Bosnia y Herzegovina
Ecos de Srebrenica: 28 años después de la matanza cientos de cuerpos continúan sin poderse identificar

Han pasado casi tres décadas de la masacre, pero muchas familias todavía esperan poder recuperar los restos de sus seres queridos desaparecidos en el mayor genocidio en suelo europeo desde la Segunda Guerra Mundial.
Memorial de la masacre de Srebrenica.
Memorial de la masacre de Srebrenica. Wikipedia

Potočari se convirtió en un cementerio mucho antes de que allí se enterrase dignamente a la primera víctima de genocidio de la guerra de Bosnia. Fue a principios de julio de 1995, cuando el Ejército serbobosnio asaltó el enclave de Srebrenica, arrancó a los hombres y los niños musulmanes de sus esposas y madres, los subió a golpes a autobuses y camionetas, los ejecutó sumariamente en el pueblo y los arrojó como animales a fosas comunes. Aunque las cifras varían, fueron asesinadas entre 8.000 y 10.000 personas en la mayor matanza en suelo europeo desde la Segunda Guerra Mundial.

Hasta hoy, la Comisión Internacional sobre Personas Desaparecidas (ICMP) ha identificado en torno a 7.000 cadáveres, principalmente utilizando el análisis de ADN extraído de los restos y comparándolos con muestras cedidas por las familias de los desaparecidos. Sin embargo, ese trabajo de identificación está incompleto, en gran parte porque muchos cuerpos fueron exhumados después por sus verdugos y repartidos por otras fosas excavadas en un área geográfica más grande para intentar borrar pruebas ante posibles consecuencias penales.

Bosnia y Herzegovina
Marc Casals, escritor “Bosnia sólo interesa cuando hay alguna tensión que puede derivar en guerra”
El escritor presenta el libro ‘La piedra permanece’, un relato de dieciséis historias personales atravesadas por el conflicto mediante las cuales aborda la historia de Bosnia y Herzegovina.

Los olvidados por Europa

Oficialmente Srebrenica era una “zona segura”. En 1993, la ONU lanzó una resolución que pretendía proteger esta zona del este de Bosnia de una guerra que no mostraba síntomas de que fuese a terminar pronto. Bajo esa circunstancia, inmediatamente llegaron los cascos azules de la Fuerza de Protección (UNPROFOR) y comenzó el intento de desmilitarizar la zona.

Tan solo dos años después, el ejército oficioso de la autoproclamada República Srpska (la república serbia de Bosnia), y varios grupos de mercenarios supremacistas como los Tigres de Arkan, controlaban la mayor parte de ese territorio, donde habían arrasado cada pueblo y ciudad al implacable ritmo de violaciones, robos y la limpieza étnica mediante el asesinato en masa de sus habitantes musulmanes.

La comunidad internacional llevaba años sin mirar a los Balcanes, importándoles bastante poco lo que ocurría en una lejana guerra de la Europa olvidada. Hasta Srebrenica

Los cascos azules estaban asediados por los paramilitares, a la base de Potočari llegaron más de 20.000 personas huyendo de la brutalidad de las guerrillas serbias. El espacio en el interior era muy limitado y los víveres escaseaban. La comunidad internacional (principalmente la UE y Estados Unidos) llevaban años sin mirar a los Balcanes, importándoles bastante poco lo que ocurría en una lejana guerra de la Europa olvidada. Hasta Srebrenica.

Fue únicamente con el exterminio de más de 8.000 hombres y niños musulmanes cuando la diplomacia de Occidente se puso en marcha para intentar acabar con la guerra en Bosnia. Antes el conflicto armado había tomado forma en Croacia y Eslovenia, con episodios como el asedio y la matanza de Vukovar, o el Ejército de la recién independizada Croacia masacrando a la minoría serbia de la Krajina. Todas esas otras veces también hubo silencio por parte de las potencias occidentales.

“El Tribunal Penal Internacional para la Ex Yugoslavia (TPIY) persigue depurar responsabilidades individuales, pero algunas veces hay una falta de búsqueda de responsabilidades colectivas”, asegura Aldion van den Berg, asesor principal de políticas en la ONG PAX for Peace, una organización con sede en Países Bajos que trabaja en áreas de conflicto en todo el mundo.

Van den Berg remarca que ni los paramilitares serbobosnios ni el autoproclamado ejército de la República Srpska hubiesen podido actuar sin la connivencia de un montón de personas de su mismo grupo étnico en Bosnia, e insiste en que “esta conexión entre responsabilidades individuales y colectivas merece mucha más atención”, y que “las víctimas tienen aún muchas preguntas que deben ser respondidas sobre este respecto”.

