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Bolivia
Roberto Aguilar, exministro boliviano: “Hay un comienzo de negociación entre el MAS y los golpistas”
Ha sido ministro durante los últimos once años. Vive en la “clandestinidad” desde el golpe de Estado y habla con Argia y Hala Bedi desde el lugar donde se oculta —la entrevista está grabada la noche del 15 de noviembre—. Dice que en Bolivia se viven momentos de gran incertidumbre. Por un lado, una represión brutal en la calle. Por otro, unas “complejas” negociaciones entre el MAs y los golpistas acaban de comenzar. Mientras tanto, los movimientos indígenas y populares han tomado el protagonismo en la lucha contra el golpe y están desarrollando una agenda propia que puede desbordar la de los partidos.
El 20 de octubre se celebraron elecciones en Bolivia. Carlos Mesa, de Comunidad Ciudadana, y Evo Morales, de Movimiento al Socialismo (MAS), eran los principales candidatos. El recuento de votos se interrumpió bruscamente al anochecer, con el 84% escrutado, con siete puntos de ventaja para Morales. Cuando un día después se dieron los resultados definitivos, la diferencia superaba por unas décimas el 10%, que es la diferencia que marca si debe haber o no una segunda vuelta.
Algunos sectores sociales y políticos denunciaron fraude y organizaron protestas, mientras el gobierno defendía la legitimidad de los resultados. La situación se fue polarizando en las siguientes semanas. El 10 de noviembre, después de que el jefe del ejército "sugiriera" al presidente que abandonara el gobierno, Morales dimitió. Nuevo golpe de Estado en Abya Yala [nombre con el que los pueblos indígenas nombran América].
El 11 de noviembre presentó su dimisión como Ministro de Educación, al día siguiente de que Morales hiciera lo mismo. Ha habido ataques contra altos cargos del gobierno del MAS y contra sus familiares. ¿Cuál es su situación personal?
Muchos ministros y viceministros hemos buscado refugio. Como se decía durante la dictadura, hemos tenido que recurrir a la clandestinidad. Estamos escondidos y no podemos salir a la calle. El nuevo ministro de Gobierno ha utilizado la palabra "cacería", habitual en la dictadura, para anunciar que se opondrá a los altos cargos del anterior gobierno.
Las protestas que le han llevado al golpe de Estado comenzaron por denuncias de fraude. ¿Hubo fraude en las elecciones del veinte de octubre?
La respuesta es directa: no hubo fraude. Si hubo problemas técnicos, que fueron señalados por el propio Tribunal Electoral. El rumor de fraude se extendió antes de las elecciones, cuando ya se preveía la victoria de Morales, con el fin de poner en cuestión los resultados desde el primer momento. El 20 de octubre, antes de los resultados definitivos, se empezó a hablar del fraude para promover la reacción de una parte de la sociedad. Las protestas comenzaron y la oposición pudo manifestarse libremente, no se canalizó ninguna represión policial o militar contra ellos. La Organización de Estados Americanos (OEA) señaló en un informe carencias en la transparencia, pero posteriormente organizaciones independientes han denunciado que el informe está manipulado. Al final la policía y los militares ayudaron las acciones de la oposición.
El proceso emprendido por la derecha ha llevado a la extrema derecha
Las protestas de los primeros días fueron muy multitudinarias. ¿Cuáles son los sectores que se movilizaron?
Las movilizaciones han tenido un marcado carácter clasista. Se han organizado sectores de clase media y alta contra el gobierno de Morales, la burguesía y la pequeña burguesía. Destacan los jóvenes, principalmente estudiantes de universidades privadas. En las ciudades se llevaron a cabo importantes movilizaciones.
Poco a poco la petición de la segunda vuelta de las elecciones dio paso al discurso golpista y las movilizaciones se volvieron cada vez más violentas. ¿Los golpistas capitalizaron un malestar más generalizado?
