser el más importante de la capital. Paralizada la obra a causa de la guerra civil y la posguerra con la llegada del hambre y la dictadura, no fue hasta 1942 que pudo ser estrenado.
En la actualidad sigue siendo uno de los mercados más grandes en superficie de Europa, con 8.700 metros cuadrados y más de 250 puestos.
A diferencia de otros mercados ha conseguido, mediante la simbiosis con nuevos establecimientos de comida y bebida de distintas partes del mundo, sortear modas y crisis. Y sigue funcionando como importante mercado de abastos para particulares y comercios de hostelería de toda la capital, contribuyendo a la quizá inmerecida fama de Madrid como mejor puerto de mar de la península.
Con el comienzo del estado de alarma y el confinamiento, el mercado no ha cesado en su actividad ni un solo día, salvo fiestas, según nos informan desde la gerencia del mismo. Y así quiere seguir.