Un rompecabezas étnico

Desde hace siglos, en Bosnia han convivido serbios (mayoritariamente cristianos ortodoxos), croatas (católicos) y bosnios (musulmanes), convirtiendo el mapa del país en una especie de piel de leopardo donde en el norte y el este se concentra un número mayor de serbobosnios, en el sur y el oeste de bosniocroatas y en la parte central y occidental los bosnios musulmanes.

Para lograr la paz, en los acuerdos de Dayton de 1995 (EEUU) se le dio una solución burocrática al conflicto dividiendo Bosnia territorialmente en tres partes (serbobosnios, bosniocroatas y bosnios musulmanes) y administrativamente en dos entidades (la República Srpska y la Federación de Bosnia y Herzegovina), cada una con su presidente; cada una con sus instituciones; con los límites bien definidos sobre el papel para que el odio étnico quedase encerrado para siempre entre artículos y disposiciones, y no volviese a convertirse en una guerra.

“Se tiene que dejar de apoyar la organización de las instituciones y los partidos políticos de Bosnia desde la perspectiva étnica. Manteniéndola, solo conseguiremos que continúe la segregación y la politización de los medios y la población”

Desde PAX for Peace, Van den Berg asegura que “Se tiene que dejar de apoyar la organización de las instituciones y los partidos políticos de Bosnia desde la perspectiva étnica. Manteniéndola, solo conseguiremos que continúe la segregación y la politización de los medios y la población”. El experto apuesta por otro enfoque en el acercamiento político a Bosnia “que vaya en una dirección en la que todas las etnias se erijan sobre una base de ciudadanía […] Solo la inversión prolongada puede ayudar a que Bosnia y los países de su entorno avancen hacia más democracia, más derechos humanos y, en última instancia, a ser miembros de la UE”.

El Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), creado en 1993, también se puso a trabajar para que todo aquel que hubiese violado el derecho internacional fuese procesado y castigado. El proceso aún no ha concluido, aún siguen juzgándose acusados y otros muchos han muerto en el periplo judicial, como el expresidente serbio Slobodan Milošević.

En el reparto de responsabilidades hay varios nombres clave: el comandante del Ejército serbobosnio, Ratko Mladić y el presidente de la República Srpska, Radovan Karadžić. Ambos fueron juzgados y condenados a cadena perpetua por el genocidio de Srebrenica y crímenes contra la humanidad, entre otros cargos. En 2004, el Tribunal pudo dictaminar que la matanza no fue solo iniciativa del Ejército serbobosnio, sino que fue planeada por las fuerzas de seguridad serbias. El TPIY también ha hallado evidencias de que los servicios de inteligencia serbios sirvieron de puente entre los mercenarios y la Administración, facilitándoles la financiación proveniente del Estado serbio.

Heridas sin cerrar

Hace dos veranos, el alto representante internacional en Bosnia —otra figura creada en Dayton— ordenó que se enmendase el Código Penal para prohibir la negación del genocidio de Srebrenica y otros episodios de la guerra de Bosnia. La ley contempla penas de entre seis meses y cinco años de cárcel para quienes nieguen los asesinatos o los justifiquen.

Esta nueva normativa provocó que la República Srpska boicotee las instituciones y la constitución de la federación, y el riesgo de un nuevo enfrentamiento armado vuelve a estar presente. En los últimos tiempos es habitual que el primer ministro, Milorad Dodik, lance discursos ultranacionalistas serbios, y ya ha hablado de crear un ejército y una hacienda propias para su territorio, lo que haría explotar la paz de 1995.

Precisamente por soflamas como las de Dodik, Van den Berg considera crucial “recordar cada año el genocidio de Srebrenica y mostrarlo en los medios de comunicación, que los medios continúen haciendo reportajes, que se sigan organizando actos de homenaje a las víctimas y mostrando la solidaridad”. Todo esto, dice, acompañado de “declaraciones políticas contundentes que dejen claro que la negación del genocidio no tiene cabida”.

Para muchos serbios de Bosnia, incluido Dodik, Mladić es un héroe de guerra y un símbolo de patriotismo, y una parte de la población ve con buenos ojos la secesión con la que fantasea su líder. De momento ya ha creado un servicio secreto y está militarizando la policía, y pretende que el parlamento serbobosnio suprima hasta 140 instituciones federales para sustituirlas por las suyas.