La denuncia del fraude se utilizó para promover movilizaciones como las de Nicaragua o Venezuela, que tuvieron fuerza en las ciudades. Cuando los sectores populares comenzaron a movilizarse contra la denuncia del fraude aparecieron grupos armados de la oposición, que extendieron su represión en colaboración con la policía.
En medio de las protestas, Carlos Mesa fue desapareciendo de la vida política y su lugar fue ocupado por Luis Fernández Camacho. ¿Quién es Camacho?
El proceso emprendido por la derecha se ha desplazado hacia la extrema derecha. Carlos Mesa es una persona de derechas, y desde esa posición construyó una confluencia entre las clases medias y las clases oligárquicas. Obtuvo cerca del 37% de los votos. A medida que las elecciones quedaron atrás, el protagonismo recayó en Camacho. Camacho es un empresario de Santa Cruz, está vinculado a los sectores más radicales de la derecha boliviana. En 2008 hubo un intento de dividir Bolivia a través de un grupo militar. Estos grupos y personas vinculadas al paramilitarismo han ido apartando paulatinamente a Mesa de las decisiones. El día en que pidieron la dimisión del presidente Morales, Mesa se opuso afirmando que sería inconstitucional. Al día siguiente se unió a la petición de dimisión. Puede verse a Camacho en todos los nombramientos de altos cargos que han hecho los golpistas, y en cambio Mesa no aparece. También ha desaparecido de la prensa.
¿Qué papel han tenido las fuerzas armadas? Por un lado se dice que empujaron el golpe, pero por otro, los golpistas han tomado el poder y acto seguido han renovado las cúpulas de la policía y del ejército.
La actitud de la policía y del ejército ha sido decisiva para que el golpe pudiera materializarse. El presidente no quería sangre ni muerte, por eso presentó su dimisión y planteó la celebración de nuevas elecciones. La oposición no accedió a ello y nombró a Jeanine Añez presidenta violando la Constitución y la legislación, con el apoyo de tan sólo un tercio de los parlamentarios. Dos tercios de los escaños están en manos de los representantes del MAS, que estaban ausentes.
Varios medios de comunicación han denunciado que la Iglesia evangélica ha apoyado tanto políticamente como económicamente el golpe.
En todas las elecciones varias iglesias evangélicas han alimentado la polarización, representando a Evo como diablo y al candidato opositor de la época como Dios. En los últimos momentos del golpe han desempeñado un papel decisivo.
El objetivo de las negociaciones del MAS y los golpistas es parar la represión y lograr un consenso sobre la convocatoria electoral
Ha sido llamativa la actitud extrema que los golpistas han mostrado explícitamente al tomar el poder. La presidenta Añez diciendo que los indígenas son "satánicos" con la Biblia gigante en las manos, el Ministro de Gobierno Murillo anunciando “cacería”...
Añez ha sustituido a la cúpula de la Policía y del ejército, ascendiendo a quienes han apoyado el golpe. También ha nombrado a diecinueve nuevos ministros, vinculados al territorio de Santa Cruz y a la extrema derecha boliviana. Los que han tomado las riendas en el Gobierno golpista, por decirlo de alguna manera, no son los mejores de la derecha. Son los sectores más reaccionarios, como prueba bastan sus declaraciones públicas o a través de Twitter. Han llegado a nombrar a Camacho mesías, literalmente. Han dado mensajes muy conservadores sobre las mujeres y los indígenas.
En los últimos días parece que están intentando dar una imagen algo más centrada.
Es verdad. El primer día quemaron la bandera Wiphala, símbolo de los pueblos indígenas y de la inclusión, y al día siguiente la han besado. Ahora está en todos los actos oficiales. Han querido calmar así las tensiones con los indígenas, pero lo que han conseguido ha sido indignarles aún más.
Añez anunció que convocaría elecciones "cuanto antes", pero no ha fijado plazos. Al día siguiente de su autoproclamación como presidenta, los diputados y senadores del MAS han nombrado a Eva Copa presidenta del Senado y a Sergio Choque presidente de la Cámara de Diputados, ambos del MAS. ¿Sus nombramientos son consecuencia de un acuerdo?
Lo que ha ocurrido en el Parlamento es muy complejo. Durante los dos primeros días del golpe se prohibió actuar a los representantes parlamentarios del MAS. Luego los parlamentarios superaron esa prohibición, recuperando la iniciativa política. El nombramiento de la nueva dirección política del Senado y de la Cámara de Diputados ha sido fruto de un acuerdo político. Se trata de un preacuerdo para posibilitar que el parlamento recupere su funcionamiento. De hecho, el Parlamento debe nombrar al Tribunal Electoral con el respaldo de dos tercios de los parlamentarios. Otro tanto para convocar elecciones. La oposición sólo cuenta con un tercio de los delegados, mientras que el MAS tiene dos tercios. La última información que podemos dar es que se está dando una negociación entre representantes de la derecha y la extrema derecha y algunos sectores del MAS en el Parlamento.
¿El objetivo de esas negociaciones que menciona son nuevas elecciones? Si es así, ¿Evo Morales sería candidato?
El objetivo es detener la represión y lograr un consenso sobre la convocatoria electoral. La cuestión es que la oposición golpista quiere imponer sus condiciones. La primera es que el MAS no se presente a las elecciones. Eso es inaceptable, sería imponer un veto a la mayoría por parte de la minoría. El segundo punto es si nuestro presidente y hermano Evo Morales puede ser o no candidato. Evo ha declarado en un tuit que su deseo es pacificar, que el pueblo boliviano no sufra ninguna masacre, y que puede estar dispuesto a renunciar a su candidatura para ello.
Entre la clase media urbana se ha perdido el apoyo a Evo y esta pérdida está relacionada con el referéndum
¿Cuál es la situación en la calle?
Movimientos de El Alto, campesinos, sectores cocaleros y mineros están realizando bloqueos y marchas multitudinarias, principalmente en Cochabamba y La Paz. La represión contra las movilizaciones es tremenda. Los fallecidos desde las elecciones son al menos once, ocho de ellos en los días posteriores al golpe [al día siguiente de la entrevista, el 16 de noviembre, varias fuentes contrarias al golpe han elevado el número de fallecidos a 23; al mismo tiempo, el gobierno golpista ha aprobado un decreto que da impunidad a las fuerzas armadas]. Además, los militares han establecido puntos de control en la calle y se están produciendo detenciones. En las últimas horas también se ha iniciado una dura represión contra las delegaciones diplomáticas de Venezuela y Cuba. Los cubanos que estaban prestando ayuda en el ámbito educativo y sanitario han sido expulsados de Bolivia.
¿Qué se puede esperar para los próximos días y semanas?
La incertidumbre es grande. El avance en la negociación podría lograr un acuerdo democrático y evitar un aumento de la represión. Pero una segunda clave se ha desatado estos días, con una tendencia al alza: la movilización ciudadana. La movilización está adquiriendo carácter propio, están surgiendo nuevos liderazgos, y no se puede prever qué resultado va a dar.
¿Está diciendo que esas nuevas propuestas y liderazgos populares pueden desbordar al MAS, generando otro escenario?
Es una opción, los movimientos populares e indígenas están desarrollando sus propios planteamientos y objetivos. Reivindican, entre otras cosas, un espacio propio en cualquier negociación política. La situación ha superado el marco de los partidos, ha adquirido un carácter más popular, el pluralismo político e ideológico es grande. Desde posiciones muy radicales en el ámbito indígena a la militancia del MAS.
Morales dijo que el objetivo del golpe es acabar con los logros y las políticas del MAS. ¿Usted qué valoración hace de los 13 años de actividad del gobierno?