Cada 11 de julio, miles de familiares acuden al memorial de Potočari a visitar los monolitos blancos que honran a sus seres queridos. Este año se han enterrado a otras 30 víctimas recientemente identificadas en el memorial durante los actos de conmemoración del 27º aniversario. Sin embargo, aún hay otros cientos de viudas, madres, hermanas, vecinas, primas o amigas que no tienen mármol al que llorarle.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Serbia
Balcanes Dimite el primer ministro serbio, Milos Vucevic, por las protestas estudiantiles contra la corrupción
El país balcánico entra en fase de Gobierno técnico después de que cientos de miles de personas precipitaran la caída de un Ejecutivo al que se acusa de ser responsable de la caída de una marquesina que causó la muerte de 15 personas.
Opinión
Opinión ¿Cómo me convertí en un ecoterrorista?
El cineasta serbio Stevan Filipović es una de las voces más críticas con el proyecto de la minera Rio Tinto en el valle de Jadar, una explotación de litio apoyada por el Gobierno que cuenta con una fuerte oposición popular.
Gobierno de coalición
PSOE-Sumar El Gobierno toma nota de la presión social y cambia su discurso sobre vivienda
En la semana en que los sindicatos anunciaron la histórica manifestación estatal del próximo 5A, la ministra Isabel Rodríguez sube el tono.
Madrid
La burbuja del alquiler Sumar, Podemos y sindicatos de inquilinos presionan para convertir en indefinidos los contratos de alquiler
Sumar lanza una propuesta legislativa para transformar en indefinidos los contratos de alquiler, una de las principales demandas de la manifestación por la vivienda del 5 de abril. Una moción de Podemos, rechazada en el Congreso, pedía lo mismo.
Cine
Kamal Aljafari “Palestina está en la raíz de la situación actual del mundo”
Kamal Aljafari lleva toda su carrera trabajando con materiales de archivo, indagando en las imágenes e interviniendo en ellas para preservar memorias en desaparición y para oponerse al proyecto colonial sionista y su falseamiento del pasado.
Opinión
Opinión ¡Que vivan los aranceles!
Que Trump propugne aranceles no debe hacernos caer en la trampa de defender los intereses de los grandes oligopolios.
Líbano
Ocupación israelí Israel incumple el acuerdo de paz y mantiene tropas en el sur de Líbano para “vigilar” a Hezbollah
El Ejército sostiene la ocupación de cinco colinas a lo largo de la frontera tras evacuar sus soldados de decenas de municipios. Miles de civiles regresan a sus casas para descubrir que lo han perdido todo.
Opinión
Derecho a la vivienda Flex Living: el caballo de Troya de la precarización del alquiler
No es una respuesta moderna a las nuevas formas de habitar la ciudad. El ‘flex living’ no es más que la última jugada del sector inmobiliario y los grandes fondos de inversión para maximizar beneficios a costa del derecho a la vivienda.
Opinión
Opinión La unidad del anarcosindicalismo es la acción conjunta
Al hilo de supuestos movimientos desde la CGT hacia la unificación con CNT es necesario diferenciar entre lo que es una relación en clara mejora y lo que sería un proyecto real en marcha.

Últimas

Galicia
Memoria histórica Cultura, exilio y lucha de las bibliotecarias gallegas durante la Segunda República
Durante los primeros años treinta, las bibliotecas se convirtieron en espacios de trabajo ideales para un modelo de mujer que aspiraba ser independiente y que había manifestado un claro compromiso político. La Guerra acabó con todas sus aspiraciones.
Galicia
Galicia La Xunta de Feijóo, condenada por negar visitas a una mujer que murió de cáncer por tener covid-19
La jueza dice que la situación exigía “flexibilizar” las medidas de prevención. Falleció a inicios de 2022 en el Hospital Álvaro Cunqueiro durante los últimos meses de la administración del jefe del PP con Julio García Comesaña de conselleiro.
Egipto
Egipto Ashraf Omar continúa en prisión provisional por dibujar
Ashraf Omar, caricaturista político del medio digital AlManassa, sigue en prisión preventiva indefinida tras ser arrestado violentamente en su domicilio el 22 de julio de 2024.
Más noticias
Comunidad de Madrid
Sanidad Pública Sindicatos piden el cese de la dirección del Hospital 12 de Octubre tras las obras de remodelación
Los problemas con las nuevas instalaciones han cristalizado en una unión sindical que ha reclamado formalmente el fin de la cúpula de dirección tras ser “ignorados” de manera “sistemática”.
Justicia
Justicia Rubiales, condenado por agresión sexual y absuelto del delito de coacciones
18 meses de multa con cuota de 20 euros al día por un delito de agresión sexual. Es la condena al expresidente de la RFEF Luis Rubiales por los hechos ocurrido en la ceremonia de entrega e medallas del pasado mundial celebrado en agosto en Sidney.

Recomendadas

Feminismos
Ana Bueriberi “El activismo tiene que ser colectivo: para contribuir al cambio es imprescindible despersonalizar la causa”
La periodista madrileña Ana Bueriberi reconoce que no sintió la discriminación hasta que llegó a la Universidad. Hoy, desde el proyecto Afrocolectiva reivindica una comunicación antirracista, afrofeminista y panafricanista.
Inteligencia artificial
Militarismo La máquina de los asesinatos en masa: Silicon Valley abraza la guerra
Las fantasías distópicas sobre los futuros usos de las máquinas en la guerra están más extendidas que el relato de lo que ya está pasando en los campos de batalla.