Los gobiernos de Evo Morales han introducido cambios estructurales en la economía, la estructura de Estado, la justicia, la educación, la sanidad o las infraestructuras. Tras la nacionalización de los hidrocarburos, el PIB de Bolivia aumentó de 9.000-10.000 millones de dólares a 40.000 millones, debido a que el dinero que se llevaban las empresas pasó a manos del Estado. Con estos ingresos la economía se ha estabilizado. Las inversiones han aumentado, y Bolivia ha experimentado el crecimiento económico más alto de América Latina. En educación el analfabetismo era del 13%, y en este momento está por debajo del 2%. Uno de los logros importantes es el de haber extendido a toda la sociedad el derecho a la educación.
El objetivo no es sacar a Evo del gobierno. El objetivo es volver al modelo anterior que hacía más ricos a los ricos y más pobres a los pobres. Bolivia se ha convertido en una economía estable y fuerte, quieren acabar con eso y con las políticas sociales.
Al margen de la derecha y los golpistas, el gobierno ha recibido críticas desde la izquierda y desde el mundo indígena en esos años. Como la de mantener un modelo económico extractivista o practicar la cooptación y el autoritarismo frente a las críticas de abajo. En 2016 Morales convocó un referéndum para volver a ser candidato a presidente por encima del límite que marcaba la Constitución. Ganó el NO, pero el poder judicial permitió su candidatura. Eso suscitó muchas críticas hacia Morales.
Ha habido duras críticas. Por ejemplo, la política de obtención de recursos económicos a través de hidrocarburos y litio. Bolivia está impulsando su industrialización, ya que nuestra industria es débil y vulnerable a las economías extranjeras. Los recursos para impulsar la industrialización nos los han dado los hidrocarburos. Las críticas más severas se han hecho en el ámbito del desarrollo agrario, sobre el que se realizó una campaña de desprestigio. Se decía que queríamos desarrollar la ganadería para exportar a China. Es un debate especial. Los que reivindicaban el fomento de la ganadería fueron los grandes propietarios, los que ahora han impulsado el golpe.
En los últimos años el gobierno ha perdido apoyos: en las elecciones de 2014 obtuvo el 61% de los votos, y en las actuales un 47%. ¿Han llegado Morales y el Gobierno debilitados a estas elecciones y con menos fuerza para parar un golpe?
Han sido más de trece años de gobierno. Las elecciones muestran una pérdida de apoyos. Pero es importante mirar el mapa político de los votos. El MAS y Evo mantienen un fuerte apoyo en las zonas rurales. El apoyo se ha perdido entre la clase media urbana. Esta pérdida está relacionada con el referéndum. ¿La pérdida ha influido en las movilizaciones de estos días? En cierto grado sí.
¿Ha intervenido EE UU en el golpe?
Se han publicado documentos que demuestran que Estados Unidos ha apoyado y financiado directamente el golpe.
¿Cómo situar los acontecimientos de Bolivia en el contexto de Abya Yala?
Hace años los gobiernos de izquierda eran numerosos y fuertes: Venezuela, Uruguay, Chile, Argentina, Brasil... Eso fue cambiando cuando Estados Unidos intervino en Ecuador, Chile, Perú o Brasil. Pero en Brasil o Argentina ha quedado claro que las posiciones de izquierda mantienen su fuerza y que los pueblos no aceptan gobiernos de derechas. En este contexto, el gobierno de Morales y su posición clara contra el imperialismo constituían una amenaza, ya que a pesar de ser un pueblo pequeño tiene mucha referencialidad. Pero tenemos que tener claro que hay una base económica. El gas importa, pero Bolivia tiene la mayor reserva de litio del mundo.
En el País Vasco ha habido movilizaciones contra el golpe. ¿Tiene algún mensaje para quienes están viviendo con preocupación o rabia los acontecimientos de Bolivia?
Estamos recibiendo muchas muestras de solidaridad por todo el mundo, valoramos y agradecemos estos apoyos. Llamamos a seguir luchando para que no vuelvan los golpes de Estado en América Latina y en el mundo.